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Milei contra las Provincias. Las deudas del Federalismo

por | Mar 1, 2024 | Nacionales

Las recientes medidas lideradas por el presidente Milei han desencadenado una ola de preocupación en la mayoría de las provincias argentinas.

La eliminación del Fondo Compensador para el Transporte del Interior ha agudizado la disparidad con el AMBA, al mantener los subsidios sólo para usuarios de la región. Además, la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente ha impactado negativamente en el salario de más de un millón y medio de docentes en un contexto de inflación y recesión, exacerbando la deuda histórica con el sector educativo y complicando los inicios de clases.

La quita de subsidios al servicio eléctrico que ha comenzado a afectar a los hogares de ingresos medios y bajos, mientras que el recorte en los envíos de coparticipación a la provincia de Chubut ha generado un amplio repudio y tensiones con los 24 gobernadores, evidenciando la necesidad de un análisis más profundo sobre el impacto de estas medidas en la equidad regional y la calidad de vida de los ciudadanos de a pie.

NUEVO CAPÍTULO DE UN VIEJO CONFLICTO

Los conflictos económicos y políticos que se han suscitado entre Nación y las provincias por la disputa del reparto de los recursos, hay que enmarcarlo en la propia historia de nuestro federalismo. No es la primera vez que sucede, pero si es original en la explícita utilización política como amenaza por parte de un gobierno nacional sin base territorial organizada.

Nuestro entramado institucional se hizo con la intención de salvaguardar bajo el sistema federal los intereses de las provincias preexistentes, propendiendo a un esquema de concertación y diálogo como forma de gestión de los conflictos de intereses y el reparto de los recursos. Por ello, las provincias preservaron para sí la facultad de dictar sus propias constituciones y elegir sus autoridades, sumado que nuestra Carta Magna, desde su primera formulación, establece que las mismas conservan todos los poderes no delegados explícitamente en el gobierno nacional.

«Nuestro entramado institucional se hizo con la intención de salvaguardar bajo el sistema federal los intereses de las provincias preexistentes, propendiendo a un esquema de concertación y diálogo como forma de gestión de los conflictos de intereses y el reparto de los recursos.»

Esta distribución funcional y territorial del poder político, ha sido sucesivamente cuestionada en virtud de los resultados sociales y económicos obtenidos. Población y recursos concentrados en Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Agravado por problemas arrastrados del siglo pasado, el proceso de descentralización administrativa de los setenta bajo regímenes militares y en los noventa durante los gobiernos de Menem con la ya tan mencionada insuficiente transferencia de recursos para que las provincias pudieran hacerle frente.

LA EXTORSIÓN Y LA CAJA

En la actualidad, los gobiernos provinciales ejecutan tres cuartas partes del gasto educativo, casi todo el gasto en vivienda y hábitat, más del 70% del gasto en agua y saneamiento y en justicia, la mayor parte del gasto en seguridad y, en conjunto con los gobiernos locales, la mitad del gasto en salud, el 70% del gasto en promoción y asistencia social. Sumado a las nuevas demandas de la ciudadanía, como lo son la política ambiental que provincias y municipios realizan el 95% del gasto y las políticas de género y erradicación de las violencia de género donde las provincias realizan alrededor de un tercio del gasto. La distribución de funciones más que una división tajante es un marmolado de funciones delegadas, no delegadas y concurrentes.

«Los gobiernos provinciales ejecutan tres cuartas partes del gasto educativo, casi todo el gasto en vivienda y hábitat, más del 70% del gasto en agua y saneamiento y en justicia, la mayor parte del gasto en seguridad y, en conjunto con los gobiernos locales, la mitad del gasto en salud, el 70% del gasto en promoción y asistencia social.»

La contracara es la discusión sobre el reparto de recursos para poder hacer frente a las funciones. Donde tenemos problemas arrastrados desde los procesos de descentralización, que debilitan la institucionalidad del sistema federal argentino: la proliferación de acuerdos de emergencia en reemplazo de esquemas estables de reparto; la discrecionalidad en el manejo de las relaciones entre la Nación y las provincias y el desvirtuado papel de las instituciones federales de coordinación sectorial.

No obstante, los principales obstáculos en el reparto de recursos ha sido la incapacidad de construir acuerdos y consensos, entre nación y las provincias, en torno a una nueva ley de coparticipación. Por otro lado, un sistema tributario de excepción concentrado en el nivel nacional, que cada vez se encarga de menos responsabilidades públicas y que, a su vez, no es la fuente productiva de su generación.

En el contexto donde se debaten supuestas medidas de fondo, una profunda reforma tributaria federal y progresiva, ambiciosa para explayar en esta nota, sería el horizonte que no tenemos que perder de vista desde los sectores de izquierda democrática, como punta de lanza para confrontar con el nuevo discurso libertario refundacional. El federalismo bien utilizado puede ser una fuente de mayor equidad territorial. Si los recursos de los territorios no llegan a los mismos por falta de una ley de coparticipación, tenemos que adecuar el sistema tributario para eliminar la carga impositiva nacional. La Nación, como nivel de gobierno, no produce nada, y cada vez se hace cargo de menos responsabilidades. Claro ejemplo el gobierno actual que no quiere hacer obra pública, desfinancia educación, salud, transporte, servicios públicos. Son las provincias las grandes administradoras públicas territoriales, el aparato productivo y las generadoras de crecimiento y riqueza.

AJUSTE A LA ANTIGUA

Quiero volver un poco a lo que viene sucediendo en los primeros meses del gobierno de Javier Milei, para contextualizar la gravedad de la situación de crisis. La alianza libertaria-conservadora con su programa político de gerenciamiento de la miseria viene implementando medidas clásicas de ajuste fiscal sin la sensibilidad de comprender cómo está impactando en los sectores más pobres e incluso una clase media ya golpeada. La terapia del electro-“shock” con escasa y nula consideración de la redistribución regresiva que está generando, viene quemando el tejido social día tras día. La estrategia neoliberal es atomizar a la sociedad y la táctica que implementan es de “troll de X”, ofender a diferentes colectivos marcados como “enemigos”.

Ante esta acuciante situación, las provincias, municipios y organizaciones sociales de diferente índole son el único dique de contención de los más desprotegidos. Por ejemplo, ya se está proyectando un aumento en la demanda de los servicios de salud y educación públicos. Los merenderos y comedores populares reciben cada vez más familias. Mientras tanto el gobierno nacional desconoce sus responsabilidades, no envía comida a los comedores, no envía los fondos de transporte, no envía los fondos de educación. Directamente se está atacando componentes esenciales para el desarrollo humano de las argentinas y argentinos, el presidente está recortando la libertad de poder vivir una vida plena a millones de personas.

«El gobierno nacional desconoce sus responsabilidades, no envía comida a los comedores, no envía los fondos de transporte, no envía los fondos de educación. Directamente se está atacando componentes esenciales para el desarrollo humano de las argentinas y argentinos»

La estrategia fiscal que no se enmarca en un plan de desarrollo productivo centrado en las personas, para que vivan más dignamente y tengan acceso a más oportunidades, está destinado al fracaso. Hoy lo vemos, es muy difícil encontrar a algún argentino cuya economía personal no se haya visto golpeada por las medidas de ajuste brutal implementadas. Tenemos que ser capaces de ver las reformas profundas que la sociedad demanda, las cuales no pueden ser implementadas con un autoritarismo absurdo y violento como el que estamos viviendo. El progresismo tiene que recuperar su utopía, poder imaginar el futuro que queremos, pero sobre todo poder diseñar las propuestas para alcanzarlo.

La República Argentina no puede ser gobernada a espaldas del Congreso y peleando con los gobernadores. Milei deberá recapacitar sus decisiones, sino nadie sabe hasta a dónde nos llevará su sadismo contra el pueblo y su impericia política. La única dirección parecería ser el desastre, difícil pensar la luz al final del túnel cuando la luz es un camión de frente.

Matías Chamorro

Matías Chamorro

Abogado (UNC). Presidente del Partido Socialista de Córdoba y legislador provincial.