Desde La Vanguardia extendemos estas palabras que pretendemos contribuyan al respeto, a la solidaridad y a la justicia. Abrazamos a la familia de Santiago.
«Sé que el principio de no matar, como el de amar al prójimo, son principios imposibles. Pero sostener ese principio imposible es lo único posible. Sin él no podría existir la sociedad humana. Asumir lo imposible como posible es sostener lo absoluto de cada ser humano, desde el primero al último».
Oscar Del Barco. «No matarás».
Tenemos un problema para empatizar y para entendernos. Para decir: quiero abrazar a Sergio Maldonado, a su mamá, a la familia de Santiago. Tenemos un problema para entender que hay un muerto. Y que el muerto es una persona. Un ser humano.
Estamos velando a un chico. La sociedad argentina lo está despidiendo. Es la misma que pidió por él durante meses. La que se movilizó para que el Estado – los tres poderes – manifestase que había pasado con él. La que le exigió a la justicia y a las autoridades políticas que lo buscaran. La que pidió que funcione el Estado de Derecho. Porque el Estado de Derecho debe ser siempre la garantía de la vida.
La desaparición y la muerte de Santiago expuso lo mejor y lo peor de nosotros. Puso de relieve a personas como su hermano Sergio y a la incansable Nora Cortiñas, defendiendo la humanidad y la vida por sobre todas las cosas. El caso, sin embargo, nos exhibió a todos discutiendo en términos en los que jamás deberíamos habernos expresado. Si queremos fundar una sociedad en la que prime el bien, debemos empezar por valorar el afecto, la empatía, la capacidad de entendernos y de hablarnos de otra manera.
Ahora se realizará una autopsia. Es lo que esperamos quienes queremos saber la verdad. Es lo que espera la mayor parte de una sociedad que apuesta por la justicia, por el respeto y por la vida. A los fanáticos, sin embargo, no les afecta. Ya tienen su explicación. Para ellos los hechos no importan. Las personas siempre se convierten en instrumentos, en excusas.
Sabemos perfectamente cómo operan en estos casos: unos dirán que Gendarmería plantó el cuerpo. Argumentarán que el gobierno lo hizo tras conocer resultados de los “focus groups” y creer que con esto no perderán votos ni apoyos. Los otros dirán que se ahogó o lo mataron los mapuches. Asegurarán que los kirchneristas, los progresistas y la izquierda, utilizaron el asunto electoralmente. Ninguno pondrá en duda su fe. Que siempre es estúpida, fanática, primaria.
Desde este espacio humilde y plural, consideramos que hay cómplices, periodismo basura y responsables políticos. Pero creemos que, si por un minuto, no podemos ver solo el dolor, tenemos un problema.
Detrás de todos los que braman y gritan sus verdades están Santiago y su familia que seguirá llorándolo y pidiendo algo tan sencillo como sensato: respeto y justicia.
Abrazamos a la familia y a los seres queridos de Santiago. Nosotros hoy escribimos esto. Nada más. Vamos a hacerle caso a Sergio y a callarnos por un rato. Pero en el dolor no podremos pasar música.