


Rosario por el parto respetado
Ubicado en la zona sur de la ciudad de Rosario, la Maternidad del Roque Saenz Peña es referente a nivel nacional en prácticas de parto respetado y de maternidades seguras y centradas en la familia. Brinda un trato humanizado. El nosocomio recibe 2000 bebés y bajo las recomendaciones internacionales de organismos ha mejorado la calidad de atención. Este cambio de paradigma llevado adelante por los profesionales de la salud tiene como objetivo el acompañamiento de la paciente y el bebé y busca evitar prácticas invasivas, suministro de medicación innecesaria e informar sobre las diferentes intervenciones médicas y, ante todo, la posibilidad de que la parturienta pueda participar en la toma de decisiones. La libertad de elegir como parir: un derecho de nacimiento.
I
“Nunca pensé que mi pareja iba a poder estar en el parto de nuestro hijo” dice emocionada Patricia de 25 años, mientras recuerda la llegada de su tercer hijo al mundo. Ella es empleada doméstica y madre de tres hijos. El último, Agustín, nació en el Hospital público Roque Saenz Peña de la ciudad de Rosario siguiendo el protocolo de parto respetado. Por decisión de ella, su pareja estuvo a su lado presenciando y acompañando el parto.
“Fue lindo y me sentí muy conectada con mi bebé cuando lo tuve abrazado apenas salió. Nosotros no tenemos obra social y acá me trataron excelente, todos fueron muy buenos con nosotros dos”, dice mientras se recupera tras parir.
Una de las cosas que más la emociona fue el momento en el que, tras parir a Agustín, los médicos y las enfermeras le acercaron al bebé para que tengan el contacto de piel a piel. Esta práctica es denominada COPAP (Contacto piel a piel). Los médicos explican que esta práctica es necesaria. Incluso puede hacerse – si la mujer está en condiciones y lo desea – en caso de una cesárea. Tiene resultados comprobables: el recién nacido regula la respiración, se estabiliza hemodinámicamente, protege su desarrollo cerebral, se adapta mejor a la lactancia.
La ciudad de Rosario es referente en prácticas de parto respetado y de maternidades seguras y centradas en la familia. Este reconocimiento se enmarca en la larga trayectoria de una política de Estado que garantiza derechos a través de la red de servicios públicos en salud, no solo curando sino cuidando, alojando y acompañando a cada persona gestante. La propuesta surgió de un grupo de profesionales que entendieron la necesidad de bajar los índices de violencia obstetricia y hacer hincapié en el resguardo de los derechos de la parturienta y el bebé.
“Se trata de asistir los partos como corresponde desde el punto de vista científico y ético, garantizando los derechos. En un inicio se trató de una iniciativa de un grupo reducido de profesionales. Surgió del propio equipo de salud que vio que existían muchas falencias en el tema. Nos avalan estudios académicos al respecto y nos mueve la necesidad de querer hacer valer los derechos de las mujeres. El Municipio acompañó” comenta Gustavo Baccifava, Jefe de División de Obstetricia y Ginecología.
Gustavo agrega: “Se trata de cambiar el modelo de atención, de garantizar a las mujeres su intimidad, de que estén acompañadas por quien ellas decidan. Todo eso empezó a trabajarse cuando la Maternidad se encontraba en el antiguo edificio. Los cambios sabemos por experiencia se dieron primero por la cabeza, era cambiar el chip y entender que la sobremedicación significaba negligencia”.
[blockquote author=»» pull=»normal»]La ciudad de Rosario es referente en prácticas de parto respetado y de maternidades seguras y centradas en la familia. Este reconocimiento se enmarca en la larga trayectoria de una política de Estado que garantiza derechos a través de la red de servicios públicos en salud, no solo curando sino cuidando.[/blockquote]
En la ciudad de Rosario, la Ordenanza N° 6244 garantiza el parto respetado. Esta norma, enmarcada en el Programa Municipal de Procreación Responsable, contempla distintas disposiciones y acciones públicas en materia de derechos sexuales y reproductivos. Las bases de esta norma son diversas. En primer lugar, se fundamenta en reconocer que los derechos sexuales de todas las personas son una vivencia de su identidad sexual y su sexualidad, exigiendo que su ejercicio sea respetado por otras personas e instituciones públicas y privadas. Los derechos reproductivos se refieren a la autonomía para ejercer la propia capacidad reproductiva. Están relacionados con la información y decisión de cuándo, cuántos hijos/as se quieren, o no, tener y con quién, con la elección del momento y la forma en que la reproducción se debe dar. Son derechos que afectan principalmente la vida de las mujeres, ya que los hijos son engendrados en el cuerpo de las mismas, excepto a través de la fertilización asistida.
Todas estas acciones ponen el foco en el ejercicio pleno de los Derechos Sexuales y Reproductivos, entendiendo los mismos como la garantía y el respeto a la decisión de las mujeres sobre su propio cuerpo en un marco de autonomía libre de violencias. Las mujeres que lleguen a parir deben ser atendidas por profesionales idóneos, con la tecnología adecuada, en un ambiente cálido y afectuoso en el que las prácticas sean acordes a los avances de la ciencia y también a la perspectiva de derechos que permitan su protagonismo. El equipo de profesionales debe respetar sus deseos, sus opiniones, su cultura, su cuerpo, sus temores y sus tiempos.
II
La violencia obstétrica, es una de las formas de violencia de género. Es la que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Ésta constituye una de las tantas formas de violencia y discriminación que sufren las mujeres y es producto de la intersección de otros tipos de violencias y vulneraciones: violencia de género, violencia institucional en el ámbito de la salud, vulneración de derechos sexuales y reproductivos, entre otros.
“Durante mucho tiempo los profesionales de la salud naturalizamos este tipo de tratos, es necesario entender que puede haber una mejor forma de intervenir en el parto” señala María, enfermera del Hospital.
En nuestro país, desde el año 2004, existe la Ley 25.929 de derechos de madres, padres e hijos durante el proceso de nacimiento. La norma ordena una serie de premisas que la salud pública y privada debe tener en cuenta en el embarazo, trabajo de parto y posparto. Las mujeres deben ser informadas sobre las distintas intervenciones médicas que se realizan a lo largo de los momentos antes mencionados, evitando prácticas invasivas. La norma apunta a fortalecer a las mujeres y promover el parto natural evitando las intervenciones innecesarias y situaciones de riesgo que se presenten al momento del parto. Y, además, se propone brindar la posibilidad y el ámbito adecuado para que se convierta la mujer y su pareja en protagonistas de sus deseos y necesidades y acompañar en la toma de decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir.
III
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de parto respetado? ¿Es acaso una nueva metodología innovadora en la medicina?
El Doctor Gustavo Baccifava, jefe del Departamento de obstetricia es considerado dentro del ámbito médico como verdadero militante del parto respetado. Junto a él, Marcos Bosco, Jefe de clínica tocoginecológica, y el doctor Enrique Mesa, jefe de cirugía tocoginecológica, buscan que la modalidad del parto respetado sea considerado una realidad y no una “tendencia” como lo hacen ver algunas publicaciones de la prensa que “lo ven como algo insólito”. Todos los días estos profesionales buscan acercar y naturalizar que el buen trato debe dejar de ser algo inédito para convertirse en una realidad.
Los médicos saben que existen reticencias y cuestionamientos por parte de la medicina hegemónica. También saben que el modelo aplicado en Rosario es único en el país y, a pesar de las críticas y prejuicios, saben que las estadísticas y números están de su lado y respaldan este trato con información dura.
“No se trata de nada hippie como quieren hacerlo ver eh, se trata de resguardar los derechos de las mujeres. De humanizar la atención, algo tan básico como eso” responde Mesa.
Y agrega: “No hay métodos ni técnicas “nuevas” como se cree realmente en el imaginario. Se debe concientizar y esto no debería ser tomado como algo pintoresco. Tomamos el nacimiento como un hecho natural fisiológico que trae con cada mujer su impronta emocional, social y cultural. No intervenir directamente con medicamentos rutinariamente, no hacerlo si no es necesario.
El parto respetado encierra la idea de parto humanizado. Se fundamenta en la valoración del mundo afectivo-emocional de las personas, donde cada intervención del sistema de salud impacta de manera diferente en la mujer-sujeto que recurre a la ayuda, acompañamiento y cuidado de un equipo profesional.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El parto respetado encierra la idea de parto humanizado. Se fundamenta en la valoración del mundo afectivo-emocional de las personas, donde cada intervención del sistema de salud impacta de manera diferente en la mujer-sujeto que recurre a la ayuda, acompañamiento y cuidado de un equipo profesional.[/blockquote]
“La medicina hegemónica tiene conceptos equivocados o que ya quedan antiguos. Por ejemplo, a casi toda mujer embarazada que ingresa se la acuesta en una cama arriba, se le coloca un suero, se le administra una medicación denominada oxitocina que es una hormona sintética, un químico, se le rompe las bolsas de agua rutinariamente, se le hace una episiotomía que es una mutilación genital[1]. Es básicamente una medicalización del nacimiento, una asistencia tecnocrática a todas por igual, como si las mujeres serían una línea de montaje. Eso es lo que tuvimos que revertir porque asi lo dicen las recomendaciones internacionales, lo protege un marco legal establecido y además es ético, ese camino tuvimos que desandar en nuestra comunidad”.
El Área de Atención de la Mujer del hospital Roque Sáenz Peña se inauguró en julio del 2017. Los resultados son «tan buenos y contundentes» que desde la secretaría de Salud de la Municipalidad de Rosario analizan, en el mediano y largo plazo, llevar esta política pública a otros centros de salud de la ciudad. Maternidades de otras provincias han hecho consultas sobre esta experiencia y vienen a estudiar el modelo que llevan adelante.
“Es básico respetar los tiempos de cada mujer, cada una atraviesa un proceso único. Sabemos que es necesario respetar las emociones que atraviesa la parturienta. Muchas veces eran maltratadas por gritar y esa expresión puede significar desde una reacción a algo físico pero también algo emocional” cuenta el doctor Bosco.
La visión de los profesionales de la salud del Hospital Saenz Peña es clara. Buscan disminuir la cantidad de cesáreas y fortalecer el apego inmediato entre la madre y el recién nacido con contacto “piel con piel” esas primeras horas, son claves para el bienestar del recién nacido.
Informes de organizaciones internacionales como Unicef e incluso del Ministerio de Salud de la Nación lo avalan: los primeros 60 a 90 minutos posteriores al nacimiento son «de oro» y ese contacto piel con piel no sólo ayuda a los bebés a tolerar mejor la angustia de la separación y a sentirse más seguros sino que les ayuda a estabilizar la respiración y la presión, reduce las hormonas del estrés, evita la hipotermia y ayuda a «prenderse» de la teta, incluso muchos bebés en ese momento ya lo hacen de manera instintiva.
Según las estadísticas, el 74% de los 2.140 nacimientos fueron a través de partos naturales. Y solo el 18% ha recurrido a cesarea en el Roque Saenz Peña. El porcentaje de cesáreas está muy por debajo a los registrados en clínicas privadas del país, que en muchos casos supera el 60 por ciento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje de cesáreas no debería superar el 15%.
Luego de los primeros 100 nacimientos en un mes, sólo en 12 casos se utilizó anestesia peridural –los registros en Rosario alcanzan el 80%-, mientras que la hormona para estimular contracciones o acelerar el parto bajó del 78 al 16% y la aplicación de suero intravenoso del 80 al 28%. El corte en la vulva se redujo de un 25 a un 8% y las ligaduras de cordón oportuno pasaron de un 40 a un 92%.
“La institucionalización a lo largo de la historia de la medicina, hizo que al parto se lo tome como un acto médico más, donde pareciera que si el medico no interviene no se produce y en realidad no es asi. La intervención del médico se tiene que dar si hay complicaciones, no es necesario intervenir en todo” señala Enrique Mesa. Y Baccifava agrega: “No se trata de una moda o algo pintoresco, se trata de hacer lo correcto, de dar una atención de calidad, es realizar las practicas que son necesarias”.
[blockquote author=»» pull=»normal»]La violencia obstétrica, es una de las formas de violencia de género. Es la que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.[/blockquote]
Marta tiene 30 años. Y es de Galvez. Se encuentra en el Hospital para un segundo control. Muy pronto va a parir y mientras habla con algunas enfermeras de interioriza sobre las posibilidades de parir bajo el agua, una enfermera le informa sobre eso, ella sonríe tímidamente y dice: – “No sé….ustedes son los que saben de eso”, dice, a lo que una enfermera responde:
– “Nosotras acompañamos y los médicos también, las que saben parir casi de manera instintiva somos las mujeres. Por siglos hemos podido hacerlo y también es clave darle el tiempo necesario para no apresurar o llegar a realizar una intervención quirúrgica innecesaria como una cesárea, los médicos y nosotros te vamos a ayudar y estar presentes si sucede algo”, le dice a la joven.
Marta ya atravesó una cesarea, y recuerda haber sido violentada cuando llevaba adelante el parto, diez años atrás cuando tuvo a su primer hijo. “Yo gritaba y los médicos todos me decían que me calle, que no sea exagerada, pero yo no podía más”. Cuenta que esta oportunidad le pedirá a su hermana mayor estar presente en ese momento y que ahora está en conocimiento de que existen derechos que la respaldan. “Es importante que sepas que tenés derechos” concluye la enfermera mientras sigue interiorizando a la paciente.
IV
El Hospital se encuentra en la zona sur de la ciudad. El “Saenz Peña”, como le dicen los vecinos, posee un área de Atención Integral de la Mujer que cuenta con cuatro salas de Trabajo y Recuperación con equipamiento de avanzada, climatizadas, musicalizadas e iluminadas para no incomodar a las madres y a sus bebés.
Entre las herramientas que ayudan al parto están las telas colgadas del techo, pelotas, colchonetas, bancos o camas que adoptan diferentes posiciones para técnicas de parto más cómodas. Bañeras para relajar a las mujeres y para provocar nacimientos debajo del agua, acompañamiento del familiar elegido en todo el proceso de parto y acceso permanente de las madres y un acompañante a la sala de neonatología.
“No estamos inventando nada nosotros, el parto respetado está basado en principios científicos, sobre todo. Nosotros como médicos estamos acostumbrados a recibir nacimientos pero esa mamá es un momento único, inolvidable e irrepetible y hay que respetarlo al máximo. Se trata de entender que nosotros no somos los protagonistas sino los asistentes de esas madres que están pariendo” argumenta el Doctor Gustavo Baccifava.
El proceso de entender la necesidad de llevar adelante un parto respetado no solo radica en las instalaciones, sino sobre todo en trabajadores de la salud pública que generaron un verdadero cambio, respetar el momento de la concepción, entender la importancia de una atención de calidad, humana y atenta. Alejarse de los prejuicios y buscar el bienestar de los pacientes. Comprender que es un derecho y respetarlo.
[1] Se trata de una técnica que se lleva a cabo durante el parto y consiste en realizar, con un bisturí o tijeras, un corte de entre 1 y 3 cm, desde la vulva hacia el ano para agrandar el canal vaginal. Este procedimiento quirúrgico se realiza por varias razones, como evitar desgarros perineales graves, acelerar el proceso del parto y prevenir complicaciones en el feto, por ejemplo que nazca con falta de oxígeno o daños cerebrales, ya que podría quedarse enganchado por los hombros en el canal del parto o darse el caso de que no pudiera salir la cabeza; también se realiza si el bebé viene de nalgas.

El desafío de construir una alternativa progresista
En el marco de su VI Congreso Extraordinario, los y las militantes socialistas debatieron sobre el futuro de su organización y sus desafíos políticos inmediatos. La sanción de la paridad de género y la propuesta de construir un frente electoral amplio fueron las dos notas más resonantes.
El VI Congreso Extraordinario del Partido Socialista, se llevó adelante el sábado 4 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires con la presencia de autoridades y representantes de veinte provincias argentinas. El encuentro se llevó adelante en la Facultad de Ciencias Económicas, allí con autoridades y representantes de las diversas provincias se resolvió construir una alternativa progresista para el país que priorice las necesidades de las mayorías, el respeto por la democracia y por las instituciones, la activa defensa del medio ambiente, el acceso irrestricto de la población a la salud y a la educación, y la honestidad como valor innegociable.
EL PRESENTE ES FEMINISTA
El Congreso, presidido por el dirigente cordobés Matías Chamorro, se caracterizó por el importante aporte que lograron el feminismo y las diversidades. El activismo de décadas, que recientemente se evidenció en la lucha por la legalización del aborto, permitió visibilizar sus demandas, incidir en la agenda política institucional y, finalmente, conquistar reclamos históricos a lo interno de la organización.
Tras la reunión de la comisión de género, se resolvió que el Partido Socialista impulse una serie de puntos claves “para garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, a través de verdaderas políticas públicas que atiendan las problemáticas de los géneros”.
Uno de los puntos centrales, fue, para cumplir con la Ley de Paridad (sancionada el 23 de noviembre de 2017), modificar la Carta Orgánica para establecer, tras años de reclamos, la igualdad de representación de géneros en todos los cargos partidarios y candidaturas. “El colectivo de mujeres armó un documento para incluir dentro de la agenda programática un eje centrado en el género” explicó Agustina Rodriguez Biasone, de la Juventud Socialista, Vicepresidenta de la IUSY.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Uno de los puntos centrales, fue, para cumplir con la Ley de Paridad (sancionada el 23 de noviembre de 2017), modificar la Carta Orgánica para establecer, tras años de reclamos, la igualdad de representación de géneros en todos los cargos partidarios y candidaturas. [/blockquote]
Entre las resoluciones que se establecieron fueron: la creación de un Ministerio de la Igualdad que jerarquice el área de gobierno referida a las mujeres cis, lesbianas, travestis, trans y disidentes. Así como la puesta en marcha de un Plan de Igualdad de Oportunidades (PIO) a nivel nacional que involucre en forma transversal a todos los ministerios para transformar con acciones concretas las políticas públicas y programas con perspectiva de género. Finalmente, se instó a propiciar la conformación de un Gabinete Paritario.
Por otro lado, se demandó la real implementación de la Ley de Educación Sexual Integral y de los protocolos de Interrupción Legal del Embarazo. En este sentido, se reclamó la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y se conminó a los legisladores partidarios a dar su voto favorable
También se exigió a través del documento la creación de una red de centros de atención contra la violencia, fiscalías especializadas, centros de patrocinio gratuito, refugios y programas concretos de apoyo para la inserción económica y social de las víctimas de violencia. En términos más generales, se instó a trabajar en pos de eliminar la brecha salarial de género y en profundizar los programas preventivos que enfrenten el sistema patriarcal, consolidando pautas de convivencia más democráticas e igualitarias. Ello, tal y como se detalló en el encuentro, implica abordar nuevos roles de cuidado familiar y crianza de los hijos en un plano de mayor corresponsabilidad entre varones y mujeres.
TRABAJAR PARA LA UNIDAD DE LAS FUERZAS PROGRESISTAS
El gobernador de la provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, manifestó: “Nuestro gran desafío es reconstruir un gran espacio progresista a nivel nacional y ofrecer una propuesta para el desarrollo con inclusión social, con vigencia del Estado de derecho, pero también de los valores y principios que caracterizan una democracia republicana”. En sintonía con su intervención, fueron invitados al encuentro los dirigentes Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín que también brindaron sus palabras en un llamamiento semejante de convergencia y amplitud de cara a los comicios de 2019, con un tono muy crítico al gobierno actual y a su predecesor.
«Creo que fue positivo, quedo claro hacia dónde va el Partido Socialista que es hacia una construcción a una alternativa superadora a las discrepancias que ha dividido a la política argentina en los últimos años» sostuvo Fernando Nouet, Secretario General del PS de la provincia de Buenos Aires. Y agregó: «Se vio mucha esperanza, eso quiere decir que el socialismo está presente con buenos resultados en Santa Fe y en Cosquín y con la perspectiva de que estamos construyendo algo mayor”. En la misma línea, el dirigente santiagueño Eliseo Morán expresó: “Los Congresos siempre son instancias interesantes para la discusión con compañeros de todo el país, nos permiten crecer como organización y son un encuentro fructífero. Sirven para repensar la actual realidad, el complejo contexto actual invita a que el socialismo se piense en una alianza y un frente que nos permita salir del momento en el que nos encontramos”.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Bonfatti se mostró convencido de “que el próximo gobierno tiene que ser de coalición y, antes que buscar al timonel del barco, es importante construir con las mejores ideas y propuestas para salir de la grave crisis política, social y económica que tenemos hoy”. [/blockquote]
En el cierre, que contó con tres oradores, el ex diputado nacional, Héctor Polino, declaró su satisfacción por ver en el Congreso tantos jóvenes. Su intervención, reivindicativa de la historia del socialismo argentino, fue sumamente emotiva y mereció el aplauso cerrado de los congresales presentes. “Tengo la satisfacción de saber que este partido tiene futuro y que va a saber afrontar todas las dificultades que puedan presentarse”, señaló el octogenario dirigente con entusiasmo juvenil y bríos que sorprendieron a más de un presente.
Minutos después, la dirigente socialista de Entre Ríos, Verónica Magni, expresó su satisfacción por las resoluciones del congreso y dio cuenta de los desafíos por delante. “El día de hoy nos vamos convencidos de continuar esa revolución que encarnamos las mujeres desde el feminismo, pero también desde el ambientalismo y las economías alternativas por los derechos de todas y todos”, señaló la socialista uruguayense, antes de dar pie al candidato a gobernador por la provincia de Santa Fe, Antonio Bonfatti.
El Presidente del Partido Socialista, Antonio Bonfatti, destacó que “los socialistas queremos generar una alternativa para Argentina con otras fuerzas y sectores de la sociedad que entiendan que lo que necesitamos es ponernos de acuerdo sobre temas fundamentales para el desarrollo nacional: la industria, la educación, la salud, la ciencia y la tecnología, el medio ambiente, las energías renovables”. Bonfatti se mostró convencido de “que el próximo gobierno tiene que ser de coalición y, antes que buscar al timonel del barco, es importante construir con las mejores ideas y propuestas para salir de la grave crisis política, social y económica que tenemos hoy”. El PS dio el primer paso para construir ese navío, a la espera de que otros actores manifiesten su voluntad de hacerlo junto a ellos y navegar así las turbulentas aguas de una Argentina en crisis permanente.

El 1° de Mayo y el imaginario socialista en la Argentina
Hace 129 años se conmemoraba por primera vez en la Argentina el Día Internacional de la Clase Trabajadora. La apelación al 1° de Mayo –reiterada durante el proceso de formación del Partido Socialista– es analizada aquí como elemento central para la construcción del conjunto de representaciones de ese pensamiento político.
“Tenemos ante nosotros el 1° de mayo. ¡Demostremos que merecemos el honor de pertenecer a los trabajadores organizados!”. Con esas palabras los socialistas alemanes del Verein Vorwärts convocaban, en la Argentina de comienzos de 1890, a la que sería la primera conmemoración internacional del 1° de Mayo.
El proceso de acelerada modernización que sufrió la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX dio lugar, no sólo a las transformaciones esperadas, que se vinculaban con la construcción del Estado y la inserción del país en el mercado mundial, sino también con una serie de conflictos que los propios contemporáneos concebían como sociales. En ese clima de disputa se produjo el desarrollo del movimiento obrero. La acción de los trabajadores, sus organizaciones, y sus órganos de prensa cumplieron un rol fundamental en la instalación de la “cuestión social” en la opinión pública.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El recuerdo de los sucesos de Chicago no solamente tenía por objetivo su rememoración sino también, y sobre todo, la acción concreta sobre la realidad argentina de comienzos de la década de 1890.[/blockquote]
Al mismo tiempo, la llegada de cada vez más inmigrantes ponía en discusión el problema de la definición del “ser nacional”. Esta coyuntura dio lugar al desarrollo de un creciente nacionalismo que se expandió en la opinión pública, de carácter esencialista y que se diferenciaba del cosmopolitismo integrador irradiado por el texto constitucional.
En ese marco, el grupo de socialistas alemanes que desde 1882 habían formado el Verein Vorwärts impulsó la conmemoración del 1° de Mayo en 1890, siguiendo las resoluciones del Congreso Internacional Obrero reunido en París en 1889. Allí se había decidido que esa fecha debía ser el día internacional de los trabajadores en conmemoración de las luchas obreras por la obtención de la jornada laboral de ocho horas, llevadas adelante en Chicago en 1886, que fueron brutalmente reprimidas.
El recuerdo de los sucesos de Chicago no solamente tenía por objetivo su rememoración sino también, y sobre todo, la acción concreta sobre la realidad argentina de comienzos de la década de 1890. En este sentido, la conmemoración tenía como objetivos impulsar la creación de una Confederación para la defensa de la clase obrera y de un órgano de prensa que le fuera propio, así como también era una forma de demostración de fuerzas para acompañar el petitorio con las leyes obreras que los socialistas buscaban que fueran sancionadas por el Congreso de la Nación.
La “fiesta internacional del trabajo” se conmemoró por primera vez en la Argentina el 1° de mayo de 1890. Sus impulsores habían pegado carteles invitando al meeting, que se celebró en el Prado Español, en el que además de socialistas participaron anarquistas y republicanos mazzinistas, en un número no menor de 1.500. Si bien el objetivo de formar una Confederación en defensa de los trabajadores y un órgano de prensa no pudo ser realizado inmediatamente después, el periódico semanal El Obrero. Defensor de los intereses de la clase proletaria comenzó a publicarse en diciembre de 1890 y la Federación Obrera pudo formarse a comienzos del año siguiente.
La apelación al 1° de mayo siguió siendo reiterada durante el proceso de formación del Partido Socialista, convirtiendo a su conmemoración en un elemento central para la construcción del imaginario socialista en la Argentina. En este sentido, el Comité Central del Partido señalaba, con motivo de la celebración del 1° de Mayo de 1895, la necesidad de llevarla adelante con entusiasmo “para reclamar de los poderes públicos la adopción de la jornada de ocho horas y la promulgación de leyes protectoras del trabajo”. También, durante el Congreso Constituyente del Partido Socialista, celebrado en junio de 1896, los socialistas allí reunidos confirman “la declaración de los demás congresos socialistas declarando el 1° de Mayo el día en que los obreros reclaman de los poderes públicos una ley que declare que la jornada máxima de trabajo sea de ocho horas”. De esta manera los socialistas en la Argentina se filiaban a las luchas del proletariado internacional y al mismo tiempo construían una tradición que buscaba la transformación en el marco de las instituciones del Estado Nacional.
La utilización de ciertos sentidos del pasado para la construcción de la identidad socialista, se produjo no sin tensiones con otras identidades que también se definían y redefinían en la Argentina de fines del siglo XIX. En este sentido, podemos pensar los usos del 1° de Mayo que realizaban los anarquistas. Mientras para los socialistas era un día de “fiesta” a partir del cual había que elevar reclamos a las instituciones vigentes, para los anarquistas era un día de “protesta” y de crítica a la existencia de las instituciones.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El ideario socialista no abandonará nunca su carácter internacionalista y la conmemoración del 1° de Mayo continuará siendo un elemento constitutivo de su identidad.[/blockquote]
Asimismo, el internacionalismo que emanaba de la conmemoración del 1° de Mayo y que era un elemento constitutivo del imaginario socialista, entraba en disputa con el Estado, recientemente consolidado, que impulsaba cada vez con más fuerza la formación de la nacionalidad a partir de distintos mecanismos, como la incorporación de la liturgia patriótica en las escuelas, el esfuerzo que se realizó para revitalizar las celebraciones de las fiestas patrias, así como también el impulso a los monumentos a los héroes de la patria y la reglamentación del uso de los símbolos patrios.
Con el avance de la identidad nacional y la necesidad de arraigar en la política local, las proclamas internacionalistas serán cada vez menos predominantes en el imaginario socialista. Sin embargo, el ideario socialista no abandonará nunca su carácter internacionalista y la conmemoración del 1° de Mayo continuará siendo un elemento constitutivo de su identidad.
Habiendo transcurrido más de 120 años de aquella primera conmemoración, el socialismo argentino sigue reivindicando su vigencia.

Los Olimareños, 60 años después
El Pepe en alguna ocasión trastabilló con la letra. En otro momento una guitarra no sonó como quizás lo hacía años atrás. Pero ambos artistas hacen que uno olvide que son septuagenarios porque juntos, deslumbran con el mismo fulgor de antaño, con profesionalidad pero con enorme entrega, haciendo que sus seguidores, los de antes y los nuevos, agradezcan llenos de felicidad.
¿Cómo se explica que siga haciendo vibrar a miles una canción de Chicho Sánchez Ferlosio, que alude al enfrentamiento entre el gallo negro del franquismo (la versión hispánica del fascismo) y el rojo comunista en la Guerra Civil Española? ¿Cómo puede ser que el “Cielito” que escribió Mario Benedetti en 1969, aún pueda hablar del “abajo que se mueve” sin sonar ridículo o anacrónico para quienes escuchan? ¿Qué interpretan los que la escuchan y la cantan hoy, medio siglo después? ¿O el “Simón Bolivar Simón” escrito en los 60 por Ruben Lena, aquel que recuerda –tras enumerar los méritos del libertador venezolano– que en el sur está “la voz amiga, en la voz de José Artigas / que también tiene razón”? ¿Qué pasa cuando se escucha hoy el “Orejano”, escrito por el insólito poeta y subcomisario anarco Serafín J. García, que reniega de caudillos y de elecciones, y sugiere criar a los gurises “infieles / aunque el cura grite que irán al infierno”? ¿O cuando reflexiona que al traerse la china pal rancho “me he olvidao que hay jueces pa’ hacer casamiento, / y que nada vale la mujer más güena / si su hombre por ella no ha pagao derechos”?
Canciones inoxidables por razones misteriosas: canciones que hicieron que un dúo nacido seis décadas atrás y que llegó a ser –según afirman estudiosos orientales– “la propuesta musical más popular del Uruguay desde Carlos Gardel”, y que ha llenado estadios en la Argentina, pueda hacerlo aún hoy. Porque según ellos mismos, según el dúo, son esas canciones la razón de su éxito y de su permanencia. “Son las canciones. Aunque por supuesto, algo les debemos de haber puesto nosotros”, dice Pepe Guerra.
Y si usted está leyendo esta nota, que habla sobre ese dúo, no es casualidad. Si llegó hasta acá en una época en la que la mayoría de las personas solamente leen títulos y copetes (y por desgracia creen que con eso alcanza para estar informado o tomar posición) es que usted no es de ésos. Pero además sabe quiénes son Los Olimareños.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Canciones inoxidables por razones misteriosas: canciones que hicieron que un dúo nacido seis décadas atrás y que llegó a ser –según afirman estudiosos orientales– “la propuesta musical más popular del Uruguay desde Carlos Gardel”, y que ha llenado estadios en la Argentina, pueda hacerlo aún hoy.[/blockquote]
Sesenta años. Seis décadas. 1960. El 80 por ciento de las personas que viven hoy en la Argentina no había nacido aún cuando Braulio López y José Luis Pepe Guerra formaron aquel dúo en la ciudad uruguaya de Treinta y Tres, a orillas del río Olimar, y de ahí el nombre.
Después de muchos años distanciados, volvieron a reunirse en 2009, con un show multitudinario en el estadio Centenario de Montevideo. Aunque ellos dicen que nunca se separaron: “Yo no lo llamo así, sino que cada tanto descansamos”, explica Braulio López. Hicieron varios recitales (incluso en la Argentina), y desde entonces, “descanso”. Muchos mitos rodean al dúo: que no se hablan, que se pelearon feo, que se juntan solo por necesidad. Nada de eso le importa a los miles que se conmueven y disfrutan de antemano al enterarse de una nueva actuación, de una nueva oportunidad para verlos, en Buenos Aires o en Montevideo, en Cosquín o en Paysandú.
Presencié el último show, el pasado 20 de abril, en el Anfiteatro del Río Uruguay, en Paysandú, ocho años después de su última actuación allí. Ante varios miles de personas Braulio López y Pepe Guerra brindaron una treintena de canciones, todas emblemáticas, todas coreadas por la mayoría, y una buena parte cantadas de punta a punta por muchas de las personas presentes. “Todas son hits”, dijo una mujer cuando alguien a su lado calificó así a la que estaba sonando (“Los dos gallos”… aunque en serio podría haber sido casi cualquiera otra). Pero vamos de a poco.
La noche se había puesto muy fresca y la previa había sido larga, aunque con buenos espectáculos: Diego Sosa, Juan Mendiverry y Chacho Ramos, todos cumpliendo bien con su parte. Aunque acá cabe mencionar especialmente la presentación de la gran Laura Canoura: un espectáculo de primer nivel, con poca relación con lo que venía después, que no obstante el público apreció con respeto y buena disposición. Y que terminó aplaudiendo de pie, porque Canoura realmente está en el mejor momento de su trayectoria: cantando como los dioses, con un repertorio muy acertado, una banda ajustadísima, y un tino sin igual para incorporar una canción propia (la milonga “Alfombra roja”: “Me levanté decidida / no voy a aguantarte más / no esperes alfombra roja / para rajarte de acá”.) Una canción que le permitió entrar en el corazón de todas (absolutamente todas) las mujeres presentes, y también de muchos hombres, algunos que valoran la lucha feminista pero también muchos otros por el sentido del humor y la calidad.
Luego vino lo esperado. Con algunas demoras en el inicio, porque la guitarra de Braulio no se escuchaba en el monitor del escenario. Y tras arrancar con “Del templao”, las canciones de siempre de Los Olimareños fueron sucediéndose sin que hablaran demasiado los artistas. Vestidos de negro ambos, el Pepe con su gorra de siempre y sentado casi todo el espectáculo, Braulio de pie. No era necesario hablar, y lo hicieron solo en la medida justa: apenas algunos juegos de palabras en relación con los problemitas de sonido. El público empezó a pedirle canciones desde el primer minuto y muchísimas personas registraban el momento con sus celulares, en un clima de gran emoción, pero también de alegría.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El sonido es el de siempre: la inconfundible forma de tocar las guitarras, y el extraordinario trabajo vocal en el que pareciera que el tiempo transcurrido los mejoró en lugar de afectarlos.[/blockquote]
Sí, alegría era lo que se veía en los rostros de la gente presente, en su gran mayoría sanducera, pero con presencia numerosos argentinos del otro lado del río, que no desaprovecharon la oportunidad; un público compuesto por adultos predominantemente, pero con buena presencia de jóvenes. Y las caras de felicidad. La sensación es que toda esa gente está convencida de que volverá a verlos pronto, que Los Olima tienen para rato. Quizás por eso la emoción era tan serena y sin nostalgia o melancolía. “Estoy tan contenta, y tengo la garganta apretada a la vez”, definió una cuarentona presente.
Los Olimareños se presentaron con otros cinco músicos (batería, teclado y acordeón, percusión, guitarra y bajo), que le dieron al espectáculo un marco de profesionalismo y excelencia. El sonido es el de siempre: la inconfundible forma de tocar las guitarras, y el extraordinario trabajo vocal en el que pareciera que el tiempo transcurrido los mejoró en lugar de afectarlos. Los arreglos que eficazmente ejecuta la banda –integrada entre otros por el hijo de Guerra– hacen a la propuesta tan actual y disfrutable al oído, como irreprochable en lo técnico. Y con un condimento milagroso: sin perder nada de su esencia.
El Pepe en alguna ocasión trastabilló con la letra. En otro momento una guitarra no sonó como quizás lo hacía años atrás. Pero ambos artistas hacen que uno olvide que son septuagenarios (Braulio López tiene 77 y Pepe Guerra 75) porque juntos, deslumbran con el mismo fulgor de antaño, con profesionalidad pero con enorme entrega, produciendo un concierto memorable, que el público agradeció lleno de felicidad.
El impresionante repertorio que caracterizó a Los Olimareños está atravesado por la obra (tal vez no reconocida del todo fuera del Uruguay) de autores como Ruben Lena y Víctor Lima, o José Carbajal y Aníbal Sampayo, pero también con canciones de su propia autoría o popularizando en la región obras de otras latitudes del continente, con una preferencia por la música llanera venezolana. O tomando riesgos artísticos insólitos para la época como el legendario disco “Todos detrás de Momo”, de 1971, que creó la canción carnavalera e instaló lazos definitivos entre folklore y murga. No podía faltar, claro, la “Retirada” de ese disco (casi una descripción de lo que sucedía: “Suena antigua / Una música perfecta / Y en el cielo temblorosas / Lloran de amor las estrellas…”).
Y vinieron “La sencillita” y “De cojinillo”, “Nuestro camino” e “Isla Patrulla”, “Adiós a Salto” y “La niña de Guatemala”, “Angelitos negros” y “Ta llorando”. No podían faltar. Tampoco faltar el homenaje en los pagos de Sampayo, que llegó de la mano de las “Coplitas del pescador”. Y, entreveradas, aquellas que sesgaron para siempre el destino del dúo: prohibición, persecución, exilio, pero también el respeto, la solidaridad y la admiración de las viejas y las nuevas generaciones. Las canciones comprometidas “sobre todo con los de abajo”, como dice Braulio: “Simón Bolivar”, “Milonga del fusilado”, “Los dos gallos”, “Cielito del 69”.
[blockquote author=»» pull=»normal»]Todo pareció abonar la afirmación de Braulio López respecto del valor del compromiso en sus canciones: “No nos equivocamos, porque el tiempo nos dio la razón de que lo que pregonábamos es correcto: si no, no estaríamos haciendo un recital ahora. Eso para mí también tiene un valor.” [/blockquote]
El público agradecía todo el tiempo, se emocionaba o hacía palmas, se ponía de pie para enfatizar el sentimiento compartido. Después de “Orejano” los artistas agradecieron, empezando a despedirse. “¿Ya?” se preguntó todo el mundo. Pero aun faltaban los bises. Y el cierre, que fue con dos de las canciones más emblemáticas, dos himnos: “A mi gente”, de José Carbajal, el Sabalero, y “A don José”. Ésta última, concebida como canción escolar por Ruben Lena y convertida en vibrante homenaje artiguista, es cantada hoy hasta por los milicos en el Uruguay. No exagero: en 2003 fue declarada “himno cultural y popular uruguayo” por la ley 17.698 y hoy forma parte del repertorio del Ejército.
Es difícil saber qué porcentaje de la piel de los presentes no se erizó en el estribillo “Con libertad / ni ofendo ni temo…”. Todo pareció abonar la afirmación de Braulio López respecto del valor del compromiso en sus canciones: “No nos equivocamos, porque el tiempo nos dio la razón de que lo que pregonábamos es correcto: si no, no estaríamos haciendo un recital ahora. Eso para mí también tiene un valor.” En efecto. Tienen razón.
Fotos: Marcos Pereyra

Fortalecer los clubes para transformar el barrio
Los clubes son instituciones fundamentales de las comunidades barriales, que se basan en la cooperación solidaria y en la proximidad. Sin embargo, su subsistencia en tiempos de zozobra requiere del trabajo mancomunado con el Estado.
Los clubes suelen ser reconocidos por sus logros deportivos en el deporte profesional –el fútbol por sobre cualquier otro–, sus contrataciones rutilantes y ventas millonarias, o los tristemente numerosos hechos de violencia protagonizados por sus barrabravas. Estos despiertan la pasión de multitudes a lo largo y ancho del país, algunos incluso han alcanzado cierto reconocimiento y popularidad internacional. Encarnan una marca de identidad, afincada a un barrio o a una ciudad, pero diferente a otras: una identidad apasionada, desbordante, virulenta.
Detrás de esos gigantes (algunos con pies de barro), soslayadas y ocultas existen otras instituciones sociales y deportivas, quizá de menor envergadura, pero cuya importancia social y cultural no se debe subestimar. Estos clubes son el resultado de una densa trama asociativa que hunde sus raíces en una tradición, en ocasiones, más que secular. Frutos de la más virtuosa convergencia solidaria, han proliferado hasta en los rincones más recónditos. En el corazón de cada barrio anida un club. Es el sueño de antiguos fundadores, pero también el trabajo de todos los días. Sin el esfuerzo cotidiano, el sueño puede truncarse.
[blockquote author=»» pull=»normal»]El acompañamiento a los clubes por parte de la gestión pública debe ser cuidadoso, ni la intromisión directa ni las dádivas económicas son suficientes para fortalecer instituciones que dependen del vigor y la fortaleza de su comunidad societaria. [/blockquote]
La ciudad de Rosario, como en otros rubros, es prolífica en clubes e instituciones semejantes. Cuenta con más de 400 en todo su territorio, de variada dimensión, antigüedad y características, que desarrollan su actividad en diferentes puntos de esa populosa urbe de más de un millón de habitantes. Como muchas otras instituciones de la sociedad civil, que requieren del pulso y el aporte de sus socios para subsistir, los clubes sufren los embates de una realidad social y económica que, como bien sabemos, en nuestro país no da mucho respiro. Las recurrentes crisis económicas no sólo son perniciosas para el normal funcionamiento de los clubes barriales, sino que se ven agravadas por sus efectos capilares, más imperceptibles pero indelebles, que erosionan lentamente la trama social y atentan contra las prácticas solidarias que son el cimiento de cualquiera de ellos. La manutención y recuperación de estos espacios de reunión comunitaria requieren de un esfuerzo sostenido para revitalizar los lazos e ímpetu que años atrás les dieron origen.
El concepto de estatalidad que hay detrás del apoyo y promoción de los clubes y otras organizaciones sin fines de lucro es muy específico. Implica un rol activo del Estado que debe ir mucho más allá de un desembolso puntual de dinero, a modo de ademán demagógico, y que requiere de un acompañamiento sostenido y que debe tener siempre como protagonistas a los involucrados. El Estado no puede, y probablemente no debe, suplir a los socios y dirigentes de los clubes, sino acompañarlos para que sus esfuerzos no se enfrenten a obstáculos insalvables que pueden hacer naufragar empresas plenas de buenas intenciones y sacrificios. El gobierno de Rosario, haciendo gala de sus banderas progresistas y socialistas, ha tomado esto como un desafío prioritario y sostenido en el tiempo, incluso a contracorriente del rumbo escogido por sus pares de otras administraciones.
El acompañamiento a los clubes por parte de la gestión pública debe ser cuidadoso, ni la intromisión directa ni las dádivas económicas son suficientes para fortalecer instituciones que dependen del vigor y la fortaleza de su comunidad societaria. La ayuda debe provenir a modo de asesoramiento primero, atento a las demandas y necesidades de los actores involucrados. La asistencia económica viene luego, pero es preciso que esta ayuda sea adjudicada de modo transparente y sin favoritismos. “El Estado tiene que estar presente, ser cercano. Lo que hacen ellos es no dejar morir los clubes” explica Analía, directiva de Atlantic.
“Muchos clubes por la Dirección de Clubes han revivido”, nos dice Jeremías (Suderland), en parte reconstruyendo su propia experiencia y el asesoramiento que recibió para ordenar institucionalmente su club. La regularización de los clubes fue un proyecto que sirvió de coartada para la gestión municipal y provincial para estrechar vínculos y, al mismo tiempo, ofrecer la posibilidad, una vez concretados los pasos necesarios, de acceder a una serie de programas y subsidios para concretar obras de infraestructura, impensables de otro modo. La estrella de este proceso fue el Plan Abre, orientado a fortalecer barrios considerados prioritarios y principal motor de la consolidación de muchos de estos clubes. “Después del proceso de normalización, como barrio priorizado, pudimos acceder al Abre”, cierra Jeremías.
[blockquote author=»» pull=»normal»]“El Estado tiene que estar presente, ser cercano. Lo que hacen ellos es no dejar morir los clubes” explica Analía, directiva de Atlantic.[/blockquote]
“Para los clubes de barrio se hace muy difícil el avance estructural o en infraestructura. La buena administración solo puede sostener el día a día” nos comenta Emiliano, Director de Clubes de la ciudad de Rosario y principal nexo con los dirigentes. En el mismo sentido, Oscar, dirigente del Libertad y su antecesor en el cargo, señala: “El Club Libertad fue el primer beneficiario del Plan Abre, si no fuera por el Abre hubiera sido muy difícil llegar a eso, casi imposible”. De alguna manera el plan ofrece al gobierno una posibilidad de involucrarse directamente en el fortalecimiento de los clubes a través de medidas concretas, auditables y visibles, y a los clubes la posibilidad de encarar obras que, dadas las condiciones actuales, serían imposibles de realizar de otra forma.
“En 2015 pudimos entrar al Plan Abre, con el Plan Abre pudimos hacer el tinglado que está en la cancha, para este club que no tenía ni vidrios en la ventana, que era como un baldío”, nos dice Esteban mientras almorzamos en el buffet recuperado del club Unión Central, más conocido como “La Carpita”. Y continúa: “Eso también ayudó mucho a que le diera visibilidad al laburo que veníamos haciendo para el barrio, porque para la gente del barrio estaba estigmatizado. Y esa obra grande hizo que se tome real dimensión del laburo que veníamos realizando, se acercó mucha gente”. En Social Lux la opinión es semejante: “Sin el apoyo de la Provincia y de la Municipalidad no hubiéramos podido avanzar por nuestros propios medios”, explica “Tucu” mientras nos muestra las obras que pudieron concretar. Lo mismo señala Analía, de Atlantic: “Lo que hicimos acá en el club no lo hubiésemos podido hacer si el Estado no estaba presente”.
El trabajo con los clubes no se limita al apoyo económico, que es necesario y mucho, sino que tiene su piedra basal en el acompañamiento y la formación, sobre todo para los dirigentes más jóvenes o inexpertos. Juan, el muy joven presidente del Club Atlético Calzada, relata: “Desde que empecé –experiencia como dirigente: cero– siempre tuve línea directa con la Dirección de Clubes, para lo que sea en cuestión de asesoramiento o consultas. A mí me sirvió un montón. Otra cosa fundamental que me sirvió fueron unos seminarios para nuevos dirigentes que dictó la Municipalidad de Rosario y eso fue clave para mí en muchos aspectos, la innovación, la comunicación, ideas para el club”. En el mismo sentido, Jeremías (Suderland), observa que a través de los seminarios “se está logrando jerarquizar la labor del dirigente del club, darles herramientas para que se puedan manejar. Estas son nuestras primeras incursiones en los clubes”.
Los clubes son instituciones con una larga historia en nuestro país, resultado del trabajo comunitario de miles de personas que decidieron unir sus esfuerzos para dotarse de un espacio compartido, para realizar actividades deportivas, para reunirse, para encontrarse. Para los socios es un lugar de encuentro, de contención y formación para los más jóvenes, un lugar donde construir desde el altruismo y la solidaridad, por fuera de las lógicas individualistas y egoístas que rigen nuestra gris cotidianeidad. Para el Estado es la posibilidad de fortalecer los lazos de solidaridad y la participación desde organizaciones insertas en el entramado social, a través de ellos se puede llegar a lugares y resolver situaciones que de otro modo sería imposible.
[blockquote author=»» pull=»normal»]“No hay Estado ni ninguna entidad privada que puedan tener esa red que tienen los clubes. Y el rol que tienen los clubes, así lo quisiera hacer el Estado, es imposible realizarlo, sería imposible absorber esa red”, sintetiza Emiliano, Director de Clubes de la ciudad de Rosario. [/blockquote]
“No hay Estado ni ninguna entidad privada que puedan tener esa red que tienen los clubes. Y el rol que tienen los clubes, así lo quisiera hacer el Estado, es imposible realizarlo, sería imposible absorber esa red”, sintetiza Emiliano esta experiencia. Fortalecer los clubes requiere un rol activo del Estado, pero sobre todo la participación de los socios para revitalizar el espíritu de solidaridad que los forjó.
En el corazón de cada barrio anida un club, algunos saludables y vigorosos, otros lacerados por años de deterioro y abandono. Priorizarlos, defenderlos y apoyarlos implica toda una serie de principios y valores, un modo de concebir lo social diferente, un sentido de lo colectivo horizontal, democrático y participativo. El desafío, en tiempos de desesperanza, es fortalecer los clubes para, de esa manera, transformar el barrio.