Mañana ganará Yamandú Orsi, el candidato de izquierdas, en la primera vuelta de la elección presidencial en Uruguay. Pero la diferencia que consiga el Frente Amplio respecto a los partidos del oficialismo, determinará si hay segunda vuelta y qué tan reñida puede serlo.
Las elecciones en Uruguay tras el quinquenio del gobierno de Luis Lacalle Pou. En este país no existe la reelección presidencial y los períodos presidenciales son de 5 años de duración. Lacalle Pou pertenece al Partido Nacional y gobierna con la llamada Coalición Multicolor. Este nombre deriva de la idea de mostrar una alianza entre el Partido Nacional (llamados blancos por el color de su bandera) y el Partido Colorado, así como otros partidos menores que tienen distintos colores en su insignia.
Este gobierno ha tenido distintos contrastes: desde un crecimiento económico sostenido con inflación a la baja hasta recortes en programas de salud, educación y vivienda; desde la llegada de inversiones extranjeras hasta el aumento de la pobreza infantil y la marginalidad. Estos contrastes están signados por un aura negativa por los casos de corrupción y espionaje, en un país con uno de los menores índices de corrupción del continente y el no haber podido bajar los índices de inseguridad a pesar de haber sido uno de los ejes de campaña en la anterior elección en el año 2019. Es un gobierno del cual poco más de la mitad tiene mala imagen y alrededor del 45% lo apoya.
Este panorama abre un camino para la principal fuerza opositora: el Frente Amplio. Fue de las primeras experiencias frentistas en Latinoamérica, fundado en 1971 por agrupaciones de centroizquierda e izquierda como el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Demócrata Cristiano. Su principal figura fue el General Líber Seregni, quien fue candidato tres veces. La idea del Frente Amplio (abreviado como el Frente o el FA) era la de romper el duopolio de gobierno entre el Partido Nacional y el Partido Colorado, quienes venían gobernando el país desde 1860, y generar una alternativa de las fuerzas de izquierda.
La buena performance del FA en primera vuelta y la división del voto opositor lo dejarían a las puertas de obtener la mayoría parlamentaria en ambas cámaras.
El FA logró llegar al gobierno con Tabaré Vázquez, quien había sido intendente de Montevideo y otras dos veces candidato a presidente, en el año 2004. El Frente Amplio gobernó desde 2004 hasta 2019. En esos años la calidad de vida del ciudadano uruguayo mejoró, se redujo la pobreza, el estado intervino más en salud y educación y hubo crecimiento económico producto no solo de la gestión del FA si no de condiciones internacionales favorables como el boom de las “commodities”. Sin embargo, su gestión en el último tiempo tuvo un cierto estancamiento, problemas respecto a casos de corrupción y el aumento fuerte de la inseguridad.
YAMANDU
El candidato del Frente Amplio es Yamandu Orsi. Yamandu tiene 58 años y nació en Santa Rosa, en el interior del departamento de Canelones. Viene de un origen humilde, es hijo de un trabajador rural y de una costurera. Estudió en el Instituto de Profesores del Uruguay, donde se recibió de profesor de historia. Estuvo 10 años trabajando como profesor de historia en centros de educación rurales en Canelones, Florida y Rocha. Su primera etapa de militancia comenzó en 1989 involucrándose en el Referéndum por la eliminación de la Ley de Caducidad, ley que daba amnistía a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas (salvo violadores y torturadores) que habían participado del último gobierno militar de Uruguay de 1973 a 1984. La ley se mantuvo vigente por 54% a 46%.
El resultado lo impulsó a querer cambiar la realidad, decidiendo participar en el MPP (Movimiento de Participación Popular), partido conformado por ex guerrilleros que decidieron participar por la vía electoral una vez retornada la democracia, dirigidos por un líder popular llamado José “Pepe” Mujica. El MPP a nivel ideológico era la izquierda del FA, pero diferenciándose del estilo burocrático del Partido Comunista y con una gran adaptación a los cambios de contexto, teniendo buena sintonía con el PT brasilero.
Canelones, donde Yamandu decidió hacer política activa, era el escenario perfecto, es un departamento que combina la periferia con lugares como Las Piedras, el interior rural, así como balnearios populares como Atlántida. El FA ganó la intendencia en 2005 y desde ese momento Yamandu comenzó a tener puestos en distintas secretarías de la intendencia. Orsi logró levantar el perfil yendo todos los sábados a radios vespertinas a hablar de política y la realidad. En 2015 fue candidato a intendente sacando un 64% de los votos en la elección general. En 2019 de cara a la segunda vuelta fue jefe de campaña del candidato a presidente Daniel Martínez, logrando que el candidato estuviese al borde de ser presidente, por un punto frente a Lacalle Pou.
INTERNAS
Fue reelecto por el 60%, el candidato a intendente del Frente Amplio más votado del país. Orsi levantó su perfil opositor al gobierno de Lacalle Pou. En 2024 decidió ser candidato a presidente. Su primer obstáculo era vencer en la interna. Era el candidato con mayor aprobación, pero debía superar a Carolina Cosse, intendenta de Montevideo, hija del actor de teatro Villanueva Cosse. Los sectores que lo apoyaron fueron diversos desde su partido el MPP hasta sectores moderados y los llamados “colorados en el Frente” pasando por sectores ecologistas y los trotskistas del POR (Partido Obrero Revolucionario).
Cosse, era apoyada más que nada por el Partido Comunista y el Partido Socialista, pero también tenía apoyo de sectores socialdemócratas moderados. Es decir, en palabras del politólogo Chasquetti esta fue una interna “de personalidad y estrategia y no ideológica, estaban todos los sectores en todos lados”.
La división fue entonces por una cuestión de electorados, la clase media montevideana voto a Cosse y la clase baja de la periferia montevideana y la ruralidad voto a Orsi. Con estos resultados Orsi terminó ganando por el 59% de los votos contra 38% de Cosse y venciendo en todos los departamentos menos en Montevideo.
El mismo día de la elección Orsi formó una fórmula fuerte con Cosse uniendo a todo el FA. Paralelamente el Frente Amplio logró su objetivo: superar los 400 mil votos en sus internas, piso necesario, según sus cálculos, para ser competitivos en una elección general.
CAMPAÑA
El binomio Orsi-Cosse fue un binomio que logró renovar al Frente Amplio, siendo la fórmula más joven del Frente en mucho tiempo. La idea de Orsi es retornar a las cuestiones positivas de los gobiernos del FA en salud, educación con el slogan “elegir el crecimiento con justicia social”.
Las grandes críticas son que nunca explica bien cómo va a realizar estos cambios y es ambiguo respecto al rol del estado en la economía. De esta manera se despega de los sectores del Frente más cercanos a poner regulaciones como de su propio partido, como el Partido Comunista, pero sin criticarlos.
Lo mismo sucede en materia de seguridad, donde el candidato no ha tenido una respuesta sólida a cómo enfrentar el problema. También ha puesto el foco en la corrupción con el slogan “que gobierne la honestidad” y recalcando que ni él ni Cosse han tenido ninguna sospecha en sus gestiones de departamentos.
Pepe Mujica, con 88 años de edad, ha sido clave en la campaña dando grandes discursos reflexivos tanto en actos como en spots de radio con frases célebres como “Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de la que no se vuelve, pero soy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha”.
El promedio de encuestas coloca en la delantera a Yamandu Orsi con un 44% seguido de Delgado en 22%, en tercer lugar, pero cercano a Ojeda con 17%. Luego están Manini Ríos en 4%, seguido de Gustavo Salle con 2% y Pablo Mieres también con 2%. Los otros partidos apenas rozan el 1% y el voto nulo y blanco está proyectado en 3%. Este escenario daría lugar a un ballotage dado que en Uruguay para ganar en primera vuelta se necesita de un 50% de los votos totales más uno para ganar.
OFICIALISMO
En el caso de la Coalición Multicolor se optó que cada partido se presentara por su propia cuenta para de esta manera poder medir su fuerza política y poder presentar su propio programa que después convergerá en un eventual gobierno.
El candidato del partido de Lacalle Pou, el Partido Nacional, es Álvaro Delgado. Tiene 56 años y se crió entre el barrio acomodado de Pocitos, Montevideo y el campo de su familia está en Paysandú. Estudió para ser veterinario y comenzó a militar en el Partido Nacional en el sector wilsonista, sector que respondía a Wilson Ferreyra Aldunante (dirigente moderado dentro del Partido Nacional que estuvo exiliado por la última dictadura militar), siendo delegado estudiantil en la UDELAR (Universidad de la Republica, principal universidad pública del Uruguay).
En su vida profesional se dedicó a tener una consultora veterinaria de campos en la zona de Paysandú y Salto. Saltó a la política en 2004, siendo elegido representante por Montevideo por el sector Correntada Wilsonista. En esos años cultivó su amistad con el representante Luis Lacalle Pou, del herrerismo, el sector más conservador del Partido Nacional. Crearon el sector Aire Fresco que integraba a ambos sectores del partido, pero con una orientación económica liberal.
En 2019, Delgado fue jefe de campaña de Lacalle Pou y uno de los arquitectos de la Coalición Multicolor. Renunció a su banca en el senado tras el triunfo de Lacalle, asumiendo como Secretario de la Presidencia. Logró ser reconocido por su rol como vocero durante la pandemia del COVID-19 pero más tarde su imagen quedó dañada por los sucesivos casos de espionaje desde el ámbito cercano al presidente Lacalle Pou. Sin embargo, el hecho de ser una persona de confianza del presidente le dio una buena imagen para poder ser precandidato y vencer en las internas del Partido Nacional frente a Laura Raffo, economista televisiva, ganándole en la interna 70% a 25%.
En la noche de la interna se esperaba que la nombrase como compañera de fórmula, pero en cambio decidió llevar de candidata a Valeria Ripoll, una sindicalista de trabajadores del Estado, ex frenteamplista que se había sumado hace unos años al Partido Nacional. Esta elección fue considerada arriesgada y un intento de sumar por el centro. El problema de su campaña es que ha defendido a Lacalle Pou en cuestiones poco claras y que su falta de carisma no lo logra posicionar bien. El Partido Nacional parece estar estancado y por debajo de sus expectativas, sin embargo, Delgado sigue con su slogan “reelegí un buen gobierno”.
COLORADOS
El caso del Partido Colorado llama la atención por su recuperación. Este partido tradicional pero ideológicamente “atrapa todo” que contenía desde derecha conservadora hasta socialdemócratas ha sido el partido que más veces ha estado en el gobierno en la historia del Uruguay y desde su último gobierno con Jorge Batlle (entre 1999 y 2004), donde se aplicaron fuertes medidas de ajuste y una versión propia del “corralito” ha estado en franco descenso.
En 2019 había sacado 12% y salió tercero y luego fue una pieza importante de gobierno de la Coalición Multicolor. Sus principales figuras eran ministros no populares como el de Educación y representantes no tan conocidos cercanos al ex presidente Julio María Sanguinetti. Sin embargo, esto cambió en la campaña de las internas cuando Andrés Ojeda Spitz fue candidato y triunfó en la interna colorada.
Ojeda con 40 años es un abogado reconocido. Comenzó su carrera siendo defensor de sindicalistas y luego pasó a casos más mediáticos relacionados a lo policial. Esto le valió que tuviese proyección en la televisión uruguaya con programas y columnas. De familia colorada pero nunca militante, fue nombrado por la campaña colorada de 2019 como uno de los referentes de seguridad. A principios de 2024 decidió ser candidato a presidente. Ojeda tuvo un estilo distinto y no tradicional en Uruguay, el de ser un candidato de tik tok e Instagram. Suele subir rutinas de gimnasio y de jogging en la rambla de Montevideo, así como nutricionales.
Su personalidad bien carismática vino de parte de un discurso de mano dura y de una propuesta económica ambigua y no sólida. Todo esto rompió con la estética del Partido Colorado, el partido vigente más viejo de Sudamérica, fundado en 1838, cuyos líderes han sido abogados, contadores e intelectuales generalmente de edad mediana para arriba y que pasaban semanas discutiendo programas en comités.
Ojeda ganó la interna colorada con el 40% frente al 22% del candidato Silva y al 21% del candidato Gurmendez. Ojeda llamó a la unidad, pero siguió con su mismo estilo de campaña, logrando que gane tracción y que hoy esté compitiendo con Delgado para llegar al ballotage, logrando erosionar la hegemonía del Partido Nacional en la Coalición Multicolor.
Su campaña ha sido cuestionada por ser difusa y muy marketinera aparte de usar bots hindúes para difundir propuestas y ataques en la red social X. Ha sido cuestionado por el origen de los fondos para financiar esta campaña. El mismo ha difuminado la identidad colorada diciendo que la primera vuelta es una suerte de interna de la coalición multicolor y que él es el candidato del gobierno y que él es el mejor candidato para derrotar al Frente Amplio en segunda vuelta.
SEGUNDO PELOTÓN
Entre los otros candidatos se destacan el Comandante Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto. Cabildo Abierto es una formación conservadora con tendencia nacionalista. Es el partido apoyado por la llamada “familia militar”. En 2019 este partido logró obtener de manera sorpresiva un 11,5% a solo 1 punto de pasar al Partido Colorado. Manini Ríos se había vuelto la figura disruptiva de esa elección cuestionando temas establecidos en Uruguay como la laicidad y el respeto a las minorías sexuales. Hoy Cabildo Abierto tiene menos popularidad debido a que cuando asumieron cargos en el gobierno de la Coalición Multicolor demostraron ser ineficientes en la gestión.
Otro candidato que destaca es Gustavo Salle del partido Identidad Soberana, un partido nacionalista de centroizquierda. Salle es un ex frenteamplista de carácter excéntrico que salto a la fama por oponerse a las plantas finlandesas de UPM y al incentivo de Uruguay a millonarios argentinos, llegando a gritarle en la cara “cipayo traidor” al presidente Lacalle Pou. Por otra parte, fue conocido por su cuestionamiento a las vacunas contra el Covid-19. Los otros candidatos son Pablo Mieres, ministro de Trabajo, del centrista Partido Independiente, Gustavo Martínez de Unidad Popular de los Trabajadores, una alianza entre ex miembros del MPP y el partido troskista PT, Gustavo Lust del Partido Constitucionalista Ambientalista y Enrique Vera del Partido Ecologista Radical Intransigente.
El promedio de encuestas coloca en la delantera a Yamandu Orsi con un 44% seguido de Delgado en 22%, en tercer lugar, pero cercano a Ojeda con 17%. Luego están Manini Ríos en 4%, seguido de Gustavo Salle con 2% y Pablo Mieres también con 2%. Los otros partidos apenas rozan el 1% y el voto nulo y blanco está proyectado en 3%. Este escenario daría lugar a un ballotage dado que en Uruguay para ganar en primera vuelta se necesita de un 50% de los votos totales más uno para ganar.
El Frente Amplio concentra su electorado en Montevideo, donde vive la mayoría de los uruguayos y en su periferia en Canelones y San José así como en otras ciudades importantes como Paysandú y Salto. Orsi espera mejorar los márgenes del FA en el resto del interior, pero sabe que esta es una tarea complicada ya que suelen votar de manera más tradicional, a los dos grandes partidos, es por eso que en más de un acto él y Mujica han dicho que el país no termina en el Rio Santa Lucia, que marca el comienzo de la ciudad de Montevideo.
El Partido Nacional tiene su base electoral entre la clase media alta montevideana y el interior y en ciudades como Colonia y Maldonado. El Partido Colorado tiene una base más en la clase media profesional urbana y en la zona del litoral del Río Uruguay, se espera que haya cambios en su demografía electoral gracias a Ojeda, quien busca ser competitivo en la periferia montevideana.
Cabildo Abierto dice que va haber un voto sorpresa y silencioso, la realidad es que parte de sus votantes hoy votarían a Ojeda y a Salle, con la excepción de los departamentos de Rivera y Artigas, fronterizos con Brasil, donde la población es más socialmente conservadora.
La buena performance del FA en primera vuelta y la división del voto opositor lo dejarían a las puertas de obtener la mayoría parlamentaria en ambas cámaras.
La cuestión es la segunda vuelta, ahí se espera una disputa reñida entre el Frente Amplio y el candidato de la Coalición Multicolor que llegue al ballotage. Las primeras proyecciones indican que Orsi tendría mejor resultado ante Delgado, de alrededor de 5 puntos mientras que contra Ojeda seria de solamente 2 puntos. El FA deberá poder apelar a un electorado más grande para obtener una ventaja sólida.
En esta elección también se llevan a cabo dos referéndums. Uno es de terminar con el sistema actual de las AFAP, sistema de jubilaciones privadas, un sistema similar a como era el de las AFJP argentinas. Esta propuesta también pone la edad de jubilación mínima en 60 años y equiparar la jubilación mínima con el salario mínimo. La propuesta fue llevada a cabo por el sindicalismo uruguayo nucleado en el PIT-CNT. Esto no sería una nacionalización total, pero sí que el estado tenga la mayoría de las acciones. En este caso ni Orsi ni Cosse se han mostrado a favor, pero sí varios miembros del Frente Amplio. Otra propuesta es la de permitir allanamientos nocturnos, cosa que Uruguay es uno de los países del mundo que no permite esta medida.
Esta campaña no ha tenido mucha emoción ni grandes dichos ni grandes discursos, pero sin embargo existe una sensación de cambio de estilo de gobierno ya sea por un triunfo de Orsi o de los otros candidatos de la Coalición Multicolor. Hay dudas respecto a si puede haber una baja de la participación en las elecciones. Este será muy probablemente el primer final de una larga campaña que comenzó hace 6 meses aproximadamente.