«Cuando yo cometa algo que contradiga las causas que venimos defendiendo, o esté en contra de las causas populares, salgan a la calle y díganmelo». Lo dijo el Presidente apenas unos meses atrás, aunque ya parecen décadas, y aquí retomamos esa invitación. Pero ojo, también marcamos medidas positivas. Se trata de un juego al cual invitamos a sumarse a quienes lean y, a la vez, un aporte al debate público. Con la colaboración de Lucía Schvarzman.
Alberto Fernández cumplió un mes al frente de la Presidencia de la Nación. ¿Recién un mes? Sí, aunque parece un año. Y eso no necesariamente es una señal negativa. Antes bien, evidencia ansiedades, necesidades y expectativas que nadie debería menospreciar. Y si se mide la “sensación térmica”, ¿por qué no también dar cuenta de la “sensación cronológica”?
El ángulo que elegí para revisar este primer mes propone un juego que está lejos de aspirar a eliminar grietas, más bien se propone saltarlas. Y me atrevo a sugerir, sin falsa modestia, la práctica de este juego a la vista de todos, todas y todes, como un aporte al debate público en nuestra complicada, impetuosa y heterogénea sociedad.
El juego parte de una idea propuesta por el propio Presidente de la Nación, apenas unos meses atrás, cuando aún no había sido electo: «Cuando yo cometa algo que contradiga las causas que venimos defendiendo, o esté en contra de las causas populares, salgan a la calle y díganmelo.»
¿Hay veinte medidas para cuestionarle a Alberto en apenas un mes de gobierno? ¿O treinta? ¿Habrá una para cada día? Y… casi.
Aquí comienza el juego: ¿Hay veinte medidas para cuestionarle a Alberto en apenas un mes de gobierno? ¿O treinta? ¿Habrá una para cada día? Y… casi. Día por medio, seguro. Pero no exageremos, muchas ni siquiera dan para salir a la calle: más bien se trata de medidas que no comparto -como seguramente otras personas- por razones cuyos fundamentos propongo compartir. En algunos casos, esas razones son fuertemente negativas.
El tono permite plantearnos, del mismo modo, el ejercicio inverso: ¿No hay una a favor, “para este lado”, por cada día de estos primeros treinta? Veremos, pero casi seguro que sí. Así sigue el juego, tampoco con tanta exigencia: no se trata de medidas que merezcan aplausos (aunque las hay), unos cuantos son anuncios de resoluciones que me parecen sensatas o básicas por parte de cualquier gobierno democrático. E incluso nombramientos que generan expectativas positivas en torno a las perspectivas desde las cuales el gobierno de Alberto se posicionará frente a ciertos temas…
Sin más demora, a partir de aquí, veinte que sí y veinte que no. Salvo en casos muy obvios (y hasta eso es discutible) para cada una de las veinte, muy resumidamente, intenté esbozar alguna razón fuerte de porqué “sí” o “no”, además del link correspondiente para no perder tiempo discutiendo sobre hechos, sino sobre qué opinamos sobre ellos.
VEINTE QUE NO
- El nombramiento de Juan Cabandié en Ambiente: poner al frente a alguien sin antecedentes evidencia que el tema no interesa o no se comprende.
- El nombramiento de Alberto Hensel en Minería, un hombre que integra el lobby minero sanjuanino.
- El apoyo a la ley minera en Mendoza (Alberto dio por hecha la ley en reunión con empresarios).
- La modificación del decreto que impedía nombrar familiares (no fue suprimido pero se lo “flexibilizó”).
- La vuelta de Sergio Berni al centro de la escena (aunque es una decisión de Kicillof, el impacto es nacional: va en contra de lo que pregona la Ministra de la Nación en el tema).
- El manotazo a los jubilados que cobran más de 19.068 pesos (un punto de corte que resulta a todas luces demasiado bajo: por ejemplo, los estatales que cobran hasta 60.000 pesos tendrán una recomposición de 4.000).
- La exclusión de ese manotazo a diplomáticos, políticos, jueces, docentes, ex combatientes y científicos («o es pa’ todos la cobija o es pa’ todos el invierno”, como escribió Jauretche).
- Las vueltas que se dieron para decir lo que verdaderamente ocurre con las jubilaciones: el Gobierno no puede pagar la movilidad (y toda la discusión que eso habilita…).
- La eliminación de impuestos a plazos fijos: ¿por qué eximir de tributar actividades que solo alientan la especulación financiera?
- La reducción de retenciones a las mineras: ¿por qué beneficiar a las empresas extractivistas?
- La no exclusión de retenciones a los productores pyme, aunque anuncian luego una “compensación”: ¿no es que “nunca más iban a confundir a los pequeños y medianos con los grandes”, como dijo Máximo?
- Las exenciones a inversores en Vaca Muerta: sigue la apuesta equivocada, que beneficiará a unos pocos y perjudicará al resto de la población y de la humanidad (extractivismo, fracking, cambio climático son indisociables).
- La boludez de los billetes y los bichos: según denuncian, cambiar otra vez el diseño costará 6 mil millones de pesos. ¿En serio vamos a gastar semejante fortuna en eso?
- El nombramiento de Felipe Solá, quien aprobó los transgénicos en la Argentina en el gobierno de Menem y es responsable político de la masacre de Puente Pueyrredón.
- El nombramiento del multiprocesado Urribarri como embajador en Israel.
- La quita de la eliminación del IVA en la canasta básica de alimentos, que equivale o incluso es mayor (según se calcula) a la suma fija que se anunció para asalariados y asalariadas.
- El nombramiento de Félix Crous en la Oficina Anticorrupción: aunque tenga buenos antecedentes, es un hombre muy cercano al oficialismo, repitiendo lo hecho por los gobiernos anteriores. Los espacios de control deben estar ocupados por personas de probada independencia.
- La exclusión de los bancos del “ajuste solidario”, siendo uno de los sectores más beneficiados con el gobierno anterior, el anterior, el anterior, el anterior…
- El nombramiento de Daniel Reposo en la AFIP, pese a sus antecedentes comprobados de falsear su propio currículum.
- El ajuste del 51% en el monotributo: un duro golpe al bolsillo de quienes trabajan por cuenta propia o bajo relación de dependencia encubierta, sin ingresos estables, paritarias, vacaciones, aguinaldo ni bonos, y deben pagar aunque no tengan trabajo.
El tono permite plantearnos, del mismo modo, el ejercicio inverso: ¿No hay una a favor, “para este lado”, por cada día de estos primeros treinta? Veremos, pero casi seguro que sí.
VEINTE QUE SÍ
- El discurso de asunción del Presidente, sensato, con objetivos y definiciones sensibles a las problemáticas que aquejan a la mayoría de la población, que las respalda y espera ver concretadas.
- El nombramiento de Ginés González García en Salud, que recuperó el rango de ministerio tras su degradación a Secretaría por el Gobierno anterior.
- La aprobación de un protocolo del aborto no punible, que permite aplicar las leyes vigentes desde hace casi 100 años.
- Varios nombramientos del Gabinete que abren expectativas favorables: además de Salud, en Economía (Martín Guzmán, discípulo de un Nobel “díscolo”); Desarrollo social (Daniel Arroyo), Educación (el equipo completo tiene antecedentes de excelencia: Adriana Puiggros, Gabriela Dyker, Pablo Gentili, Graciela Frigerio, Diego Golombek, etc), Seguridad (Sabrina Frederic), Legal y Técnica (Vilma Ibarra), entre otros.
- La derogación de decretos represivos que dejó el Gobierno anterior.
- La “liberación” de millones de vacunas que se encontraban bloqueadas en la Aduana y el anuncio del regreso del Programa Remediar, que entregaba medicamentos gratuitamente en los centros de atención primaria.
- La derogación del decreto macrista que permitía importar basura.
- El nombramiento de Magdalena Odarda en el INAI y el anuncio de que intervendrá para frenar desalojos de comunidades aborígenes.
- El anuncio de la paritaria nacional docente en enero.
- La emergencia ocupacional, que impide despidos por un plazo de 180 días.
- Más nombramientos: Juan Sasturain en la Biblioteca Nacional, Mercedes D’Alessandro en Economía y Género y Mario Cafiero en el INAES.
- El anuncio de cambios en la fórmula para los créditos UVA, que traerán alivio a beneficiarios que habían pasado a ser damnificados por la inflación.
- La extensión del Programa Ahora 12 hasta marzo (por ahora) y el relanzamiento de Precios Cuidados.
- La creación de los Ministerios de Mujeres, Género y Diversidad (con un equipo de reconocidas especialistas) y de la Vivienda y Hábitat, medidas prometedoras frente a problemáticas hasta ahora poco y mal atendidas de la sociedad argentina, como son la violencia de género y la cuestión habitacional.
- La posición del Gobierno en política exterior: tanto respecto de los sucesos de Venezuela, como el asilo a Evo Morales o el rechazo a la violencia en la escalada Irán-EEUU, muestran a la Argentina en una línea de independencia, apoyo a la multilateralidad y respeto a la democracia.
- La vuelta del Programa Conectar Igualdad, “utilizando distintos soportes” y en vinculación con el Plan Nacional de Lectura.
- La inclusión del Consejo Económico y Social entre las leyes que Alberto Fernández mandó al Parlamento, una herramienta institucional que existe desde hace décadas en cualquier democracia avanzada y que resulta valiosa para tratar las legítimas tensiones sectoriales que nos atraviesan.
- La Ley de Alquileres, que está en el mismo paquete y establece por primera vez reglas para impedir el abuso hacia las personas que pagan un alquiler.
- La Ley de Góndolas, también en ese paquete, que según Héctor Polino permitirá “frenar conductas abusivas de las grandes empresas que tienen una posición dominante en el mercado».
- El anuncio de un Consejo Contra el Hambre y la expectativa de que sea algo más que tarjetas para comprar alimentos.
Hasta aquí este ejercicio, a un mes del inicio del Gobierno de Alberto Fernández. A los, las, les lectores, la invitación a mantener dinámico este juego: si desean agregar puntos (“que sí” y “que no”), o argumentar en relación con los que se enumeraron. Incluso a modo lúdico y a título personal, como es este caso, se puede contribuir, y mucho, al debate público y, en consecuencia, al mejor desempeño de nuestro gobierno de turno.