El Partido Socialista de Argentina cumple 125 años de historia. Una historia de logros y desafíos, de avances y retrocesos, de éxitos y fracasos. 125 años de bregar por una sociedad más justa e igualitaria, sin bajar las banderas, sin traicionar sus valores. La historia del socialismo es la historia de hombres, mujeres y diversidades, de sus militantes, de quienes nos mostraron el camino y de quienes seguimos construyéndolo.
Enrique Estévez (Santa Fe)
Nuestro Partido Socialista cumple 125 años que recordamos con orgullo por ser herederos de una rica historia de realizaciones que permitió avances en la vida material e institucional de nuestro país; ya que el socialismo no es sólo una forma de concebir la política, también es una forma de hacer, una forma de sentir y de mirar a nuestra sociedad desde el valor de lo público y para el bien común.
Así lo pensaron- -y lo actuaron-, en más de un siglo de historia socialista en Argentina, hombres y mujeres como Juan B. Justo, Alfredo Palacios y Alicia Moreau, al incorporar a nuestra cultura y práctica política, el valor ético de la justicia social, de la igualdad y la solidaridad. Esta coherencia entre pensamiento y acción, ha sido fielmente expresada por nuestros gobernadores, parlamentarios, intendentes y concejales socialistas que, en democracia, han impulsado reformas y proyectos para avanzar en derechos frente a la desigualdad social, promoviendo el rol reparador del Estado, abriendo una agenda feminista, ambiental y de desarrollo inclusivo.
Por eso hacemos nuestras con orgullo las experiencias de gobierno en Rosario y luego en la provincia de Santa Fe, que han moldeado una vez más esa rica tradición socialista. Esta vez en el marco de un espacio plural, en coalición con distintos actores de la sociedad y la política para abordar una gestión de gobierno progresista inédita. Una gestión de cara a la ciudadanía, de cercanía y participación, de transparencia y honestidad, que han convertido al socialismo en sinónimo de salud pública, de educación, de diversidad e inclusión social. Reconfirmamos nuestra identidad en un frente integrador, apostando al diálogo, como antítesis al modelo imperante de confrontación y de polarización que ha demostrado ser tan dañino para la convivencia y para la democracia.
Después de 125 años, seguimos en el camino, con un partido renovado que se organiza paritariamente, junto a las juventudes, a las diversidades, junto a quienes trabajan y producen, emprendedores y compatriotas que sufren la falta de un futuro cierto. Seguiremos trabajando juntos para erguir nuestros valores de siempre frente a los desafíos de hoy.
«Reconfirmamos nuestra identidad en un frente integrador, apostando al diálogo, como antítesis al modelo imperante de confrontación y de polarización que ha demostrado ser tan dañino para la convivencia y para la democracia» (Enrique Estévez).
Gisel Mahmud (Santa Fe)
El Partido Socialista tiene, para mí, el desafío mayor de reconfigurarse en una organización capaz de trascender otros 100 años en un mundo totalmente cambiante, con nuevas demandas y nuevos problemas, donde cada vez son más los excluidos del sistema capitalista y cada vez mayores los daños irreversibles a nuestro planeta.
Es imprescindible para una organización política que desee trascender construir propuestas y un discurso centrado en las problemáticas del presente y el futuro. La cuestión es cómo construimos un sistema económico amigo del medio ambiente, de las relaciones de género igualitarias, inclusivo de las diversidades; que le ofrezca una oportunidad a las infancias y a las juventudes de ser agentes protagonistas con voz y decisión; donde la transformación digital sea la herramienta para democratizar y garantizar el acceso a los derechos en lugar de concentrar aún más el capital cultural, económico y académico en las manos de unos pocos.
Es imprescindible para una organización que desee trascender ser capaz de interpelar a las nuevas generaciones, ofreciéndoles la oportunidad de ser constructores de esa propuesta distinta de futuro e invitándolas e invitándolos a ser parte de una organización nueva, más dinámica, más abierta, más horizontal y participativa.
Roy Cortina (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Mi acercamiento al socialismo en los años 1979-80 y mi incorporación definitiva en 1983 definió y, de alguna manera, moldeó mi vida. Me hizo una persona capaz de pensar siempre más allá de mí mismo y más allá del tiempo en el que vivo. Me dio valores y me dio la capacidad de poder entender mejor la realidad y eludir así los engaños de las apariencias.
Gracias al PS soy un inconformista, un buscador incansable (con suerte dispar) de verdades y cambios, y me siguen conmoviendo, casi 40 años después, la solidaridad, la igualdad y la libertad. Y, sobre todas las cosas, ha sido y es un honor compartir con tantas y tantos, un sueño colectivo fascinante que perdura en el tiempo y no ha escrito todavía su capítulo más importante en la historia del país.
«Es imprescindible para una organización política que desee trascender construir propuestas y un discurso centrado en las problemáticas del presente y el futuro» (Gisel Mahmud).
Eduardo Di Pollina (Santa Fe)
Sumarme al Partido Socialista en mi juventud me representó abrir mi vida a un mundo que pasó a formar parte inescindible de mi persona, donde aprendí y me formé permanente. La práctica de la participación como la herramienta de transformación de la realidad, aún en aquellos tiempos oscuros de la dictadura, donde siempre el Partido cuidó y protegió lo más preciado: la vida y la integridad de sus militantes. Entre las cosas que considero más valiosas, está el inmenso privilegio de haber podido compartir muchísimas horas con Guillermo Estévez Boero, maestro inigualable en la vida y en la política.
“Aprender a construir sobre la realidad como sobre una roca” como dice el poema de Pablo Neruda dedicado a su Partido, es también lo que aprendimos nosotros en todos estos años: que no hay atajos, no hay camino fácil, que “la política es una ciencia más exacta que la matemática”, porque no perdona al que comete el error de desconocer la realidad que debe transformar.
En el Partido aprendimos que los cambios son colectivos, participativos, construidos desde abajo, desde las bases más amplias posibles, para llegar más alto y de manera más permanente, como en las pirámides que perduran durante siglos, y no en el apuro de crecer, construir frágiles obeliscos que ante la primer embestida se desmoronan. El Partido Socialista es, para quienes lo abrazamos y seguimos creyendo en la validez de su propuesta, nuestra casa, y es nuestra tarea cotidiana seguir construyéndola y ampliándola, con la pasión que nos insufla la llama de sus valores, tan vigente hoy como hace 125 años.
Juan Carlos Zabalza (Santa Fe)
Un partido político puede existir durante 125 años porque su creación no respondió a una coyuntura electoral. Fue una respuesta consciente a las necesidades de una incipiente clase trabajadora integrada también por muchos inmigrantes, que buscaron en nuestra patria horizontes que se les negaban en las suyas. Quienes protagonizaron esta epopeya lo hicieron en el convencimiento de que debía existir una organización política que se preocupara por mejorar la calidad de vida de las familias de los trabajadores, sus condiciones de trabajo dignas, sus posibilidades de capacitación y de organización para defender sus derechos. Este Partido Socialista fue y es parte viva de la realidad nacional y sus integrantes nos dejan un legado de ideas y valores imprescindibles para transitar en la política nacional.
De Juan B. Justo, el médico cirujano que encabezó la fundación del Partido Socialista, tenemos «las manos limpias y las uñas cortas», marcando lo que debería ser el comportamiento normal socialista ajeno a la corrupción y a los negociados. De Alfredo Palacios, los derechos de las y los trabajadores, su denuncia implacable del trabajo infantil, su lucha por mejorar las condiciones de trabajo, la situación de los migrantes, la denuncia de la pobreza de nuestro interior. De Alicia Moreau, el legado de sus pioneras luchas feministas e igualitarias. De Alfredo Bravo, su actitud y compromiso con la defensa irrestricta de los Derechos Humanos. De Guillermo Estévez Boero, la necesidad de pensar el socialismo en la Nación y la organización, el estudio y la difusión socialista. De Hermes Binner, la inmensa obra de construcción urbana con más derechos desde su ciudad de Rosario y el primer gobernador socialista de Argentina, tarea continuada por Miguel Lisfchitz. Este legado es el que motoriza a los miles de integrantes de nuestro partido a lo largo y ancho de Argentina, en la mayoría de las provincias, a levantar una voz por más igualdad, por más y mejor democracia, por más fraternidad y diálogo entre los argentinos.
«Por historia y por legado el Partido Socialista y sus integrantes tenemos una gran responsabilidad: ayudar a construir una Nación más justa, más igualitaria, más democrática, más solidaria. Con los valores aprendidos de la izquierda democrática necesitamos ser parte de una construcción política plural alternativa, que debe hacerse de abajo hacia arriba» (Juan Carlos Zabalza).
Frente a la pandemia que nos toca levantamos con convicción la bandera de la solidaridad. Hemos intentado acompañar, a pesar de no compartir, marchas y contramarchas del Ejecutivo nacional, y mucho menos los cruces irracionales de la absurda polarización política, que ignora y no da respuestas a la demanda de la sociedad. Las vacunas permitirán superar esta pandemia y su elaboración en poco tiempo es un índice positivo de los avances científicos y tecnológicos, pero su distribución muestra la peor cara del actual capitalismo financiero: el negocio antes que la posibilidad igualitaria de vida.
Recientemente nuestro partido realizó elecciones para definir su nueva conducción nacional, encabezada por Mónica Fein, y esto es otro hito importante, por primera vez, una mujer es presidenta del Partido Socialista. Por historia y por legado el Partido Socialista y sus integrantes tenemos una gran responsabilidad: ayudar a construir una Nación más justa, más igualitaria, más democrática, más solidaria. Con los valores aprendidos de la izquierda democrática necesitamos ser parte de una construcción política plural alternativa, que debe hacerse de abajo hacia arriba. Construcción que dé protagonismo a las mayorías, que construya junto a ellas canales de participación ciudadana, porque lo que no haga la sociedad no pueden hacerlo los partidos.
Marianela Pfund (La Pampa)
Este nuevo aniversario del Partido Socialista de Argentina, sus 125 años de existencia, nos invita a reflexionar sobre este nuevo contexto y repensar los desafíos que tenemos. Un contexto que nos ha mostrado de la forma más cruda lo endeble y frágil que es nuestra permanencia en este mundo. También nos ha dejado el aprendizaje de que ya no hay más vueltas que darle, las respuestas y la trascendencia de nuestras acciones son siempre colectivas. En este contexto que nos pone en primer plano el valor de la vida de las personas, de la vida plena como una necesidad que solo es posible en un mundo más justo, más solidario y más igualitario.
Hoy, donde este valor tan básico es el combustible que enciende la chispa que nos invita a movernos en el hacer cotidiano de la política, desde el socialismo tenemos el desafío de disputar el concepto de felicidad. Una felicidad basada en la idea de buen vivir y anclada en el valor de lo común, lo público y lo comunitario, desde la forma en la que habitamos nuestro barrio hasta nuestro planeta.
Para esto necesitamos una organización que dispute el Estado y el sentido común de la gente con un método basado en la política de la proximidad, que priorice el vínculo, la comunidad y la democracia participativa. Esta labor necesariamente es colectiva, por ello tenemos que tener la capacidad de abrazar y adaptarnos a nuestra diversidad y convocar a todas aquellas personas que se ponen en movimiento. Esta tarea es con les compañeres y con el protagonismo de las voces que han sido y siguen siendo relegadas durante años en nuestra sociedad: las juventudes, las diversidades, las mujeres, las niñeces y adolescencias, y de todas aquellas personas que sueñan con un horizonte más feliz, más socialista.
«Hoy, donde este valor tan básico es el combustible que enciende la chispa que nos invita a movernos en el hacer cotidiano de la política, desde el socialismo tenemos el desafío de disputar el concepto de felicidad. Una felicidad basada en la idea de buen vivir y anclada en el valor de lo común» (Marianela Pfund).
Esteban Paulón (Santa Fe)
El Partido Socialista es, de algún modo, la banda sonora de mi vida. Es el espacio que me recibió cuando apenas con 15 años buscaba un espacio donde encontrarme con otras y otros, para luchar contra las injusticias que observaba y sufría.
Es el lugar donde hice los amigos que aún hoy me acompañan en tantas aventuras y desventuras, en alegrías y tristezas, en proyectos y sueños. También, en un momento crucial de mi vida, fue contención y se convirtió en herramienta de lucha, mostrándome un camino a transitar para que una causa personal se convirtiera, finalmente, en una conquista colectiva.
Mariana López (Buenos Aires)
“La verdad de este país está ahí”
A 125 años del Partido Socialista de Argentina, recupero esta frase resonante que nos supo relatar en una intervención de Alejandro Katz sobre una charla con un amigo del exterior, para reforzar la convicción de que uno de los desafíos más grandes que tenemos es asumir el Gran Buenos Aires como agenda ética y política. Asumir el conurbano como el más crudo y claro fracaso de la democracia y la justicia social, un conglomerado inmenso y terriblemente desigual. Desigualdades que son producto de largas décadas de desidia, de poderes políticos orientados a intereses particulares, divorciados de su responsabilidad de bregar por los derechos de las y los bonaerenses.
Pensar en un proyecto de país desde la izquierda democrática implica una lectura comprometida en clave de condiciones de vida y de integración social; implica la discusión sobre las asimetrías de poder, sobre los niveles de autonomías y oportunidades reales para el desarrollo personal y colectivo de la gente. No hace falta poner cifras en este escrito, basta con vivir, pasar por aquí para saber que la pobreza, las diversas expresiones de violencia y las inequidades son una realidad concreta y estructural. Todo eso convive con la esperanza de quienes vivimos allí, que quizá migramos o llevamos generaciones, y que habitamos estos territorios entre la urgencia de sobrevivir y quizá, en algún momento materializar nuestra ilusión – derecho, de vivir mejor. Es por esto que el “conurbano” es nuestro hogar, nuestra identidad y nuestra trinchera política. Sabemos que desde otras territorialidades es difícil de comprenderlo, analizarlo, decodificarlo, pero sobre todo situarse en su trama social, política e institución compleja. Por ello, el socialismo del conurbano tiene un rol central en la transformación de la Argentina.
Así es que, ante el debate polarizado entre quienes detentan el poder, que no han sabido dar soluciones a los problemas de la gente y han contribuido, por acción u omisión, a acrecentarlos, es fundamental que el socialismo sea alternativa. Es necesario, asumir, abrazar, proyectar y protagonizar el sueño de una Argentina más justa e igualitaria: será verdad, finalmente, cuando lo veamos aquí.
«Pensar en un proyecto de país desde la izquierda democrática implica una lectura comprometida en clave de condiciones de vida y de integración social; implica la discusión sobre las asimetrías de poder, sobre los niveles de autonomías y oportunidades reales para el desarrollo personal y colectivo de la gente» (Mariana López).
Héctor Polino (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Ha sido una feliz coincidencia del destino que el mismo día de su nacimiento –28 de junio– pero 31 años después, el doctor Juan B. Justo fundara el Partido Socialista en la República Argentina.
Los días 28 y 29 de junio de 1896,se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires el congreso fundador del Partido Socialista. En un hecho inédito en el mundo, Juan B. justo 2 años antes de fundar el Partido Socialista fundó el periódico La Vanguardia, y a la edad de 29 años terminó la tarea de traducir al castellano el primer tomo de El Capital de Carlos Marx.
Hoy, 125 años después de su fundación, reivindicamos la obra que el partido llevó a cabo en el país, en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras ,de los humildes, de los explotados por el régimen económico capitalista. Y nos comprometemos a continuar luchando por una sociedad más justa, más igualitaria, más humanista. Por una sociedad que ponga el capital al servicio de los recursos naturales y de las personas, posibilitando el desarrollo pleno de todas las potencialidades creadoras del ser humano.
Ely Fontao (Catamarca)
Me afilié por Hermes. Fue en el 2010 en un campamento de juventudes donde muchos jóvenes escuchábamos al primer gobernador socialista de la Argentina. Ese día le pedí me firme un libro para mis padres que lo admiraban, ellos tenían una panadería familiar y les escribió: “la palabra compañero proviene de los que comparten el pan, así como lo hacen Rosa y Miguel todos los días con quienes más lo necesitan”. Hermes resignificó en una frase lo que es el socialismo para toda una generación que se sumaba a militarlo por una Argentina progresista. El socialismo como forma de vida, donde se comparte el pan y se lucha contra las desigualdades.
A lo largo de estos años en el socialismo catamarqueño, fui Secretaria General y Delegada al Comité Federal junto a compañeros y compañeras que marcaron huellas en la política local. Me toca hoy acompañar a Mónica Fein como Secretaria Nacional de las Mujeres Socialistas. Repito: acompañar a la primera mujer en los 125 años de historia de nuestra organización, junto a muchas compañeras de todas las provincias como protagonistas. Decisión política de un partido que en tiempos difíciles, en los que le tocó despedir a grandes dirigentes como Hermes, Élida y Miguel, sin embargo levanta sus banderas con la fortaleza que le otorga la coherencia y la enorme lealtad a los principios fundacionales.
Este aniversario marca un nuevo tiempo para el Partido Socialista de Argentina, donde debemos redefinir un nuevo sujeto político como lo hacía Hermes, en una sola frase, y lo debemos hacer con todo lo que somos, con lo que fuimos y, fundamentalmente, con lo que seremos. Convencida de que el futuro de nuestra organización es feminista y federal. Con Mónica Fein, con cada una de las compañeras, nos comprometemos a seguir construyendo juntas aquello que nos falta, ampliando derechos, proponiendo colectivamente agendas alternativas. Para disminuir las enormes desigualdades que hay, en particular las que sufren las mujeres y disidencias.
«Hermes resignificó en una frase lo que es el socialismo para toda una generación que se sumaba a militarlo por una Argentina progresista. El socialismo como forma de vida, donde se comparte el pan y se lucha contra las desigualdades» (Ely Fontao).
Matías Chamorro (Córdoba)
Cuando uno decide con 18 años abrazar un espacio que hoy cumple 125 años casi que siente que está entrando en parte de la historia de nuestro país. Ese tal vez sea parte de la seducción del socialismo para las nuevas generaciones. Luego, cuando se empieza a profundizar es su gestión de gobierno, sus hechos concretos, sus referentes como ejemplo, uno siente la necesidad de formarse, de forjarse en este modo de vida, en esta forma de ver y cambiar la realidad. Es responsabilidad muy grande, el peso de un legado.
Hoy siento que el desafío es innovar, es modernizar esos pilares y esos ejemplos para poner a la democracia y a nuestro país en otro nivel de desarrollo político. Vivimos en tiempos de transición. De transformaciones profundas y vertiginosas. El socialismo fue siempre y sigue siendo una mirada anticipada de nuestra humanidad, pudiendo en cada momento histórico leer hacia dónde debíamos caminar, para vivir mejor, para cuidar mejor y para preservar lo más querido. Hoy creo que el socialismo es la sociedad del cuidado: cuidado de les otres, cuidado de nuestra madre tierra, cuidado de las infancias, de las causas de los movimientos sociales, de las instituciones democráticas que con tanta lucha y sacrificio colectivo hemos podido conseguir.
A 125 años de la fundación del PS Argentino, seguimos marchando con el corazón en la frente, sembrando socialismo cada día, con el pesimismo de la realidad y el optimismo inquebrantable de la voluntad, con la radicalidad en los fines y la moderación en los medios. Con la utopía en nuestras manos de arcilla y greda. Por un futuro inclusivo, ecológico y feminista.
Agustina Rodríguez (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Siempre las efemérides son fechas que invitan a reflexionar, y los 125 años de nuestro Partido Socialista no iba a ser menos. Pertenecer a un partido político centenario obliga a ser responsables no solo con su historia, sino, por sobre todas las cosas, con su futuro. Pensar el futuro del Partido Socialista en un país con más de 50% pobres, en un mundo vertiginoso que atraviesa cambios sociales, económicos, políticos y naturales; es un desafío inmenso.
Frente a ese panorama, nuestros valores y nuestra cultura política se vuelven imprescindibles. Creo en un Partido Socialista que pregone el valor de la unidad en la diversidad, porque necesitamos ser motores de un diálogo para forjar un proyecto de país desde abajo, desde el interior, construido desde los márgenes, profundamente democrático, con inclusión social, ecológico y feminista.
Recuperemos la osadía que tuvieron las mujeres y hombres de nuestros Partido a lo largo de la historia, profundamente ligados al destino de las grandes mayorías. Pongamos en agenda la necesidad de que la política vuelva a ser discutir y accionar sobre ideales, solidaria y generosa. La condición del futuro es la esperanza y, como decía Líber Seregni, uno de los fundadores del Frente Amplio uruguayo, para la esperanza tenemos razones. ¡Arriba socialistas!
«A 125 años de la fundación del PS Argentino, seguimos marchando con el corazón en la frente, sembrando socialismo cada día, con el pesimismo de la realidad y el optimismo inquebrantable de la voluntad, con la radicalidad en los fines y la moderación en los medios» (Matías Chamorro).
Martín Appiolaza (Mendoza)
Mi abuelo me hablaba de Godoy Cruz Antonio Tomba y alguna vez de Alfredo Palacios: eran esas charlas entre abuelo y nieto que te quedan tatuadas. El no fue militante. Tampoco Antonio Di Benedetto -cúspide de la novela argentina y director del diario donde trabajé- que, sin embargo, se animó a ser candidato por el socialismo en Mendoza. De chico, también mi papá me habló de igualdad, de solidaridad, de la libertad como conquista. Crecí en Godoy Cruz donde el socialista Renato Della Santa fue tres veces intendente, fundó cooperativas, bibliotecas, un sistema de salud municipal y transformó la ciudad.
El doctor Roberto Chediak me atendió esa noche en que volaba de fiebre. Mis papás confiaban en él (quizá por sus valores humanistas). Se tuvo que exiliar, pero cuando volvió fue concejal de mi ciudad y más tarde un hombre generoso con su sabiduría. Como él, viví fuera: me traje el afecto de colegas españoles, suecas, holandeses, ticas… que simpatizaban con la socialdemocracia.
Así llegué hasta Hermes Binner, que dedicó tiempo para escucharme y explicarme con llaneza. Esa tarde me sentí parte de algo colectivo más allá de generaciones y países, que en la Argentina hoy cumple 125 años. Al escucharlo se me mezclaron sensaciones e ideas: las charlas del abuelo, la ética de Della Santa, la sabiduría de Chediak, el afecto por amigues con los mismos valores en sus países.
Esta, como muchas otras, como la del PS, es una historia en construcción.