La Corte Suprema, por unanimidad, suspendió provisoriamente las obras de las represas “Kirchner” y “Cepernic” en Santa Cruz.
Este miércoles 21 de diciembre la Corte Suprema de Justicia de la Nación suspendió provisoriamente las obras de las represas “Kirchner” y “Cepernic”. La decisión fue adoptada con la firma de los cinco ministros en la causa denominada “Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia c/ Santa Cruz, provincia de y otros/ amparo ambiental” y CSJ 4390/2015 y “Fundación Banco de Bosques para el Manejo Sustentable de los Recursos Naturales c/ Santa Cruz, provincia de y otros s/ incidencia de medida cautelar”.
La Corte dictó una medida cautelar que suspende las obras hasta que se implemente el proceso de evaluación de impacto ambiental y audiencia previsto en la ley 23.879, o hasta el momento en que dicte la sentencia definitiva, lo que suceda en primer término.
ANTECEDENTES
Unidas en un frente común, distintas ONGs argentinas buscan salvar al río Santa Cruz de las represas. La coalición Río Santa Cruz Sin Represas, integrada por Banco de Bosques, Vida Silvestre, la FARN, Naturaleza para el Futuro, Aves Argentinas (AA), Flora y Fauna, (FFF) y la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia (Aaaap), arremeten contra el gobierno por el aval sin un estudio serio de impacto ambiental.
El Santa Cruz es el más importante de los ríos patagónicos. Nace en el lago Argentino, serpentea 385 km por la meseta, y forma un profundo estuario con el río Chico, en su desembocadura en el Atlántico. Es un baluarte con historia, explorado por Darwin, Fitz Roy y el perito Moreno.
Gran parte de la controversia ambiental se posa ahora sobre ese estuario, declarado sitio AICA (Área de Importancia para la Conservación de las Aves). El impacto que las represas tendrán sobre esa confluencia no ha sido estudiado, denuncian.
«El Santa Cruz tiene un alto valor en biodiversidad», explica el presidente de Aves Argentinas, Hernán Casañas. «Su desembocadura es clave como lugar de invernada del macá tobiano, el ave acuática en mayor peligro de extinción. Alberga parejas reproductivas de pingüinos de Magallanes y a otras especies amenazadas, como el flamenco austral y el chorlito ceniciento. Las aves migratorias descansan y se alimentan allí. Interrumpir ese curso puede ser una sentencia de muerte.»
A nivel internacional la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de las organizaciones ambientales más antigua y grandes del mundo que cuenta con 1350 miembros entre los que se encuentran Estados, organismos internacionales, académicas, ONGs y pueblos indígenas, se había expresado sobre el tema en un comunicado oficial realizado el pasado mes de septiembre desde el Congreso Mundial de la Naturaleza en Hawaii, donde exhortaba a nuestro país «a que suspenda toda actividad relacionada con el proyecto de las represas sobre el río Santa Cruz hasta que se lleve a cabo el debido proceso de evaluación de impacto ambiental (EIA) y evaluación ambiental estratégica (EAE) conforme a la legislación vigente, con plena y efectiva participación de todos los actores interesados y organismos competentes en el marco de un debate informado y estratégico sobre las decisiones energéticas del país, asegurando que no resulten afectados el ecosistema de la cuenca del río Santa Cruz ni las poblaciones del macá tobiano en territorio argentino”.
Además el proyecto que amenaza al río Santa Cruz no está en línea con los compromisos asumidos por Argentina en el Acuerdo de París para atender la problemática del cambio climático global. En este punto es importante subrayar que el sector energético genera el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del cambio climático. Además existen otros impactos ambientales relacionados con el sector energético, como la contaminación atmosférica y del agua, la destrucción de hábitats y la degradación de tierras.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El proyecto que amenaza al río Santa Cruz no está en línea con los compromisos asumidos por Argentina ante el cambio climático global. [/blockquote]
GRANDES REPRESAS, ¿GRANDES NEGOCIOS?
Contra lo que se suele afirmar, económicamente no son aconsejables. Según señala Banco de Bosques “tienden a duplicar su costo presupuestado y a demorarse 50% más de lo previsto en construirse”. Es decir, terminan siendo más caras y eso sin contar que, como están planteadas, requerirían aún más dinero porque “para aprovechar el 100% de la energía generada deberían construirse nuevos tendidos eléctricos que se calculan en unos 2.000 millones de dólares”.
Generar energía mediante represas para suplir una demanda desmedida que podría abastecerse inteligentemente por otros medios es poco inteligente. Más hacer las represas aun sabiendo que emiten dióxido de carbono y metano (generados al pudrirse los organismos vivos que quedan cubiertos por el agua), gases que contribuyen al efecto invernadero, es suicida.
La experiencia internacional indica que una de las formas más rápidas y económicas de superar una situación energética crítica es racionalizar y hacer más eficiente el consumo y también que, en general, es más barato ahorrar una unidad de energía que producirla. Si bien en la Argentina ya se están impulsando algunas medidas para promover la eficiencia energética, resultan aún parciales e insuficientes. Por todo lo expuesto, las represas representan un mal negocio desde lo ambiental técnico y económico. No tiene sentido seguir adelante con un proyecto con tan mal pronóstico.
En base a Centro de Información Judicial, Aves Argentinas, La Nación y Alternativa Verde