Tras once años de la desaparición de Jorge Julio López, la ciudadanía marchó en distintas ciudades del país. Su hijo conversó con La Vanguardia y pidió por Santiago Maldonado.
La última foto que Rubén se sacó con su padre fue el 17 de septiembre de 2006, un día antes de su desaparición. Aún hoy recuerda esas horas previas, le había comentado estar entusiasmado, que iba a asistir, le contó que tenía la ropa preparada, tenia muchas ansias de ver cara a cara a Etchecolatz y, sobre todo, terminar ese juicio y ver condenados a los culpables.
Rubén recuerda cada uno de los detalles del día que su vida y la de su familia dio un giro. A partir del 18 de septiembre del 2006 nada volvió a ser igual, faltaba su padre, Julio López.
López brindó testimonios en el marco del juicio oral contra el comisario de la Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz. Su testimonio clave, preciso y contundente llevó a un fallo histórico donde se condenó a prisión perpetua al represor y se reconoció por primera vez en Argentina el genocidio. Pero López, querellante y testigo, nunca pudo llegar a escuchar la sentencia: fue secuestrado y desaparecido por segunda vez en la madrugada del 18 de septiembre de 2006.
“Es un año más de que no tenemos noticias, que no sabemos que pasó, quiénes fueron y por qué le tocó a mi viejo. Lamentablemente, es la Justicia que nos debe respuestas que pedimos, y no las tenemos. Once años sin saber, parece una tomada de pelo pero seguimos igual que desde el primer día, la causa judicial no tiene novedades ni movimiento” dice Rubén López.
Desde hace 11 años Rubén espera respuestas sobre la desaparición de su padre. Nada volvió a ser igual. “Desde hace años vivimos pendientes de alguna noticia algo que nos aclare lo que le pasó, me di cuenta también que nosotros nos tuvimos que mover para seguir manteniendo la causa activa. Conocí mucha gente que nos ayudó y abrazó en los momentos difíciles. Me di cuenta también que es necesario ser más activo políticamente y sobre todo nunca ser indiferente” afirma.
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El albañil describió claramente las condiciones de detención en los centros clandestinos donde estuvo desde el 27 de octubre de 1976 cuando fue secuestrado de su casa de Los Hornos. Él estuvo detenido en Potrerismo, Pozo de Arana, Comisaria Quinta y Octava, donde identificó a varios compañeros de cautiverio. También relató cómo fue legalizado y trasladado a la Unidad 9 donde estuvo 812 días, hasta el 25 de junio de 1979. Pero López sufrió una segunda desaparición, considerándose el primer desaparecido en democracia. En su momento, la abogada de López dijo que en el momento de realizar la denuncia se dieron cuenta que diversas personas que habían sido parte de la represión continuaban en funciones e incluso, ya en democracia, promovidos a las altas esferas de la cúpula policial.
Rubén cuenta que la desidia judicial se mantiene intacta, que no ha mantenido contacto en años con el Fiscal y que espera que la causa no se cierre: “No nos dieron una explicación. Con los años pudimos elaborar algunas sospechas, quizás haya sido algún secuaz de Etchecolatz. Siempre criticamos que se lo condenó solo a él y quedaron muchos sin ser juzgados”.
A pesar de la desaparición y la inacción, Rubén no pierde las esperanzas de encontrar a su padre. Aunque considera que no existen posibilidades que se encuentre vivo, asegura que continuará peleando por saber lo que ocurrió “si bien la carátula de la causa es «presunta desaparición», hoy podemos decir que es una desaparición forzada”.
Por estos días una nueva desaparición acapara la atención de los medios y de la sociedad toda: Santiago Maldonado. Lejos de esquivar el tema, Rubén habla de la necesidad de mantener vivo el reclamo y bregar por la justicia.
Rubén relata que, cuando escuchó sobre el caso de Santiago Maldonado, la primera reacción que tuvo fue de sorpresa. “Aunque existen diferencias en los casos, lo de Santiago nos hizo revivir todo lo que vivimos”.
[blockquote author=»» ]“Aunque existen diferencias en los casos, lo de Santiago nos hizo revivir todo lo que vivimos” dice Rubén López. [/blockquote]
Y agrega: “Me parecen de muy baja calidad las personas que cuando hoy uno se pregunta dónde está Santiago Maldonado utilizan el nombre de mi padre. Nunca hicieron nada por nadie, lo tuve que salir a decir porque es una chicana política, lo único que quieren hacer es tapar lo que está pasando con este chico. Desde gente común a las redes sociales. Los que comparan desaparecidos no tienen honor, todos también deberíamos estar buscando a Maldonado. A la familia de Santiago todo mi acompañamiento y apoyo. Yo les recomiendo que confíen en la justicia pero también la controlen todo el tiempo, y que no tengan miedo en convocar a marchas: ahí estaremos pidiendo también por la aparición con vida del joven”.
La palabra de Rubén es contundente. Quiere saber dónde está su padre. Y quiere saber dónde está Santiago Maldonado. Es lo que queremos todos.