El Partido Socialista de Argentina cumple 125 años de historia. Una historia de logros y desafíos, de avances y retrocesos, de éxitos y fracasos. 125 años de bregar por una sociedad más justa e igualitaria, sin bajar las banderas, sin traicionar sus valores. La historia del socialismo es la historia de hombres, mujeres y diversidades, de sus militantes, de quienes nos mostraron el camino y de quienes seguimos construyéndolo.
Transcurrieron ya 49 años de mi vida, desde cuando el Partido Socialista fue el vehículo elegido para canalizar las utopías de juventud en la década del 70, caracterizada por tanto entusiasmo y debates. Corría el año 1972 y recién se había constituido una nueva vertiente socialista, ligada a lo nacional y a lo popular: el Partido Socialista Popular.
Valoro de aquella época el profundo sentido de lo colectivo. Matizando los estudios de los clásicos, sin dogmatismos y tratando de nutrir nuestros saberes con los de los hacedores de la Argentina, revalorizando a nuestros héroes, poniendo énfasis en nuestras tradiciones y en los símbolos que hacen a nuestra identidad.
Era fundamental para nosotros el estudio de la realidad política, social y económica de nuestro país, de su ubicación en América Latina y del análisis de experiencias de otras latitudes. Estudio, eso sí, para la acción política. Por ello le agregábamos una verificada práctica de cada uno de los militantes: estudiantes en los centros estudiantiles, trabajadores en sus sindicatos, profesionales en sus asociaciones, como así también en agrupaciones de empresarios, bibliotecas, vecinales, clubes, parroquias….
La participación significaba conocer, interactuar con el otro, solidarizarse con el semejante: ayudando a mejorar la vida de la gente crecíamos y mejorábamos también nosotros mismos como personas. Propiciando el «ser más» que el «tener más».
Fueron miles las experiencias que transitamos, sumando a ellas el minucioso estudio: la práctica y la teoría. Eso nos ayudó a forjar nuestra metodología de interpretación de la realidad y, en base a ella, elaborar propuestas concretas en los distintos ámbitos donde nos tocaba actuar. Y llegó un momento en donde todo ese bagaje de teoría y práctica lo pudimos llevar adelante ocupando responsabilidades políticas de mayor envergadura, en espacios deliberativos o ejecutivos, hasta el día de hoy.
La participación significaba conocer, interactuar con el otro, solidarizarse con el semejante: ayudando a mejorar la vida de la gente crecíamos y mejorábamos también nosotros mismos como personas. Propiciando el «ser más» que el «tener más».
Transformamos ciudades y nuestra Provincia de Santa Fe, jerarquizamos los derechos, siempre en la búsqueda de mayor igualdad. Mejoramos y cambiamos la vida de la gente en cada sitio donde nos tocó actuar. Siempre con la misma premisa: propiciar la participación ciudadana, que la gente sea parte de los cambios, que se los apropie, para que sean perdurables.
El horizonte de la política llevada adelante por nuestro partido se sintetizó en cambiar estructuralmente la cultura de la sociedad, en su sentido amplio: como más igualdad, más solidaridad, más justicia.
En un ligero pantallazo podemos enumerar acciones emblemáticas:
- El sistema de salud implementado en ciudades y en la Provincia de Santa Fe es un modelo a seguir, donde el Estado es el garante fundamental. Nuevos hospitales, centros de atención pPrimaria de la salud, centros de especialidades médicas ambulatoria, red coordinada de servicios, producción de medicamentos. En síntesis, un sistema caracterizado por la accesibilidad, equidad, gratuidad, universalidad.
- Las políticas sociales dejaron de tener el acostumbrado tinte asistencialista para transformarse en vehículos para recuperar la dignidad y promotoras de derechos.
- La educación ha sido también otro de nuestros mayores desvelos: hemos construido centenares de escuelas nuevas, pero también hemos reformulado el proceso educativo, dando un lugar al alumno como el principal protagonista.
- La cultura se transformó en espacios para todos: para decir, hacer, jugar, crear, imaginar.
- Los trabajadores fueron jerarquizados con salarios dignos, capacitación, paritarias permanente y la creación de los Comités de Salud y Seguridad del Trabajo, únicos en su tiempo en el país.
- La niñez y la juventud tuvieron un lugar preponderante en las políticas públicas: espacios específicos, responsabilidades asignadas, centros de cuidado, congresos participativos, capacitación en oficios y el fomento del deporte a todo nivel.
- Se jerarquizó la producción a través del incentivo al agregado de valor, resaltando el valor de las PYMES, brindando apoyo desde el Estado con diferentes propuestas.
- Se jerarquizó la ciencia y la tecnología, poniendo énfasis en ciencia básica y aplicada para cambiar la matriz productiva.
- Se construyeron plantas de agua potable, acueductos, cloacas, rutas, se recuperaron edificios públicos emblemáticos.
- Se llevó a una excelente eficiencia en las prestaciones del servicio a la Empresa Estatal de Energía, al mismo tiempo que se desarrollaban energías renovables.
A 125 años de la fundación del Partido Socialista en la Argentina, son numerosas las conquistas ganadas por los santafesinos a partir del accionar del mismo. Este breve relato de una práctica concreta nos marca una profunda huella que los socialistas hemos dejado, una huella que marca un rumbo para seguir caminando. Hemos reafirmado los principios que nos legaron quienes fundaron el Partido, llevando adelante con honestidad, eficiencia y ética el manejo de lo público. Sin lugar a dudas hoy somos muchos más para seguir construyendo socialismo en Argentina.
Es mucho lo que hemos logrado. Queda mucho más por hacer. Viva el Partido Socialista.