La reforma educativa propuesta por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires provocó una serie de discusiones y medidas de fuerza. Crónica de la protesta y sus diferentes rostros.
JUEVES 21/9
11.44. No hay un alma sobre la calle Bolívar al 200. Aunque se supone que es el día de la primavera, cae una lluvia pasota, irrespetuosa. A pesar de todo, el Colegio Nacional de Buenos Aires sigue tomado. La puerta del histórico edificio está tapiada con afiches que rezan “Defendamos la FUBA” que impiden ver a su interior. Tal vez sea la reacción ante una excursión no deseada de algún policía de civil, plaga tan en boga en estos días. Luego de golpear, algunos jovencitos con cara de sueño -que no miden más de 1.60 y 1.70- se ponen en puntas de pie para poder asomarse a mirar, hasta que se deciden a abrir. Luego de algunas necesarias explicaciones, piden: “pasá, por favor, que nos estamos muriendo de frío”. La imagen tiene algo de, cuando en las películas, un pequeño pueblo recibe a un extranjero, como si no hubieran tenido contacto con el mundo exterior por largos días. Con buzos Nike y camperas Adidas como ropaje de combate, varios chicos y chicas de 15 o 16 años relatan las asambleas y se enorgullecen: “Ya son 28 o 30 los colegios tomados”. Otro agrega: “Con Zorzoli [el rector] está todo bien personalmente, pero nos está apretando. Él se juega mucho, hay elecciones en la UBA, así que esto lo tiene preocupado. A nosotros la reforma no nos afecta pero estamos solidarizándose porque no puede ser que la mitad de 5to año sea trabajar gratis para las empresas, la UBA no puede estar al margen de este debate”. Una chica, sentada donde hasta 2012 reposaba el anciano Guido (un ex carabinero chileno que hizo de cancerbero en el Turno Vespertino desde la gestión de Sanguinetti hasta que el nuevo rector lo echó sin jubilación), acota: “tenés que ir a la conferencia de prensa de la CEB, es a las 16 hs en el Avellaneda”.
12.19. Emiliano, un investigador expulsado del Conicet con el ajuste del nuevo gobierno, consiguió unas horas de clases en el profesorado N°5, el Güemes, ubicado en la calle Arcamendia 743. Con sus compañeros emitieron un “Pronunciamiento sobre la Escuela del Futuro”, que empieza así: “Como respuesta a los PP subidos a la página del Ministerio de Educación de CABA y los documentos enviados a las escuelas…” Obliga a la repregunta, pero ya es la segunda vez. ¿Dos Power Point? ¿Dos Power Point como toda explicación para una reforma educativa? Casi se podría escuchar a Luis Brandoni -paradójicamente, hoy ‘cambiemita’- pronunciando la frase. En efecto, son 2 PPT los que el gobierno ha impulsado para difundir los objetivos y métodos de la reforma. Suena extraño que quienes hablan de seriedad y responsabilidad en la educación lo hagan con la profundidad de una charla TED. El gobierno de la Ciudad, en este punto, juega a las escondidas. Así puede verse en el cruce viral entre Ofelia Fernández, presidenta del Centro de Estudiantes del Carlos Pellegrini, y Javier Tarrulla, Subsecretario de Carrera Docente y alfil de Soledad Acuña. Tarrulla, un ex militante peronista proveniente de las filas de Telerman y licenciado en Ciencias Políticas en la UCA, insinuó que los estudiantes mienten y que la “Secundaria del Futuro” no propuso jamás que los estudiantes trabajen gratis. Los documentos hablan por sí mismos.
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15.50. Comienza la Conferencia de Prensa de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB). Sobre El Salvador al 5500 se acumulan periodistas y movileros que hablan de sus cuitas. En el interior, unos 100 jóvenes preparan el gimnasio del Colegio Nacional “Nicolás Avellaneda” para la ocasión. Santiago Legato, presidente del Centro de Estudiantes anfitrión, indica: “por favor, prensa detrás de la mesa”. Al finalizar repite y agrega: “Quienes quieran notas esperen en la puerta. Recuerden que no pueden sacar fotos ni filmar videos a los menores de edad”. A su lado lo acompañan Antonella Giuso, de la escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, y Manuel Ovando, del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal Lenguas Vivas, dos carteles y una postal de estos días: un cartel que pregunta “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. El mensaje central de los representantes estudiantiles fue: “se presenta a la “Secundaria del Futuro” como una profundización de la reforma anterior, la Nueva Escuela Secundaria de Calidad (NES o NESC), que aún no tuvo ni siquiera una primera muestra de egresados. Exigimos que se prorrogue la reforma y se discuta con todos los actores de la comunidad educativa en un Congreso Pedagógico Educativo”.
VIERNES 22/9
20.24. Unos tres mil secundarios marcharon desde Plaza Pizzurno hasta aquí, el Ministerio de Educación de la Ciudad. El miércoles, mismo día de la reunión de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) con la ministra Acuña, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió a ellos en una entrevista con Víctor Hugo Morales: un reflejo de que el asunto comienza a tomar la opinión pública. Hoy el sindicato ADEMyS (dirigido por la izquierda) paró en apoyo a ellos. La UTE-CTERA, que había comprometido su participación en la movilización de hoy, tuvo sólo una exigua representación. En el micrófono, una joven agita: «No vamos a ser los limpiaculos de los patrones, somos estudiantes». De pronto, desde lejos, los estudiantes y también las agrupaciones docentes que los acompañan, comienzan a cantar: “Paro general, paro general”. La oradora se hace el eco del cántico que se extiende. Más tarde, el representante de los estudiantes terciarios, hijo del legislador porteño Marcelo Ramal, trazaba un paralelo entre la reforma laboral “a lo Brasil” que busca implementar el macrismo y los planes de Acuña respecto a la “Secundaria del Futuro”. Quien deseara ver en esto un delirio paranoico o extremista se sorprendería si leyera con atención a Francisco Olivera, de La Nación, cuando documentó el encuentro entre la Unión Industrial Argentina y el jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta: “Los anfitriones, encabezados por Miguel Acevedo, presidente de la entidad fabril, coincidieron con el funcionario en las ventajas del sistema dual alemán, que el Gobierno dice haber tomado como referencia para esta reforma y que les exige a los escolares prácticas laborales durante los últimos meses del quinto año de cursada”.
