La empresa alega destrozos tras las protestas por la muerte de David Ramallo, ocurrida en septiembre de 2016
Días atrás, las autoridades la empresa MONSA, que gestiona la Línea 60 de colectivos, señalaron en declaraciones radiales y televisivas que iniciarían una serie de despidos y sanciones por la reacción de algunos trabajadores luego de la muerte del mecánico David Ramallo, ocurrida el 9 de septiembre de 2016. Según la empresa, hubo roturas de oficinas y golpes a jefes de personal, lo que motivó que se iniciaran 30 sumarios a empleados de la línea y un número aún indefinido de despidos. Por su parte, entrevistado por Radio Gráfica, Esteban Simonetta, miembro de la comisión interna, lamentó la actitud de los dueños de la empresa MONSA tras la muerte del operario David Ramallo, quien estaba trabajando en la terminal de Barracas, y señaló que “no se hacen cargo de la negligencia de la empresa, cuando nosotros veníamos denunciando la falta de seguridad en las condiciones de trabajo de la cabecera de Barracas”. Si bien no negó los destrozos, Simonetta insistió en que el gremio había advertido sobre los peligros de esa cabecera y sobre las irregularidades de parte de la empresa que, finalmente, se llevaron la vida de un compañero de trabajo. Según detalló Simonetta, la cabecera “tiene muy buen aspecto desde afuera, pero carece del espacio adecuado para instalar un taller mecánico y tampoco posee la capacidad necesaria para revisar todos los colectivos que llegan. Denunciamos de entrada esto, y también que un empleado administrativo se hizo pasar por delegado para firmar un preventivo de riesgo. A los pocos días falleció David, y la empresa con un cinismo descomunal insiste en decir que los trabajadores somos violentos”.
Según explicó el gremialista: “el 22 de febrero enviaron treinta telegramas que anunciaban el inicio de sumarios y se supone que ahora van a empezar los anuncios de despidos. No sabemos a cuántos pretenden echar, pero si esto se confirma habrá un nuevo conflicto en la Línea 60. Cabe aclarar que en cada reunión durante la Conciliación Obligatoria mientras pedíamos ver todos los documentos acerca de la cabecera y sus condiciones de trabajo, los representantes de la empresa sólo hablaban de lo que iba a pasar con los subsidios. Pensaban en reclamar dinero y achicar costos laborales con un trabajador recién fallecido”.
La Agrupación al Volante, que reúne a trabajadores de la línea 60, emitió un comunicado donde señalaron que la cabecera donde trabajaba el empleado fallecido se encontraba “sin habilitación” y que había sido “previamente denunciada por este cuerpo de delegados”, por lo que la acusación que hicieran los empresarios de que los trabajadores fueron violentos “no es más que la reacción de los trabajadores tras ver morir a su compañero y ser burlados por los empleados jerárquicos, quienes no asistieron a David ni facilitaron los medios para rescatarlo de la tragedia”. En el mismo sentido, otro delegado, Néstor Marcolín, opinó en comunicación con Télam que “los violentos son quienes no garantizaron las medidas de seguridad”, y que, tras denunciar las faltas de condiciones de seguridad, la empresa “falsificó un preventivo de riesgo de siniestralidad” con un administrativo que se hizo pasar por delegado, hecho que la comisión interna denunció dos meses previos al fallecimiento de Ramallo ante el Ministerio de Trabajo y a la Superintendencia de Riesgos de Trabajo. En tal sentido, Marcolín señaló que la decisión de la empresa de despedir trabajadores y abrir sumarios es “apagar fuego con nafta” en lugar de hacerse cargo de su responsabilidad sobre las condiciones de trabajo y sobre los riesgos de muertes, que ya se cobraron una vida.
Este mismo cuerpo de delegados -según señala el comunicado de la Agrupación- ya había denunciado y mostrado el uso fraudulento de los subsidios por parte de la empresa MONSA desde el 2010 -fecha en la que el grupo empresario DOTA comenzó a administrar la línea 60-, y agrega que “en todas las reuniones realizadas por el Ministerio de Trabajo, en el marco de la conciliación obligatoria, la empresa solo estuvo interesaba en conseguir un aumento de los subsidios”.
Por esta razón, los trabajadores de la línea 60 se encuentran “en estado de alerta y asamblea permanente”.
Fuentes: Infogremiales, Télam y Agrupación al Volante