Balance de la diputada Mónica Fein, presidenta de la Comisión de Salud y presidenta del Partido Socialista. Propone atender a las necesidades reales que la sociedad requiere, para fortalecer y humanizar el sistema de salud.
Si hay algo que la pandemia dejó en claro es la imperiosa necesidad de dejar de lado el rédito político particular en pos de trabajar mancomunadamente, apostando al diálogo y a la búsqueda de consensos. Porque si priorizamos los acuerdos sobre las diferencias, podemos construir la Argentina del futuro.
Así me propuse trabajar cuando acepté presidir la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputadas y Diputados de la Nación, sabiendo que lo que sucede en el Congreso Nacional es el fiel reflejo de la política nacional, donde las diferencias irreconciliables suelen ponerse por delante de los objetivos comunes.
Desde el socialismo siempre creímos que el funcionamiento pleno de las instituciones, la búsqueda de acuerdos y la promoción de la participación ciudadana, son centrales para mejorar nuestra democracia.
Cuando asumí la presidencia, lo hice con la convicción de trabajar para fortalecer el sistema de salud y ampliar los derechos de la ciudadanía. Las leyes y proyectos que aprobamos fueron producto de debates entre integrantes de la comisión y distintas organizaciones de la sociedad civil, porque cuando el espíritu que nos guía es superador, es posible avanzar.
Hemos dictaminado leyes que promueven mayor humanización del sistema de salud. Logramos la media sanción de la Ley de Procedimientos Médico-asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal y Cardiopatías Congénitas y colaboramos con otras comisiones dando pronto despacho a aquellos proyectos que lo requerían.
Podemos destacar algunas de gran impacto como Cuidados Paliativos, Resistencia Antimicrobiana (para promover un uso responsable de antibióticos) la ley de Formación en Enfermería y se puso en discusión un proyecto que promueve mejoras en las condiciones de trabajo de las y los enfermeros, a través de la aprobación del Convenio 149 Organización Internacional del Trabajo.
En nuestra primera reunión del año pusimos a consideración la Ley de VIH, una de las mayores deudas que teníamos en el Parlamento. Recuerdo que el día de la asunción me reuní con las organizaciones autoras del proyecto, para comprometer su tratamiento y dictamen. Tras 30 años, hoy podemos decir que la Respuesta integral al VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis, es una ley nacional.
Hemos dictaminado leyes que promueven mayor humanización del sistema de salud. Logramos la media sanción de la Ley de Procedimientos Médico-asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal y Cardiopatías Congénitas y colaboramos con otras comisiones dando pronto despacho a aquellos proyectos que lo requerían.
Nos queda por delante un año más de trabajo, en medio de un sistema de salud en crisis que afecta la garantía de la atención equitativa de las personas y que no reconoce con condiciones y salarios adecuados a quienes trabajan todos los días. Debemos seguir ocupándonos.
Es fundamental atender a las necesidades reales que la sociedad requiere. Es mi objetivo en la comisión, y como Diputada Nacional, continuar promoviendo un diálogo fecundo que resulte en proyectos que mejoren las condiciones de vida de toda la población.