Cuando asumió, el Intendente encontró las arcas vaciadas por la gestión peronista. Le entregaron un manojo de llaves y muchas deudas. Empezó a remontar pese a las adversidades financieras, geográficas y la pandemia.
En medio de la meseta patagónica de la provincia de Río Negro, a 210 kilómetros camino al oeste del océano Atlántico por la ruta nacional 23, el pueblo Ministro Ramos Mexía se está transformando. El 23 de junio de 2019 las vecinas y vecinos eligieron como intendente a Nelson Quinteros, el candidato del Partido Socialista.
Desde el principio la tuvo complicada Quinteros. Con origen político en el Frente Grande y crecimiento como funcionario de la gestión del ex Gobernador rionegrino Alberto Weretilneck, Quinteros se encontró en la disyuntiva: ser candidato a Intendente del pueblo que lo vio crecer implicaba abandonar el partido Juntos Somos Río Negro (JSRN) del que era funcionario.
Fue difícil. Con mucho esfuerzo y diálogo con la gente. Ese helado 23 de junio, a dos horas de auto entre el mar y Bariloche, junto a la traza del Tren Patagónico, fue electo el candidato del socialismo.
Su partido no lo apoyó. Contra reloj se acercó al Partido Socialista (PS) -lo conocía de su paso por el FREPASO-. A horas del cierre de inscripción ya tenía una lista para competir y un partido que lo apoyaba.
El desafío electoral parecía un imposible por los escasos recursos del partido, su candidato y enfrentando al oficialismo.
Contra la corriente
Pero si hay algo que nos debe enseñar esta joven democracia, es la de reinterpretar el rol de los partidos políticos en la sociedad.
No la tuvo fácil la gestión electa. Pero Quinteros sacó a relucir experiencia en gestión para sobreponerse a una herencia predatoria y una pandemia en un contexto de extremos climáticos.
Si entendemos la política como herramienta de transformación social, los partidos políticos que no tienen representación en alguna región deben tener la capacidad y grandeza de facilitar y apoyar a quienes tengan la convicción de ser candidatos con propuestas en beneficio de un pueblo.
No se trata de ofrecer el sello al mejor postor, sino analizar las circunstancias, las motivaciones y deseos de quien o quienes pretendan transformar vidas.
Fue difícil. Con mucho esfuerzo y diálogo con la gente. Ese helado 23 de junio, a dos horas de auto entre el mar y Bariloche, junto a la traza del Tren Patagónico, fue electo el candidato del socialismo.
Aquí empieza otra historia. No la tuvo fácil la gestión electa. Pero Quinteros sacó a relucir experiencia en gestión para sobreponerse a una herencia predatoria y una pandemia en un contexto de extremos climáticos.
Sin transición
En la elección, el ex intendente peronista Patricio Colil que buscaba la reelección, quedó en tercer lugar. Desde ese instante, empezó a transitar sus últimos días de gestión.
Fueron muchos días, en los que se resistió a tener una transición ordenada. Fueron meses de incertidumbre en los que la nueva gestión no sabía qué se iba a encontrar.
Fue un largo silencio, falta de diálogo, obligando al Intendente electo a asumir a ciegas.
La transición fue entregarle un manojo de varias decenas de llaves, sin identificación, de todos los edificios municipales. Muestra del destrato que recibió de la administración anterior.
Desafíos y logros de gestión
Una vez al frente del gobierno de la Municipalidad de Ministro Ramos Mexía, el intendente Quinteros se encontró con que la gestión anterior había dejado las cuentas en rojo.
El desafío era enorme. Hacer frente a los gastos diarios en un municipio saqueado, sin previsibilidad, que no conocía la buena gestión de lo público.
Inmediatamente tuvo que atender las demandas y recursos para que la comuna siguiera funcionando, como el pago del aguinaldo a las y los empleados municipales. Fue un comienzo tan inesperado como difícil, con una herencia de embargos y deudas millonarias.
Tuvieron que pedir un auxilio financiero al gobierno provincial.
El desafío era enorme. Hacer frente a los gastos diarios en un municipio saqueado, sin previsibilidad, que no conocía la buena gestión de lo público.
Confinamiento golpeó muy duro
A poco de avanzar, cuando todo parecía encaminarse, la pandemia.
Lo que por el sólo hecho de existir ya era una catástrofe humanitaria global a un municipio tan pequeño, de unos mil habitantes, agobiado por el ahogo financiero, lo golpeó muy duro.
Contra todos los males y a fuerza de miles de kilómetros recorridos a Viedma, la capital provincial, a Buenos Aires, mucha austeridad, cuidando los recursos del Estado, con creatividad, gestión y más gestión, Ramos Mexía comenzó a tomar color.
Al cumplirse tres años de aquella victoria histórica de junio del 2019, Nelson Quinteros escribió en sus redes: “Demostramos que se puede gobernar con recursos limitados, gestionando en provincia y nación, con un equipo municipal de jerarquía, que acompaña y propone, trabajadoras y trabajadores municipales con compromiso, que comprendieron que queríamos una Municipalidad activa, sin privilegios, de puertas abiertas a la comunidad, y creo que lo logramos”.
Ladrillos y cemento
El resultado de estas idas y venidas se tradujo en importantes obras y servicios fundamentales para el pueblo. La avanzada construcción del nuevo Hospital Dr. Aquiles Rivera Paredes. La ampliación de la red de gas, la puesta en valor del ingreso a la localidad, y servicios como RapiPago. El botiquín. La estación de servicio que está a punto de inaugurarse. Y obras y servicios por comenzar, como el desagüe pluvial que evitará inundaciones.
En una localidad donde hay pleno empleo, los próximos desafíos están asociados a la búsqueda de inversiones privadas que generen nuevos puestos de trabajo e ingresos a hacienda.
El pueblo, que el próximo 10 de noviembre cumplirá 139 años, lo festejará con grandes actividades recreativas y culturales.
En la búsqueda de crear empleo y dar sostenibilidad económica al pueblo, la comuna apostó al turismo. La prueba de fuego se dio con el eclipse total de sol que se pudo observar con plenitud en diciembre de 2020. Ramos fue uno de los puntos de observación más importantes: atrajo a más de 2 mil turistas en plena pandemia.
El Corredor Bioceánico Norpatagónico que unirá al Pacífico con el Atlántico, está próximo a inaugurarse e implica una mayor conectividad y tráfico por el pueblo.
Parador de gestión municipal
La idea es ofrecer a la visita la riqueza natural de la Meseta de Somuncura, declarada por la provincia como área natural protegida. Por ejemplo, disfrutar del Bajo Ramos, el Cerro Redondo, el Cerro Corona, el mirador, pinturas rupestres, el picadero de flechas, y realizar actividades de trekking y eco ciclismo.
Para quienes deseen pasar más de un día en Ramos, ya funciona el parador municipal “Con Sabor a Meseta”, que ofrece gastronomía y hospedaje. Hay también una alternativa privada, “Tunquelén”, en un entorno natural.
El pueblo, que el próximo 10 de noviembre cumplirá 139 años, lo festejará con grandes actividades recreativas y culturales.
Recapitulando, la decisión del PS de confiar su historia a un ciudadano que a poco de asumir el compromiso de administrar un municipio comenzó a transformar sus sueños y ambiciones en el bienestar de un pueblo, nos hace reafirmar el poder de la política como herramienta transformadora.