El secretario de Lechería de la provincia señaló la conexión del problema con el modelo de producción agrícola: «Muchos campos que se dedicaban a la ganadería se transformaron en zona agrícola y el agua corre con mucha más velocidad».
El gobierno de Santa Fe estimó que por las inundaciones la provincia pierde alrededor de 1,2 millón de litros de leche por día, de acuerdo a lo que informó el secretario de Lechería de esa provincia, Pedro Morini. Adelantó que evalúan un plan integral para «evitar que las consecuencias sean aún más extremas».
«A final del año pasado estábamos ordeñando 6,2 millones de litros de leche diario y ahora estamos en 5 millones. Por lo tanto, estamos perdiendo más de 1,2 millones de litros diario», calculó Morini.
Además de la caída en la producción lechera, el funcionario estimó que las lluvias que afectaron al territorio provincial ocasionan el cierre de tambos, porque el corazón de la cuenca lechera está en los departamentos más perjudicados.
«CAMBIÓ EL BALANCE HÍDRICO»
Los tambos de algunas localidades ya sufrieron dos inundaciones seguidas en menos de un año. Morini dijo que «cuando se vaya el agua veremos cómo recuperamos a estos productores», y aseguró que «con más canales no solucionamos esta crisis hídrica».
Se contrapone así con lo que marcó el subsecretario de Lechería de la Nación, Alejandro Sanmartino, quien diagnostícó que «hay trabajar un programa de sistematización de canalizaciones interprovincial» del canal Vila-Cululú, una traza que cruza la cuenca lechera de Córdoba y Santa Fe y que «desde hace 30 años no se tocan», puntualizó.
«Tenemos que trabajar en obras de infraestructura con soluciones a largo plazo, porque lo que ha pasado aquí es recurrente, venimos con más de tres años de problemas climáticos y si no tenemos una solución estructural no hay política agropecuaria que sirva», advirtió Sanmartino, quien dijo que problemas similares se padecen en Entre Ríos y la zona de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires.
Morini, en cambio, aseguró que «con más canales no solucionamos esta crisis hídrica», porque «muchos campos cordobeses que se dedicaban a la ganadería se transformaron en zona agrícola. Esto implica que el agua corre con mucha más velocidad; cambió el balance hídrico. Por ejemplo, si un productor hace soja y trigo el campo puede absorber 1.200 milímetros, ahora, si sólo haces soja, como ocurrió en los últimos años, te sobran 500 «. Y concluyó: «Algo mal hemos hecho desde lo agronómico».
LA CUENCA EN RIESGO
Sanmartino evaluó como «muy preocupante» la situación de la cuenca lechera de Córdoba y Santa Fe, donde las condiciones climáticas adversas causan a diario unas pérdidas del orden del 20 por ciento de la producción.
«Desde el 25 de diciembre que llueve y el pronóstico no es muy bueno, es frustrante lo que está ocurriendo. Veníamos en 2016 con todo un trabajo en el ordenamiento de la cadena y satisfaciendo las demandas» de los productores, dijo.
Sanmartino precisó que las lluvias afectaron particularmente a los tambos ubicados en los departamentos San Justo (Córdoba); Castellanos y Las Colonias (Santa Fe).
Marcela Leiva, técnica de la agencia experimental del INTA en Brinkmann, localidad de la provincia de Córdoba, 60 kilómetros al oeste de Sunchales, estima que el 25 por ciento de los tambos están anegados y hay unos 20.000 animales en riesgo. «Hay tambos en condiciones de absorber parte de la mano de obra y de las vacas, pero el impacto sobre la población será grande», apuntó Leiva, quien señaló que «el traslado es siempre el último recurso por el estrés que les genera a los animales. Una situación parecida se vivió en el otoño pasado, cuando muchas vacas terminaron en frigoríficos».
Para colmo, recordó que «las expectativas no son positivas porque la temporada de lluvias no comenzó», aunque aclaró que «la producción de leche no va a caer de manera significativa, porque las vacas se reubicarán en la cuenca, habrá igual producción, pero en unidades más concentradas».
En base a La Capital y Uno.