Las personas con discapacidad (PdC) han sido las víctimas predilectas del ajuste encarado por el gobierno de Cambiemos. La invisibilización de su reclamo contribuye a esconder la sistemática destrucción de sus derechos y las gravosas consecuencias que esto trae aparejado.
Desde que asumió el actual gobierno comenzaron a cuestionarse las pensiones otorgadas a las personas con discapacidad y en menos de tres años se llegó a la alarmante situación de quita de 170.000 pensiones. Recordemos los días de angustia que nos hicieron pasar en junio del 2017, todavía era Diputada Nacional y vicepresidenta de la Comisión de Discapacidad, y sin previo aviso no se depositaron las pensiones por discapacidad con total insensibilidad que caracteriza a este gobierno hacia nosotros.
En 2016 se suspendió el pago de 97.824 pensiones de las cuales solo pudo recuperarse el 4 % (4.258). Esta arremetida continuó a mediados de junio de 2017 dando de baja a otras 117.205 pensiones y solo se reintegraron a la fecha el 33,6% (39.344). Fueron días de movilizaciones y reclamos de todas las ONGs unidas y acompañadas por sus familiares. Tuvo su punto culminante en el Obelisco. Lamentablemente la Ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley no cumplió con su palabra de restituirlas inmediatamente, a lo que se comprometió en una comunicación personal que tuvimos. Las cifras actuales evidencian un claro recorte y quita definitiva de las pensiones. Y aún no terminó, se aproxima otra quita de 30.000 más.
Al día de hoy hay 133.812 pensiones a PcD que están aprobadas desde hace 15 meses (recordemos que dieron de baja y reiniciaron las solicitudes) esperando ser firmadas. Hay casos expedientes de los años 2015/16 que todavía están esperando la firma.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Permanentemente cambian organismos, trasladan funciones de una Dirección a otra, de Secretaría a Agencia. Cambian los directores y las condiciones de acceso. El fin es uno solo: demorar el acceso al derecho.[/blockquote]
¿Si están aprobadas, por qué no las entregan?
Sencillamente para no pagarlas, las personas van a averiguar por su trámite y siempre le solicitan algo más o les dicen que por cambio de responsable del área tienen que reverlo. Así entran en un circuito sin fin como en el «cuento de la buena pipa» y se “bicicletea” su otorgamiento.
Cierran los Centros de atención local para que la persona con discapacidad deba trasladarse a realizar el trámite, obstaculizando una vez más la posibilidad de acceder a un derecho; imposibilitando el acceso a la salud y deteriorando la calidad de vida.
Permanentemente cambian organismos, trasladan funciones de una Dirección a otra, de Secretaría a Agencia. Cambian los directores y las condiciones de acceso. El fin es uno solo: demorar el acceso al derecho.
El 25 de enero de este año se eliminó a los menores de edad con discapacidad como beneficiarios y se modificaron los requisitos de solicitud de pensiones. Desde la Agencia Nacional de discapacidad sostuvieron que “momentáneamente quedarán a la espera de nuevas definiciones”, pero mientras tanto, a los menores que ya iniciaron el trámite no se les otorgarán más pensiones. El argumento: “no tienen incapacidad laboral”. Pensaban quitar 20.000 pensiones asignadas pero el recorte quedó en “stand by” ante los desesperados reclamos de los familiares. El lema del gobierno parece ser: “si pasa, pasa”.
¿Por qué no tratan en la Cámara de Diputados los proyectos de pensiones para personas con discapacidad?
¿Por qué no se cumple con el cupo laboral?
¿Por qué no se difunden los beneficios que tienen las empresas al contar en su personal con el uno por ciento de PcD?
¿Por qué eliminaron como beneficiarios a los menores de edad?
Como nada es casualidad sabemos que desde hace varios meses los prestadores están reclamando por el cobro de servicios varios como la rehabilitación y el transporte.
Quiero además destacar la difícil situación que atraviesan las personas con HIV y/o cáncer quienes quedan sujetos a la atención médica en hospitales públicos al no contar con la posibilidad de que les sea otorgada una pensión; aun cuando estas enfermedades implican padecimientos crónicos y tratamientos y seguimiento continuos. La única posibilidad de ser sujetos de este derecho es que los pacientes tengan comprometido algún órgano blando, es decir, que estén con riesgo de muerte. En Chaco por ejemplo el Mal de Chagas hace estragos y queda afuera de la cobertura.
[blockquote author=»» pull=»normal»] A los menores que ya iniciaron el trámite no se les otorgarán más pensiones. El argumento: “no tienen incapacidad laboral”.[/blockquote]
Permanentemente se cambian hasta los criterios médicos y no se da información oficial.
Para terminar quiero citar a la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, que posee rango constitucional. Dicha convención en su Artículo 4 establece que:
“Los Estados Partes se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad. Comprometiéndose a adoptar todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean pertinentes para hacer efectivos los derechos reconocidos en la presente Convención; b) modificar o derogar leyes, reglamentos, costumbres y prácticas existentes que constituyan discriminación contra las personas con discapacidad; c) Tener en cuenta, en todas las políticas y todos los programas, la protección y promoción de los derechos humanos de las personas con discapacidad; d) Abstenerse de actos o prácticas que sean incompatibles con la presente Convención y velar por que las autoridades e instituciones públicas actúen conforme a lo dispuesto en ella”. Se destaca también que “el hecho de que la mayoría de las personas con discapacidad viven en condiciones de pobreza y reconociendo, a este respecto, la necesidad fundamental de mitigar los efectos negativos de la pobreza en las personas con discapacidad”.
Terminemos con la discriminación hacia las personas con discapacidad.
Nada sobre nosotros sin nosotros.