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La Tierra va a temblar

por | Mar 8, 2017 | Nacionales

Hay razones para parar. Hay razones para marchar. Hay razones para enfrentar al machismo y al patriarcado.22march8-superjumbo

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres»

Rosa Luxemburgo

 

La Tierra va a temblar. Mujeres de todo el mundo, en más de 50 países de todos los continentes, idiomas y dialectos diferentes, identidades y colores diversos, en una misma danza y un mismo grito.

La lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y contra los abusos del patriarcado tiene más de 100 años, pero nunca en la historia había alcanzado esta masividad que comenzó con la primera convocatoria del colectivo Ni Una Menos en Argentina, cuando el dolor por la violencia y el abuso a las mujeres se volvió insoportable.

La Tierra va a temblar para expresar el hartazgo frente a la creciente violencia machista y su expresión más extrema, los femicidios, como último eslabón de una cadena de desigualdades que las afectan en todos los ámbitos de sus relaciones cotidianas, en la casa, en el trabajo, en el espacio público.

¿Por qué paramos?

Este 8 de marzo ponemos el eje en los derechos laborales de las mujeres y por eso nos apropiamos de la herramienta más poderosa de los trabajadores: el Paro.

Denunciamos la explotación económica y salarial de las mujeres: las inequidades económicas expresadas en el trabajo doméstico y cuidados no remunerados, la precarización laboral y la brecha salarial que se produce porque las mujeres cobramos estimativamente en promedio un 30% menos que los varones, entre múltiples y diversas situaciones.

[blockquote author=»» ]La Tierra va a temblar para expresar el hartazgo frente a la creciente violencia machista y su expresión más extrema, los femicidios[/blockquote]

Además, persevera el techo de cristal, una metáfora que refiere a las “barreras invisibles” que dificultan a las mujeres ascender a los puestos más altos.

Valorizamos el trabajo invisibilizado que hacemos, que construye red, apoyo y estrategias vitales en contextos difíciles y de crisis.

No es amor, es trabajo

El ámbito doméstico, familiar, íntimo, es el espacio donde con más fuerza se reproducen las injusticias del patriarcado. Así se expresa en la desigual organización del cuidado, entendiendo como tal a las actividades indispensables para satisfacer las necesidades básicas de la existencia y reproducción de las personas, brindándoles los elementos físicos y simbólicos que les permiten vivir en sociedad. Permite atender las necesidades de las personas dependientes (niños y niñas, personas mayores, enfermas o con discapacidades) y también de las personas que podrían autoproveerse ese cuidado y no lo hacen.

Según ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género), en el 80% de los hogares este trabajo doméstico y de cuidado recae en las mujeres, generándoles dobles o triples jornadas laborales. Esta injusta distribución de las responsabilidades de cuidado condiciona también la participación de las mujeres en otros ámbitos externos al hogar.

niuVivas nos queremos

Esa lucha por los derechos se vuelve grito frente al horror: sólo en los primeros meses de 2017 somos 57 mujeres menos en Argentina, una mujer asesinada de manera violenta cada 18 horas, producto de las violencias machistas y su expresión más extrema, los femicidios.

A ellos se suman las muertes por abortos no seguros. La principal deuda en la agenda de la Argentina es el aborto legal. Se calcula que se realizan medio millón de abortos ilegales por año.

Trabajar por el derecho al aborto en razón de justicia social, es reconocer que en el contexto latinoamericano, sumido en la pobreza y la desigualdad social, son las mujeres pobres quienes sufren o mueren por abortos realizados en clandestinidad, excluidas también de otros bienes culturales y materiales.

Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

Junto con la bronca y el dolor, también tenemos alegría. La que nos da estar juntas y aprender, ver nuestros crecimientos, repensarnos y atrevernos a no dejar de luchar.

Este 8 de marzo la Tierra se tiñe de violeta y tiembla por la igualdad en el ámbito laboral y las inequidades salariales, por la desigualdad distribución del trabajo doméstico y de cuidado, denunciando las violencias machistas y los femicidios, exigiendo aborto legal, seguro y gratuito.

Le corresponde al Estado garantizar esos derechos, equilibrar esas desigualdades.

Betina Rolfi

Betina Rolfi

Licenciada en comunicación social y docente de la Universidad Nacional de La Plata. Especialista en comunicación en organizaciones. Militante feminista