¿Quién ganará? El martes 5 de noviembre Estados Unidos irá a las urnas para elegir a su próximo presidente. Como siempre las elecciones son el primer martes de noviembre. Esta es una de las elecciones más cruciales de su historia. Se enfrentarán en ella como candidatos principales: Donald Trump contra Kamala Harris.
Después que Trump perdió hace 4 años, una turba asaltó al Capitolio. El clima de desconfianza se ha vuelto a instalar.
Estados Unidos va a las urnas tras cuatro años de gobierno del demócrata Joe Biden. Este periodo de gobierno ha sido uno donde han ocurrido muchos eventos. Su periodo de gobierno comenzó el 10 de enero de 2021. Cabe recordar que en ese momento todavía había una pandemia y la vacuna contra el Covid -19 recién estaba siendo estrenada. Además, comenzó su mandato con una cuestión inédita en la historia moderna de los Estados Unidos: el asalto de manifestantes al Capitolio el 6 de enero de 2021. Allí estaban reunidos ambos poderes legislativos para poder certificar los resultados finales de la elección de 2020, los cuales confirmaban a Joe Biden como presidente y Kamala Harris como vicepresidentes electos. Estos manifestantes eran afines a Trump, el presidente en ejercicio. El propio Trump había estado en un acto en el Mall (parque que une la Casa Blanca con el Capitolio) y venía desde el día de la elección planteando dudas respecto a la integridad electoral de los resultados y diciendo que los demócratas se estaban robando las elecciones. Esta turba hirió a policías e hizo que los senadores y representantes evacuaran por túneles secretos. La democracia estaba en peligro.
La administración Biden estuvo signada por eventos tales como la guerra en Ucrania y la guerra entre Palestina e Israel. La situación económica tuvo claroscuros, con dudas e incertidumbres para el ciudadano estadounidense. EEUU tuvo en 2021 y 2022 unos de sus años con mayor inflación con 6% y 9% anual respectivamente, para el ciudadano estadounidense fue un cimbronazo a su economía personal en un país donde la inflación no supera el 1,5% anual. En los años siguientes la inflación bajó al 3% anual, pero el público sigue teniendo mala imagen de esos años anteriores. Paralelamente se da un récord de empleos teniendo la mejor tasa de empleo desde el año 2000 y la menor tasa de desempleo (del 4,1%) desde 1975.
La competencia en 2024 parecía que iba a ser un “rematch” del año 2020, de Biden vs Donald Trump, aunque esta vez en roles invertidos, Biden siendo el oficialismo y Trump siendo la principal oposición. Las primarias de ambos partidos habían finalizado por lo que decidieron debatir meses antes de lo que los candidatos suelen debatir, ambos debatieron en la cadena CNN el 27 de junio. En este debate Biden fue el claro perdedor. A Biden se lo notó por momentos perdido, con una voz débil y lenta. Alimentó aún más todas las sospechas de ser una persona de edad avanzada y con problemas cognitivos, lo cual previo al debate era pensado por el 76% de los encuestados, muchos de ellos votantes demócratas. Hubo presiones para que salga de la carrera presidencial por parte de representantes, gobernadores y senadores demócratas, así como actores alineados con el Partido Demócrata como George Clooney y Robert De Niro. Las encuestas mostraban que Biden estaba perdiendo por bastante en los estados claves. De concretarse la salida la candidata natural iba a ser Kamala Harris, la vicepresidenta de los Estados Unidos. Fue la ex líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, californiana como Harris, quien operó una rápida resolución para la salida de Biden. Ante esta situación Harris, quedó como candidata demócrata en la contienda presidencial. Para Biden esta no fue una situación fácil pero el domingo 21 de julio terminó renunciando a su candidatura y entonces apoyó a su vicepresidenta para que fuera candidata a presidenta. No era la primera vez que un presidente en ejercicio decidía no ir a la reelección, Lyndon B Johnson ya lo había hecho en 1968, pero nunca había sido en una fecha tan tarde.
LA MUJER QUE RIE
Kamala Harris tiene 60 años cumplidos hace unas pocas semanas. Es hija de inmigrantes. Su padre es un profesor de economía con orientación marxista nacido en Jamaica, descendiente de esclavos y su madre una médica india. Sus padres se conocieron en Berkeley, California a principios de los años 60. Tuvieron dos hijas y al poco tiempo se divorciaron. Su madre trabajó en clínicas y laboratorios en distintos lugares de California y también en Montreal, Canadá, donde Kamala cursó dos años la secundaria y aprendió a hablar francés. Harris luego estudió en Howard University, localizada en Oakland, California, una universidad histórica en su significancia puesto que fue de las primeras fundadas para los afroamericanos. Allí estudió derecho. Harris comenzó a trabajar a fines de los 80 en la fiscalía general de la Bahía de San Francisco donde trabajó con casos de la población más vulnerable en plena época de la crisis del crack. Logró ascender a Fiscal General del distrito en el año 2000. Su paso por esta fiscalía está marcado de luces y sombras tanto con acusaciones de mano dura como de garantismo.
Harris ya había incursionado en política, haciendo campaña por Willie Brown, primer alcalde afroamericano de San Francisco en 2002 y luego haría campaña por Obama en 2008. En 2010 fue electa Fiscal General del estado de California por el Partido Demócrata, donde conoció al gobernador de entonces, el actor Arnold Schwarzenegger con quien cultivó un buen vínculo a pesar de este ser republicano. Harris como fiscal general llevó casos contra las refinerías en la bahía de San Francisco y contra bancos que querían desalojar de casas a personas en situación vulnerable. Esto le valió la simpatía de figuras del sector progresista del Partido Demócrata como la senadora Elizabeth Warren. Fue electa por Biden en la elección de 2020 como compañera de fórmula a la vicepresidencia por su perfil anti Trump. Durante esa campaña tuvo un rol vital, era la pata enérgica de Biden. Tras el triunfo en 2020 Harris se convirtió en la primera mujer en ser vicepresidenta.
Una crítica constante a Harris es su poca consistencia en temas económicos, específicamente en temas como el proteccionismo, la reindustrialización, el fracking, el control de precios a grandes monopolios.
La elección de Kamala Harris como candidata presidencial por el Partido Demócrata cambió el panorama. El tema de si el candidato estaba apto o no para ser presidente cambió, dejando atrás las cuestiones de edad y la campaña pasó a ser una de mayor energía y optimismo. El primer mensaje de Harris fue subir un video con la música de Beyonce con el tema Freedom. Ahí decía que la libertad estaba en la decisión del aborto, la libertad de la diversidad sexual, la libertad de sindicalizarse y la libertad de expresión en contraposición del Partido Republicano que propone solamente la económica. El inicio de esta campaña tuvo un gran impacto en la imagen de Harris, paso de -10% en imagen negativa a estar empatada entre imagen positiva y negativa.
Harris eligió a Tim Walz como candidato a vicepresidente, gobernador de Minnesota. Tiene historial de haber sido hijo de productores rurales, profesor de secundario y entrenador de fútbol americano de una secundaria del interior de Minnesota. La elección fue tomada para balancear la forma en la que cierto electorado ve a Harris, como una candidata de los sectores progresistas urbanos de la Costa Oeste.
Harris tiene que hacer constantemente un equilibrio entre la moderación y el discurso socialmente progresista. Ella mide peor entre sectores que apoyaban a Biden como trabajadores blancos en el rubro industrial o latinos con pequeños negocios. Estos son sectores preocupados por cuestiones económicos y muchas veces con visiones conservadoras de la realidad. Otro sector en pugna son algunos universitarios jóvenes. Estos no votarían a Trump, votarían a terceros partidos o no irían a votar. Harris también tiene que hacer equilibrio en este sentido puesto que en el electorado demócrata los judíos pro Israel son un grupo importante aparte de que EEUU es el principal sostén de Israel en este conflicto.
Una crítica constante a Harris es su poca consistencia en temas económicos, específicamente en temas como el proteccionismo, la reindustrialización, el fracking, el control de precios a grandes monopolios. Ha contrarrestado esta situación proponiendo generosos créditos para la construcción de viviendas para primeros dueños, en un país donde la política nacional de vivienda ha virtualmente desaparecido desde los años 80. De esta manera también movilizará la construcción que ya se ha visto beneficiada por Biden en la reparación de puentes y rutas.
CONSTRUIR DESDE EL ODIO
Donald Trump va por su revancha política. Trump tiene 77 años y nació en Queens, Nueva York. Es hijo del empresario Fred Trump, un hijo de alemanes que logró convertirse en un próspero empresario inmobiliario. Trump estudió en la escuela de Negocios de Pennsylvania y a su joven edad adulta tuvo su primera polémica: evitar luchar en la Guerra de Vietnam con una nota de médicos presuntamente falsa. Con su estilo frontal pasó a ser reconocido en el mundo de los negocios y el mundo de las “celebrities”. Sus hoteles en los años 80 fueron famosos por su estilo decorativo mostrando la opulencia de esa década en Manhattan, Las Vegas y Miami, así como los campos de golf comprados en mansiones en Florida y California. A esto sumó programas de realities famosos en los años 90 que lo acercaron al público.
En el año 2016 fue candidato en las primarias republicanas a presidente y ahí es donde llamó la atención a todos los analistas por su fuerza. En esa primaria logró vencer a los candidatos neoconservadores alineados con las políticas de Bush y Reagan y a los fundamentalistas cristianos. Lo consiguió apelando a las personas blancas sin estudios de ingresos bajos y a los trabajadores relacionados al sector industrial. Sus cuatro años de gestión como presidente estuvieron marcados por una mezcla de confrontación permanente con múltiples sectores, un retorno al proteccionismo y el inmovilismo legislativo. En el campo internacional sorprendió a muchos debido a que a pesar de su estilo no generó nuevos conflictos, si bien es cierto que lo benefició la tecnificación de la guerra y el uso de drones en la guerra. A nivel económico logró una mejora en los salarios de los norteamericanos a pesar de que el crecimiento fue algo desigual. Sin embargo, estas mejoras se erosionaron con la pandemia de covid 19 y las medidas de aislamiento como las cuarentenas que generaron una recesión aparte de la incertidumbre financiera generada por el virus y cuánto iba a durar.
La noche electoral del martes será larga y probablemente no se sepa el resultado final esa noche, aunque sí la tendencia. El resultado final podría tardar días debido a que los cuestionamientos por los sistemas de conteo generarían demandas por vías judiciales y existe la posibilidad de revisión de urnas y precintos electorales. Queda claro que quedará en la historia por sus altibajos y cambios de escenarios.
Tras la gestión final de su gobierno y el incidente del 6 de enero, se retiró con muy mala imagen. Durante los primeros dos años en los que estuvo retirado tuvo que enfrentar el comienzo de cuatro juicios: uno por Stormy Daniels, actriz porno con la que Trump presuntamente tuvo un affaire y a quien le pagó con dinero de campaña para no declarar su vínculo con el entonces candidato, otra por amenazar la democracia el 6 de enero, otra por haber robado documentos de la Casa Blanca y el Pentágono a su casa en Florida y otra por haber creado una universidad que terminó siendo fantasma y haber cobrado beneficios del estado de Nueva York. Esto le dio aire político diciendo que estaba sufriendo una embestida de la justicia apoyada por los demócratas. Por ende, fue candidato en las primarias. La demostración de su manejo sobre las bases republicanas fue su victoria en las primarias frente a Nikki Haley y Ron de Santis. Sin embargo, se pudo observar que tenía poco apoyo entre los sectores más acomodados del Partido Republicano que votaron a Haley.
Al ganar la elección primaria Trump eligió a JD Vance, como candidato a VP, quien parecía la versión más arriesgada. Vance es un escritor y senador republicano. Vance no le trae votos nuevos, reafirmaba su intención de Trump de no hacer alianzas con el establishment partidario. Vance como candidato generó polémicas hablando acerca de las mujeres solteras que no tienen hijos y que él buscaba el voto de los “gays normales”. Tras el debate Trump se sentía victorioso, su ventaja aumentaba e hizo varios mítines en el país. En uno de ellos tuvo un intento de asesinato, una bala rozo su oreja.
Su apelación es a la de un estado fuerte, que te cuida contra la inseguridad y el terrorismo. Realza en su discurso la idea de la bonanza de la economía durante su mandato pre covid con un empleo algo menor al actual, pero con salarios reales más altos. Su agenda iría más al fondo que su primer mandato, habla de una deportación masiva de migrantes, de mandar la Guardia Nacional contra el crimen, de poner un 20% de impuestos a los productos extranjeros, de lograr la mayor baja de impuestos, cerrar el Departamento de Educación Nacional y que pase a los estados. Trump propone un mayor uso del poder presidencial en cuanto uso de vetos y decretos, diciendo que la gente no quiere al Congreso. Quiere también reemplazar a parte de la burocracia de Washington y poner un “ejército de leales”. Llama la atención la falta de propuestas en educación, salud, vivienda e infraestructura, por ende, es una incógnita si seguirá la agenda republicana clásica de menos Estado o sería más expansivo en el gasto.
El primer debate entre Harris y Trump fue intenso. Harris ganó el debate claramente, no tanto por su oratoria y su seguridad corporal si no por los exabruptos de Trump. El ex presidente dijo que en Springfield, Ohio los refugiados haitianos estaban comiendo perros y gatos. Esto hizo que en ese día que celebridades apoyan a Harris como Taylor Swift.
Los otros candidatos no tienen chance de ser elegidos presidentes. Ellos son Jill Stein del Partido Verde; Chase Oliver del Partido Libertario, Randall Terry del conservador Partido Constitucionalista, Claudia de la Cruz del Partido Socialista de la Liberación, Cornell West, un académico afroamericano conocido por su posición anti guerra y Rachel Fruit del trotskista Socialist Workers Party. Se espera que solo Stein o Oliver estén en el 1%, el resto ni siquiera llegaría a la mitad de ese porcentaje.
Estados Unidos tiene un sistema electoral particular. Ya desde el vamos el de tener las elecciones un día laborable y no un fin de semana como la mayoría del mundo, salvo en parte de los países anglosajones. El voto no es obligatorio, las campañas buscan activamente que la gente vote. Se puede votar en persona, por correo, en persona temprano. Al ser un sistema tan federalizado cada estado decide cómo se vota. Hay estados donde votar antes requiere justificación. Esto mismo pasa con el padrón electoral. Hay estados donde hay registración automática, como en el caso de Illinois y otros donde hay que ir a la oficina de un partido a pedir que lo registren para votar. Hay estados donde para registrarte es necesario presentar la partida de nacimiento y otros donde con una simple tarjeta de conducir o número de seguro social basta.
Se elige su presidente mediante el colegio electoral en casi todos sus estados salvo en Nebraska y Maine que eligen sus electores de una manera particular. El colegio electoral no es como él existía en Argentina y Brasil, donde se elegían de manera proporcional por estado si no en el sistema de “winner take all” es decir que se llevan todos los electores del estado por un solo voto. El número mágico a llegar es 270, la mitad de los electores.
La población está claramente polarizada. Es lo que muestra el mapa electoral. Son solo siete estados los que están realmente en disputa. Están los estados sólidos, que son aquellos donde se sabe que desde antes de la elección va a ganar determinado partido. Por ejemplo, antes de la elección se sabe que los republicanos van a ganar en Alabama o que los demócratas van a ganar en California. Los otros estados son llamados swing states, o sea estados pendulares o “purple states” estados púrpuras por ser una mezcla entre los colores demócratas(azul) y republicano(rojo). Los estados en juego son: Wisconsin, Michigan, Pennsylvania, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada. Dentro de los estados en juego se pueden divisar tres regiones: el Rust Belt, el Sudeste y el Sun Belt.
El Rust Belt es llamado así por ser la región donde históricamente hubo un gran desarrollo de la industria hacia fines del siglo XIX, desde los años 70 la desindustrialización producto a mayor importación, mudanza de empresas estadounidense a otros países y el cambio de una economía productiva a una más financiera ha hecho que pueblos y ciudades enteros hayan visto cómo sus fábricas cerraron, quitándole el trabajo y haciendo que antiguos obreros se reconviertan a nivel laboral. El Rust Belt no solo incluye a estos lugares sino también a ciudades grandes como Filadelfia donde además hay una gran diversidad en la población.
El Sun Belt incluye todos los estados desérticos con muchos días de sol. En estos estados la economía está bastante diversificada, desde extracción de petróleo y gas hasta líder en energía solar pasando por turismo y la industria del juego. Estos estados tienen muchos jubilados de los estados del Norte que deciden retirarse a lugares con sol y clima cálido. Hay una gran cantidad de latinos en estos estados.
El Sudeste se conforma con estados miembros de la Confederación con salida al Atlántico. Estos son estados con una gran desigualdad, pero con una economía dinámica. Atlanta como ciudad es un lugar conocido por su producción de alimentos como los medios. Está en juego nivel electoral de la población profesional de los suburbios y la población afroamericana, esta última no por su alineamiento si no por su participación electoral.
Todo parece indicar un empate técnico a nivel del colegio electoral en estas regiones. La noche electoral del martes será larga y probablemente no se sepa el resultado final esa noche, aunque sí la tendencia. El resultado final podría tardar días debido a que los cuestionamientos por los sistemas de conteo generarían demandas por vías judiciales y existe la posibilidad de revisión de urnas y precintos electorales. Queda claro que quedará en la historia por sus altibajos y cambios de escenarios.