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¿Cómo fue la primera república española hace 150 años?

¿Cómo fue la primera república española hace 150 años?

Duró menos de un año. Fue una apuesta democrática y federal en respuesta a demandas populares. Avances sociales. Resistencia monárquica y represión.

Imagen publicada por la revista satírica La Flaca del 28 de marzo de 1873. Muestra el apoyo a la República Española por parte de las repúblicas —Suiza, Estados Unidos y Francia— y el rechazo de las monarquías y los imperios.

El 11 de febrero de 1873 se proclamó en las Cortes, Madrid, la Primera República Española. Hace, por lo tanto, ciento cincuenta años. Este régimen político duró escasos once meses pero supuso la primera apuesta plenamente democrática y federal en España, planteando además, la prístina legislación social en plena eclosión de la Primera Internacional y del empuje del incipiente movimiento obrero español. Período histórico, dentro del Sexenio Democrático (1868-1874). 

El 10 de febrero de 1873 abdicó el rey Amadeo I (Amadeo de Saboya) un monarca elegido cuando fue destronada la reina Isabel II en la Revolución de septiembre de 1868. Las Cortes, en sesión conjunta del Congreso y Senado, proclamaron la República por 285 votos contra 32 al día siguiente, pero este hecho no consiguió estabilizar la agitada vida política española, ya que a los problemas heredados –levantamiento carlista y guerra de Cuba-, se añadió en el seno del republicanismo la división entre unitarios y federalistas, que, a su vez, agudizaron las diferencias entre los moderados y los intransigentes a la hora de establecer el federalismo, ya fuera desde arriba, ya desde abajo.

Hay que tener en cuenta la presión social que vinculaba a la República con la necesidad de reformas importantes en favor de las clases populares, como eran la eliminación de los consumos -impuestos indirectos- o el sistema de quintas, sin olvidar las cuestiones salariales y de limitación de la jornada laboral.

Fuera del ámbito republicano y democrático, los sectores contrarios al establecimiento de un sistema político plenamente democrático trabajaban para liquidar la República, ya fuera desde el extremismo carlista, ya desde las posiciones monárquicas borbónicas alfonsinas.

Este régimen político duró escasos once meses pero supuso la primera apuesta plenamente democrática y federal en España, planteando además, la prístina legislación social en plena eclosión de la Primera Internacional y del empuje del incipiente movimiento obrero español.

La República tuvo cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.

En el período de Figueras se produjo un pronunciamiento por parte de los radicales, aunque fracasó. Este hecho motivó que Martos y Serrano huyeran a Francia. En mayo se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes en las que triunfaron los republicanos federalistas con una aplastante mayoría de 344 diputados sobre 391. En la primera votación se proclamó la República Democrática Federal.

Pi i Margall accedió a la presidencia de la República el día 11 de junio. El nuevo presidente fracasó a la hora de establecer, desde arriba, una estructura federal de forma ordenada. La insurrección cantonalista se extendió con gran rapidez en gran parte del este y sur peninsulares. Los cantones serían unidades políticas inferiores a partir de las cuales se debería formar la federación española, es decir, era un movimiento que pretendía montar la estructura federal desde la base.

El cantonalismo tuvo un evidente componente social reivindicativo, por lo que debe ser entendido, a su vez, como una reacción ante la posible derechización de la República. Alcoy y Cartagena fueron las principales ciudades que se proclamaron cantones. Fue muy complicado reprimir el cantonalismo, no sólo por su extensión sino también porque coincidió con la presión carlista.

Estos levantamientos provocaron la dimisión de Pi i Margall, a pesar de que intentó frenar el movimiento a través de una avanzada legislación social: regulación del trabajo infantil, abolición de la esclavitud en Cuba y un proyecto de reorganización del ejército.

PROYECTO CONSTITUCIONAL

Pi i Margall presentó a las Cortes un proyecto de Constitución para la República federal, aunque la discusión parlamentaria no comenzó hasta agosto, con Salmerón en el poder, cuando casi todos los cantones habían sido derrotados. Pero los graves problemas del período alargaron mucho el proceso constituyente. El Proyecto constitucional de 1873 recogía una estructura federal del Estado: España se organizaría en municipios, estados regionales y el Estado federal o Nación.

Además, se establecía la soberanía popular con sufragio universal. Por vez primera, se proclamaba la separación entre la Iglesia y el Estado. Esta Constitución nunca entró en vigor, pero tiene una gran trascendencia histórica porque diseñaba una democracia y un modelo de organización territorial no centralista.

En las Cortes se plantearon proyectos que, sin abordar una completa reforma agraria, promovieron cambios en la estructura de la propiedad que provocaron la alarma de los grandes propietarios.

Repasemos los proyectos: El 23 de junio se presenta una proposición de reparto de tierras a censo reservativo, solicitando la no inclusión en las leyes de desamortización de los bienes propios de los pueblos. En el mes de julio se planteó un proyecto de ley sobre venta a censo reservativo de los bienes de aprovechamiento común.

Proclamación de la república por la Asamblea nacional, Madrid, en la revista española «La Ilustración Española y Americana».

A principios de agosto una proposición de ley pedía la devolución a los pueblos de los terrenos de aprovechamiento común. Esta cuestión es importante porque la desamortización de Madoz dejó a los consistorios sin uno de sus pilares económicos y a los vecinos sin un recurso fundamental para vivir.

El 18 de agosto, por su parte, se propuso un proyecto de ley sobre reparto a braceros de terrenos faltos de cultivo. Dos días después se aprobaba la única ley en materia agraria, la redención de foros, posteriormente fue derogada por Serrano en febrero de 1874. Todos estos proyectos iban en la misma línea, a favor de los campesinos y jornaleros, pero, como vemos, o no llegaron a aprobarse, o fueron derogados inmediatamente en la Dictadura posterior.

La reforma agraria siguió siendo una de las grandes asignaturas pendientes, y tuvo que llegar otra República para abordarla, para luego frustrarse con el franquismo. La reforma agraria siempre fue un claro motivo de enfrentamiento porque tocaba una estructura de la propiedad harto injusta, y estaría entre una de las causas del posterior golpe del 18 de julio de 1936, que llevó a España a la Guerra Civil.

La reforma agraria siempre fue un claro motivo de enfrentamiento porque tocaba una estructura de la propiedad harto injusta, y estaría entre una de las causas del posterior golpe del 18 de julio de 1936, que llevó a España a la Guerra Civil.

La Primera República también se preocupó de las relaciones entre los trabajadores y los patronos. Recordemos el miedo que generó en la burguesía española la llegada de la Internacional y la reacción de la misma en tiempos de Amadeo de Saboya. El 14 de agosto se presentó un proyecto de ley sobre Jurados Mixtos que pretendía establecer un instrumento para la resolución de los conflictos laborales entre los empresarios y los obreros.

Anteriormente se habían planteado algunos precedentes, pero ahora se pretendía elevar la cuestión a rango de ley y de forma general para todo el país. El 24 de julio se aprobó la Ley sobre protección del trabajo de los menores de dieciséis años, y dos días después se estableció la Ley sobre protección del trabajo de niños en los circos.

Salmerón se convirtió en presidente en el mes de julio. Su objetivo fue restablecer el orden y envió el ejército para sofocar el movimiento cantonalista. La represión fue intensa. En agosto casi todos los cantones se rindieron, aunque Málaga resistió hasta mediados de septiembre y Cartagena hasta enero de 1874. Con Salmerón, la República inició un viraje hacia posiciones más moderadas. Pero no duró mucho en su cargo porque dimitió por problemas de conciencia al no querer firmar sentencias de muerte impuestas por la autoridad militar.

LA CAIDA

Castelar alcanzó la presidencia en septiembre, representando el triunfo de la República conservadora. Aunque fue el presidente que terminó el proyecto constitucional federal, era defensor de una República centralista, por lo que postergó la discusión y aprobación del texto. Movilizó a los reservistas para intentar acabar con las últimas resistencias cantonalistas y las guerras cubana y carlista. Además, firmó las penas de muerte que Salmerón había rechazado, y permitió el regreso al país de los dirigentes de los partidos radical y constitucional, Serrano entre ellos.

El final de la República se precipitó cuando se reanudaron las sesiones de las Cortes el 2 de enero de 1874. Ese día, Castelar debía rendir cuentas de su labor de gobierno desarrollada desde su toma de posesión. El presidente defendió la importancia de separar la Iglesia del Estado pero no aludió a la necesidad de que se aprobase el proyecto constitucional. La cámara negó la confianza a Castelar y, por consiguiente, dimitió.

La posibilidad de que el poder recayese de nuevo sobre los federalistas ofreció un pretexto para el golpe de estado de Pavía, capitán general de Madrid, que en la madrugada del día 3 de enero ocupó el Congreso y disolvió la cámara. De esta manera se puso fin al régimen republicano, aunque oficialmente España siguió siendo una República hasta finales de año.

El general Serrano presidió un nuevo gobierno provisional (dictadura) que tuvo como objetivo restablecer el orden público, controlar a los carlistas y continuar la guerra en Cuba. En diciembre de 1874, el general Martínez Campos se sublevó en Sagunto y proclamó rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II.

Los intereses de la oligarquía española habían triunfado, aunque no a través del método que había diseñado Cánovas del Castillo para que regresara la monarquía a España.

Rap árabe: arte que se niega a ser silenciado por violencia y opresión

Rap árabe: arte que se niega a ser silenciado por violencia y opresión

El movimiento del hip hop en los países del medio oriente es vigoroso y comprometido con la libertad. Reivindica la paz y se viene plantando a los dictadores. Una revisión de hechos y autores a cargo un rapero argentino premiado como el mejor beatmaker del mundo.

«Somos artistas y activistas a partes iguales. Todos los que hacemos rap en Siria, o en cualquier país de Oriente Medio, somos activistas, aunque al mismo tiempo tenemos aspiraciones artísticas», afirma Bu Kolthoum, que es uno de los tres raperos de LaTlateh, el conjunto más relevante y valioso de Siria.

Todos los músicos de Siria conocieron la historia de Ibrahim Qashoush, quien luego del levantamiento civil de 2011 grabó la canción “Yallah irhal ya Bashar”, una sarcástica letanía contra el presidente del país, Bashar al-Assad, cuyo estribillo se coreaba habitualmente en las manifestaciones: «Vamos Bashar, vete».

La nueva generación de raperos sirios ha usado la música para criticar las atrocidades que se cometen en su país, durante la guerra civil.

El 4 de julio de 2012, el cantante fue asesinado. En un vídeo difundido por internet, se puede ver un boquete excavado en el cuello del cadáver; sus cuerdas vocales habían sido arrancadas. La nueva generación de raperos sirios ha usado la música para criticar las atrocidades que se cometen en su país, durante la guerra civil.

«Muchos artistas han sido asesinados por sus mensajes, por eso no puedes ser demasiado directo contra ninguno de los dos bandos en Siria. El peligro puede llegar de ambos lados. Nosotros no hemos tenido problemas con la policía hasta ahora porque no usamos nombre y apellidos ni somos explícitos», explicó Mouneer, conocido artísticamente como Bu Kolthoum. Ninguno de los raperos de Siria lo hace, de hecho. Tampoco pueden actuar en directo en su país, donde existe una larga tradición de ataques a la libertad de expresión.

RACISMO Y DISCRIMINACION

Bu Kolthoum, miembro de “Latlateh” y sus compañeros,empezaron a escuchar rap de Estados Unidos en su infancia y se identificaron intensamente con el carácter del hip hop como vehículo para transmitir los problemas de una cultura reprimida. «Hemos sufrido guerras, pobreza e invasiones.

Creo que el auténtico elemento que caracteriza todo el hip hop del Oriente Medio árabe es la verdad, representar nuestras raíces y nuestra realidad, quiero decir, proceder de esta parte del mundo y de un origen islámico supone que de entrada eres rechazado por el noventa por ciento de la población del planeta, incluso por parte de los otros países árabes que no son de Oriente Medio. ¡Es peor que el racismo contra los negros!».

Si el papel de internet y de las redes sociales fue fundamental en las protestas de la primavera árabe, es porque las voces y preocupaciones de las poblaciones se han oído a través de estas plataformas dentro de las fronteras, donde los derechos humanos y la libertad de expresión están amenazados, así como al exterior de las fronteras.

Los jóvenes fueron el núcleo de este cambio y quiénes lograron una visibilidad merecida, revelando y potenciando sus esfuerzos continuos, que cuestionó la percepción de apatía de la juventud, estereotipo que solo parece ser el reflejo de la languidez de un sistema global. 

El hip hop es hoy uno de los estilos musicales más globalizados, adopta los ritmos e idiomas locales siempre con la capacidad inherente de testificar la condición de una población y apoyar su lucha para un cambio social, las reivindicaciones de los pueblos árabes, el dolor y la esperanza de su juventud encuentra, gracias al rap, la forma pacífica de hacerse escuchar.

Los eventos mostraron a numerosos jóvenes líderes convirtiendo su frustración social en activismo político, con una conciencia fuerte de sus derechos y responsabilidades, como una generación abocada a construir futuro.

2011 fue un año en que los jóvenes impulsaron un movimiento global de autocrítica de las sociedades y de cambio social que abrazaba las preocupaciones locales, las identidades individuales y colectivas basado en una determinación inquebrantable, la creatividad inagotable de los jóvenes y el desarrollo de formas de poderes más colaborativos e integrados.

EL GENERAL DE LA REVOLUCIÓN DE LOS JASMINES

En diciembre de dos mil diez el joven cantante hip hop Hamada Ben Amor de 21 años. famoso bajo el nombre El General, lanzó su canción política “Rais Lebled” (un juego de palabras con «Rais-el-bled», que significa jefe del Estado). Está dirigida al presidente Ben Ali para protestar contra la corrupción y hablar del sufrimiento de su pueblo. Su éxito se potenció con la prohibición y rápidamente se convirtió en el himno de la revolución Jasmine, fue la voz que resonó en las calles de Túnez y dió energía a la gente para levantarse en defensa de sus derechos.

El General inspiró a otros artistas en otros países del Norte de África y Oriente Medio que hicieron música para apoyar su pueblo en las reivindicaciones para mejores condiciones de vida. 

El rapero egipcio Mohamed-el-Deeb es uno de ellos y se convirtió en voz importante de la plaza Tahrir y un símbolo de la revolución egipcia con su canción “Masrah Deeb”. Su música muestra que el hip hop en el mundo árabe no sólo es una adaptación del hip hop occidental sino un fenómeno local que abraza la cultura y da vida a un género único con su propia poesía. 

La música de Mohamed-el-Deeb dio energía a sus conciudadanos para luchar por sus derechos. Durante las protestas, el rapero cantó en la plaza Tahrir cuando un grupo de salafistas quería interrumpir su concierto pero un joven del público les pido que paren, lo que muestra de nuevo como la música da fuerza y convicciones a la gente.

Mohamed-el Deeb protagonizó las protestas del 25 de Enero de 2015 en Egipto contra el presidente Hosni Mubarak y demostró la influencia y el aprendizaje que hicieron los migrantes fusionando ritmos propios y del hip hop.

Canciones como la del rapero egipcio Mohamed Ramadan «Mafia» o la del libanés El Rass mantienen alta la vara en cuanto al rap como expresión contra hegemónica abordando temas políticos y sociales en su música, como la corrupción, la guerra y la migración.

En 2021 el rapero y activista político sirio Amer Matar lanzó una campaña llamada «Let the Voices Be Heard» para apoyar a artistas que están luchando por la libertad de expresión en Siria. La campaña tenía como objetivo crear conciencia sobre la difícil situación que enfrentan los raperos en el país y brindarles apoyo financiero y moral.

El rapero tunecino Weld El 15, es uno de los artistas más destacados y sus canciones han abordado temas como la corrupción gubernamental, la pobreza y la represión policial. En 2021, Weld El 15 se unió a otros artistas en una campaña para apoyar a los manifestantes palestinos en su lucha contra la ocupación israelí.

El rap árabe ha ganado masividad en los últimos años, gracias en parte a la creciente audiencia joven en los países musulmanes y la diáspora árabe en todo el mundo. Artistas como Yousra El Hawary, Marwan Pablo, El Rass, y muchos otros han logrado un gran seguimiento y han actuado en importantes festivales y eventos de occidente.

El rap árabe ha visto una mayor diversificación en cuanto a los estilos de sus artistas: los más jóvenes han estado experimentando con una variedad de influencias musicales, incluyendo electrónica, reggae, pop y rock. 

Canciones como la del rapero egipcio Mohamed Ramadan «Mafia» o la del libanés El Rass mantienen alta la vara en cuanto al rap como expresión contra hegemónica abordando temas políticos y sociales en su música, como la corrupción, la guerra y la migración. Las colaboraciones internacionales suman visibilidad como la que realizó el rapero tunecino Weld El 15 con el francés Sofiane en la canción «Bande organisée» o la realizada por el rapero argelino Soolking también  con el también francés Jul en la canción «Liberté».

EL RAP EN ÁRABE Y EL OCCIDENTAL DIALOGAN

Shadia Mansour es una rapera y activista palestina-británica nacida en Londres en 1985. Es conocida por ser la «Primera Dama del Hip-Hop Árabe» y por su compromiso con la causa palestina. Comenzó su carrera musical en 2003 y se convirtió en una de las primeras mujeres en hacer rap en árabe. Sus letras a menudo tratan sobre la vida en los campos de refugiados palestinos y la lucha del pueblo palestino por la libertad y la justicia.

En 2008 lanzó su primer álbum: «El Kofeyye Arabeyye». Incluye colaboraciones con artistas como M-1 (Dead Prez) y el rapero británico Lowkey. Desde entonces, ha lanzado varios sencillos y colaboraciones con otros artistas, incluyendo «Al Karama» con Narcy y «This is not a Love Song» con el grupo de punk británico The King Blues. Además de su carrera musical, Mansour es conocida por su activismo en apoyo a la causa palestina y ha hablado en varias conferencias internacionales y eventos relacionados con los derechos humanos.

En su juventud, Shadia Mansour formó parte de una banda de punk rock femenina llamada «Spitfire». En 2010, fue la primera artista árabe en actuar en el Festival de Glastonbury en Inglaterra. En 2011, participó en la grabación de la canción «Freedom for Palestine» con otros artistas, incluyendo a Lowkey y el rapero británico Doc Brown. También ha sido reconocida como una defensora de los derechos de los palestinos y ha utilizado su música para destacar los problemas que enfrentan. En 2020, Shadia Mansour fue elegida como miembro del jurado en el popular programa de televisión árabe «The Voice».

Shadia Mansour es una de las artistas más influyentes del movimiento de hip-hop en el mundo árabe. Pertenece a una generación que nunca vivió en el país de sus padres pero la sensibilidad y el arraigo con su cultura de origen es muy fuerte. “January 25th” es cantada por el rapero Omar Offendum (sirio-norteamericano) y The Narcicyst (irakí-canadiense), producida por Sami Matar (palestina norteamericana) con el apoyo de los cantantes Ayah, MC Freeway y Amir Sulaiman.

El hip hop es hoy uno de los estilos musicales más globalizados, adopta los ritmos e idiomas locales siempre con la capacidad inherente de testificar la condición de una población y apoyar su lucha para un cambio social, las reivindicaciones de los pueblos árabes, el dolor y la esperanza de su juventud encuentra, gracias al rap, la forma pacífica de hacerse escuchar.

Los zapatos de Cate Blanchett

Los zapatos de Cate Blanchett

Tár, película subyugante en torno a un personaje amoral, que se inserta con inteligencia en la conversación actual sobre el poder, sus abusos y la cultura de la cancelación. Todo del director Todd Field y la actriz nominada.

La actuación de Cate Blanchett le da vida a un personaje complejo, debate sobre el poder desde la actuación y tiene todos los números para seguir siendo premiada.

Lidya Tár usa zapatos negros, toscos, enormes, masculinos. Tiene gustos excéntricos que nadie objeta porque se trata de una estrella indiscutida de la música clásica internacional (es la primera mujer en ostentar el puesto de directora permanente de la Sinfónica de Berlín). Músicos, asistentes y mecenas le temen reverencialmente. Todd Field, director y guionista de Tár, nos entrega una película potentísima con uno de los personajes más complejos y provocadores de la historia reciente del séptimo arte. Para lograrlo cuenta nada menos que con Cate Blanchett, probablemente la actriz más subyugante de Hollywood. Sólo ella podía encarnar a Lydia Tár, una criatura bella y terrorífica, capaz de cambiar de piel como una peligrosa serpiente. 

Siguiendo la premisa de que a través de un detalle se puede revelar la identidad de un personaje, Field y Blanchett -ambos progenitores de esta criatura- nos dicen que únicamente Lydia Tár puede estar cómoda en esos zapatos. Hay por lo menos una decena de escenas en las que la perspectiva escogida por Field nos empuja a prestar atención al calzado grotesco que Lydia combina con pantalones ceñidos y elegantes. Son zapatos que han pisado muchas cabezas.  

Lydia Tár es un personaje totalmente inventado. Tiene logros que ninguna mujer en la música clásica ha conseguido en la actualidad. En una entrevista para New Yorker, el ensayista Adam Gopnik (que se interpreta a sí mismo) lee su currículum delirante y pregunta a la protagonista si siente pudor al escuchar mencionar todos sus éxitos. Esta es una gran escena inicial, que nos ayuda a entender con qué bueyes estamos arando. Pero a no confundirse. Tár no es una película que viene a decir que se puede romper el techo de cristal que tienen las mujeres en las esferas más competitivas y elitistas de la cultura. Al contrario, si hay alguien que no cree en ese techo de cristal es justamente Lydia Tár, porque ella se ha manejado siempre como se manejan los hombres. He aquí la primera reflexión a la que nos invita Field: el poder no tiene género, quien lo detenta tiende -tarde o temprano- a romper los límites hasta naturalizar el ejercicio abusivo del mismo. 

Tár es una película sobre el poder, sus excesos y la respuesta más corriente que las redes sociales han institucionalizado en la conversación pública: la cultura de la cancelación.

Tár es una película sobre el poder, sus excesos y la respuesta más corriente que las redes sociales han institucionalizado en la conversación pública: la cultura de la cancelación. A quien abuse de su poder -o se lo acuse de algún acto moralmente reprochable- lo espera una guillotina virtual deseosa de cortar cabezas. Lydia Tár parece ser consciente de esto mejor que nadie, cela cada palabra de su perfil en Wikipedia y atesora cada crítica que se publica sobre ella y su trabajo. 

En una fabulosa escena, Lydia Tár intenta hacerle entender a un estudiante que se niega a dirigir una obra de Johann Sebastian Bach, que lo que haya hecho el compositor barroco en su lecho marital nada tiene que ver con su música. La escena en cuestión contiene un plano secuencia orgánico, al servicio de lo que el autor necesita que entendamos. La cámara acompaña a Lydia y al joven desde una distancia dinámica y nos muestra, como si fuera sin querer queriendo, el movimiento frenético de una de las piernas del muchacho y los zapatos severos y contundentes de ella. En esta magistral escena, la actuación de Blanchett es hipnótica, logra hacernos sentir, como una serpiente cascabel, que el peligro es inminente, aunque aún falte mucho para el ataque.   

Lydia Tár está casada con Sharon, la primera violinista de la Sinfónica de Berlín, y juntas tienen una pequeña hija. Es un matrimonio frágil el de estas dos mujeres, llamativamente hetero-normativizado. Lydia se desenvuelve como el hombre de la casa y es abiertamente infiel. Su deseo sexual por jóvenes estudiantes y músicas es uno de sus tantos ribetes masculinos, de los que parece enorgullecerse. (Una mención hiriente a Plácido Domingo al principio de la película nos adelanta que Lydia Tár es una depredadora suelta y ni siquiera usa polleras). 

AMORALIDAD

La amoralidad de la protagonista es el nudo dramático de la película. Lydia Tár no es estrictamente una villana, aunque sí es una gran victimaria (hay un tema gravísimo que no conviene adelantar acá). Es una persona que, al parecer, no siente pesar por las consecuencias de sus actos, que no experimenta culpa ni remordimiento, pero que tiene otros padecimientos. Oye ruidos y sonidos extraños en su mente, que intenta referenciar afuera de su cabeza en vano. ¿Locura? Peor aún. Lydia Tár está escribiendo una sinfonía. Estos sonidos intrusivos se convierten en una carga más densa que la culpa. Entonces: ¿pueden las acciones privadas de un artista interferir sobre su obra? Lydia Tár está segura de que no. Sin embargo, su mente, de repente, empieza a albergar el terror. ¿Pero terror a qué?

La multiplicidad envuelve a Lydia Tár. Deja su corazón y todo su talento para lograr que la Sinfónica que dirige transmita cabalmente las loas al amor romántico que Gustav Mahler escribió en su Quinta Sinfonía. Pero cuando empieza a ser acechada por los rumores y acusaciones se vuelve una mujer negadora, incapaz de dar marcha atrás. ¿Dónde quedó el amor por la música que la llevó hasta el podio? ¿Ha perdido su sensibilidad?

La amoralidad de la protagonista es el nudo dramático de la película. Lydia Tár no es estrictamente una villana, aunque sí es una gran victimaria.

Un pequeño párrafo sobre la puesta en escena. Es asombrosa. La primera hora de película es puro nervio y eso que el rompecabezas con la información se va completando de a poco. En la segunda hora y media, la película se desliza hacia un thriller intelectivo y atrapante que nos recuerda al maestro austríaco Michael Haneke. Todd Field, que sólo tenía dos películas en su haber y llevaba quince años alejado de la industria, demuestra con Tár ser mucho más que un director dotado y se prueba con éxito el traje de autor. 

Field escribió Tár pensando en Cate Blanchett. La actriz no supo de ello hasta que le llegó el guión. Si digo que Lydia Tár es su principal papel sonará injusto con otras actuaciones superlativas de una artista que no tiene yerros. Pero créanme que lo es. Lydia Tár es el personaje más grande de su carrera. No solo porque en él recae el protagonismo excluyente del filme (no hay escenas en las que no esté Blanchett), también lo es porque le da la posibilidad de desplegar su capacidad silenciosa de cambiar una y otra vez de piel hasta cincelar una caracterización macabra y a la vez luminosa, despojándose del miedo de convertir a su criatura en un chiste. 

¿Chiste? Sí. Aunque los temas abordados en Tár van desde la solemnidad de la interpretación de la Quinta Sinfonía de Mahler a la caída es desgracia de la mujer más poderosa de la música clásica, el humor satírico tiene también su espacio sobre el final del metraje. Quien haya visto Blue Jazmine, película con la que Blanchett se llevó su último Oscar, seguramente entenderá y celebrará la broma. Sólo Cate Blanchett puede dar tanto. En unas semanas alzará una nueva estatuilla en Los Ángeles. Felicitaciones por adelantado, Cate. 

Mónica Fein: «No queremos el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos en la Argentina»

Mónica Fein: «No queremos el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos en la Argentina»

La presidenta del Partido Socialista, hace un balance de los avances en su gestión y define los objetivos para el próximo año. En el horizonte, un futuro de progreso, de movilidad social ascendente, de desarrollo, de empleo de calidad, un futuro sustentable.

La presidenta del Partido Socialista, Mónica Fein propone ejes para el desarrollo de una izquierda democrática reformista, progresista y republicana.

En 126 años, ser la primera presidenta del Partido Socialista es uno de los mayores honores de mi vida política. Además, electa por el voto directo y con el primer Comité Nacional paritario. Asumí el primer mandato y ahora la prórroga con el desafío de dar al Socialismo una voz protagónica. Es un momento político muy complejo del país donde pareciera que no hay espacio para matices y el diálogo para encarar un proceso de desarrollo e inclusión real.

Pero este período al frente del socialismo es un proyecto colectivo. Al frente del partido hay un equipo que combina la experiencia con la renovación, que trae una nueva agenda, que impulsó el protocolo contra las violencias de género, que pone sobre la mesa el debate del ambientalismo, la diversidad, el rol de las juventudes. Además, construyendo un programa progresista desde la Alianza Progresistas para las Américas, desde ciudades y comunas, desde cada provincia y desde el Congreso Nacional.

En esta construcción, la agenda de las mujeres y de la igualdad de género es prioridad. Por un lado, urge la aprobación de un Sistema Nacional de Cuidados. Es imperioso dar visibilidad a todo ese trabajo no remunerado del cual nos hacemos cargo principalmente las mujeres, para poder no sólo reconocerlo económicamente, sino también para establecer políticas que remuevan las barreras que aún existen y que impiden la real igualdad entre varones y mujeres.

Pese a los cambios que se ven, las mujeres aún enfrentamos muchas dificultades para lograr el pleno desarrollo de nuestro proyecto personal por la doble o a veces triple carga de las tareas de cuidado y el empleo fuera de ese ámbito.

PREVENIR LOS FEMINICIDIOS

Por otra parte tenemos que avanzar hacia un cambio profundo en lo que respecta a las masculinidades y cómo cierta concepción muy arraigada en la sociedad impacta en los altos niveles de violencia de la cual las mujeres somos las principales víctimas. Siguen siendo alarmantes los números de femicidios en todo el país y pareciera que el Estado no encuentra las herramientas para prevenirlos, para atender a las víctimas y para garantizar una vida libre de violencia.

Es un momento político muy complejo del país donde pareciera que no hay espacio para matices y el diálogo para encarar un proceso de desarrollo e inclusión real.

En tercer lugar tenemos que avanzar en la representación política de las mujeres. A pesar de haber ido alcanzando una representación paritaria, las mujeres seguimos ausentes de los espacios de decisión real. Es cierto que hoy la sociedad ya no tolera una foto de dirigentes sólo varones. Pero tampoco se resuelve con la inclusión decorativa de mujeres. Queremos que esa inclusión sea efectiva, se dé en los espacios de definición real de las políticas, los acuerdos y los presupuestos.

Como ejemplo de esos avances del socialismo y las mujeres, soy responsable de la  Presidencia de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Y, pese a que hay un virtual bloqueo por los antagonismos entre los bloques mayoritarios, hemos logrado tender puentes e incluir las voces de actores sociales para construir acuerdos en respuesta al VIH, los análisis para detectar las patologías congénitas, un marco legal a la enfermería, regular las residencias médicas y acompañar a pacientes y familias que atraviesan la atención de diversas patologías.

UN NUEVO SISTEMA DE SALUD

El horizonte está en buscar los consensos para un nuevo sistema de salud, que fortalezca el sector público, que coordine con los prestadores de obras sociales para garantizar el acceso en igualdad de condiciones a las personas entendiendo a la salud como derecho y permita el desarrollo laboral de los equipos de salud. Un sistema integrado y federal de salud

Pero es cierto que vivimos un avance de las derechas al tiempo que la propuesta socialdemócrata tiene retrocesos en todo el mundo. Estamos en un momento de enorme polarización en detrimento del diálogo para construir un modelo de desarrollo que garantice la igualdad de oportunidades para todas las ciudadanas y ciudadanos. Debilita a las opciones de izquierda democrática como la nuestra y la búsqueda de coaliciones progresistas.

Queremos un nuevo Estado, participativo, cercano, no el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos.

El debate se reduce a cero Estado versus Estado paternalista omnipresente. Son dos caras de una misma moneda que busca reducir libertades, la capacidad de decidir de las personas, impedirles el acceso a la educación y la salud de calidad, que son claves para poder construir el propio proyecto de vida autónomo. Proponen estar a merced de una dádiva de parte de algún líder o alguna lideresa “iluminada” o el sorteo de un sueldo a lo Milei para ver quién se salva solo. Son el empleo precarizado y el plan sujeto a la voluntad de algún puntero.

REFORMISTA, PROGRESISTA Y REPUBLICANA

Desde el socialismo queremos construir otro modelo. Un modelo que no niega la existencia del mercado ni su fuerza para la innovación y la creación de valor, pero que cree en un Estado que promueva la emancipación, la libertad de conciencia, las libertades individuales, pero que no deja de ver la concentración de la riqueza y las desigualdades que conlleva un mercado sin controles, sin un Estado presente. Allí siempre hay espacio para esa propuesta reformista, progresista, republicana.

Tenemos que poder generar las condiciones para que esa propuesta recupere su lugar en nuestro sistema político, como síntesis de las contradicciones que conlleva la confrontación permanente Una síntesis superadora que proponga al pueblo un futuro de progreso, de movilidad social ascendente, de desarrollo, de empleo de calidad, un futuro sustentable. Y nuestro país tiene todo para lograrlo.

El socialismo siempre ha pensado para la Argentina que el empleo sea la variable que agrega valor, donde la honestidad sea una práctica cotidiana en la política y en cada ámbito. Que la movilidad social ascendente devuelva la perspectiva de futuro que se ha perdido con un Estado con un sistema de protección social robusto y sólido. Queremos un nuevo Estado, participativo, cercano, no el Estado burocrático y prebendario que hoy tenemos.

No tengo dudas que si encontramos esos espacios de diálogo, si son honestos y sinceros, si logramos esos compromisos, hay un futuro maravilloso para el país.

Desde nuestro orígen impulsamos la transformación del Estado, legislación para proteger los derechos de las y los trabajadores, para garantizar que el capital no explote a las clases trabajadoras, para prevenir y sancionar la trata de personas y la violencia de género.

Impulsamos un sistema integral de cuidados o de licencias por paternidad o maternidad. Pero también reformas a la regulación del teletrabajo, el necesario debate para la construcción de un sistema integrado de salud, la implementación de programas para el acceso de niñas, niños y adolescentes a la educación, en momentos de alta deserción sobre todo después de la pandemia.

PROYECTOS PARA CADA TERRITORIO

Siempre desde el socialismo, desde cada experiencia de gobierno o parlamentaria, hemos impulsado la creación de espacios institucionales de consenso como espacios de diálogo, debate y consenso real donde la sociedad civil, los partidos políticos, las fuerzas productivas y los sindicatos encontremos los pisos básicos de acuerdo que permitan al país salir del estancamiento actual.

Pero para eso se necesita visión estratégica, se necesitan proyectos. Se necesita pensar en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones. No tengo dudas que si encontramos esos espacios de diálogo, si son honestos y sinceros, si logramos esos compromisos, hay un futuro maravilloso para el país.

No me resigno a pensar que la Argentina es un país o una democracia fallida. Como decía Hermes Binner no hay territorios sin futuro, hay territorios sin proyecto. Debemos construir esos proyectos y deben tener un consenso mayoritario, para que realmente se transformen en un punto de inflexión y nos encaminemos hacia ese proceso de desarrollo y bienestar para nuestra gente.

Aftersun: el ejercicio sanador de la memoria

Aftersun: el ejercicio sanador de la memoria

La película es un exquisito ensayo sobre los recuerdos. Unas felices vacaciones de un padre y su pequeña hija flotan como un témpano y el dolor permanece sumergido. Cuando recordamos, recreamos nuestra vida y que la tristeza sólo se construye sobre momentos de dicha. 

Callum (Paul Mescal) y Sophie (Frankie Corio), en las vacaciones de sus vidas. Una foto de los ’90 es la punta del iceberg de la memoria de una niña que contruye sus respuestas dirigiendo una película.

Aftersun fue una de las mejores películas de 2022 para la crítica y para la cinefilia mundial. Me atrevo a decir que será una obra que seguirá dejando huellas por mucho tiempo más. Estrenada en las últimas semanas de diciembre en la Argentina, esta ópera prima de la directora escosesa Charlotte Wells puede verse desde hace unos días en la plataforma MUBI.

Aftersun está narrada con muchísimo sigilo: sólo nos muestra la punta del iceberg y deja que los espectadores debamos interpretar con nuestras mejores armas qué es lo que esta historia nos plantea. Cuenta sobre unas pequeñas vacaciones de un padre (Callum) y su hija (Sophie). En las profundidades submarinas del relato está su verdadera naturaleza.

En apariencia, Aftersun es una historia delicada, de emociones contraídas y atravesada por la nostalgia. Pero, como decía, esto es solo la punta del iceberg. Charlotte Wells, que tiene un debut formidable con esta obra, propone un exquisito ensayo cinematográfico sobre la memoria y esto no es para nada simple, desde luego. Veamos.

Estas soñadas vacaciones de padre e hija en el mar Mediterráneo de Turquía suceden en los años ‘90. Por entonces, el padre es joven, tiene 30 años, y la hija tiene 11 años. Se llevan estupendamente bien, pero no viven en la misma casa. A la niña la cría su madre. Él ni siquiera vive en Edimburgo, se ha ido a Londres. En un momento de confesión intimista, casi como si fueran amigos de diferentes edades, le dice a ella que se siente una suerte de exiliado, que ya no podrá vivir nunca más en Edimburgo. Es un hombre sin tierra.

INDICIOS DEL DOLOR

Wells nos permite seguir esta historia, que bien podría haber sido una simple película de iniciación, un coming-of-age indie, a través de los ojos de la niña. Es ella la que todo el tiempo graba a su padre con una cámara digital que han llevado a Turquía. Su cariñoso y amado padre distante es la incógnita, es el misterio que casi como un fantasma recorre sus recuerdos muchos años después. Esas imágenes digitales y algunas polaroids serán obligatoriamente revisadas por la hija cuando necesite entender los hechos que no están narrados en la película para sanar tanto dolor. Hay indicios, nada más. El 90 por ciento del témpano está por debajo del agua.

Lo más probable es que la enorme mayoría de los espectadores no hayamos tenido un vínculo con nuestros padres como el que tiene Sophie con Callum, tan lleno de amor y a la vez tan frágil. Sin embargo, Aftersun sorprende porque cuando llegan los créditos finales todos hemos experimentado sentimientos íntimos; una enorme carga emocional se libera y algo del orden general o universal nos conmueve.

Paul Mescal se encamina a ser un grande del cine y nos aporta una interpretación sobrecogedora de un padre que se desvive por darle lo mejor a su pequeña hija mientras lidia con sus demonios.

La directora trabaja con su propia historia personal. Ella tenía 11 años y viajó con su padre de 30 a Turquía. Por eso Aftersun es un ensayo sobre la memoria, sobre el ejercicio de recordar y, justamente por esto, es una reflexión sobre la ficción. Porque cuando recordamos creamos sobre hechos difusos, buscamos significados hasta en los colores o en los sonidos. Recreamos nuestra vida.

El coqueteo con lo autobiográfico acerca aún más a Aftersun a una novela moderna. ¿Qué es lo que en realidad sucedió? ¿Cuánto es lo inventado? Wells, en una entrevista, afirmó que lo que realmente terminó armando la película no fue la representación de los hechos en los que se inspiró -aquellas vacaciones en Turquía con su padre- sino la persecución de los sentimientos que ella tuvo en ese viaje idealizado.

RECUERDOS

“¿Estuvieron bien tus vacaciones?”, pregunta Callum sobre el final de la película. “Las mejores. Quisiera haber tenido más tiempo. ¿Por qué no podemos quedarnos aquí? ¡No podemos vivir en hoteles por el resto de nuestras vidas!”, responde alegremente Sophie.

Charlotte Wells trabaja la puesta en escena con esmero porque Aftersun es una película atmosférica, no podría funcionar sin el cuidado de cada uno de los elementos que distinguen los años ‘90. Se vale con mucho tino de canciones himnos que atravesaron las dos últimas décadas del siglo XX. Para un espectador de más de 40 años es imposible no sintonizar con aquella alegría perdida. Tender, de Blur; Losing my religion, de REM; la arrolladora Under Pressure, de Bowie y Queen, que aportará significado al clímax de la película (una de las mejores escenas de baile en mucho tiempo).

Algo que no puedo dejar de remarcar. Aftersun es ese tipo de películas que son lo que son gracias a la química entre los actores. Paul Mescal se encamina a ser un grande del cine y nos aporta una interpretación sobrecogedora de un padre que se desvive por darle lo mejor a su pequeña hija mientras lidia con sus demonios. La debutante Frankie Corio refulge, fue escogida entre 800 niñas, es puro encanto.

En una entrevista, Charlotte Wells dijo que sólo se puede tener tristeza porque hubo antes algo que nos provocó dicha. Quizás sea esta la tesis de su película. Volviendo a la teoría del iceberg de Hemingway, lo que Aftersun nos muestra es una semana en la vida de estos dos protagonistas, marcada por la felicidad, pero lo que brilla implícitamente es una profunda tristeza. Por eso terminamos, como espectadores, a pura congoja.

NdE: El actor Paul Mescal está nominado al Oscar por su interpretación como mejor actor protagónico.

Represión en la Semana Roja argentina y apoyo del movimiento obrero español

Represión en la Semana Roja argentina y apoyo del movimiento obrero español

La policía del régimen conservador en 1909 avanzó sobre los manifestantes en el Día Internacional del Trabajo en plaza Lorea, en Buenos Aires. Cien heridos y el comienzo del una huelga general. Persecusión contra los anarquistas e inmigrantes. Solidaridad de la Unión General de Trabajadores en Madrid.

La represión del movimiento obrero en Argentina se incrementó considerablemente bajo la presidencia de José Figueroa Alcorta. La policía bonaerense se empleó con dureza en la manifestación del primero de mayo de 1909, con once muertos y un centenar de heridos. Pero también se persiguió a los obreros en el sepelio del día posterior. Fue el momento de la conocida como Semana Roja (recordemos que, en ese mismo año, pero en verano, se produjo la Semana Trágica en Barcelona).

En esa represión la figura clave fue el jefe de Policía de Buenos Aires, Ramón L. Falcón, un personaje que se distinguió por su dureza extrema contra el movimiento obrero. Terminó siendo asesinado ese mismo año, el 19 de noviembre, a manos de un jovencísimo anarquista ucraniano.

En la Argentina se generó en aquella época un intenso debate sobre la cuestión social entre las clases poderosas. A través de algunas políticas de ámbito social, seguramente más por un deseo de frenar al movimiento obrero que por una voluntad sincera de justicia. En este sentido, la propia Iglesia apostaba por el desarrollo del sindicalismo católico. Pero la represión no se aflojó.

LEY DE DEFENSA SOCIAL

Poco antes de las celebraciones por el centenario del país, en 1910, las centrales obreras proclamaron la huelga general. Como respuesta, el Gobierno decretó el estado de sitio, con centenares de detenciones y cierre de periódicos obreros. Se promulgó la Ley de Defensa Social que prohibía la entrada en la Argentina de los extranjeros que hubieran sido condenados por delitos comunes, los anarquistas y personas que defendiesen el ataque con fuerza o violencia contra funcionarios públicos, gobiernos en general o contra instituciones de la sociedad.

Pero, además, la Ley establecía la prohibición de toda asociación o reunión de personas que tuviera por objeto la propagación de las doctrinas anarquistas o la preparación e instigación a cometer hechos reprimidos por las leyes argentinas, procediendo a su disolución. La Ley sirvió como instrumento represivo muy eficaz contra los anarquistas o contra quienes fueran considerados como tales.

En España se protestaba contra la Ley de Defensa Social, considerando que era una disposición bárbara, elaborada por “la clase explotadora” de la República Argentina.

En todo caso, en algunos de los festejos del centenario, grupos anarquistas atentaron contra las fuerzas de seguridad, con el consiguiente decreto de estado de sitio, por lo que el centenario del nacimiento de la Argentina tuvo lugar sin el disfrute de todas las libertades individuales, y con un aumento tanto de la represión de las fuerzas de seguridad como de grupos activistas de la derecha.

El X Congreso de la UGT, celebrado en Madrid, en mayo de 1910 -es decir un año después de la Semana Roja-, coincidiendo con la visita a España del expresidente Figueroa Alcorta, se aprobó una proposición por la que se afirmaba que se veía con profundo disgusto dicha visita, considerando al expresidente como un “émulo del zar de Rusia”.

Además, se protestaba contra la Ley de Defensa Social, considerando que era una disposición bárbara, elaborada por “la clase explotadora” de la República Argentina. Por fin, se enviaba un fraternal saludo a todos los proletarios que en dicho país luchaban por el respeto de las libertades políticas y por la supresión del régimen capitalista.

La resolución de la UGT ha sido consultada en el número 1315 de El Socialista, de 26 de mayo de 1910.