Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
El otro 17

El otro 17

El peronismo tiene su 17 de octubre, pero también su 17 de noviembre: el día del retorno de Perón tras más de 17 años de exilio y proscripción. Sobre esos episodios, escribe Mónica Bartolucci en este adelanto de su próximo libro «Cuando pueda, vuelvo».
Juan Domingo Perón acompañado por Héctor Cámpora y José López Rega en su retorno.

EPISODIO 1

Unos meses antes de la enajenación anticomunista de los militares que produjo la masacre de Trelew, los “peronistas de Perón”, al estilo de Osinde, comenzaron a sentirse un poco raros. Habían luchado diecisiete años para que Perón volviera al país, y aunque durante todo ese tiempo convivieron con caras nuevas que entraban y salían de las reuniones secretas o de las unidades básicas de los barrios, desde 1971 en adelante la cuestión fue diferente. Las chicas y chicos que empezaron a caer al nuevo baile de la Argentina estaban demasiado desprolijos para los viejos y fieles guardianes del movimiento. ¿Y estos pibes de donde salieron? Les molestaban los pelos largos, las minifaldas, que cantaran zambas a los gritos, que se pusieran ponchos, pero sobre todo les fastidiaba mucho que lo enaltecieran tanto al Che Guevara y lo mezclaran con las fotos del general. Esta juventud no tenía mucho que ver con las organizaciones juveniles “especialmente militares” que Osinde quería preparar “para el futuro”, como le escribió a Perón.[1]

“¡Los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos!” decía la marcha histórica. Se les ensanchaba el corazón, pero aunque la cantaran a voz en cuello desafinaban bastante, porque la tormenta peronista estaba por desatarse. A esa altura, los cantos eran más cortitos pero contundentes. Unos cantaban “¡Perón, Mazorca, los bolches a la horca!”, y los otros “¡Salta, salta, salta pequeña langosta, que a los fascistas los hacemos bosta![2]

En la Argentina de los primeros setenta no había tregua, porque la convulsión era general y a la represión de las fuerzas de seguridad contra las organizaciones guerrilleras se le sumo el enfrentamiento interno dentro del movimiento peronista. Finalmente, en 1972, Perón decidió aceptar las condiciones para volver al país.

A esa altura de los acontecimientos, parecía más un jingle publicitario que otra cosa, porque si algo sucedió es que desde los primeros años setenta los peronistas se separaron en muchas facciones y se tirotearon entre sí. 1971 es un año para tener en cuenta respecto a estas divisiones. Héctor Cámpora, otro fiel miembro de la antigua guardia pero mejor adaptado a las nuevas ideas, quedó a cargo del Movimiento Nacional Justicialista, mientras que la juventud pelilarga y radicalizada se incorporó como “la cuarta rama del movimiento”. Esta participación estuvo representada por Rodolfo Galimberti, un personaje entre aventurero, exaltado y algo figurón, que terminó militando en Montoneros. Pero en ese 1971, también tallaban la piedra del peronismo otros sectores juveniles que eran de derecha y anticomunistas. Eran los militantes del Comando de Organización (CdeO) o los de la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU), nacionalistas aguerridos parecidos al cómic Boogie el aceitoso de la autoría de Fontanarrosa.

En una importante ciudad balnearia argentina, en diciembre de 1971, la Concentración Nacionalista Universitaria y sus aliados en la policía y los sindicatos entraron a los cadenazos a una asamblea universitaria y mataron a una alumna de primer año de Arquitectura. Así que los setenta comenzaron con una picante ensalada ideológica en la que la izquierda peleaba por el peronismo como un camino a la revolución socialista y la derecha se declaraba a sí misma como una militancia verdaderamente “patriótica y peronista“, donde se sería “implacable contra los traidores”.[3] Para cumplir con tan pacífico fin, no dudaron en hacer muy buenas migas con las organizaciones militares y policiales capacitadas especialmente para combatir contra los circunstanciales enemigos. Un historiador le dedicó todo un libro a esta batalla, se los sugiero.[4]

En la Argentina de los primeros setenta no había tregua, porque la convulsión era general y a la represión de las fuerzas de seguridad contra las organizaciones guerrilleras se le sumo el enfrentamiento interno dentro del movimiento peronista. Finalmente, en 1972, Perón decidió aceptar las condiciones para volver al país. Así que, muchachos, a limpiar las alfombras, sacar lustre a la vajilla y peinarse para la foto, que el general se está poniendo el traje. “Cuando pueda, vuelvo”, dijo, y volvió.

EPISODIO 2

La emblemática imagen de Perón junto a José Rucci y Juan Manuel Abal Medina.

Mirar de cerca el 17 de noviembre de 1972, día del primer regreso de Perón al país, nos da una idea bastante cabal de los pingos que había elegido para correr esa carrera, la última de su vida, una vez que se instalara definitivamente. La verdad es que prefirió ser acompañado por sus amigos de toda la vida, hombres de bigotes peronistas, diríamos, y no imberbes (como denominó en un acto un tiempo después a los miembros de las organizaciones de izquierda). Por lo menos ese es el indicio que nos da el análisis del “Comité de Recepción” que él mismo había formado, integrado por gente con años de tradición en el movimiento, como José Rucci, Lorenzo Miguel y Jorge Osinde, entre otros. Es cierto que también designó a dos personas que representaban a la juventud peronista, pero no optó por ninguno de los representantes de las organizaciones político armadas revolucionarias de izquierda que peleaban por su vuelta. Eligió para estar en aquella comisión de regreso a Juan Manuel Abal Medina y a Norma Kennedy, esta última en representación de los jóvenes más ortodoxos.

En realidad, Abal Medina había conocido a Perón hacía muy poco, en 1971. Era una figura interesante desde un punto de vista ideológico porque, como se dice en el barrio, tenía puestos “los huevos en distintas canastas”, aunque en términos académicos podríamos decir que era un mediador entre sectores juveniles radicalizados y sectores militares nacionalistas. Juan Manuel era hermano de uno de los cuadros más importantes de Montoneros, Fernando Abal Medina, que fue asesinado en un bar de William Morris por la policía poco antes de la llegada de Perón al país.[5] Parece que el dueño del bar le vio cara conocida y lo delató, porque la ciudad de Buenos Aires estaba empapelada con su afilado rostro de “buscado” a causa del asesinato de Aramburu en 1970. Juan Manuel en cambio era un poco más tranquilo, no por eso menos convencido de sus ideas. Era un muchacho de intensa formación católica y larga trayectoria para su edad, con aires maduros y, como ya hemos dicho, amigo de los viejos nacionalistas argentinos que boicoteaban al gobierno militar. Pero sus mejores amigos en realidad estaban en Montoneros. ¿Quizás sea por eso que en la foto que ilustra esta sección, en la que se lo ve peinado con gomina al lado de José Ignacio Rucci, se tapa la nariz como si algo le oliera mal en aquel ambiente?

Mirar de cerca el 17 de noviembre de 1972, día del primer regreso de Perón al país, nos da una idea bastante cabal de los pingos que había elegido para correr esa carrera, la última de su vida, una vez que se instalara definitivamente. La verdad es que prefirió ser acompañado por sus amigos de toda la vida, hombres de barbas peronistas, diríamos, y no imberbes (como denominó en un acto un tiempo después a los miembros de las organizaciones de izquierda).

La otra joven designada para la comisión de regreso era Norma Kennedy, una mujer no del todo analizada por la historia argentina. Quien dejó un valioso testimonio sobre todas idas y vueltas de aquel primer regreso fue un periodista llamado Miguel Barrau.[6] Por él nos enteramos que para organizar esa vuelta Perón recibió en Madrid, de manos de Cámpora, un detallado informe realizado por la “Comisión de Regreso”[7] sobre los preparativos específicos pero también sobre el estado de la política argentina. Allí se especificaba muy bien que el horno no estaba para bollos. Miren lo que dice el punto 1 de ese documento acerca del gobierno: “Es evidente el estado de pre-caos que predomina en la vida de nuestro país y de la incapacidad de nuestras autoridades para controlar el desorden y el abuso (como lo prueban Trelew, los secuestros, los artefactos explosivos, los asaltos y atentados personales, las declaraciones sectarias, las torturas, etc.)” [8]

Los historiadores que atienden los climas emocionales se harían un festín si analizaran con detenimiento el punto 6, donde se decía textualmente que: “existen grupos -poco numerosos pero muy exaltados y activos- que están determinados a que dicho regreso no se realice. De estos grupos, tanto los gorilas como los extremistas pueden llegar hasta el atentado personal.”[9] Incluso, el escrito advertía sobre uno de los corrillos que circulaban en esos días, acerca de la “existencia de otros grupos (paraoficiales u oficiosos) destinados a provocar perturbación y justificar así que el gobierno adopte medidas restrictivas o de impedimento al regreso”. Entre las desventajas que planteaba el informe respecto de la modalidad de llegada por aire se mencionaba que, durante el descenso, “expertos tiradores pueden abrir fuego contra las personas”.[10] O sea, en otras palabras, volvemos, pero no sabemos de dónde pueden venir los tiros.

Aunque parezca una película de acción, el peligro era bien real. Así que a los imaginativos peronistas de todas las horas se les ocurrió una idea muy original en la historia política mundial: invitar a un conjunto de personalidades emblemáticas de la cultura y la política argentina afines al general y cargarlos en el avión chárter de la línea aérea Alitalia como táctica de seguridad frente a posibles ataques. Supongo que más de uno de haber tomado alguna pastillita para los nervios antes de volar.

Es decir, después de los múltiples informes de la Comisión, nadie podía argumentar inocencia respecto de ambiente caldeado. Los muchachos peronistas estaban enfrentados al gobierno, pero a la vez todos peleados entre sí. Si bien esto era demasiado para Perón, como militar experimentado y como padre de la criatura comprendió que el enfrentamiento traería consecuencias mayores en un clima en el que los militares sacarían su propio rédito.

Volvamos unas horas atrás así les puedo relatar algunos pasajes de su última conferencia de prensa europea, cuando hizo su paso por Roma, antes de subir al Douglas DC 8 de Alitalia, el Giuseppe Verdi. Perón dijo: “deseo muy simplemente hacer presente el objeto de mi viaje. En primer lugar contactarme con el pueblo argentino, al que tantos años no he podido contemplar sino desde una larga distancia. […] El objetivo de mi viaje como ya lo he dicho en otras oportunidades es llevar la palabra de paz, tan indispensable en estos momentos para la Nación Argentina, que todavía no ha cicatrizado las heridas de una lucha que ha producido tanto mal al país […] asimismo tomo yo las palabras del gobierno argentino, que no solamente me ha invitado a regresar al país sino que hace poco tiempo he leído, aquí , en los diarios de Italia, que quiere establecer un diálogo conmigo, para lo cual no tengo necesidad ni de pedir audiencia. […] Por eso a todos mis compañeros peronista yo les pido que mantengan la mayor prudencia a fin de no provocar acontecimientos desagradables a mi llegada a Buenos Aires. Con eso quiero decirles, hasta mañana, si Dios quiere.” [11]

Independientemente de la interpretación que se hagan de estas palabras, les cuento que la primera vez que Perón pisó suelo argentino, como era de esperar, las cosas no fueron tan románticas y la tensión y palpada de armas a los recién llegados fue una práctica que se reiteró a lo largo del día. Ni bien arribó, el 17 de noviembre a las 11.15 hs, el jefe de la zona militar Julio René Salas subió al avión y después de los cordiales saludos le dijo a Perón que venía en representación de las autoridades argentinas y que su seguridad estaba garantizada por las Fuerzas Armadas. Si bien habían sido autorizadas trescientas personas en el comité de recepción y unos mil quinientos periodistas le advirtió al ex presidente que ”usted, momentáneamente, no se puede acercar a unos ni a otros. Usted puede descender acompañado por tres personas y deberá dirigirse  directamente al Hotel Intercontinental. Le ruego manifieste su decisión. Puede elegir, también, el permanecer en el avión o regresar”. Un iluso el comodoro. Eso de tener que volverse ya le había pasado en el aeropuerto de El Galeao, en diciembre de 1964, así que Perón se puso de pie y le contestó: “ Vamos a descender que para eso hemos venido”.

Custodios de un lado y del otro. Desconfianza mutua. En principio, se trataba de que el expresidente derrocado en 1955 abandonase la zona restringida de Ezeiza y se dirigiese a su domicilio particular por unos días, en Vicente López, sin complicaciones por las marchas populares de alrededor. Algo poco probable para la ocasión, como comprenderán.

Después de los primeros abrazos, un grupo reducido participó de las engorrosas conversaciones en el Hotel Internacional de Ezeiza con el brigadier Ezequiel Martínez, secretario de la Junta de Comandantes en Jefe de la Nación. Perón había bajado y estaba en suelo argentino. Devaneos, mensajes cruzados, escenas de discusiones entre el secretario personal de Perón, José López Rega, y la “custodia especial” puesta por el gobierno militar a Perón, con todas las precauciones del caso. Custodios de un lado y del otro. Desconfianza mutua. En principio, se trataba de que el expresidente derrocado en 1955 abandonase la zona restringida de Ezeiza y se dirigiese a su domicilio particular por unos días, en Vicente López, sin complicaciones por las marchas populares de alrededor. Algo poco probable para la ocasión, como comprenderán.

Osinde nunca quería salir en la foto, pero conseguimos una en la que está pegado a su querido general. Es el que va adelante.

Después de tanta fidelidad, es buen momento para recordar una anécdota sobre el misterioso guardián. Viene al caso, por eso se las cuento. Cuando Perón fue derrocado, Osinde fue arrestado por el coronel Cabanillas, quien lo llevó personalmente en su auto hasta Campo de Mayo. Durante el viaje deben haber recordado alguna anécdota en común, imagino, porque habían sido compañeros en el Colegio Militar. Sin embargo, lo más interesante fue el duelo verbal que se produjo cuando Osinde le expresó:

“Lo mejor que podes hacer es detenerme, Cabanillas. Soy el mejor oficial de Inteligencia de este país y si en este momento hay alguna persona peligrosa, esa soy yo. Algún día voy a traer de vuelta a Perón. La historia es un péndulo, Cabanillas, ¿sabías? El poder es un péndulo”.[12]

Aguante, persistencia y fidelidad nunca le faltaron a Osinde. Por fin, el 18 de noviembre de 1972 a las 6:03 de la mañana, Juan Perón, precedido, flanqueado y enmarcado por una movilización militar que superó los 30 mil hombres en el aeropuerto de Ezeiza, comenzó una veloz carrera por la autopista General Richieri en un poderoso Ford Fairlane, después de 17 años y 48 días de ausencia en el país.


[1] Carta de Osinde a Perón, 25 de mayo de 1971. AGN, Depto. Archivo Intermedio, Fondo Juan Domingo Perón.

[2] Tcach, César (2003) La política en consignas: memoria de los setenta. Rosario: Homo Sapiens, pp. 65 y 63.

[3]“Peronismo y universidad”, Dimensión Universitaria, Mar del Plata, 1971, año V, N° 7, pp. 10-12.

[4] Nahmías, Gustavo (2013) La batalla peronista: de la unidad imposible a la violencia política (Argentina 1969-1973). Buenos Aires: Edhasa.

[5] Junto a Carlos Ramus, el 7 de septiembre de 1970.

[6] Barrau, Miguel Angel (1973). Historia del regreso, Buenos Aires: Ed. FA-VA-RO, pp. 88-89.

[7] La misma estaba integrada por Jorge Taiana, José Rucci, Lorenzo Miguel, Alejandro Diaz Bialet, Esther de Sobrino, Benito LLambí, el General Sanchez Toranzo, Brigadier Arturo Bedoya. Luego se incorporan Antonio Cafiero y Héctor Cámpora. Barrau, M. A (1973).

[8] Barrau, Miguel Angel, Op/cit. pp. 95-96.

[9] Ídem p. 96.

[10] Ídem p. 99.

[11] Barrau, Miguel Angel, Op/cit.pp.230-231.

[12] Eloy Martínez, Tomás. “La tumba sin sosiego”, La Nación, 6 de agosto de 2002.

¿Qué pueden hacer los gobiernos locales para mejorar la seguridad?

¿Qué pueden hacer los gobiernos locales para mejorar la seguridad?

Es claro que municipios y comunas pueden y deben intervenir en políticas de seguridad. ¿Cuáles son las posibilidades? ¿Cuáles son los límites y las experiencias? Algunas respuestas.
Articulación, participación, revisión e innovación, para la seguridad local.

Los municipios en Argentina se constituyeron de manera gradual en interlocutores indispensables e inevitables en temas de seguridad. Indispensables, en el sentido de que difícilmente los otros niveles de gobierno puedan hoy prescindir del conocimiento y de los recursos humanos, materiales y políticos de los gobiernos locales para gestionar ciertos tipos de conflictividad. Inevitables, ya que la ciudadanía tiende a esperar que el nivel político más cercano le ofrezca algún tipo de respuesta a los reclamos que le urgen. 

Es cierto que las realidades de nuestros más de 2.200 gobiernos locales difieren en gran medida. También lo es que la contribución de los municipios a la seguridad suele emplear moldes (institucionales) y recetas (sustantivas) familiares. Se crean áreas de seguridad en los municipios, se ponen en funcionamiento centros de monitoreo y se avanza con algún proyecto participativo.

A veces, las estructuras no son más que eso: cáscaras vacías; los centros de monitoreo concentran personal sin capacitación, interés ni instrucciones claras; y a la participación se la trata como un acto performativo.

Muchas de estos conceptos están desarrollados en el libro «Políticas de seguridad municipal» de pronta presentación (ver al final).

FALTA SISTEMATIZACIÓN

Sin embargo, con las limitaciones propias de la situación económico-financiera, a pesar de la recurrente falta de capacidad instalada y de otros factores que poco contribuyen, los municipios han iniciado el diálogo sobre el alcance de una política de seguridad municipal. Lo han hecho con experiencias concretas, cuya riqueza pocas veces es documentada.

Este diagnóstico compartido de respuestas uniformes, innovaciones aisladas y de exiguo registro nos motivó a un grupo de investigadoras e investigadores de distintas ciudades de nuestro país a trabajar en un libro de reciente publicación titulado “Política de seguridad municipal”. Allí, nos propusimos reflexionar sobre la dimensión local de la política de seguridad de una manera integral. 

POLICIA LOCAL, CREACIÓN DE ÁREAS DE GOBIERNO Y OTRAS RESPUESTAS RECURRENTES

La bibliografía en seguridad, aunque cada vez mayor, tiende a enfocarse en debates teóricos. A su vez, los estudios tienden a especializarse. De esta manera, se pierde la mirada sistémica de la seguridad. Importan más los resultados que los procesos. Se destacan los éxitos y se disimulan los fracasos. Pero la evidencia es útil en todos los casos: sea que nos ayude a identificar lo que funciona o lo que no. Salvo por el primer artículo, que procura derribar la barrera imaginaria de la necesidad de cambios legislativos como condición previa para definir una política de seguridad municipal, los restantes aplican la teoría para examinar experiencias concretas.

Desde una concepción tradicional de la seguridad, asimilada a la labor policial, los municipios aparecen todavía como entidades carentes de las herramientas necesarias para asumir un rol protagónico.

MUNICIPIOS PUEDEN INFLUIR

Desde una concepción más amplia de la seguridad, las oportunidades para promover o participar de políticas de seguridad desde cada uno de los subsistemas  (gobierno, policial, prevención, información, seguridad privada, participación ciudadana y relaciones interestatales) son múltiples.

Los municipios pueden influir en la seguridad a través de una gama de mecanismos propios y de coordinación.

Algunos de ellos son la creación de observatorios locales de seguridad, la promoción de la participación de los vecinos en la gestión y control de la seguridad local y el monitoreo, evaluación y/o participación en las políticas de seguridad provinciales o nacionales que se implementan en la jurisdicción. 

Los municipios pueden influir en la seguridad a través de una gama de mecanismos propios y de coordinación.

Además de las medidas señaladas, aparecen aquellas recurrentes: la creación o ampliación de estructuras de gobierno de la seguridad, la instalación o ampliación de centros de monitoreo y el desarrollo de sistemas de patrullaje municipal.

Un aspecto a destacar de la primera, es que en el caso analizado de la provincia de Buenos Aires no se observan diferencias significativas en las características de la conformación de estas áreas según las identidades políticas: prevalecen titulares de áreas varones, abogados, expolicías o exmilitares.

Si la academia dio por saldado el debate sobre la policialización y la militarización de la seguridad y sobre la paridad de género, la práctica nos interpela.

Para no eludir al elefante en la habitación, nos preguntamos qué significa que una policía sea municipal.

ALCANCES DE UNA POLÍTICA LOCAL

La definición propuesta contiene tres características definitorias: que su modelo sea de proximidad; que actúe territorialmente dentro de los límites de un municipio; y que dependa funcionalmente del gobierno local.

Esta definición es útil para el análisis de casos como el de la provincia de Buenos Aires, que cuenta con iniciativas tanto provinciales como municipales que, sin embargo, no cumplen con las propiedades identificadas. No es un tema menor la descentralización policial. Sin embargo, a la luz de las experiencias registradas, no parece viable continuar evitando el abordaje directo de este tema.

Tampoco procuramos obviar otros dos de los grandes temas: la videovigilancia y la participación comunitaria.

En el caso de la instalación de cámaras de seguridad presentada como una medida de prevención situacional ambiental del delito, esto es, con expectativas de modificación del comportamiento de potenciales infractores, se hizo un repaso de los estudios existentes.

DE QUE PARTICIPACIÓN HABLAMOS

Si bien estos nos hablan de otras experiencias y no suplen, en modo alguno, la necesidad de realizar evaluaciones de impacto y de generar evidencia propia, sí nos advierten sobre sus límites en cuanto al objetivo preventivo, sobre los temas éticos que surgen al emplear determinadas tecnologías (como ser, el reconocimiento facial) y sobre una amplia gama de derechos que entran en juego y cuya resguardo va a requerir de la adopción de medidas especiales de protección de la información recabada.

En lo que hace a la participación comunitaria, la publicación toma el caso de Bahía Blanca para reflexionar sobre sus alcances. Descarta así la posibilidad de pensar a la participación en abstracto.

Las formas que tomó el caso analizado no son muy distintas a las que se observan en otras ciudades: el impulso que otrora tuvieron los foros, su persistencia casi exclusiva a nivel legislativo, el peso de los liderazgos locales y las dificultades vinculadas a la convocatoria de la ciudadanía.

Si antes destacamos la importancia de la producción local de información, en este punto reforzamos la necesidad de considerar a los y las ciudadanas como algo más que un sujeto de información: la participación requiere acción.

NARCOTRÁFICO, ACOSO CALLEJERO Y OTRO POSIBLES CAMPOS DE INNOVACIÓN LOCAL

En el intento de ampliar el abanico de opciones de intervención, incorporamos también otros posibles ejes de trabajo. Entre ellos, la aplicación del enfoque de mercados ilícitos para definir intervenciones locales en materia de narcotráfico. El narcotráfico opera a través de redes que atraviesan a los municipios.

Con una mirada realista de los recursos necesarios, destacamos el potencial de los gobiernos locales en la producción de información sobre las dinámicas del mercado ilícito de drogas en su territorio. También, en la coordinación de acciones, la contención de sectores poblacionales vulnerables y otras medidas que parten de un enfoque de salud. 

Por otro lado, el rol activo de los gobiernos locales en el diseño de políticas de seguridad con perspectiva de género encuentra en el acoso callejero una temática muchas veces invisibilizada que podría atender.

El urbanismo feminista ha contribuido a poner de relieve que la vida en la ciudad no es la misma para todas las personas. Las situaciones de acoso callejero son violencias que afectan particularmente a mujeres. Destacamos algunas de las iniciativas en materia de mapeo, de facilitación de canales de denuncia, de reglamentación y de prevención. 

DERECHOS HUMANOS

Por último, la prevención de la violencia institucional, temática poco trabajada desde los gobiernos locales, aparece como un campo necesario para asegurar una distribución equitativa de los servicios de seguridad que permita superar la falsa dicotomía entre derechos humanos y seguridad.

Repasamos algunas de experiencias como la del Consejo Local de Control Ciudadano para la Prevención de la Violencia Institucional de Punta Indio y el Observatorio de Violencia Institucional de las Fuerzas de Seguridad hacia las niñeces y juventudes de La Matanza.

En resumen, con la publicación» referida»Políticas de seguridad municipal» intentamos continuar y profundizar ese diálogo abierto sobre el rol de los gobiernos locales en seguridad en la Argentina.

Así como creemos que es necesario no perder una mirada integral de la seguridad, también sostenemos que no somos el único país que enfrenta dificultades a la hora de diseñar políticas de seguridad desde el territorio.

PRESENTACIÓN DE LIBRO

Estos conceptos están en el libro «Políticas de seguridad municipal», editado por María Eugenia Carrasco, miembro de Amassuru, red de mujeres expertas en seguridad y defensa en Latinoamérica y el Caribe. Se presentará el 17 de noviembre de manera virtual con aportes de autoras de Guatemala, Colombia, México, Chile y Argentina. El aprendizaje es colectivo, regional y con perspectiva de género.

Profesor Damián Ortiz: «Somos responsables de no generar más diálogo con las juventudes»

Profesor Damián Ortiz: «Somos responsables de no generar más diálogo con las juventudes»

No es un teórico. Le gusta enseñar. Usa YouTube y Fortnite. Invoca a Pablo Freire. Propone más diálogo con las chicas y chicos. Lo distinguieron como inspirador. Sistema educativo desde la perspectiva de un docente.
Damián Ortiz espezó a grabar sus primeras clases para YouTube con la ayuda de sus alumas y alumnos.

El trabajo docente no suele ser noticia. Tampoco tapa de diarios. Hasta que se vuelve noticia. El profesor Damián Ortiz es noticia esta semana. Tapa de diarios, porque un diario lo reconoció como el Docente Inspirador del Año (el diario Clarín con la aseguradora Zurich Argentina). Le entregaron plata y visibilidad.

Pero el lunes, Damián seguirá haciendo su tarea. Enseña hace 12 años con juventudes y con adultos en las aulas del barrio. Así fue buscando incorporar las tecnologías para generar más entusiasmo sobre su materia: matemáticas. Las mismas pibas y pibes le ayudaban a grabar los primeros videos para YouTube, porque les gustaban sus clases: va por los 5 mil suscriptores y el medio millón de vistas a sus lecciones.

El canal de Youtube Matemáticas Positivas fue su primera herramienta, complementando el contenido duro de la ciencia con juegos clásicos como el ajedrez, el sudoku y juegos en red como Fortnite. El aprendizaje como un proceso lúdico. Sus clases con más asistentes son “Supresión de paréntesis, corchete y llaves” y “Función cuadrática”.

La atención sobre sus clases se multiplicó con la pandemia. El Profesor fue un soporte, un acompañamiento. No se percibe a sí mismo como un héroe solitario. Reivindica la educación pública, la educación popular, la innovación y se traza conexiones con la pedagogía de Paulo Freire.

«Nosotros tenemos que irnos adentrando en esa realidad y en el contexto de nuestros chicos. Y es aquí donde la pedagogía de Pablo Freire se tiene que hacer presente en nuestras aulas».

Esta no es la entrevista a un especialista en sistemas ni a un analista de políticas educativas. El profesor Damián Ortiz habla desde su función docente, del que enseña en el aula física de Mendoza o el aula virtual (donde sumó alumnas de muchos países). Siempre nos hace bien escuchar a nuestras profesoras y profesores.

Su vida demuestra que aprender y enseñar es un camino para superar dificultades. ¿La educación pública, laica, universal, gratuita sigue siendo una de las principales herramientas de progreso y crecimiento?

Toda mí trayectoria educativa, desde jardín, primaria, secundaria, terciaria y universitaria, la he transitado en educación pública. Y sigo creyendo en la importancia de la educación pública como una herramienta poderosa que tenemos como Nación. Nos diferencia de otros países en cuanto al acceso universal. Pero también tenemos que valorar y reconocer el enorme trabajo que se realiza desde la educación privada. Sin dudas que tanto en una, como en otra, es necesario realizar cambios profundos al sistema educativo a nivel estructural.

El cierre de las escuelas, le llevó a buscar espacios alternativos de enseñanza. Por el impacto que ha tenido en la comunicación comunitaria y en redes sociales, ha resultado muy efectivo. ¿Cómo se conecta con la formación pedagógica que tuvo en el colegio Normal y la universidad?

En mi caso, comencé con mí canal de YouTube un tiempo antes de que comenzara la pandemia y cerraran las escuelas. Desde hace varios años vengo trabajando con mis estudiantes sobre la comunicación radial comunitaria . Luego comencé a utilizar YouTube como una herramienta más de enseñanza. Se relaciona con la formación pedagógica que tuve en el profesorado desde una visión constructivista, que se enriquece más en la práctica, en el campo de trabajo con los estudiantes. Allí, en el contacto y vínculo que establecemos con nuestros estudiantes, comenzamos a ver la necesidad de implementar nuevas herramientas y entender que cada uno tiene un proceso de aprendizaje diferente. Nosotros tenemos que irnos adentrando en esa realidad y en el contexto de nuestros chicos. Y es aquí donde la pedagogía de Pablo Freire se tiene que hacer presente en nuestras aulas.

Su trayectoria docente también lo ha llevado por centros educativos secundarios para jóvenes y adultos, en escuelas donde abundan las dificultades sociales y donde es necesario el esfuerzo de todos los que participan en la escuela. ¿Qué enseñanza le ha dejado? ¿Qué le cambiaría?

Mucha enseñanza. Cada día aprendo algo nuevo de mis estudiantes, tanto de los adolescentes, como de los jóvenes y adultos. Cada uno trae un bagaje de experiencias y vivencias únicas. Queramos o no, son parte del proceso enseñanza y aprendizaje que desarrollamos en el aula. Están directa o indirectamente presentes sus preocupaciones, sus miedos, sus emociones, lo que han vivido o lo que viven día a día. Todo se inmiscuye en las aulas y está en nosotros trabajar también con eso.

¿Cree que se podría multiplicar su experiencia de usar recursos populares y accesibles para potenciar la capacidad transformadora de la educación?

Por supuesto que sí. Estoy convencido que todos los recursos digitales y tecnológicos que tenemos a disposición, pueden servir como una herramienta para potenciar el trabajo educativo que se realiza dentro del aula.

¿Cuáles son las resistencias que ha encontrado y cuáles son las que sabe que existen para llevar la innovación a los espacios formales de aprendizaje?

Hay resistencias de todo tipo, desde aulas y escuelas con muy poca conectividad, escuelas en las que directamente no tienen acceso a ninguna computadora. A los CENS (Centros de Enseñanza Secundaria) de adultos no llegan las netbooks del gobierno, como si llegan a otras escuelas de nivel secundario. También hay resistencias, muchas veces, a no querer cambiar las formas antiguas y tradicionales de enseñar.

«Creo que uno de los factores principales de expulsión o fracaso es cuando los chicos no se sienten parte de la escuela y del sistema educativo, o no tienen sentido de pertenencia, cuando no se sienten incluidos y contenidos».

¿Los espacios informales pueden desplazar a los formales o lo piensa como algo complementario?

Creo que la pandemia nos demostró la necesidad de incorporar dentro de las clases formales todos los recursos formales o informales que están a disposición, para complementar la tarea educativa en el aula. No creo que tengamos que reemplazar una cosa por la otra, sino que se tienen que retroalimentar y sumar como al proceso de enseñanza.

Si pudiera jugar a soñar una escuela pública ideal, con un sistema educativo ideal, ¿cómo sería?

Creo que se hace difícil imaginar una escuela ideal, cuando no tenemos una comparación concreta en la cual posicionarnos y en la que podamos generalizar. Cada una tiene contextos y realidades totalmente distintas. Cada aula, cada estudiante, cada docente son diferentes, tienen un proceso de aprendizaje diferente. Pero si me imagino un sistema educativo que integre a todos los actores de la sociedad: los gobiernos, los medios de comunicación, las empresas. Todos trabajando desde uno y otro lado hacia un mismo objetivo, comprometidos realmente con una educación que se construye entre todos a corto y largo plazo.

En su trabajo de inclusión con juventudes, ¿cuáles son los principales factores de expulsión o fracaso que tienen los pibes y pibas? ¿Qué experiencias pasa en limpio?

Creo que uno de los factores principales de expulsión o fracaso es cuando los chicos no se sienten parte de la escuela y del sistema educativo, o no tienen sentido de pertenencia, cuando no se sienten incluidos y contenidos. Creo que el mismo “sistema” es el principal factor de expulsión a nivel general de los estudiantes. En muchas ocasiones se convierte en un círculo que se les hace difícil de superar.

En las juventudes populares y más vulneradas, se observa un creciente hartazgo y frustración. ¿Crees que pueden volcarse masivamente a promesas autoritarias y poco democráticas?

Creo que es una suma de muchas cosas. Es difícil generalizar culpando a un solo sector. Toda la sociedad somos de una u otra manera responsables de no generar más espacios de diálogo, de convivencia, de comunicación, donde se fomenten espacios donde puedan expresar lo que piensan, sus emociones y deseos.

QUIÉN ES

Damián Ortiz es profesor de matemáticas. Tiene treinta y seis años, un hijo y está casado. Estudió en la Escuela Normal de Mendoza. Está cursando la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN). Tiene un programa de radio en FM 103.3 Radio El Camino y el canal de YouTube «Matemáticas Positivas». Trabajó desde el principio de su carrera en el centro de enseñanza para jóvenes y adultos CENS 3-500 “Pr. Anselmo Morales”. Ahora Actualmente da clases en el CENS “Prof Dante Bufano”, el CENS “Dr. Aníbal Aubone” y el CENS “Dr. Enrique Gaviola”. Hasta hace muy poco tiempo trabajó en la Esc 4-039 Cruz de Piedra, técnica en Madera y Muebles.

COP 27: llegó la hora de la acción

COP 27: llegó la hora de la acción

El tiempo se agota, las decisiones no llegan. Retacesos al financiamiento para la mitigación. Pocos cambios sobre las emisiones. La Argentina está entre los principales contaminadores, pero faltan las medidas.

Las sequías ya afectan a la mayor parte de la superficie argentina.

Desde el 6 de noviembre se desarrolla en Egipto la 27 Conferencia de las Partes (COP), con la esperanza de la humanidad puesta en modificar posturas y comportamientos, actitud que los líderes mundiales se esfuerzan por contrarrestar.

Uno de los principales temas en discusión pasa por la creación del “fondo de pérdidas y daños”, el cual surgiría del aporte de las principales economías para beneficio de los países más afectados. Un grupo de economías desarrolladas ha decidido dar el paso, desafortunadamente los actores más relevantes siguen negando su aporte al fondo solidario.

También en la COP se negocian medidas de financiamiento y mayor protección para bosques y selvas tropicales, con una porción de los fondos yendo directamente a los pueblos indígenas -reconociendo así el rol de estas comunidades en la protección de la naturaleza.

Aun cuando varios los países de la región apoyan la iniciativa lanzada en Glasgow 2021, otros se muestran remisos por las obligaciones que le impondría la membresía. Sea la quema de combustibles fósiles o bien la deforestación, ambas acciones aceleran la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Tal como expreso el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, ante el plenario de la COP, la lucha por el cambio climático se halla indisolublemente asociada a la preservación de la biodiversidad.

CON EL AGUA AL CUELLO

Entre las diversas propuestas hasta aquí surgidas, destaca el realizado por Tuvalu, una de las tantas islas vulnerables al avance en el nivel de los mares. Kausea Natano, el Primer Ministro de esta pequeña isla del Pacífico, clamó por avanzar hacia un tratado de no proliferación petrolera.

Cabe mencionar que este llamado resulta lógico, la comunidad científica plantea que nos hallamos al límite del presupuesto de carbono -de seguir con los fósiles la acumulación de gases de efecto invernadero pueden dispararse a límites inconcebibles.

La comunidad científica plantea que nos hallamos al límite del presupuesto de carbono -de seguir con los fósiles la acumulación de gases de efecto invernadero pueden dispararse a límites inconcebibles.

Un último aspecto a destacar de las negociaciones que se desarrollan en Sharm El-Sheik, Egipto, es el documento emitido por Naciones Unidas (“Integrity Matters: Net Zero Commitments by Businesses, Financial Institutions, Cities and Regions” UN 2022), el cual destaca el alto nivel de lavado verde (greenwashing) que realizan empresarios, entidades financieras, y gobiernos. 

La Argentina se presenta como parte del Sur Global, se declama como afectada al tiempo que reclama resarcimiento. Obviamente, lejos estamos de los niveles de emisión de EE.UU. o China, pero si consideramos lo acumulado desde los albores de la revolución industrial hasta aquí, observamos que nuestro país no resulta exento de culpa: Argentina califica entre los veinte mayores contaminantes. Puesto en perspectiva, Mia Mottley, Primera Ministro de Barbados, nos diría que su país merece los fondos con urgencia. Y la razón, ciertamente, le asiste. 

ARGENTINA: POCO INTERÉS POR LOS RENOVABLES

Cambiemos de perspectiva, miremos a futuro: las emisiones que podrían evitarse. Al evaluar la transición energética, lamentablemente, observamos un escaso interés por los renovables (salvo que consideremos al gas natural como un combustible “limpio”).

«Estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador», advirtió el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

En lugar de apostar por las tecnologías del futuro se avanza con Vaca Muerta, se licitan permisos de exploración en la plataforma submarina bonaerense. Tampoco se habla del riesgo financiero que impone tal decisión, aún cuando diversos informes destacan la pérdida de valor que enfrentarán los activos del sector en pocos años. Se deja la transición en manos del sector petrolero, no importa quién esté en el gobierno.  

Al considerar el rumbo adoptado en materia productiva, vemos un respaldo unánime al ahondamiento del extractivismo por gran parte de la dirigencia argentina. Tal como aconteció en Glasgow, el gobierno y las principales entidades del campo acordaron un documento de cara al encuentro en Sharm El-Sheik, el cual destaca las bondades (socio y medioambientales) del modelo de agro-negocios imperante en la Argentina.

BLOQUEOS A LA LEY DE HUMEDALES

Muchos aducirían la necesidad de desarrollo, para así responder a las urgencias sociales. De un lado de la grieta, que debemos dejar actuar al mercado. Los precios vendrían a señalar el momento del cambio. Solo el Estado puede resolver el problema, el mensaje que surge del otro lado de la grieta. Las medidas que adopta el gobierno van en la dirección correcta, las críticas surgen de un grupo de “ambientalistas radicalizados”. Mientras tanto, numerosos habitantes de nuestro país se ven condenados a respirar humo. Gobierno y oposición, ambos bloquean la Ley de Humedales. 

Entre 2020 y 2021, en el contexto de la prolongada bajante extraordinaria del Paraná y el agravamiento de la sequía, se quemaron más de 700.000 hectáreas del Delta e islas del Paraná. En 2022, hasta el 21 de agosto ya se quemaron 196.073 hectáreas de ese territorio.

La inseguridad alimentaria, la subalimentación y el hambre siguen creciendo en la Argentina. De la misma forma, cada día son más los territorios que se sacrifican en pos del desarrollo.

Pero no sólo los incendios están matando la biodiversidad, la Argentina corre el riesgo de perder su mayor bosque nativo: el Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal de Sudamérica. Si se considera el área donde se asienta este ecosistema (Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa), Greenpeace estima que en un año (2021), se desmontaron más de 113.000 hectáreas.

Unos y otros, en definitiva, se han convertido en fervientes defensores de la teoría del derrame, aunque al final poco se derrama. La inseguridad alimentaria, la subalimentación y el hambre siguen creciendo en la Argentina. De la misma forma, cada día son más los territorios que se sacrifican en pos del desarrollo, especie de canje de naturaleza por desarrollo económico que beneficia a los menos.

Podemos decir que la postura del gobierno refleja inconsistencia, aunque la misma resulta atribuible a gran parte de la dirigencia del país. La Argentina califica como país de ingresos medios, se percibe como emergente, al tiempo que intenta perfilarse como un actor global relevante -basta mencionar que forma parte del G20.

LLEGÓ LA HORA DE REVELARSE

Sin embargo, en las negociaciones ambientales nos percibimos como perjudicados. Planteamos financiar nuestra lucha contra el cambio climático a partir del esquema de canje de deuda soberana, al tiempo que avanzamos con la explotación petrolera (industria, cuyo accionar acelera el problema climático). Un razonamiento, por cierto, difícil de explicar para quien habita en Tuvalú.

Debemos reconsiderar nuestra perspectiva, que tipo de desarrollo ambicionamos. El futuro puede que sea hermoso, también que resulte a escala humana. Ello sólo será factible si evitamos que la temperatura promedio del planeta siga aumentando, si logramos revertir la pérdida de biodiversidad. Estamos cerca de perder toda esperanza, no podemos dejar librado nuestro futuro ni el de nuestros hijos a los líderes del planeta.


En el año 1989 la Internacional Socialista planteaba lo frágil del equilibrio ecológico, la amenaza de la sobreexplotación. Frente al peligro que encierra el cambio climático, destacaba el documento “los socialistas levantan los valores de la solidaridad y la democracia. Todos los seres humanos tienen el mismo valor. Es necesario configurar una nueva era de crecimiento económico diferente, que dé prioridad a la calidad del desarrollo”. Al tiempo que se producía dicha declaración el dióxido de carbono acumulado en la atmósfera alcanzaba las 352,57 partículas por millón (ppm), la última medición observada es de 417.9 ppm. Es tiempo de actuar, tal como lo sostiene el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, llegó la hora de rebelarse.

De cómo las redes operan para el control social

De cómo las redes operan para el control social

Desde la propaganda estatal de las dictaduras del siglo XX, hasta los genocidios organizados en grupos de WhatsApp. Un breve resumen de la desinformación.
La desinformación como herramienta de control.

Un 16 de septiembre de 1989 Boris Yeltsin visitó un supermercado texano. No podía creer la variedad y la prosperidad americana disponible para el común de la gente. Su primera reacción fue creer que esto era una trampa diseñada por los norteamericanos, pero todas las tiendas eran iguales. “Si en mi país la gente viera esto, habría una revolución … Ni siquiera en el politburó hay tanta variedad de productos”.

Dos años más, Yeltsin pondría fin a la Unión Soviética, declarando que este conocimiento que había adquirido sobre Estados Unidos lo condujo a este momento. Era increíble como alguien tan cercano al poder, no podía escapar de la misma propaganda estatal.

Con la caída del bloque soviético, y la aparición del internet, una nueva corriente del pensamiento entre estadistas empezaba a ponerse en boga: “Las sociedades democráticas liberales son el fin de la historia”. La aparición de esta novedosa tecnología llamada el Internet, parecía confirmar los dichos de Francis Fukuyama.

MOVIMIENTOS DEMOCRATICOS DE ACTIVISMO CIVIL

De repente, cualquier persona podía sentarse en una computadora o celular e informarse, con sus fuentes favoritas, aquello que le interesaba. Se podían saltar la propaganda estatal y lo que dijeran las mega cadenas de televisión que, hasta hace unas décadas, controlaban las narrativas de manera casi indiscutible. Cualquier persona puede saltear los apagones digitales con un VPN, y los múltiples servicios de mensajería encriptada, permitiría a los periodistas y testigos reportar desde los regímenes más herméticos del planeta.

“La información quiere ser libre”, dijo Stewert Brand en 1984. Prediciendo lo que el internet traería consigo:  nuevos movimientos democráticos, activismo social por las redes, incluso partidos parlamentarios que abogaban por la libertad absoluta de la información (como los partidos piratas en Europa) o comunidades virtuales dedicadas al hacktivismo, tal como Anonymous o WikiLeaks.

La esperanza era que el Internet llegó para poner fin a la propaganda, y que la verdad, por más incomoda que fuera para los grupos de poder, venía a llevarnos a un futuro transparente.

Movimientos por justicia social como BlackLivesMatter tomaron a Estados Unidos por sorpresa, llevando a que los políticos, de todo el espectro político, tuvieran que al menos responder a estos grupos.

La esperanza llegó a su ápice con la primavera árabe, mientras en el mundo occidental, las sociedades liberales se le plantaban cara hasta al propio capitalismo: El movimiento de los Indignados en España se terminó replicando por cada uno de los continentes, en respuesta a las crisis económicas, las medidas de austeridad tomadas, y los filtros de WikiLeaks que mostraban la corrupción de sus gobernantes o como el gobierno usaba los servicios de inteligencia para espiarlos.

Recientemente, el feminismo se hizo escuchar con el fenómeno de #MeToo o el Aborto en nuestro país. Otros movimientos por justicia social como BlackLivesMatter tomaron a Estados Unidos por sorpresa, llevando a que los políticos, de todo el espectro político, tuvieran que al menos responder a estos grupos.

Toda la información, coordinación, acción y consigna se propagaba (y propaga) por las redes.

ELECCIONES Y SEGMENTACIÓN DE MERCADOS

Había un pensamiento economicista liberal en esta panacea de la información libre. La creencia que los ciudadanos son actores racionales, que frente a la tecnología que les permitiera fácilmente mantenerse informados, protegerían sus propios intereses, y colectivamente, pondrían fin a cualquier gobierno iliberal, por medio del voto o la revolución pacífica.

Parecía en su momento inaudito que un Estado lograra ahora controlar el discurso como lo podía hacer la Unión Soviética. Cualquiera podía ser un periodista, cualquiera podía ser la voz de un nuevo movimiento social.

Cambridge Analytica se vio vinculada con las campañas políticas de Donald Trump, Ted Cruz, y el Partido de la Independencia del Reino Unido durante el referéndum del Brexit.

En el año 2018 aprendimos que esta nueva sociedad mediática podía ser manipulada de una manera que antes no lo habríamos podido imaginar. Cambridge Analytica, una consultora de marketing político de Reino Unido, especializada en la minería de datos, operaba por medio de una aplicación que sustraía información de usuarios Facebook (y de sus contactos), y después la vendían la data para ser usada en segmentación de mercado. Con esta información, los políticos que contrataban a esta firma, podían saber cómo llegar eficazmente a los potenciales votantes.

Cambridge Analytica se vio vinculada con las campañas políticas de Donald Trump, Ted Cruz, y el Partido de la Independencia del Reino Unido durante el referéndum del Brexit. Y lo que fue peor aún, es que aprendimos en estos años que no solo Facebook, sino lugares como Google, YouTube o Twitter, estaban gestionados por algoritmos que, en base a los intereses de los usuarios, buscaban mantener el interés y el tiempo en pantalla, y que en muchos casos, desinformación y extremismo político se esparcía sin intervención del usuario.

En base a las búsquedas e intereses, el algoritmo automáticamente te recomienda contenido similar, sobre todo, aquel que efectivamente ha logrado generar más interacciones. Por ello mismo, resulta natural que se recomiende el contenido más polémico, que despierta las pasiones más fuertes: el discurso de odio.

INTELITENCIA ESTRATÉGICA Y REDES SOCIALES

La frutilla del postre fue descubrir que muchas de estas campañas de desinformación y odio eran orquestadas por agentes de inteligencia rusos, a fin de reducir el área de influencia de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN sobre Europa del Este.

Las elecciones norteamericanas y hasta incluso movimientos de derechos civiles en Estados Unidos, fueron interferidas por grupos digitales llamados troll farms, miles de cuentas falsas usadas por agentes del Kremlin para fermentar desconfianza contra las instituciones y medios masivos de comunicación de rivales geopolíticos.

Otros países no se quedan atrás: China que tiene bloqueado a Twitter, cuenta con ejércitos de cibernautas como Wumao (el Partido de los 50 centavos) con millones de posteos diarios para difuminar desinformación.

Países como Venezuela y la India, donde millones de ciudadanos viven en pobreza, son el espacio ideal de donde se pueden reclutar trolls a tiempo completo, como así también la población con mayor analfabetismo digital, capaz de creerse cualquier posteo de las redes sociales.

Actualmente se ven como países como Venezuela y la India, donde millones de ciudadanos viven en pobreza, son el espacio ideal de donde se pueden reclutar trolls a tiempo completo, como así también la población con mayor analfabetismo digital, capaz de creerse cualquier posteo de las redes sociales.

Y si bien podemos buscar responsables, fue espeluznante descubrir que ni siquiera Mark Zuckerberg puede controlar lo que sucede con sus billones de usuarios. Recordemos que Meta no es solo dueño de Facebook, sino Instagram y WhatsApp, con consumidores que hablan idiomas y jergas que ningún programador de Palo Alto entendería. La moderación de tantos espacios digitales en tantos países e idiomas es humanamente imposible.

EDUCAR PARA LA LIBERTAD

Desde hace unos años, el genocidio rohinyá perpetrado por el gobierno de Myanmar, donde se han ejecutado al menos 25.000 personas, se han organizado localmente, por grupos de WhatsApp y Facebook.

Posteos con imágenes fabricadas para incriminar y fomentar el odio a grupos minoritarios y justificar su exterminio, no es algo nuevo en la historia de la humanidad, pero es reciente la accesibilidad y facilidad para que cualquier lego pueda crear, producir y compartirlo

Y con conocimiento, un individuo puede incluso crear videos con inteligencia artificial que replica realísticamente la voz y las expresiones faciales de quien uno quiera. Ahora, no sólo las usan malintencionados que reportan historias falsas, sino también estafadores virtuales.

Si vamos a vivir en una sociedad mediatizada, debemos también ser una sociedad inteligente.

Podríamos seguir escribiendo sobre cómo, este nivel de desinformación ha causado la muerte de miles de personas con los posteos antivacunas, y como actualmente el gobierno de Putin utiliza estos medios para mantener a su población ignorante de lo que pasa en Ucrania. Pero creo que sólo basta que el lector abra su navegador web favorito y lo vea por sus propios ojos, no necesito fuentes para ello. 

Creo que la única solución a estos problemas es enseñar en los colegios como cualquier otra materia, educación mediática. Explicarles que fuentes de información son más confiables, contrastar la información y verificar así la veracidad de las publicaciones que encuentran en las redes. No es una tarea fácil, pero si vamos a vivir en una sociedad mediatizada, debemos también ser una sociedad inteligente.

Años ’30: ¿Cómo hicieron para crecer los partidos socialistas de España y la Argentina?

Años ’30: ¿Cómo hicieron para crecer los partidos socialistas de España y la Argentina?

El historiador español revisa los debates del PSOE y el PS argentino para crecer en militancia e influencia. Apertura y restricciones. Puros e impuros. Debates actuales.
Archivo General de la República: manifestación del Partido Socialista en Buenos Aires, 1 de mayo de 1939.

En este trabajo pretendemos abordar la cuestión de la militancia en partidos socialistas a través de los casos español y argentino en el mismo momento, a principios de los años treinta, aunque las realidades políticas fueran distintas.

Nos interesa aportar unos materiales para ayudar en la reflexión sobre el compromiso político, y sobre cómo abordar, en primer lugar, el problema que podría generar la llegada casi masiva de nuevos militantes en momentos propicios para el partido, como ocurrió en la España que veía inaugurar la Segunda República y donde el PSOE tuvo tanto protagonismo, y en segundo lugar el cómo buscar fórmulas para poder crecer en afiliación, como veremos para el caso argentino a través de la formulación de la figura del simpatizante. Así pues, reflexionaremos sobre los peligros de los crecimientos vertiginosos, pero también de las estrategias para crecer.

Mes y medio después de haberse proclamado la Segunda República, el destacado intelectual y ministro socialista Fernando de los Ríos planteó en un acto celebrado con los estudiantes, el primero de junio de 1931, la cuestión del aumento evidente de la militancia en el PSOE.

AUMENTO DE MILITANCIA EN EL PSOE

El político rondeño temía que solamente hubiera una preocupación por el número, que la democracia se interpretase solamente en función del mismo, que el Partido en ese momento creciese de forma desorbitada. No cabe duda de que era consciente que el PSOE iba a crecer o lo estaba ya haciendo de forma evidente ante su protagonismo en el inicio de la Segunda República. Pero los aluviones no eran convenientes porque terminaban arrollando a los hombres con autoridad, entendida ésta, según nuestra interpretación, no sólo como autoridad política, sino, sobre todo, moral.

Esa democracia no era la que deseaba Fernando de los Ríos, sino, regresando a su argumento anterior, la que partía de dentro hacia fuera, y que permitía que dirigiesen el Partido las personas que merecían “garantía”. Y ese método era el que había aplicar a la naciente democracia en España. Para evitar los aluviones que podían desbordar a las organizaciones socialistas había que emprender una intensa labor pedagógica.

La Agrupación Socialista Madrileña que negaba el acceso a las candidaturas del Partido para diputados y concejales a los militantes que no tuvieran una antigüedad de dos años, como mínimo, en su militancia. Esta medida era claramente defensiva.

Por eso pidió a los jóvenes que se movilizasen para explicar lo que era el socialismo, así como la “emoción socialista”, seguramente aludiendo a lo que era un ejercicio de razón y sentimiento, con el objetivo de crear conciencia. Ese momento histórico necesitaba de ese trabajo, de ejercer la democracia, de hacer política, considerada como el arte de hacer posible lo necesario, y que lo posible llegase a ser necesario.

Pues bien, otro destacado intelectual socialista, Antonio Ramos Oliveira, teorizó sobre lo que aquí nos interesa en un artículo que publicó El Socialista en marzo de 1932.

Para Ramos Oliveira habría dos posturas o tesis dentro del PSOE: una tendencia y una reacción. La primera era la preocupación llena de sentido pedagógico hacia los que habían ingresado recientemente en el Partido Socialista. Esta postura defendía realizar una labor educativa para los que llegaban, y era la del propio Ramos Oliveira. La reacción se ejemplificaba con el acuerdo adoptado por la Agrupación Socialista Madrileña que negaba el acceso a las candidaturas del Partido para diputados y concejales a los militantes que no tuvieran una antigüedad de dos años, como mínimo, en su militancia. Esta medida era claramente defensiva en su opinión.

Había, por lo tanto, que aclarar si el Partido para inmunizarse contra el arribismo político precisaba el cierre de sus puertas.

PRETENDIDA PUREZA IDEOLÓGICA

Esta cuestión se había suscitado por los sucesos de Castilblanco, que habían podido pasar, según acusaciones de algunos sectores del PSOE, en virtud de la propaganda de los recién llegados al Partido, que como no tenían la suficiente formación socialista habían predicado ideas y teorías ajenas al ideario socialista, prometiendo lo imposible.

Pues bien, nuestro protagonista no era de esa opinión. No se podía demostrar que el Partido estuviera mal representado en ningún sitio. Opinaba que era una campaña disfrazada contra el Partido, y promovida indirectamente tanto por los que habían callado como, por personas como el propio Ramos Oliveira, porque habían planteado en la prensa la cuestión de los “nuevos”. Pero insistía que no había problema alguno, y en caso de que se considerara como tal no parecían convenientes los gritos de alarma ni las medidas limitadoras como había hecho la Agrupación Madrileña.

Los defensores de esas medidas aducían que el Partido tenía que defenderse de los que buscaban solamente medrar, pero eso era penalizar a todos los que ingresaban; la privación de derechos era un castigo en una democracia. Esa privación al nuevo militante era imponer una sanción sin que hubiera delinquido. Ramos Oliveira era categórico en rechazar la limitación. El Partido no podía defenderse de antemano de un posible error. El Partido podía, perfectamente, degradar a un diputado socialista que no mereciera serlo.

En realidad, el ingreso en el Partido era como un bautismo, pero nada más. Pero, además, se podía llevar media vida en el Partido y no ser socialista, precisamente porque a ese militante le faltaría la convicción “espiritual” o la convicción “por vía intelectual”.

Ramos Oliveira hacía un alegato a favor del socialismo en general, sin vincularlo automáticamente con el Partido, ya que se podía ser socialista antes de ingresar en el mismo. Al socialismo se llegaba a través de dos caminos: por la sensibilidad o por la cultura, que nosotros interpretamos por los sentimientos o por la razón, en un razonamiento parecido al de Fernando de los Ríos. En realidad, el ingreso en el Partido era como un bautismo, pero nada más. Pero, además, se podía llevar media vida en el Partido y no ser socialista, precisamente porque a ese militante le faltaría la convicción “espiritual” o la convicción “por vía intelectual”.

El problema de existir, siempre siguiendo a Ramos Oliveira, sería solamente de vigilancia por parte de los militantes y de meditación ante los nombres de los posibles candidatos por parte de las asambleas que eran las que elegían a los mismos. Por eso era fundamental que los Comités facilitasen todo tipo de información. En democracia los problemas se solucionaban sin alarmas ni medidas draconianas.

En Argentina, en 1930, se planteó la necesidad de plantear una figura nueva para crecer, la del simpatizante.

EL SOCIALISMO ARGENTINO MÁS ABIERTO

Como es sabido, el compromiso ha sido una de las claves del socialismo internacional, de ahí el trabajo constante de los partidos socialistas para realizar actos, mítines, charlas y asambleas con el fin de difundir el ideario y conseguir más militantes. El crecimiento de la organización ha sido siempre un valor en sí para el socialismo, con las precauciones que hemos visto más arriba.

Los socialistas argentinos consideraban que muchos trabajadores no se afiliaban como militantes al Partido por distintos motivos derivados del trabajo, ocupación, etc., pero que se sentían identificados con el pensamiento y el ideal socialistas, además de participar en los procesos electorales, momentos especiales de todo Partido. Por eso, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Socialista argentino había resuelto que se elaborase por los centros y agrupaciones del mismo un padrón de simpatizantes.

El Partido tenía en ese momento 2.800 militantes, pero se era consciente que no todos tenían el mismo compromiso. Se calculaba que como militantes activos habría solamente unos 1.200. El objetivo era aumentar la militancia, pero también se era consciente de la dificultad de alcanzar un número sustancialmente mayor de afiliados, debido, siempre según la interpretación orgánica, por las propias condiciones y la rígida disciplina de la organización.

Empadronar un gran número de simpatizantes, sin estar sujetos a la vida activa del Partido, podía ser fundamental para difundir el ideario, fiscalizar en los procesos electorales, además de poder fidelizar un mayor número de votos, sin exigir reglas, pero dándoles la sensación que el Partido les conocía.

Y aquí encajaba perfectamente la fórmula del simpatizante, una figura de menor compromiso y tampoco tan sujeta a las estructuras del Partido, pero que podía ser un elemento fundamental en la difusión de las ideas socialistas y en algunas tareas. Los socialistas argentinos estaban intentando crecer y esta fórmula rebajada de compromiso podía ayudar en este objetivo.

Así pues, empadronar un gran número de simpatizantes, sin estar sujetos a la vida activa del Partido, podía ser fundamental para difundir el ideario, fiscalizar en los procesos electorales, etc.., además de poder fidelizar un mayor número de votos, sin exigir reglas, pero dándoles la sensación que el Partido les conocía y deseaba animarlos a la movilización en determinados momentos.

Además, con esta fórmula los propios simpatizantes se podrían ver estimulados por el reconocimiento que el Partido realizaba de su existencia y trabajo. Podrían convertirse en agentes fundamentales para el desarrollo de la organización y para el avance electoral.Hemos consultado el número 6821 de diciembre de 1930 y los números del día 2 de junio de 1931 y 9 de marzo de 1932 de El Socialista.