La Primera Ministra de Reino Unido, Mrs. Theresa May, tuvo que transigir. Esta señora, que se considera ama y dueña de las llaves que abrirán la puerta de salida final de la Unión Europea, debió abandonar la comodidad de su arrogante posición solitaria y hacer caso al llamado de la oposición laborista a entregar una hoja de ruta que aclare como se producirá finalmente el Brexit.
David Davis, el ministro para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, había hecho uno de esos clásicos guiños de la derecha: afirmar que dar demasiada información a la ciudadanía podía ser peligroso. Ya se sabe: a ver si se enojan los mercados…Para Davis, una sobreinformación sobre las condiciones de salida, podría provocar una merma en la capacidad negociadora británica ante la Unión Europea.
[blockquote author=»» ]La presión laborista obligará a Theresa May a mostrar su hoja de ruta sobre el Brexit[/blockquote]
Theresa May apoyaba, como es lógico, las tesis de su apreciado ministro. Sin embargo, ahora, aparece como una buena señora dispuesta al consenso y al diálogo. Asume ya, con toda lógica, lo que pedía el Partido Laborista: que el gobierno divulgue los planes de la salida. Sin embargo, tanto en la derecha conservadora como en la izquierda laborista, hay algunas caras largas. Y es que el Brexit no termina nunca de cuajar.
Para algunos miembros del Partido Consevador tampoco hay que ser tan conservador: afuera de la Unión Europea sí, dicen, pero adentro del mercado único europeo también. Ya se ve: el problema, como siempre, son los mercados. En el bando laborista, donde las aguas siguen revueltas, hay quienes también hacen sus críticas: en un contexto como éste, dicen, habría que ser más claro a la hora de ofrecer alternativas de salida.
Por lo pronto, el Laborismo exige que en enero – cuando también la justicia se expedirá sobre la necesidad o no de una ley para efectuar el Brexit- May explique, con claridad, como planea la salida. La señora May ya no podrá ocultarse.
Información en base a agencias.