¿Somos más ateos de lo que parece? ¿Hay en Argentina un buen número de personas que rechazan la religión como forma de ordenamiento de la vida espiritual? Hace solo unos meses, nos hacíamos estas preguntas en un informe. En esta segunda parte, hablamos con dos protagonistas del colectivo ateo e indagamos sobre la actualidad de este movimiento en nuestro país.
La historia y la conformación de los grupos ateos argentinos es tan rara como heterogénea. Como mencionamos en la primera parte de esta crónica informativa, Argatea se disponía formar una organización federal, con su respectiva asociación civil, que funcionara a lo largo de toda la extensión del territorio nacional. Ese cometido no se logró y, si bien la organización aún existe, no es lo que era apenas fue fundada y lo cierto es que, de algún modo, terminó atomizada en organizaciones que se formaron tras su declive.
“Primero fue Unidad Atea, que contaba con ex miembros de Argatea. Luego, Unidad Atea se disolvió y surgió Buenos Aires Atea, una agrupación formada por ex miembros de Argatea, como Leandro Yampolsky y Carlos Alfredo Díaz” me cuenta Federico Aisenberg, miembro tanto de Unidad Atea como de Buenos Aires Atea quien, no obstante, nunca formó parte de Argatea. Lo consulto sobre otros asuntos y me insiste -al igual que antes lo hiciera Carlos Alfredo Díaz- que hable con Fernando Lozada, de Ateos Mar del Plata. Resulta interesante que la referencia de tantos ateos argentinos sea una agrupación cuyo nombre remite exclusivamente a una ciudad, Mar del Plata. Me sorprende, quizás, porque imagino que debería existir una referencia nacional. Pero no. Todo parece indicar que Ateos Mar del Plata es, hoy, la agrupación más grande y activa en el país. No sorprende: fueron los organizadores de los cuatro congresos de ateísmo que hubo en Argentina, el primero de los cuales causó una repercusión mediática tan grande que hasta lo cubrió la BBC además de la mayoría de los medios nacionales y fueron los promotores y financiadores del “Bus Ateo”, una campaña internacional que consiste en un eslogan sobre los colectivos con la frase “Probablemente dios no existe. Deja de preocuparte y disfrutá la vida”, un cartel que circuló por la ciudad de Mar del Plata por 45 días. De paso, debajo de la frase, invitaban al II Congreso Nacional de Ateísmo, transcurrido en abril de 2010.
“Todos los caminos conducen a Roma”, dice el dicho. En cuanto al ateísmo en Argentina, todos los caminos parecían conducirme a Fernando Lozada.
EL ATEO ARTISTA Y CIENTÍFICO
Fernando es artista plástico, además de ingeniero mecánico especializado en biotecnología. Conferencista y ateo militante también son buenos rótulos para definirlo. Es, además, dirigente de Ateos Mar del Plata y militante de HIJOS. Pero dejemos que él responda.
¿Cómo te definirías a vos mismo?
–Como un activista del librepensamiento. Para que se comprenda mejor lo que quiero decir, me permitiré dar mi propia definición de qué significa serlo:
Es comprometerse con una causa desde una identidad no excluyente, para intervenir activamente con propaganda o realizando acciones directas en la sociedad, con el propósito de producir algún efecto favorecedor de un cambio, generalmente tendiente a hacer cumplir algún derecho, instalar uno nuevo o concientizar al resto de la población.
Lo hago desde el librepensamiento porque entiendo que es el marco que permite celebrar la diversidad en la sociedad, defender la libertad de conciencia y de expresión, luchar por la igualdad de oportunidades, e idénticos derechos y obligaciones, y bregar por la eliminación de cualquier tipo de privilegio.
Fernando tiene claro que el ateísmo no puede ni debe quedar únicamente en una discusión de índole personal y sostiene que, si uno cree en la importancia de una sociedad con pensamiento crítico, sin dogmas, libre y tolerante, entonces hay que llevar las cosas a la práctica. No alcanza con grupos virtuales o discusiones por mail. No alcanza sólo con lectura y crítica. La militancia por el ateísmo es también una militancia por los derechos humanos, por los derechos de las mujeres, por los derechos del colectivo LGBT. Porque todas esas causas son, de algún modo, una militancia por la libertad y el pensamiento crítico. Y porque en todas ellas la religión es un escollo. Así y todo, Ateos Mar del Plata no milita contra la iglesia ni menos aún contra los creyentes. Milita, sobre todo, para alcanzar esas conquistas y para defender la existencia de los ateos, que también deben ser respetados por las religiones. A fin de cuentas, los ateos constituyen entre el 13 y el 15 por ciento de la población Argentina, mucho más que los evangelistas, los testigos de Jehová, los musulmanes y los judíos, todos juntos. Este número, distinto al que publicamos antes dado por la encuesta de Mallimaci, surge de una encuesta aún más reciente, de 2012, a cargo de Gallup. Otra, a cargo de Latinobarómetro y publicada en 2014, arroja valores similares a Gallup. Y todas coinciden en lo mismo: Argentina se ha ido secularizando y haciendo más atea.
[blockquote author=»» ]Fernando tiene claro que el ateísmo no puede ni debe quedar únicamente en una discusión de índole personal.[/blockquote]
¿Qué tipo de actividades realizan en Ateos Mar del Plata?
Ateos Mar del Plata es una organización con un fuerte compromiso social, que articula con colectivos de todo el país e integra movimientos internacionales como la Asociación Internacional de Libre Pensamiento, de la cual soy uno de los directores y portavoz para Latinoamérica. Como organización busca el reconocimientos de derechos y la visibilización del colectivo ateo, para ello desde el 2008 organiza debates, conferencias, actividades culturales, denuncias mediáticas y formales, presentaciones de proyectos de ley, colaboración en la implementación de políticas públicas, se participa en movilizaciones en la vía pública, y se trabaja tendiendo redes activistas para interconectar todas las causas que consideramos justas y afines. Frecuentemente articula con movimientos de DDHH, de toda índole, actualmente también integra la Asamblea por una Sociedad Sin Fascismo que lucha contra movimientos neonazis.
¿Cuál es el perfil de la organización? ¿Comparten una definición común sobre lo que es el ateísmo?
Es una organización plural que entiende la diversidad como un valor, que permite la convivencia de diferentes concepciones del ateísmo y por lo tanto, allí no se busca generar una doctrina unificadora, mucho menos estática. Desde ese espacio no se pretende convencer a toda la sociedad para que se vuelva atea, sino que se inserta en el complejo tejido del entramado social, para interactuar y ser partícipe de la construcción de una sociedad más justa, racional y sanamente emotiva.
[blockquote author=»» ]Ateos Mar del Plata es una organización plural que entiende la diversidad como un valor, que permite la convivencia de diferentes concepciones del ateísmo y por lo tanto, allí no se busca generar una doctrina unificadora y mucho menos estática.[/blockquote]
¿Tenés otra militancia además de la del ateísmo?
Soy uno de los miembros de la Coalición Argentina por un Estado Laico, desde allí brego por la absoluta separación de las iglesias y los estados. Tengo un fuerte compromiso en la lucha contra el abuso sexual hacia la infancia, soy uno de los autores del documental «Los Monstruos No existen», y a veces acompaño en la lucha a víctimas de este flagelo. Integro el Colectivo Julieta Lanteri que se encarga de visibilizar los femicidios ocurridos en la ciudad de Mar del Plata. Soy miembro de la organización HIJOS Mar del Plata con la que en conjunto con Ateos Mar del Plata organizamos las apostasías. Escribo frecuentemente en medios de comunicación sobre machismo y violencia de género (por ejemplo «Mi mamá me quiso abortar» en Cosecha Roja o «Luchemos contra nuestros privilegios» en Página/12) además de colaborar con diversos colectivos locales y nacionales dedicados a la temática. He denunciado en la justicia federal movimientos neonazis y colaborado aportando pruebas para su detención y enjuiciamiento, integrando la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo. Tengo una columna radial hace varios años en FM De la Azotea, una emisora cooperativa, desde allí divulgo el librepensamiento.
Cuando lo llamé a Fernando mantuvimos una larga conversación. Una de las cosas que nos preguntábamos –y que yo le preguntaba respecto del ateísmo en general- es por qué resulta ser que, si bien hay tantos ateos, agnósticos, no creyentes e incluso quienes se definen como parte de una religión, pero que no la profesan, exista, no obstante, cierto estigma hacia la palabra ‘ateísmo’. Le hago referencias específicas al trabajo de Mallimaci, y me retruca con la encuesta de Gallup que eleva el número de Mallimaci y que citamos hace unos párrafos atrás. Le pregunto entonces por qué cree que existe ese estigma.
Según la encuesta de Gallup publicada en 2012 en la Argentina ascendió el número de ateos. ¿A qué le adjudicás que grupos con menor porcentaje, como los evangelistas por ejemplo, tengan más presencia pública que los ateos?
Por un lado el estigma instalado socialmente que ha hecho que el colectivo de no creyentes, especialmente el ateo, se retraiga. Por otro la falta de conciencia de una identidad atea, que necesita ser construida, no para aislarnos de la sociedad y segregarnos, sino justamente para insertarnos desde esta identificación y luchar por los derechos que nos son negados.
Militancia por los derechos humanos, por el espíritu crítico, por un emotividad sana, por el librepensamiento, por una sociedad racional y contra el efecto nocivo de las supersticiones y las creencias religiosas. Programas de radio, congresos ateos, actividades conjuntas con otras organizaciones, una de las cuales tomó la iniciativa de organizar apostasías, la renuncia formal a pertenecer a la iglesia católica. Me quedo pensando en esta última. Históricos aliados de los ateos, los apóstatas comparten fines comunes con todas las organizaciones ateas que hubo y hay en el país.
Allí voy, entonces.
PAO, LA APÓSTATA
Pao es integrante de la coordinación de Apostasía Colectiva CABA, un grupo formado alrededor de 2008 y que permanece activo. Fue despedida de una universidad religiosa por apostatar. Ganó el juicio laboral por despido discriminatorio y denunció a la universidad por despedir gente basada en sus opiniones y creencias. Si bien perdió un empleo de diez largos años, Pao sigue siendo una activa miembro de Apostasía Colectiva.
“En 2009 hicimos la primera campaña de apostasía colectiva. En 2010 hicimos otras, más grande, a nivel latinoamericano, con participación de gente de España también, que consistió en una entrega masiva de cartas de apostasía a la iglesia. Esa convocatoria contó con la novedad de que redactamos cartas de renuncia que se basaban en la declaración de derechos humanos y armamos un modelo de carta que sirviera y fuera representativa para cualquier país de habla hispana”, me cuenta.
Aquí en Buenos Aires, Apostasía Colectiva solía organizar campañas de apostasía frente a la Catedral, acompañada por Argatea. Su sitio web es un didáctico manual en línea sobre qué significa ser apóstata con lujo de detalles: “¿Significa hacerse ateo?” es una de las preguntas, cuya respuesta es un categórico “de ninguna manera”. Es un colectivo aún más plural que el de los ateos.
[blockquote author=»» ]Pao es integrante de la coordinación de Apostasía Colectiva CABA, un grupo formado alrededor de 2008 y que permanece activo. Fue despedida de una universidad religiosa por apostatar. [/blockquote]
¿Quiénes participan en Apostasía Colectiva?
Apostasía Colectiva es un grupo diverso y plural donde participan ateos, agnósticos, gente que no se identifica con ninguna religión, gente que no se identifica con el ateísmo o el agnosticismo tampoco, feministas, miembros de los colectivos de diversidad sexual, entre otros. El objetivo común es darse de baja de la iglesia, sin importar demasiado por qué. El fin concreto es que la iglesia reconozca y acepte la situación y nos borre de sus registros.
¿Quiénes los acompañan en su lucha?
Ateos Mar del Plata, Argatea, Asociación Internacional de Libre Pensamiento, por citar algunos, han adherido a Apostasía Colectiva.
¿Cuáles son sus objetivos como organización?
Pedimos igualdad ante la ley, cumplimiento de derechos y libertades y que la iglesia se atenga a las leyes. Simplemente eso. Que las cumpla, las respete y ayude a su cumplimiento y no sea un obstáculo en cuanto a derechos como salud sexual y reproductiva, educación sexual, aborto, derecho a una vida libre de discriminación en lo sexual.
Los objetivos de los grupos de apóstatas son muy sencillos. Quizás el lector –como quien escribe- suponga que hay algo más allá del simple trámite de dejar de pertenecer a la iglesia, como quien se desafilia de un partido político. Alguna otra militancia, algún activismo extra. Pero no: es tan simple como eso. El asunto, por paradójico que parezca, es justamente ese: que la iglesia no acceda a los pedidos de quienes renuncian a pertenecer. Es por eso que Apostasía Colectiva existe como organización.
¿En qué consiste el trámite?
Las cartas de apostasía que entregamos informan a las autoridades de la iglesia que dejamos de pertenecer a su institución y que, amparados en la ley de protección de los datos personales, pedimos que se nos otorgue la baja de sus registros. La iglesia puede tener un registro de sus miembros, pero no tiene permitido contar con registros de personas que no son miembros. En tanto que no miembros de la iglesia solicitamos únicamente que se eliminen esos datos de sus registros
¿Y qué hace la Iglesia con esas cartas?
La iglesia no sólo no cumple con la ley, sino que nos inscribe en sus registros pero como “apóstatas”. Eso está prohibido por la legislación nacional y es un delito, ya que eso es llevar un registro de datos sensibles. Esto además de la incomodidad que supone para uno estar en una lista aparte, señalados con un nombre por una institución que, en un pasado, mató o persiguió personas por su condición de apóstatas. Vamos a solicitar que se eliminen tanto nuestros datos de bautismo como los de apostasía, indebidamente registrados. Por la vía judicial no hemos tenido tanta suerte aún, pero eso constituye una violación de la ley de habeas data. Por otro lado, solicitamos al Estado nacional que exija a las universidades financiadas por el clero y a otras instituciones ligadas a la iglesia para que sus reglamentos internos se ajusten a las leyes vigentes, porque un reglamento que despide personas por su filiación religiosa viola la Constitución y las leyes y no pueden ser avalados por los estados provinciales, ni por ningún estamento del Estado argentino.
El ateísmo y la apostasía no son la causa de un par de locos, de rebeldes, o de haraganes que no tienen otra cosa mejor que hacer. Es fácil comprobar que ese estereotipo es falso y malintencionado. Más aún, en un país donde uno puede perder su empleo de una década por renunciar voluntariamente a pertenecer a una institución para la cual uno nunca fue consultado si quería pertenecer, donde no exista una elemental defensa del derecho a proteger sus datos personales. Algunos extienden la crítica y señalan que allí donde la iglesia católica encubra casos de abuso infantil, entorpezca su investigación, milite contra causas de justicia social, e incida en el poder tanto político, como sindical, económico y social debe haber quienes lo cuestionen. Entre los ateos, apóstatas, agnósticos, no creyentes, e incluso simple legalistas hay quienes pelean porque el poder religioso también cumpla con las leyes y la Constitución.
[blockquote author=»» ]El ateísmo y la apostasía no son la causa de un par de locos, de rebeldes, o de haraganes que no tienen otra cosa mejor que hacer. [/blockquote]
Frente a ese poder –que en épocas más oscuras de nuestra historia reciente, resultó ser, salvo muy nobles excepciones, un poder realmente siniestro- hay quienes se animan a criticar, cuestionar, poner reparos, y exigir respeto. Y, por qué no, obligarnos a pensar.
PH foto Fernando Lozada: Romina Elvira y Federica González