Pensar en “una salud” donde se cruzan lo ecológico y lo ambiental
El estudio del ambiente, los animales y la gestión de la salud humana están conectadas. Una buena gestión interdisciplinaria podría prevenir crisis sanitarias como la de COVID 19.
El enfoque una salud (One Health) es una perspectiva dirigida a minimizar los daños y a maximizar los beneficios mediante la cogestión de la salud humana, animal y medioambiental.
Se centra en desarrollar estrategias eficientes y eficaces, para solucionar los problemas de salud que surgen de la interrelación entre los seres humanos, los animales y el medio ambiente.
En la década de 1990 se propuso el concepto de “una salud”. Remite a estrategias interdisciplinares e integradoras de promoción de salud, en las que la salud humana y la salud animal (animales domésticos y de vida silvestre) son interdependientes y se hallan vinculadas a la salud de los ecosistemas
Reflexionar sobre la salud de todos los sistemas vivos requiere superar los límites disciplinarios y sectoriales tradicionales y eliminar las jerarquías dentro y entre los países, articulando valores como la equidad entre sectores y disciplinas de la sociopolítica y la inclusión, así como establecer un equilibrio socio ecológico con responsabilidad humana con respeto a los diferentes sistemas del conocimiento.
Desde ”una salud” surgieron preocupaciones como la emergencia de enfermedades transmitidas por vectores y toda otra enfermedad infecciosa, la seguridad alimentaria y la resistencia antimicrobiana. Pero estos problemas están centrados en las enfermedades y sus prácticas en los riesgos como factores causales.
IMPACTO EN LA SALUD DE SOCIEDADES NO SUSTENTABLES
La epidemiología es un campo de lucha de ideas, donde especialmente se analiza cómo enunciar la salud y cómo actuar basados en diferentes paradigmas en los que se disputan intereses sociales. Por eso es considerada una interdisciplina sustancial que comparte, como toda ciencia, ser una expresión transformadora y algunas veces irreconciliable de las relaciones de poder de una sociedad.
A partir de las visiones epidemiológicas es posible promover la duda, tanto de los ciudadanos como de la justicia acerca del impacto humano y ambiental que puede producir sociedades no sustentables o inequitativas.
El enfoque una salud (One Health) es una perspectiva dirigida a minimizar los daños y a maximizar los beneficios mediante la cogestión de la salud humana, animal y medioambiental.
Es inevitable pensar que nos encontramos atravesados por tensiones, impulsos y obstáculos epistemológicos asumiendo que la determinación social de la salud es una categoría que propone constituirse en una herramienta para trabajar la relación entre la reproducción social, los modos de vivir, de enfermar y de morir.
Esta categoría permite superar el causalismo y la concepción dialéctica de la relación social-natural-biológica, como superación del ecologismo empírico donde se incorporan nociones de proceso y de lo colectivo.
Se plantea como una interpretación del materialismo crítico, la economía política y la ecología política en un diálogo, como una crítica de las ciencias de la salud, el ambiente y la sociedad. Se propone descifrar el movimiento de la vida en su historia y en la naturaleza, de los modos de vivir (económicos, políticos, culturales) y el movimiento de los genotipos – fenotipos humanos entrelazados.
MEDICINA SOCIAL
La salud no obedece a un orden exclusivamente individual, sino que es un proceso complejo y socialmente determinado, es una salud colectiva.
La salud colectiva se sustenta en la concepción de la medicina social, con la perspectiva de construir un paradigma renovado de la salud pública, de la salud comunitaria y de la medicina preventiva y social que permita una nueva articulación entre las diferentes disciplinas e instituciones.
Está compuesta por diferentes visiones, donde incorpora la perspectiva de género, las relaciones de poder e interculturalidad, entre otras como una necesidad para comprender la salud en su complejidad en el marco de la lucha por el “derecho a la salud” de la ciudadanía.
Mostrar la relación que existe entre los procesos estructurales es reemplazar la lógica de la conexión lineal de variables por un sistema donde se entrelazan los tres grandes dominios de la determinación: el dominio general que corresponde a la lógica estructurante de acumulación de capital, con sus condiciones político culturales; el dominio particular de los modos de vivir con sus patrones estructurados grupales de exposición y vulnerabilidad; y el dominio singular, de los estilos de vida y el libre albedrío personal que viven las persona.
Desde esta mirada, la salud se asume como una unidad y diversidad social, ambiental y sanitaria en medio de la reproducción social y la condición de conservar tanto en la interpretación como en la acción de la epidemiología la unidad de los procesos teniendo en cuenta los cuatro rubros de la vida: sustentabilidad, soberanía, solidaridad y salud/bioseguridad integral.
Desde lo contextual la salud colectiva tiende a deconstruir las políticas neoliberales imperantes y proponer valores que contribuyan a generar un “progresismo” con equidad, transparencia y participación social en la medida que las prácticas se encuentren asociadas a intervenciones basadas en el enfoque de derechos permitiendo las transformaciones sociales necesarias y además mejorar la coordinación, la comunicación y la colaboración intersectorial, para el fortalecimiento de las capacidades.
PERSPECTIVA HISTÓRICA
Desde tiempos de Hipócrates (460-370 AC), existe una concepción integradora de salud, ya que propuso la existencia de una interdependencia entre condiciones no habituales del ambiente, el clima, la salud y la prevalencia de enfermedades infecciosas. Poco después, Aristóteles empleó el concepto de medicina comparativa en la que estableció relaciones y características comunes entre los seres humanos y otros mamíferos.
Claude Bourgelat (1712–1779) fundador de los primeros centros de enseñanza superior de veterinaria, consolidó la educación formal de la salud animal y prestó particular atención a las interacciones existentes con la salud humana. Un siglo más tarde Rudolf Virchow, médico patólogo prusiano, realizó aportes fundamentales sobre la construcción conceptual de Una Salud. Pionero en la consolidación de la teoría de la patología celular y autor del término zoonosis. Sostuvo que no existían divisiones entre la medicina humana y animal. Esta mirada implicaba que, el sistema de salud no podía limitarse al tratamiento de las enfermedades pato-fisiológicas de pacientes individuales, sino que debía considerar las condiciones sociales generadoras de enfermedad. Es decir, la medicina debía ser considerada una ciencia social y la política no era más que medicina con una mirada más amplia.
«(Se necesita un) enfoque sistémico que incluyera tanto el bienestar de los animales, como de los seres humanos y de los ecosistemas.»
Hacia 1970, Calvin Schwabe (considerado uno de los pioneros de la epidemiologÍa veterinaria) introdujo el concepto de una medicina con el objetivo de integrar los campos de la medicina humana y veterinaria, apoyado en la necesidad de integrar la salud animal, humana y ambiental en la gestión de asuntos veterinarios y de salud pública, sosteniendo que las necesidades del hombre pueden centrarse en la lucha contra las enfermedades, garantizar alimentos suficientes con una calidad ambiental adecuada y una sociedad en la que prevalezcan los valores humanos.
INTEGRIDAD DE LOS ECOSISTEMAS PARA LA SALUD
Recién La American Medical Association (AMA) resolvió sumarse a trabajar en esta iniciativa, y aportó a la evolución del concepto integrador de “Una Salud”. En esta instancia resultó crucial la incorporación de las dimensiones ecológica y ambiental, con el fin de abordar los problemas contemporáneos sanitarios a través de un enfoque sistémico que incluyera tanto el bienestar de los animales, como de los seres humanos y de los ecosistemas.
En Nueva York (2004) se llevó a cabo un simposio organizado por la Sociedad de Conservación de la Fauna de los EE.UU. y por la Universidad Rockefeller,de la que participaron expertos en salud y representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con el objeto de valorar la integridad de los ecosistemas en beneficio de los seres humanos, los animales domésticos y la biodiversidad del mundo entero. Esta convención se resumió en el concepto: “Un Mundo, Una Salud”, donde quedó plasmado el pensamiento sanitario de esta época.
A su vez, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), trataron temas sobre los riesgos de las enfermedades compartidas entre seres humanos y animales con una perspectiva internacional e interdisciplinaria.
Para identificar las causas profundas de los problemas intersectoriales, se requirieron de los aportes y la participación de equipos multidisciplinarios, asumiendo la complejidad del tema, con el fin de diseñar intervenciones eficaces.
Tanto gobiernos, científicos y organismos internacionales han reconocido la necesidad de colaboración interdisciplinaria para prevenir y controlar las zoonosis, por lo que se requiere de la intervención además, de especialistas en vida silvestre, ecologistas, economistas, sociólogos y otros profesionales de las ciencias sociales.
(Documento original producido para el CEMUPRO. Versión editada y resumida por Juan Pablo Guevara para La Vanguardia).