El dia 8 de enero de 1928 el PS argentino despedía a su líder
Hace casi 9 décadas el socialismo argentino despedía a uno de sus más importantes hombres: Juan Bautista Justo. De familia italiana, oriundo de Buenos Aires y médico de formación, Justo fue una de las figura más importantes de la política argentina entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Fue protagonista central en la fundación de nuestro periódico La Vanguardia (1894) y, luego, del Partido Socialista (1896), además de diputado y senador nacional por el mismo partido.
Justo no solamente fue un médico cirujano renombrado y un destacado dirigente político, sino también un actor central en el intenso debate de ideas que atravesó al mundo a principios del siglo pasado. Representante de una tradición política, como la socialista, que, discutió las promesas ilimitadas del progreso capitalista bregando, al mismo tiempo, por la conformación de una sociedad radicalmente más justa e igualitaria como parte de ese mismo progreso. Su pensamiento combinaba una creencia profunda en el método científico con un ideario socialista de cariz evolucionista y una sincera convicción por lo métodos pacíficos, democráticos y reformistas de la lucha política.
Duramente cuestionado por las expresiones de la izquierda nacionalista y radicalizada que cundió en la Argentina durante los años 60 y 70, su figura fue revalorizada tiempo después al calor de la reconstrucción democrática. Justo fue, como reconociera Juan Carlos Portantiero, un animador fundamental en la construcción de un pensamiento socialista anclado en la realidad sudamericana, pero inserto en un debate con pretensiones universalistas. Su pensamiento sigue siendo de un enorme valor, a pesar de aquellos aspectos que, por el propio paso del tiempo, han quedado obsoletos.
La estatura de Justo como político e intelectual es indiscutida. Su legado queda plasmado en las muchas instituciones que contribuyó a fundar (el PS, la Cooperativa «El Hogar Obrero», la Sociedad Luz) y en su fecundo pensamiento, pero sobre todo en los enormes desafíos y deudas que aún tiene por delante el socialismo como idea fecunda para la transformación de la sociedad hacia el futuro.