Marco Miccoli tiene una larga trayectoria como militante progresista, desde el sindicalismo hasta su labor en el Parlamento italiano. Su mirada, que va desde la autocrítica a la preocupación, nos sirve para comprender el ascenso de las derechas en Europa.
Marco Miccoli en la sede del PD.
Según José Antonio Sanahuja, el auge de la ultraderecha xenófoba y la difusión de «democracias antiliberales» es un fenómeno global. Esta teoría quedó reflejada en las pasadas elecciones europeas del 8 y 9 de junio, que vieron el triunfo de partidos nacionalistas y populistas en grandes países como Francia e Italia, y un fortalecimiento de los mismos en Alemania. Tuvimos el placer de debatir esta cuestión con Marco Miccoli, ex parlamentario italiano y miembro del Partido Democrático, de centro-izquierda, a quien preguntamos si, como sostenía Sanahuja, la victoria de los partidos de derechas podría suponer una amenaza para el orden liberal.
La lectura que Miccoli hace de las políticas neoliberales coincide perfectamente con la teoría de, entre otros, la teórica política Wendy Brown. Según Brown, el neoliberalismo ha desplazado el poder de la política democrática a las fuerzas del mercado, debilitando las instituciones democráticas y la participación política. El resultado ha sido un aumento del cinismo hacia la política y una disminución de la confianza en las instituciones públicas. El resentimiento y el fatalismo entre ciertos segmentos de la población provocaría entonces el auge de movimientos supremacistas y antidemocráticos, lo que sugiere que el neoliberalismo contribuyó a crear las condiciones para su ascenso. Miccoli, como hombre de izquierdas, suscribe a esta lectura y manifiesta su preocupación de cara al futuro.
En primer lugar, ¿cree que el ascenso de las derechas extremas es el síntoma de una crisis de la democracia representativa y, al mismo tiempo, un factor para su erosión?
Ciertamente sí, podemos ver cambios con respecto a la calidad de la democracia en países donde gobiernan estas fuerzas soberanistas de extrema derecha. Es suficiente con solo pensar en Hungría, en Italia, donde Meloni está empezando a ejercer un papel de aniquilación de algunas instituciones democráticas fundamentales, como la unidad del país, como el asunto de la democracia parlamentaria basada en la República parlamentaria. La alteración que Orban está haciendo en Hungría dice mucho, digamos, sobre el potencial destructivo de la calidad democrática de Europa.
«Se puede decir que las derechas extremas avanzan cuando hay que criticar, cuando hay que oponerse, cuando hay que enunciar los problemas que se han creado con esta interminable crisis internacional: pero luego son incapaces de resolverlos».
El avance de las nuevas derechas según los analistas es un fenómeno global: el triunfo de Milei, el éxito de Giorgia Meloni en Italia, Marine Le Pen en Francia y el ascenso del partido Alternative für Deutschland en Alemania. El fenómeno global responde a causas comunes. ¿Cuáles son para usted estas causas?
La primera causa es que frente a los grandes cambios globales y las crisis económicas internacionales, que en algunos Estados, sobre todo en Europa, son difíciles de resolver, ellos dan una respuesta más fácil con el populismo. Así que son muy buenos en enunciar problemas, pero son menos eficientes en resolverlos, tanto que hemos visto la derrota en Polonia recientemente. Se puede decir que las derechas extremas avanzan cuando hay que criticar, cuando hay que oponerse, cuando hay que enunciar los problemas que se han creado con esta interminable crisis internacional: pero luego son incapaces de resolverlos. Por una parte, tenemos la forma sencilla con la cual describen soluciones fáciles a problemas complejos, por otra parte, cabe mencionar que se han cometido errores por parte de las fuerzas socialdemócratas y socialistas europeas. Obviamente el encanto de las políticas neoliberales, que no han resuelto problemas de las masas sino los han agravado, te hacen pagar el costo respecto a quien da una respuesta del tipo populista.
¿Cómo explica el triunfo de Giorgia Meloni? ¿Tuvo que ver con la crisis de la izquierda y su apoyo a gobiernos centristas o neoliberales?
Giorgia Meloni supo colarse y explotar, digamos incluso aquí en Italia, la crisis de una izquierda que ya no se reconocía como tal. En la última campaña electoral en la que ella explotó desde el punto de vista político, estaba en oposición al gobierno Draghi, que no hizo políticas de izquierda, no hizo políticas sociales significativas, e incluso redujo el campo de propuestas que también había hecho el segundo gobierno de Conte. Hay que decir que aunque lo explotó, pensemos que la izquierda se presentó a la campaña electoral reivindicando la agenda Draghi mientras que obviamente el descontento por la agenda era tal que Meloni pudo explotarlo. Pero también es cierto que durante años Meloni ha construido su propia imagen, una figura antisistema. Ella ha culpado sustancialmente al sistema italiano, a las instituciones democráticas, al funcionamiento de la máquina administrativa. En fin, el real populismo de derecha la está premiando por ahora, aunque hay señales que dicen que por lo menos entre sus aliados hay un fracaso por el hecho de que esas promesas no se cumplen.
En función de las noticias de los últimos meses: ¿Le preocupa el ascenso de Marine Le Pen a nivel europeo?
Me preocupa porque Francia es uno de los países líderes en Europa, un país capaz de dirigir también las políticas de otros países, no lo podemos ocultar, es la cuna de la Unión Europea y saber que en el gobierno de Francia habrá una personalidad que no cree en la Unión Europea, que gruñe un ojo a Putin, que tiene una posición ambigua sobre la defensa de Ucrania, que incluso anuncia soluciones fáciles para salir de la crisis económica y habla, a las capas más débiles de la población, a los suburbios de París, a los suburbios de las grandes ciudades francesas. Además está claro que está explotando un tema que dentro de la crisis económica, un poco para todos los países de Europa, en parte culpa a la inmigración, por lo tanto, es una gran enemiga del inmigrante. Está claro que también en Italia estamos preocupados por esta posible victoria de Le Pen en Francia.
