En un corto titulado «El regreso de las abejas», el director Néstor Saracho hace una analogía a partir de los apuntes de una estudiante de apicultura, con los intentos de comunicarse con los asistentes al recital multitudinario realizado en Olavarría.
En los 7 minutos que dura la película, subida a you tube por su director Néstor Saracho (ver abajo el link), se entrelazan imágenes y textos sobre la vida de las abejas, con filmaciones y mensajes de la masiva concentración de Olavarría, en la noche del 11 de marzo pasado, en que esos sucesos -y sobre todo la mala información- sacudían a buena parte de la sociedad argentina, cuando cientos de miles de personas se retiraban del recital del Indio Solari en esa ciudad bonaerense.
«Hace una semana cuando volví de Olavarría», cuenta Emiliana Racigh Lazo, «hablé por teléfono con Néstor (Saracho) y nos pusimos a conversar sobre una idea que él tenía en la cabeza: pensando en lo que había pasado en el predio La Colmena y el impacto posterior, fue tejiendo una serie de increíbles conexiones que están a la vista».
Dice Emiliana: «Hay varias palabras claves: Baile. Miedo. Comunicación. Torbellino y furor. Sueño aparente y expansión. Danza en medio de la oscuridad… Como apicultora soy una apasionada de estos animales, por eso felicito este trabajo y esta mirada especial».
Y agrega: «En lo personal repudio a los medios de in-comunicación que desataron informes muy graves y perversos en un momento particular donde era casi imposible establecer contacto entre amigos, familias y conocidos».
Néstor Saracho es realizador audiovisual, con trabajos reconocidos como «Los proyectores también sienten» (2013) y «El acto de recordar» (2016). Su cortometraje «Crónicas emergentes» ganó la Competencia Internacional de Cortometrajes Monsieur Guillaume del 19º Fidocs. Además, es director de la muestra de la muestra de cine ConurDocs (ver sitio en facebook). En la actualidad se encuentra trabajando en el montaje de su primer largo: «Las manos recuperadas», sobre la vida en las fábricas después de ser recuperadas por sus trabajadores.
Sobre este corto, Saracho dijo a La Vanguardia: «Creo que hubo y hay mucho ‘ruido’ que ya fue emitido y aporta a la confusión. Por eso me pareció interesante enfocarme en la danza de los asistentes al recital y en ese momento en que no podían ser contactados por sus seres queridos».