Al Asad se vanagloria de su victoria en Alepo tras dejar un tendal de muertos
El dictador sirio Bashar Al Asad se consideró victorioso en la ciudad de Alepo y manifestó que ha acabado completamente con las fuerzas rebeldes. Con el discurso belicoso y autoritario que lo caracteriza, afirmó que la victoria en esa ciudad pertenece también a Irán y Rusia, sus aliados en lo que llama «la lucha contra el terrorismo».
Al Asad sostuvo que la victoria en Alepo constituye un «revés para todos los Estados hostiles al pueblo sirio y que utilizan el terrorismo para lograr sus intereses»
El triunfo del presidente sirio en Alepo es un triunfo a su medida: el de un belicista responsable de muertes y asesinatos. La guerra en su país ya se ha cobrado 300.000 muertos y ha provocado el éxodo de más de 80.000 civiles.
Información en base a agencias