Las elecciones legislativas de 2021 se dirimen fundamentalmente en cada una de las provincias. En el sur de nuestro país, la propuesta socialista ofrece una alternativa con vocación transformadora y más allá de la polarización.
Luis Solana encabeza la lista que el Partido Socialista llevará en La Pampa como precandidato a Senador. Sus propuestas están atravesadas por los más altos valores progresistas y una manifiesta vocación por transformar una realidad signada por el estancamiento, la pobreza y la desigualdad. Con una fuerte presencia de la agenda ambientalista y feminista, el PS alza su voz en el Sur de nuestro país como una opción diferente. Sobre su trayectoria personal, su visión de la realidad y sus iniciativas conversamos con Luis Solana para La Vanguardia.
¿Cuál es el valor diferencial de los candidatos socialistas en estas elecciones?
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que los candidatos del socialismo son una versión original de luchadores y promotores en materia de desarrollo social con igualdad de oportunidades, en materia de lucha por derechos igualitarios para la mujer, en materia de explotación sustentable y aprovechamiento racional de los recursos naturales en favor del conjunto de la sociedad. Los candidatos del socialismo fueron, son y serán la versión original que encarna los valores de libertad, equidad y solidaridad dentro de la política.
A veces parece que todos los candidatos con falsario discurso son Socialistas, hoy todos dicen lo mismo, pero cuando miras las trayectorias pierden sentido sus discursos, se convierten en una mala fotocopia, son relatores de esos valores que se enarbolaron con las banderas del Socialismo desde su nacimiento. Por eso uno de los mayores valores diferenciales de los candidatos socialistas es cuidar la política, hacerla coherente, reinvidicarla como herramienta transformadora, es la inexistencia de oportunismo, de especulación y de la caradurez de quienes hablan de igualdad y republica habiendo actuado en dirección contraría en sus gobiernos. De otra manera podemos decir que los candidatos y candidatas socialistas proyectan su camino como continuidad, de otro muy largo, que trazaron los grandes dirigentes de nuestro partido.
¿Cuándo y cómo llegaste al Partido Socialista?
Cuando comencé la universidad, en paralelo comencé a trabajar, un compañero de trabajo tenia un tío que frecuentaba el local del partido, alguna vez me pidió que lo acompañara, y allí estaba el compañero Adrián Peppino, que me plantea la existencia de un brazo universitario nacional, y sin más rodeo me ofrece si quiero viajar a Rosario, específicamente a la Facultad de Económicas que tenia elecciones estudiantiles y vería de primera mano lo que me describía. Acepte el convite, allí conocí y comencé la militancia en el MNR. Recuerdo que me recibió Santiago Asegurado y como bienvenida me dejaron a la noche para cuidar las urnas en ese edificio enorme oscuro, con candado en los portones y una lista de prevenciones, pero estuve durante todo el proceso electoral de tres días. Esa experiencia la tenía que trasladar a La Pampa: por eso fundamos con unos amigos la Agrupación SUMATE y formamos también la juventud del partido. Y desde ese día que entré de casualidad al local con 18, hace ya 25 años, recorrí todo el caminito que ofrece la vida partidaria. Si reflexionamos sobre como me sumé hay que destacar al compañero Peppino, que aprovechó una circunstancia fortuita para mostrarme todas las virtudes de nuestro partido y me expuso al contagio de esa pasión de los socialistas rosarinos que marcaron la larga huella que hemos transitado y que seguiremos recorriendo en el PS.
«Los candidatos del socialismo fueron, son y serán la versión original que encarna los valores de libertad, equidad y solidaridad dentro de la política».
¿El ecologismo ocupa un lugar relevante en su propuesta?
Particularmente en nuestra provincia de La Pampa hemos sostenido un larga lucha por la recuperación de un Río que fue nos fue robado por Mendoza, que río arriba se apropió del caudal con la construcción de un gran dique, dejando una inmensa zona desértica en el oeste pampeano. Ante el daño ecológico casi irremediable, esa es una propuesta excluyente en cada espacio, elección o tarea política que llevamos adelante los y las militantes de La Pampa. Desde este lugar el ecologismo como movimiento por la protección del ambiente ha ido creciendo y ampliando el abanico de problemáticas. Desde el socialismo hacemos una defensa irrestricta del equilibrio medioambiental, promoviendo políticas que garanticen el uso sustentable de los recursos naturales y con verdadero sentido para el bienestar común. Nos opondremos a la explotación extractivista, contaminante y al saqueo interminable de monstruosas corporaciones privadas con abultadísimas y concentradas ganancias sin beneficio social alguno.
¿Cómo se ha incorporado la perspectiva de género en la propuesta electoral?
El PS, especialmente las compañeras, siempre acompañaron, interactuaron, inclusive impulsaron y avanzaron en innumerables logros en materia laboral, en ampliación de derechos de los niños, niñas y adolescentes; fuimos pioneros en Santa Fe con el reconocimiento institucional del colectivo LGTTBIQ. También las leyes de cupo en el ámbito político y en nuestro partido con la reforma de las cartas orgánicas; normativas para erradicar la violencia de género; iniciativas sobre salud reproductiva y educación sexual integral;levantamos las banderas para la sanción de la ley de matrimonio igualitario e identidad de género, las leyes de paridad, la Ley Micaela, la legalización del aborto. Hay que reconocer, como señala Amartya Sen, que una perspectiva de género significa reconocer que las mujeres están situadas en la encrucijada entre producción y reproducción, entre la actividad económica y el cuidado y atención de los seres humanos. Ellas son las trabajadoras de ambas esferas. En definitiva, solo con las perspectiva de género se lograr mayor desarrollo humano, económico, cultural y social que propenden a mayores niveles de igualdad.
¿Cómo se debería integrar la perspectiva de las juventudes en la labor parlamentaria del socialismo?
Esa perspectiva siempre la han dado los jóvenes y la mejor tradición socialista ha sido plasmar esas perspectivas en los espacios legislativos. Si miramos para atrás vemos una abultada labor de muchos socialistas, desde el apoyo entusiasta de Alfredo Palacios y Juan B. Justo a los jóvenes de la reforma del ’18, la ley de universidades y la ley de Juventud de Guillermo Estévez Boero, también Rubén Giustiniani con la mayoría de edad. Hermes, Antonio y Miguel dan muestras de espacios institucionales con y para jóvenes. Por eso las iniciativas deben tender a institucionalizar la participación de los jóvenes en todos los ámbitos públicos. Cuando vemos cómo se distribuyen los recursos públicos, los índices que se toman tienen que ver con crecimiento, recaudación, cantidad de habitantes o tamaño del territorio, pero no se distribuyen recursos con índices de mayor igualdad como podría ser presupuesto en áreas de juventud, de la mujer, de diversidad, tercera edad, de cuidado del medioambiente. Un debate necesario, que actualice los atrasados criterios de reparto de recursos y se premien a quienes los mayores esfuerzos presupuestarios hacen, aumentan la calidad social de sus comunidades.
¿El socialismo está pensando en la producción de riquezas? ¿Cuáles son las opciones compatibles con el desarrollo sustentable para tu provincia?
El socialismo piensa la producción de riquezas como fuente de desarrollo de los pueblos, no como un fin en sí mismo. El debate profundo de esta cuestión es vital y central para el bienestar de la grandes mayorías; y, a la vez, es el gran nudo gordiano a resolver en un mundo guiado por el capital, el mercado y una trama de poder concentrado en pocas manos que provoca grandes desigualdades sociales, en argentina hace tiempo la que la tendencia es profundizarlas. El irreversible fenómeno de la globalización y una explosiva revolución tecnológica serán fábricas de conflictos mientras mantengan y profundicen los desequilibrios sociales y las inequidades existentes en la aldea global. Por tanto, el progreso de los pueblos ha de medirse a través de los indicadores de desarrollo social y no de los guarismos que arrojan las pizarras del mundo mercantil macroeconómico resaltando el crecimiento de la producción. Si la creación de riquezas no sirve a los fines de un progreso social, entonces se convierte en fuente de injusticia y desigualdad.
«Si la creación de riquezas no sirve a los fines de un progreso social, entonces se convierte en fuente de injusticia y desigualdad».
¿Qué propuestas podría llevar el socialismo ante las nuevas formas de trabajo emergentes, el deterioro de los salarios y derechos laborales?
Cuando hablamos de formas de trabajo, salarios y derechos laborales, en suma hablamos de la columna vertebral de la sociedad y su organización. Con la mitad de los trabajadores en la informalidad, la inflación de 50 puntos y los salarios promedios bajo la línea de pobreza, la discusión de cómo crear empleos y mejorar salarios debería comenzar por hacer sustentables a las PyMes, los emprendedores, las cooperativas, los pequeños agricultores, etcétera. En el limitado esquema actual, donde el que no trabaja no recibe ingreso, obliga a que todos tengan trabajo, o estarán destinados a la pobreza de la asistencia social. La creación de trabajo depende de la inversión, la formación y el mercado, pero un país como el nuestro los que reinan son los desincentivos. Si vemos que la presión tributaria se carga en los producción y se traslada a los productos, que nos deja en desventaja ya que debemos exportar impuestos. O que la característica de nuestro sistema tributario es que el impuesto a las ganancia, el IVA y los ingresos brutos se trasladan a los precios del consumidor poniendo a las PyMes como recaudadoras y a los consumidores en pagadores, sin discriminar su condición económica. Todo eso tergiversa el criterio que debería imperar en un sistema tributario, es decir donde paga más quien más tiene, quien más gasta y quien más gana. En fin, la recaudación del los recursos nacionales salen principalmente del bolsillo de quienes trabajan, quienes producen y quienes consumen, estos últimos a pesar de estar bajo la línea de pobreza. Entonces crear empleo requiere de incentivos fiscales para la inversión de capital en el marco de una planificación que la haga sustentable. Reformar la política fiscal es condición previa para avanzar en una reforma laboral.
¿Cómo la labor parlamentaria del socialismo podría contribuir al crecimiento en las diferentes regiones?
La producción de bienes y servicios deben ir de la mano de la promoción social para que la riqueza y su distribución sean un bien colectivo y no una enfermedad terminal. Es así que cobran sentido las economías regionales, el incremento del producto bruto geográfico y los planes estratégicos sostenidos en las ventajas comparativas que cada región y comunidad puedan llevar adelante en base a materias primas, conocimientos, tecnologías, destrezas y procesos. Igual podemos advertir la dificultad de que el crecimiento requiere de condiciones macroeconómicas que no son determinadas por un intendente, gobernador o una determinada región. El ajuste a la producción, la pérdida de mercados o la inflación de un pueblo no es diferente a la del pueblo vecino. El gran desafío es dotar de más federalismo, de mayor autonomía decisional a las regiones, que confronten con la concentración económica y el centralismo de las decisiones.
«Habrá que poner esfuerzos para instalar el debate sobre una reforma tributaria, que es mucho más difícil, ya que en el juego de percibir y asignar recursos de la política fiscal, la mayor atención se genera en la forma en que se gasta, pero el mayor daño lo produce la forma en la que se recauda».
¿Cómo debe ser el posicionamiento en el Congreso del socialismo ante la crisis económica y social post COVID?
Como no había sucedido antes, todo el mundo puso al Estado como centro de exigencia para resolver todas las crisis derivadas de la pandemia. Hasta los ultra liberales que piden eliminación de cargas e impuestos, esta vez pidieron auxilio al Estado.
Por otro lado, el COVID exhibió los malos servicios públicos, demostró que tenemos un Estado ineficiente y que una porción muy importante de la economía esta en la informalidad. Por poner un solo ejemplo, con la IFE quedó claro que el Estado no tiene información sobre sus habitantes ni de su forma de vida, cambiaron las estimaciones de 3 millones a 9 que finalmente recibieron esa ayuda. El coronavirus mostró las profundas desigualdades sociales, la indigencia en la que viven millones de argentinos, la fragmentación de los servicios esenciales y el divorcio de la sociedad con la política donde algunos sectores se sienten impunes y con privilegios.
Podemos pensar que es un momento inmejorable para jerarquizar la importancia del Estado democrático que no solo despeje el camino, sino que marque los objetivos, no para volver a la vieja normalidad, sino incluir a una nueva normalidad donde las formas de producción sean ecológicamente compatibles, aumentemos nuestras fuentes de energía renovable, reconfiguremos el sistema de salud nacional obsoleto y disfuncional, apoyar decididamente a las pequeñas y medianas empresas y a las economías regionales que se conviertan en el centro de la cadena de suministro y producción, con reglas claras que las hagan sostenibles en el tiempo. También habrá que poner esfuerzos para instalar el debate sobre una reforma tributaria, que es mucho más difícil, ya que en el juego de percibir y asignar recursos de la política fiscal, la mayor atención se genera en la forma en que se gasta, pero el mayor daño lo produce la forma en la que se recauda. Todos aprendieron que la centralidad del Estado, y es el momento de dar la batalla para que la próxima pandemia o catástrofe de orden mundial, no cuente de víctimas sino de solidaridad y resistencia.
¿Cómo imaginás el escenario electoral para la Argentina en 2023?
No hay mal que dure 100 años, por lo que deberíamos pensar que se inicia un periodo de agotamiento de esta polarización entre los dos grupos protagonistas de la Argentina. Hacia el 2023 seguramente podrá madurar una alternativa real, que pueda representar la esperanza que hoy ningún polo representa.