Se trata de un método ecológico y que agrega valor a la cadena productiva del maní aprovechando un elemento que antes era considerado residuo
La empresa Prodeman, localizada en Córdoba, pondrá en funcionamiento en breve una planta de generación de energía eléctrica a base de cáscara de maní, en la que invirtió $ 365 millones, y que significará no sólo el autoabastecimiento de la compañía, sino también la provisión de energía al sistema interconectado nacional.
El proyecto empezó a analizarse en 2012, con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que subsidió parcialmente la iniciativa, con la intención de darle uso a la cáscara de maní: de este modo se elimina un pasivo ambiental y se obtiene un activo energético que es, además, amigable al medio ambiente. La usina cuenta con una turbina de vapor de 10 megavatios (MW) de potencia, con capacidad para generar 78.840 MW/hora, y la energía se distribuye del siguiente modo: la empresa usa el 10% de la energía para su funcionamiento; el 25%, para el proceso de industrialización del maní (lo que significa unos 17.000 MWh anuales que le compraba a la Cooperativa Eléctrica de General Cabrera), y el 65% restante se incorpora a la red nacional. Esa cantidad permite abastecer a unos 8000 hogares al año.
Además, se trata de un método limpio de producción de energía: la central constará de un sistema cerrado sin extracción de vapor para procesos, donde todo el vapor de agua es condensado y vuelto a incorporar a la caldera. Las cenizas son el único residuo que se genera y pueden usarse como fertilizante. Según señalan desde la empresa “el sistema reduce costos asociados al consumo de energía eléctrica, evita la quema a cielo abierto de la cáscara de maní, con su consiguiente reducción del impacto ambiental y los riesgos asociados, agrega valor a la industria del maní, crea puestos de trabajo genuinos y contribuye al objetivo de mayor generación local e independencia energética que persigue el país».
Antecedentes
El proyecto -inicialmente considerado en 2012 y que proyectaba comenzar en 2015- tenía como objetivo reutilizar material antes considerado como residuo para generar energía aprovechable en un proceso productivo y contribuir a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero en pos de la lucha contra el cambio climático.
Estuvo a cargo del consorcio público privado integrado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Villa María y las empresas cordobesas Prodeman S.A. y El Zorzal S.A. Según informó el Ministerio, la iniciativa recibió un subsidio de 17.203.500 de pesos, en el marco de la convocatoria Fondo de Innovación Tecnológica Sectorial de Energía que administra el Fondo Argentino Sectorial de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
El proceso productivo genera 50.000 toneladas al año de cáscara de maní y su disposición final conlleva prácticas poco amigables con el ambiente, ya que se utilizan métodos como la quema del material a cielo abierto -lo que origina corrientes de humo que pueden resultar perjudiciales para poblaciones urbanas o para el tránsito en ruta-, o el enterramiento, que causa una variación en el PH de los suelos y puede suscitar problemas en las napas freáticas.
En este sentido, el proyecto, que ahora se hará realidad, contribuirá también a mitigar el cambio climático ya que, según señala el ministerio en su página: “la energía obtenida a través de la biomasa es neutra en términos de emisiones de gases de efecto invernadero toda vez que el dióxido de carbono liberado a la atmósfera durante la combustión de la cáscara de maní es menor al capturado por la planta durante su desarrollo”.
El Ingeniero Ciravegna, director del proyecto, explicó que “la cáscara del maní tiene una característica particular la cual deja muy bajo contenido de ceniza, pero a su vez esa ceniza tiene fósforo y algunos minerales que en proporciones agronómicas se distribuyen en los campos para mejorar el PH de los suelos castigados siembra tras siembra. Por lo tanto con la ceniza que produzca esa caldera, podremos tratar unas dos mil hectáreas por año”.
Al respecto de si este método era mejor que el uso de otros tipos de energía, el ingeniero detalló que “hemos medido la huella del carbono y la emisión que tiene Prodeman en todo el proceso del maní. Dejando de utilizar energía a base de combustibles fósiles por una que viene de un residuo agrícola, se equilibra la cuenta desde el punto de vista de las emisiones e incluso quedaría un remanente que entra a jugar dentro de lo que son los bonos verdes o ecológicos que se cotizaran en un mercado internacional”.
Con respecto a los fondos mediante los cuales se financia el proyecto, el ingeniero explicó: “El tema de la financiación es muy complicado porque estamos hablando de un proyecto que tiene un costo mayor a los cien millones de pesos. Nosotros participamos de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación donde presentamos un proyecto basado en un principio ecológico. Se eligieron dos proyectos ejecutables en el país, uno fue en Misiones y el otro es el nuestro, por lo tanto el Ministerio financia en carácter de subsidio un porcentaje importante y el resto es financiación propia de la empresa”.
Finalmente, y tras el paso de algunos años, la empresa pondrá en funcionamiento la planta. Cuenta con una gran ventaja: la provincia de Córdoba es la mayor productora de maní del país, concentrando alrededor del 98% de la producción total nacional.
Fuentes: Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, página web del portal Todo Maní, La Nación