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¿Quién nos cuida?

por | Jun 29, 2023 | Sociedad

Las tareas de cuidados son un sector muy activo de la economía con una altísima tasa de informalidad y donde principalmente se ocupa a mujeres. Las crisis lo profundizan: el voluntarismo reemplaza a los gobiernos. Es necesario repensar el rol del Estado, la distribución de las tareas de cuidado y acciones para impedir la vulneración de derechos.

Hablar de cuidados es referirse a un tema del que mucho se debate en los últimos tiempos, pero aún quedan muchos interrogantes que responder, sobre todo queda mucho que definir para partir desde un concepto común. A partir del hecho de que toda persona en algún momento de su vida ha recibido algún tipo de cuidado indispensable para su desarrollo y muchas posteriormente ejercimos cuidados pero, a nivel general, en la ciudadanía se percibe un escaso conocimiento del tema. Es posible enmarcar dentro del concepto a una vasta serie de actividades destinadas a velar por el bienestar cotidiano de las personas, tanto desde lo material y económico, como desde lo moral y emocional.

Se trata de un concepto muy amplio. Con seguridad, muchos en este momento estarán pensando en algún familiar que los crió -¿habrá sido una mujer?-, pero pocos tal vez piensen en la responsabilidad que tiene el Estado a la hora de regularlo, desarrollarlo y garantizarlo.. 

Se abren así una serie de interrogantes con un alto grado de complejidad. ¿Por qué es importante que el Estado piense en políticas de cuidado?¿Es necesaria una regulación?¿Hasta dónde llega esa “regulación”?¿No entra la misma en conflicto con la privacidad de las personas y las familias?¿Hasta dónde el Estado puede responder por el cuidado ejercido por Instituciones privadas o personas que no forman parte de la Administración Pública?

Intentaremos avanzar en darles respuesta, aunque dejando para otro momento el cuidado dentro del hogar, que representa a gran parte de las tareas de cuidados, donde el trabajo no es remunerado y además se ve atravesado por la disparidad de recursos en cada hogar para ejercerlo. 

CUIDADOS COMO ACTIVIDAD ECONÓMICA

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las políticas de cuidado abarcan «aquellas acciones públicas referidas a la organización social y económica del trabajo destinado a garantizar el bienestar físico y emocional cotidiano de las personas con algún nivel de dependencia».

Estas políticas consideran tanto a los destinatarios del cuidado, como a las personas proveedoras e incluyen medidas destinadas tanto a garantizar el acceso a servicios, tiempo y recursos para cuidar y ser cuidado, como a velar por su calidad mediante regulaciones y supervisiones.

“La cantidad de horas utilizadas (por las mujeres) para el cumplimiento del cuidado reproductivo y el trabajo doméstico imposibilitan el desempeño en otros ámbitos de quienes asumen esa responsabilidad.”

El sector del cuidado como actividad económica combina los empleos de enseñanza, salud, doméstico y asistencia social, siendo la principal fuente de empleo para las poblaciones femeninas. Esto  demuestra algo que no resulta una novedad: el fuerte componente de género aún en los espacios laborales remunerados.

En todos los casos, se observan porcentajes más altos de mujeres en los rubros asociados a labores domésticas llamados “sectores de la economía del cuidado”. Según la CEPAL, en el caso de América Latina: salud un 73,2%, enseñanza 70,4% y el más alto es hogares como empleadores, que aglutina las distintas modalidades de trabajos domésticos remunerados, con un 91,5% de mujeres en el sector.

La desigualdad con la que se distribuyen estas actividades y responsabilidades asociadas al cuidado hacia adentro de los hogares ha demostrado ser un factor de detrimento del plano profesional y académico de las mujeres. La cantidad de horas utilizadas para el cumplimiento del cuidado reproductivo y el trabajo doméstico imposibilitan el desempeño en otros ámbitos de quienes asumen esa responsabilidad.

La deserción escolar de niñas y jóvenes también está ligada a la adopción de roles tradicionales sobre cuidados y labores domésticas y ha significado una reducción en los años promedios de educación, lo que dificulta el acceso al mercado laboral de estas niñas.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la demanda de cuidados en los hogares con hijos representa un impedimento para la incorporación de mujeres al plano laboral por la desproporción del volumen de tareas domésticas a partir de la existencia de hijos. Esta desigualdad se vuelve aún más profunda si consideramos que los sectores donde las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas, como los que conforman al sector de cuidados, son las ramas económicas peores pagas y con mayores tasas de informalidad y precariedad.

Lo cierto es que aún no se cuenta con estadísticas fiables acerca de  los espacios de cuidados que se generan espontáneamente en lo comunitario (más aún en un contexto socioeconómico complejo como el actual),  o sobre aquellos que desde el sector privado ejercen estas tareas.

“Cada área o nivel del estado contribuye en su medida al desarrollo de políticas de cuidado, pero si estas medidas carecen de integralidad y no se aborda al Sector del Cuidado como un macrosistema, lejos estamos de poder dar respuesta.”

Si repasamos rápidamente, podemos ver cómo cada área o nivel del Estado contribuye en su medida al desarrollo de políticas de cuidado, pero si estas medidas carecen de integralidad y no se aborda al sector del cuidado como un macrosistema, lejos estamos de poder dar respuesta. 

Pensemos en los comedores, los espacios  de cuidado generados entre los barrios, donde las vecinas (en su mayoría) cuidan a los hijos de las madres amigas que por trabajo no pueden atender a los menores que tienen a cargo. Hablamos de  actividades voluntarias sin remuneración, pero que intentan cubrir una necesidad evidente e ineludible. Como mencionamos, las épocas de crisis económica hacen que estos espacios proliferen cada vez más en el territorio, sin registro, sin habilitación, algunos con ayudas económicas y otras solamente con la buena voluntad de una comunidad, cruzando la gran incertidumbre de afrontar el mantenimiento de estos espacios de manera desigual, con la angustia de no tener garantía de si podrán o no sostenerlos mañana.

ADULTOS MAYORES

Otro caso a destacar es el de los espacios para adultos mayores. Aquí hay varias problemáticas para mencionar: la relación entre hogares públicos y privados, la proporción de cuidadores respecto de internos, la debida formación de los mismos y los protocolos sanitarios son sólo algunas de todas las existentes. Un sinnúmero de interrogantes que con los datos disponibles se responden a medias, que si indagamos, cada área o nivel del Estado responde por lo que le compete. De esta forma, los interrogantes continúan surgiendo y el trabajo por hacer resulta arduo. Pero ante todo camino largo se tiene que empezar por lograr una foto real del panorama.

Hace algunos años que en la región se viene instalando el tema en la agenda pública, principalmente a partir de la consideración económica del trabajo doméstico. En la Argentina podemos ver varios ejemplos de propuestas que van orientadas en este sentido, y que contribuyen al debate público respecto al rol del Estado, como lo es el proyecto de ley para la creación de un Sistema Nacional Integral Federal de Cuidados presentado por los diputados Mónica Fein y Enrique Estévez en marzo de 2022; y el proyecto de ley “Cuidar en Igualdad: Sistema Integral de Políticas de Cuidados en la Argentina (SINCA)”, del Poder Ejecutivo Nacional presentado el mismo año. 

“Pensar la igualdad de oportunidades desde una perspectiva integral del cuidado, no solo es importante, sino que se vuelve crucial ante una realidad económica dura, donde quienes se encuentran desprovistos de los medios necesarios para acceder a ese cuidado son principalmente los sectores más vulnerables de la sociedad.”

Estas propuestas le abren el camino a las políticas de cuidado para ocupar un espacio importante en el debate público y las instala en agenda. Las preguntas que nos hicimos al comienzo de esta nota vislumbran sus respuestas a medida en que el debate avanza, por lo que entendemos que pensar la igualdad de oportunidades desde una perspectiva integral del cuidado, no sólo es importante, sino que se vuelve crucial ante una realidad económica dura, donde quienes se encuentran desprovistos de los medios necesarios para acceder a ese cuidado son principalmente los sectores más vulnerables de la sociedad. Son quienes se encuentran más expuestos a los abusos, a la violación de derechos y a una gran cantidad de barreras que imposibilitan su desarrollo personal. 

El Estado debe “repensarse” para garantizar herramientas, espacios seguros y accesibles de cuidados, debe además brindar la información necesaria para prevenir los abusos y sobre todo avanzar articuladamente desde todos sus niveles y principalmente legislar para transformar dichas iniciativas en políticas públicas que trasciendan al gobierno de turno.

La Argentina y cada una de sus provincias necesitan generar los consensos necesarios para que el foco principal esté puesto en construir una sociedad más justa e igualitaria.

Marianella Araya e Ignacio Martínez

Marianella Araya e Ignacio Martínez

"Nelly" es concejal de Godoy Cruz, estudiante de historia, militante socialialista y feminista. "Nanni" es politólogo, docente y DJ.