Son pilares del tejido social y el desarrollo comunitario. Sin embargo, su modelo actual necesita modernización frente al avance de las sociedades anónimas deportivas, que podrían impactar negativamente su esencia inclusiva y educativa.
Los clubes sociales y deportivos en la Argentina han jugado un papel central a lo largo de la historia del país, trascendiendo su función como simples lugares de esparcimiento y competencia para convertirse en instituciones claves en la construcción del tejido social. Desde sus orígenes, muchas de estas entidades han sido pilares en el desarrollo comunitario, al generar espacios de encuentro, educación y cultura. En un contexto en el que, históricamente, el Estado argentino delegó en los clubes la promoción y el fomento del deporte, estos han adquirido una relevancia indiscutible como actores fundamentales para el bienestar social y la actividad física, especialmente en sectores populares.
La mayoría de los clubes deportivos en la Argentina operan bajo la figura de entidades civiles sin fines de lucro. Estos clubes han sido responsables, en gran parte, de la formación de miles de jóvenes, brindándoles un sentido de pertenencia y oportunidades de desarrollo en un entorno inclusivo.
Los clubes no sólo desempeñan un rol deportivo, sino que también se constituyen como auténticas «escuelas de vida», donde los valores de trabajo en equipo, disciplina, solidaridad e inclusión social se refuerzan a través de la práctica deportiva. Los clubes trascienden lo estrictamente físico y se convierten en espacios de transformación social.
No obstante, la estructura y el modelo de funcionamiento de los clubes actuales, particularmente frente a los desafíos de un mundo cada vez más profesionalizado, han quedado desactualizados. La necesidad de reformular estos modelos se vuelve urgente, especialmente si se pretende crear políticas públicas que logren adaptar estos espacios a las demandas de un sistema deportivo globalizado y profesional.
DEPORTE SOCIEDAD ANÓNIMA
Uno de los modelos que actualmente se encuentra en debate es el de las sociedades anónimas deportivas (SAD). Este modelo ha sido propuesto como una solución para la modernización de los clubes, al ofrecer nuevas formas de financiamiento y estructuración. Sin embargo, el modelo de SAD plantea riesgos para la esencia social de los clubes deportivos.
Es pertinente preguntarse: ¿qué sucedería con aquellos clubes menos populares, como los que participan en ligas barriales o en pueblos pequeños, si el modelo de SAD prioriza la rentabilidad sobre el desarrollo integral del deporte? Es crucial que cualquier reforma en esta dirección considere no sólo los aspectos económicos, sino también el impacto social y el acceso al deporte como un derecho universal, sin distinciones socioeconómicas.
Un obstáculo recurrente en el debate sobre la implementación de las SAD en la Argentina es la dificultad para mantener discusiones profundas y consensuadas sobre los temas clave relacionados con el deporte. El país presenta un desafío significativo para pensar en términos de largo plazo y, en lugar de fomentar el diálogo técnico y racional, muchos debates se limitan a posturas polarizadas que dificultan la construcción de acuerdos sostenibles. Este fenómeno es evidente en la discusión y debate sobre las SAD, donde las posturas se simplifican en un «sí» o un «no», dejando de lado la complejidad de los pros y los contras que implica la implementación de este o cualquier otro modelo. La falta de acuerdo entre actores políticos, económicos y sociales sobre el futuro del deporte en el país impide que se avance en una reforma integral y coherente que logre conjugar la modernización del sistema deportivo con el mantenimiento de los valores sociales de los clubes.
Una clave es pensar un programa nacional de apoyo integral a los clubes sociales y deportivos, priorizando a aquellos en zonas vulnerables. Este programa podría incluir incentivos fiscales, además de financiamiento para infraestructura y capacitación dirigida a dirigentes y entrenadores.
TEMA DE DISCUSIÓN
En este contexto, el debate sobre las SAD debe ser abordado de manera seria y bien informada. El documento «Otro destino para los clubes», elaborado por CEMUPRO, ofrece una mirada crítica sobre el futuro de los clubes deportivos en Argentina, destacando los riesgos de un modelo que prioriza la rentabilidad. Este escrito subraya la importancia de pensar en el deporte como un bien público y no como una mercancía. El análisis de las consecuencias sociales y deportivas de las SAD es fundamental para evitar que el sistema deportivo pierda su carácter inclusivo y accesible. El documento está disponible para su descarga aquí.
Con este interés se realizó el I° Encuentro Programático de Políticas Públicas Deportivas, organizado por CEMUPRO y la Fundación Alem. Ambos espacios que se dedican al estudio de políticas públicas, construyeron una valiosa oportunidad para abordar los desafíos que enfrenta el deporte en la Argentina. Este evento reunió a deportistas, dirigentes de clubes y federaciones, académicos y representantes del Estado, creando un espacio para la reflexión y la construcción colectiva. Durante el encuentro, se trataron cuestiones fundamentales como la profesionalización del deporte, la sostenibilidad de los clubes, las políticas públicas necesarias para garantizar el acceso al deporte y la relación entre el Estado y las instituciones deportivas.
El deporte debe ser una herramienta para la inclusión y la integración social, y debe ser diseñado para promover la igualdad de oportunidades para todos. Además, es crucial que se impulse la investigación deportiva y la generación de conocimiento, trabajando conjuntamente con las instituciones académicas para acompañar el crecimiento del sistema deportivo y fortalecer su sostenibilidad.
Una clave es pensar un programa nacional de apoyo integral a los clubes sociales y deportivos, priorizando a aquellos en zonas vulnerables. Este programa podría incluir incentivos fiscales, además de financiamiento para infraestructura y capacitación dirigida a dirigentes y entrenadores.
Asimismo, sería fundamental establecer alianzas estratégicas con universidades y centros de formación técnica para impulsar proyectos de investigación aplicada en el ámbito deportivo, desde la gestión de clubes hasta el desarrollo de tecnologías adaptadas a las necesidades actuales que les permitan generar recursos para su sostenimiento. Estas permitirían no sólo modernizar las instituciones deportivas, sino también reforzar su papel como espacios inclusivos y de transformación social.
Pensar un sistema de planificación deportiva a nivel federal que contemple la articulación entre el Estado, las asociaciones civiles y el sector privado es algo urgente que nos debemos para mejorar el deporte en Argentina.