Benoît Hamon triunfó en las primarias socialistas francesas. Ahora tiene el duro desafío de renovar la confianza de los electores, frente a una socialdemocracia en crisis.
El exministro de educación Benoît Hamon fue electo en el día de ayer como candidato socialista a la presidencia de gobierno tras vencer a Manuel Valls en un proceso de primarias. Hamon consiguió el 58,65 % de los votos frente al 41,35 % del ex Primer Ministro.
La victoria de Hamon representa un giro a la izquierda en la formación política gala. De 49 años, Hamon representa a un sector crítico con el gobierno del actual presidente François Hollande y promueve políticas de reactualización del ideario socialdemócrata. Entre sus principales propuestas se destacan el desarrollo de una renta básica universal, la legalización del cannabis, y una batería de políticas de género.
Ahora, a Hamon le tocará enfrentarse a los candidatos de la derecha y la ultraderecha. La primera, representada por el conservador François Fillon y la segunda por la neofascista Marine Le Pen. También deberá vérselas con el ex socialista y hoy liberal centrista, Emmanuel Macron, y con el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Hamon tiene la difícil tarea de lograr el crecimiento del Partido Socialista Francés. Si logra poner a toda la familia socialdemócrata detrás de su candidatura, puede crecer en las encuestas y desarrollar una opción de progreso y futuro para la sociedad francesa.
