Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Formar médicos en crisis: la residencia como campo de batalla

por | Ago 14, 2025 | Salud, Sociedad, trabajo

Argentina enfrenta un debate urgente sobre la formación médica. Mientras el sistema de salud público se desmorona, los médicos residentes, jóvenes profesionales sobreexigidos y mal pagos, sostienen los hospitales, trabajando en condiciones que rozan lo inhumano.

En un contexto de crisis sanitaria que se agrava día a día, el debate sobre la formación médica en Argentina ya no puede ser postergado. Millones de ciudadanos ven restringido su acceso a una atención sanitaria digna, mientras el sistema hospitalario se mantiene a flote gracias a la labor incansable de los médicos residentes, jóvenes profesionales en formación que sostienen la estructura hospitalaria, a pesar de las condiciones precarias en las que trabajan y se forman.

¿QUÉ SON LAS RESIDENCIAS MÉDICAS Y POR QUÉ ESTÁN EN CRISIS?

La residencia médica es el sistema de posgrado más reconocido a nivel mundial para formar especialistas, donde se integra la docencia y el servicio, con el desarrollo de tareas cada vez más complejas y bajo supervisión. En Argentina, dura entre tres y cinco años, y teóricamente es un sistema rentado y de dedicación exclusiva con jornadas de 40 horas semanales, más 24 horas de guardia. A pesar de ser un pilar fundamental del sistema de salud, las residencias sufren las mismas tensiones que el sistema en general: precariedad, inequidad, falta de planificación y abandono estatal.

UN MODELO DE FORMACIÓN SIN DERECHOS

Durante décadas, los mejores médicos elegían las residencias en hospitales públicos por el prestigio y el conocimiento que ofrecían. Hoy, esa lógica se invirtió. Las nuevas generaciones enfrentan un sistema que no solo precariza sus salarios, sino que también afecta su salud física y mental. Muchos optan por formarse en el sector privado, que ofrece salarios hasta 50% más altos, y quienes eligen el sistema público, a menudo migran al sector privado al terminar su formación, exacerbando la fuga de talentos.

La residencia dejó de ser una instancia de formación de excelencia para convertirse en un campo de explotación legalizada, sostenido por vocación, militancia o necesidad.

GUARDIAS INTERMINABLES Y ESTRÉS PERMANENTE

Los residentes no solo reciben sueldos bajos, sino que tampoco tienen vacaciones reales. Un descanso de 15 días implica duplicar las tareas del compañero/a y luego recuperar el «tiempo perdido». Esto se suma a jornadas extenuantes, guardias extendidas y una lógica verticalista que impide cuestionar las condiciones de trabajo. En este contexto de desinversión estatal, con servicios sin insumos ni equipamiento, los residentes deben cumplir funciones de altísima responsabilidad, muchas veces sin una supervisión efectiva.

UNA EMERGENCIA MUNDIAL, UNA DEUDA NACIONAL

La crisis de la formación médica no es exclusiva de Argentina. Según la ONU, en cinco años faltarán 18 millones de trabajadores sanitarios en todo el mundo. Resolver esta crisis de humanidad no solo requiere políticas activas y priorización de la salud pública / colectiva, sino también una transformación profunda en la forma de formar y retener talento.

No se puede hablar de garantizar el derecho a la salud si quienes la sostienen no acceden ellos mismos a sus derechos básicos.

PROBLEMAS ESTRUCTURALES QUE AFECTAN EL SISTEMA

La formación actual no prepara a los profesionales para abordar las urgencias en salud mental, dejando a muchos sin las herramientas para actuar ante pacientes en crisis. Además, existe un desbalance preocupante en la elección de especialidades: áreas clave como la pediatría son cada vez más evitadas, lo que pone en riesgo la cobertura futura. Otro problema ignorado es que la mayoría de los residentes no realizan aportes jubilatorios, lo que los deja en una situación de desprotección a largo plazo.

URGEN CAMBIOS ESTRUCTURALES Y POLÍTICAS CONCRETAS

Se necesitan cambios de fondo y políticas concretas para solucionar esta crisis. Algunas de las propuestas que circulan en ámbitos sanitarios y académicos incluyen:

  • Jerarquizar especialidades críticas: Asignar más recursos, salarios atractivos y tecnología para atraer nuevos médicos.
  • Crear un fondo federal de salud: Compensar las desigualdades provinciales en equipamiento, formación y acceso.
  • Revisar la formación universitaria: Permitir más prácticas reales desde etapas tempranas de la carrera.
  • Incentivar la distribución equitativa del recurso humano: Recuperar iniciativas como el ‘Cupo Jerarquizado’.

Además, es crucial conformar una mesa de trabajo nacional con la participación de universidades, ministerios, hospitales, colegios médicos, residentes y sociedades científicas para discutir temas como las desigualdades formativas, la falta de incentivos en especialidades estratégicas, la inequidad en la financiación y un modelo de residencias multiprofesionales e integradas.

SIN RESIDENTES, NO HAY SISTEMA

La salud pública argentina no puede seguir funcionando a costa del sacrificio individual de los residentes. La defensa de las residencias es una defensa de la salud de toda la sociedad. La política no puede seguir ignorando esta realidad, porque sin médicos formados, cuidados y valorados, no hay sistema de salud que aguante.

Mónica Liborio

Mónica Liborio

Profesora de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Directora del Instituto de Salud Colectiva. Especialista en Salud Colectiva y Epidemiología.