«Se nos fue la mano con el ajuste”, decía el presidente Javier Milei en el Foro Finanzas Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) ¿Ironía? ¿Perversión? ¿Chiste malo? Las mujeres y disidencias sexogenero bien conocemos mucho estas formas machistas de tirar frases que duelen como si fueran palabras neutras.
El shock provocado por el DNU 70/2023 llamado “Bases para la reconstrucción de la economía Argentina” sobre precios, tipo de cambio y transacciones, firmado apenas arribó al gobierno; acelerando la devaluación de la moneda nacional, licuando los ahorros de miles de compatriotas, destruyendo la actividad privada y el generando una recesión en sectores cuentapropistas, autónomos y de pequeñas empresas, así como afectando el ritmo de microemprendedores locales y trabajadores en su conjunto.
Así lo confirma la propia encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Capital Humano (como se llama ahora al ex Desarrollo Social) donde de un total de catorce sectores económicos relevados, once de ellos, revisten una importante reducción en la cantidad de personas en roles laborales.
El shock provocado por el DNU 70/2023 llamado “Bases para la reconstrucción de la economía Argentina” sobre precios, tipo de cambio y transacciones, firmado apenas arribó al gobierno; acelerando la devaluación de la moneda nacional, licuando los ahorros de miles de compatriotas, destruyendo la actividad privada y el generando una recesión en sectores cuentapropistas, autónomos y de pequeñas empresas, así como afectando el ritmo de microemprendedores locales y trabajadores en su conjunto.
El efecto secundario de este parate incide en los diferentes tipos de ingresos, que pierden ante la inflación acumulada, el valor en dólares de los productos extranjeros, los servicios tarifados y el precio de los alimentos. La Canasta Básica Total actual sigue en constante aumento llegando en abril a superar el 307,2% interanual de incremento; condicionando a las familias a requerir no menos de $828.158 para no ser pobre y $373.044 para no caer en la indigencia.
La situación se agrava en el sector informal, ante la crisis de varios de los programas de asistencia social que interrumpen su vigencia tanto como por la des-regulación del precio de los combustibles y los servicios básicos como luz, agua y gas, más el relajamiento de los controles sobre precios minoristas de almacén y supermercados.
Este gobierno, por cumplir su promesa preelectoral del “plan motosierra”, pone en marcha sin mayores contemplaciones los despidos en organismos estatales, consecuencia del cierre directo o bien el des-financiamiento real de muchas instituciones dependientes del Estado nacional, órganos u organismos de la administración central y/o descentralizada. Ceses informados por mail, recorte en cantidad de becas de investigación ya otorgadas, o la no renovación de contratos temporarios y pase a disponibilidad inmediata de cientos de trabajadores sin detenerse para dar participación a las entidades sindicales y gremiales pertinentes.
Por su parte, en los espejos de una sociedad rehén de la asistencia socioeconómica del Estado en los últimos treinta años; miles, millones de personas subsisten en los márgenes excluidos a la par que se desarticulan los espacios de sostén como comedores y merenderos, se incrementa la demanda sobre los sistemas de salud pública y la atención de las enfermedades de circulación endémicas, combinada con la ausencia de distribución de medicamentos básicos, el achicamiento de la oferta educativa pública, que recibe recortadas sumas para hacer frente al ejercicio de la más noble actividad, educar.
Cada factor, en poco más de cien días, construye una realidad digna del espanto y terror. En tal extraordinario escenario, las mujeres y las personas transgénero ven regresar viejas barreras estructurales (la animosidad contra la moratoria previsional es ejemplo concreto de ello) se exacerban las desigualdades (ocho de cada diez hogares son sostenidos por mujeres como único ingreso).
Asimismo se profundizan las siempre abiertas heridas: la precarización laboral donde los gomosos y pegajosos pisos, en recintos laborales de techos bajos transparentes asilan asimetrías remunerativas frecuentes y se apura el envío de lxs compañerxs al escenario del desempleo y la pobreza, que desde hace tiempo se muestra feminizado y donde las violencias (físicas, psicológicas, económica, institucional) que caen sobre los cuerpos y derraman sobre otros colectivos dependientes y vinculantes como las infancias, adolescencias y juventudes; la ancianidad y las discapacidades de nuestro mundo. Las mujeres de los cuidados humanos.
Estadísticamente, el ecosistema laboral de las mujeres contempla al menos tres ejes de trabajo: el formal registrado o informal generador de ingreso, el del hogar y de los cuidados invisibilizado, no remunerado y el relacionado a economías populares comunitarias. En el primero encontramos tasa de empleo del 66% versus 82% masculino, desempleo por 6.6% vs 5.7% el de varones, concluyendo que en el “mercado” de trabajo, la mujer tiene menos acceso y estabilidad, además de recibir menores remuneraciones.
En cuanto a la cantidad de horas dedicadas al hogar y tareas de cuidado, la carga horaria promedio es de seis horas, el doble de las que dedican los hombres a igual trabajo no remunerado. En los sectores con mayor informalidad y las actividades componentes de las economías populares, los roles están mayoritariamente feminizados, en el cuidado sociocomunitario, ocho de cada diez, son mujeres, éstas suelen enfrentar esta triple jornada, dado que las relacionadas al empleo generador de ingreso y las del propio hogar se acumulan a su rol de militancia social en la comunidad.
La realidad Argentina actual invita a no abandonar la historia de luchas feministas en las calles, a acudir a la activa defensa de los derechos civiles, económicos, sindicales y sociales conquistados. Custodias de los accesos y de las instituciones que dieron y dan igualdad, paridad y equidad en la representación y acción cotidiana por el presente como el devenir de las generaciones futuras.
La realidad Argentina actual invita a no abandonar la historia de luchas feministas en las calles, a acudir a la activa defensa de los derechos civiles, económicos, sindicales y sociales conquistados. Custodias de los accesos y de las instituciones que dieron y dan igualdad, paridad y equidad en la representación y acción cotidiana por el presente como el devenir de las generaciones futuras.
La esperanza está en la acción: estudiar, debatir, crear hechos concretos cada día con compañerxs, colegxs y amigxs. Se dice que las mujeres somos proveedoras del amor incondicional todo, de ser así, que el amor sea lleno de pequeños gestos, de cuidado mutuo, amor civil, comunitario y político. Fuente manifiesta de esas acciones que procuran velar y construir un mejor mundo del mañana.