Por unanimidad, el Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto sobre cannabis medicinal y pidió que se reglamente de modo urgente. El texto aprobado no reconoce ni protege el autocultivo.
Lautaro Ferraro estudia Economía en la UNSAM. Lleva 25 días detenido en la Unidad de Narcotráfico de la Delegación de Investigaciones Complejas de Villa Bosch, acusado por cultivar tres plantas de marihuana. Lautaro cultiva para su propio consumo, precisamente para no caer en el tráfico, pero también con el fin de preparar infusiones para su madre y su pareja actual. Además Lautaro tiene un grow shop que vende productos de venta libre como elementos de cultivo y otros elementos de la cultura cannábica. La familia pide la prisión domiciliaria mientras que la fiscalía impulsa la causa como si fuera un narcotraficante.
En febrero, Adriana Funaro, cultivadora y activista por los derechos de los usuarios de cannabis, fue detenida en su casa de Ezeiza, provincia de Buenos Aires, despues de que policías de la Comisaría Primera de Luis Guillón ingresaran en su domicilio con una orden de allanamiento por «cultivo y posesión de estupefacientes», a raíz de la denuncia anónima de un vecino. Adriana distribuía aceite de cannabis a padres y madres de su barrio para tratar a sus hijos por diferentes patologías. Durante el allanamiento se le secuestraron 36 plantas, algunas semillas y goteros con aceite medicinal de cannabis. Varios padres acudieron para exigir que no se la lleven detenida porque, sin su ayuda, sus hijos se quedan sin su medicina. Luego le concedieron la prisión domiciliaria.
Anoche, seguramente, Lautaro y Adriana sintieron que al fin se dio un paso adelante: por unanimidad, el Senado de la Nación aprobó el proyecto de ley de cannabis medicinal y pidió que se reglamente de modo urgente. El texto aprobado no reconoce ni protege el autocultivo.
UN PASITO
“Estoy muy emocionada, éste es un pasito. Falta mucho todavía. Nosotros luchamos por nuestros hijos pero también reconocemos la gran labor y el riesgo que corren todos los cultivadores, porque (esta ley) no los protege a ellos. Siempre voy a rescatar la vida que nos devolvieron los cultivadores porque nosotros estábamos desahuciados como familia”, dijo a Cosecha Roja Roxana Poggiolini, mamá de Marco Peressut y fundadora de la Asociación de Cultivos en Familias.
En una muestra destacable de que a veces se puede acordar por sobre las mezquindades, la iniciativa fue apoyada por todos los bloques, y se la votó en un rápido trámite a pedido del senador Juan Manuel Abal Medina (FPV), porque, dijo, la sesión llevaba cinco horas por otros asuntos y un grupo de madres y niños que apoyaban la sanción esperaban en un salón contiguo.
Varios legisladores coinciden en reconocer que se trata de una «ley corta», precisamente porque no contempla ni protege el autocultivo. La diputada Gabriela Troiano (PS), quien fue la impulsora del proyecto en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación, aseguró: “Hemos logrado un avance respecto a la legislación que ayer teníamos sobre cannabis medicial». En el debate en Diputados, la legisladora había planteado como «esencial” que se modifique la ley de estupefacientes “a fines de que no considere como tenencia o consumo de estupefacientes en su estado natural o cualquiera de sus derivados destinados a la práctica medicinal o paliativa».
Las pioneras de la asociación Mama Cultiva no ocultaron su satisfacción: “Es un día histórico en la lucha por los derechos en nuestro país, un avance sustancial respecto de la legislación que hasta ayer perseguía, acosaba y criminalizaba a los usuarios de cannabis medicinal y sus familiares por buscar alivio a su sufrimiento a través de esta planta que nos ayuda a tener vidas más dignas y más libres de enfermedad, padecimiento y dolor”, dijeron las integrantes de Mama Cultiva, desde su sitio en facebook. Además aprovecharon para recordar que “las luchas lideradas por mujeres son siempre construcciones desde y para la igualdad”, y cerraron su abrazo asegurando: “Hoy vivimos en un país más justo porque nos pusimos en los zapatos del otr@. Sigamos”.
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QUÉ DICE LA LEY
El proyecto aprobado establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor de la planta de cannabis y crea un programa nacional para el estudio y la investigación de su uso, dependiente del Ministerio de Salud.
El Ministerio, además, debe garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de plantas de marihuana al Conicet y al INTA, por ahora las únicas instituciones autorizadas, o mediante la importación, para lo cual La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) deberá autorizar la importación de aceite de cannabis.
Otro punto central es que la provisión de aceite de cannabis será gratuita para las personas que se registren en el programa. El Estado impulsará la producción pública de cannabis y su industrialización para uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación. El reclamo pendiente es el reconocimiento al derecho al cultivo personal, solidario y colectivo.
Ver aquí el texto completo de la ley.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Un punto central del texto aprobado es que la provisión será gratuita para las personas que se registren en el programa.[/blockquote]
UN SUEÑO CUMPLIDO
María Laura Alasi es fundadora de Cannabis Medicinal Argentina (Cameda). En 2015 fue la primera madre en obtener la autorización de la Anmat para importar aceite de cannabis para tratar la epilepsia refractaria de su pequeña hija. Después de ese triunfo, otras 200 familias obtuvieron autorizaciones similares.
La niña había sido diagnosticada de síndrome de West a los 7 meses, pero con el tiempo se le transformó en una epilepsia refractaria, que produce crisis convulsivas y un consecuente retraso madurativo. Cuando empezó a tratarse tenía unas 100 convulsiones diarias que podían durar hasta 40 minutos. El tratamiento con cannabis tuvo resultados sorprendentes: «Está conectada (con quienes la rodean), nos mira y nos sonríe», y pudo dejar las 10 pastillas anticonvulsivas que tomaba antes por día.
Alasi, que también promueve el derecho al autocultivo, dijo que la ley es «un sueño cumplido» para todas las familias que lo necesitan y corona «tanta lucha» para lograrla.
[blockquote author=»» pull=»normal»]“Hoy vivimos en un país más justo porque nos pusimos en los zapatos del otr@”, dijeron desde Mamá Cultiva.[/blockquote]
MIENTRAS TANTO, ¿PATOLOGIZARSE?
El año pasado fue noticia la creación en Córdoba de la primera ‘Clínica del Cannabis‘. Su responsable, Carlos Laje, dijo que la abrió “porque hay una gran ausencia del Estado y de la comunidad médica en general. La apertura es una manera de provocar una reacción. Soy padre, soy médico y escucho cientos de historias de gente angustiada. La clínica es un espacio de contención en la que el paciente va no sólo porque quiere que escuchen cuando está en juego la vida suya o de su hijo, sino que necesita que le puedan acercar una medicina con trazabilidad. Hoy se puede importar cannabis, el famoso aceite de Charlotte, pero todavía no hay una industria nacional del cannabis medicinal, como ya la comenzaron Uruguay y Chile”.
El titular de la Comunidad Cannábica Córdoba, Daniel Landgreen –quien estuvo detenido por posesión de semillas- dijo que los productores de marihuana que existen en Argentina no están en condiciones de producir, en la clandestinidad, suficientes productos cannábicos para satisfacer la demanda medicinal.
Landgreen dice que las actuales iniciativas legislativas van a producir “un absurdo de permitir que yo compre y use marihuana si digo que estoy enfermo, pero la van a prohibir para el uso recreacional. ¿Tenemos que patologizarnos todos entonces? ¿Inventarnos enfermedades que no tenemos? Nuestro planteo es el libre acceso al autocultivo y a la planta”.
Esa es la materia pendiente, y hacia allí van, con energías renovadas, la enorme cantidad de cultivadores y de asociaciones que en todo el país impulsan un avance que más temprano que tarde se verá plasmado en la legislación.
Lo de ayer, sin dudas, resulta un empujón más. Un pasito, nada más. Pero un pasito, nada menos.
En base a Télam, Cosecha Roja, La Voz, Diputados.Gob.ar