La reforma previsional es uno de los proyectos claves de Cambiemos para afrontar los próximos dos años de su gobierno. Los jubilados una vez más aparecen como las víctimas del ajuste.
Pasadas las elecciones del 22 de octubre del 2017, el gobierno de la Alianza Cambiemos instala entre la ciudadanía, y de una manera muy peculiar, el debate vinculado a tres temas fundamentales que hacen a la vida de los argentinos “de a pie”. Nos referimos a las tres reformas: la impositiva, la laboral y la previsional.
Desde el Poder Ejecutivo se fundamenta que “los argentinos se merecen una vida más feliz y para ello todos debemos poner un poco”. Con relación a lo laboral, ya hemos hablado en otra oportunidad del plan de flexibilización laboral que está en cierne y cuyo objetivo es la competitividad, por lo que -según esta perspectiva- es necesario considerar al trabajador sólo como una variable del costo de producción, y “no considera al trabajador como persona humana, que se desarrolla en el trabajo”. El correlato final de este concepto ideológico está en el proyecto de reforma previsional que, al decir del Defensor de la Tercera Edad de la Nación, “no tiene un solo punto para rescatar”.
El concepto detrás de la reforma previsional es la disminución del gasto y no la condición de vida digna del jubilado. En la actualidad, los ingresos al sistema de ANSES están dados por dos vías: 1) aportes y contribuciones de los trabajadores y 2) recaudación de algunos impuestos -bienes personales, ganancias, IVA, y otros (que hoy se eliminarían como fuente de financiación)- que refuerzan el sistema. Sin embargo, se debe aclarar que con estos ingresos se pagan tanto jubilaciones y pensiones de aportantes como otras jubilaciones y pensiones sin aportes, AUH sin aportes, jubilaciones especiales, jubilaciones de privilegio, veteranos de Malvinas, organismos de seguridad, entre otras.
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A nivel mundial el sistema de jubilación está en constante discusión y reforma dado que se parte de los cambios demográficos vinculados al envejecimiento de la población (alta expectativa de vida) y a los índices de natalidad cada vez más bajos. En Argentina, la relación en aportantes es de 1,7 por cada jubilado, cuando lo mínima para garantizar la financiación del sistema debería ser de aproximadamente de 3 aportantes por cada jubilado.
A partir de la unificación de las cajas sectoriales en un sólo sistema nacional (hoy llamado ANSES) el sistema sufrió varias modificaciones que impactaron desfavorablemente entre los jubilados nacionales y provinciales, y puesto de manifiesto por todo tipo de ineptitudes en el manejo de los fondos de dicha Administración sumado a la dirección clientelar e irresponsable de algunas cajas provinciales, cuyos grandes déficit los termina salvando el Estado nacional a través del ANSES, siempre a costa de los jubilados.
Nuestra preocupación debe estar centrada en separar los fondos de jubilación orientados a lo que fue la inspiración del sistema en su origen, o sea, de capitalización colectiva de fondos con la forma de reparto en la que los aportes que vienen de los sectores de mayores ingresos compensen a los de menores, de modo que se cumpla el principio de solidaridad. Para ello es preciso, en principio, separar los fondos del sistema propio de los fondos necesarios para la asistencia social que es responsabilidad del Estado y que debe estar contemplado dentro del presupuesto general de la Nación y no del presupuesto del ANSES. Además, el manejo de los fondos propios debería ser administrado por los representantes de los trabajadores, el Estado nacional y los jubilados, para garantizar su transparencia.
Los sectores populares a través de sus organizaciones sociales y políticas no sólo tenemos que resistir las medidas antipopulares, sino que, en un proceso de unidad popular, ir construyendo la herramienta política que nos permita “disputar” estas ideas antipopulares en un gran Frente Nacional, con un programa que nos permita la incorporación de los trabajadores informales a la legalidad, combatir la desocupación y exclusión social y una vida digna para nuestros jubilados.