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#NiUnaMenos: contra la violencia y por el aborto legal

#NiUnaMenos: contra la violencia y por el aborto legal

El feminismo salió a la calle contra la violencia machista y por el pedido de una ley de aborto legal, seguro y gratuito.

Desde temprano y con lluvia, un grupo de mujeres están paradas en la esquina de Callao y Rivadavia en la esquina del Congreso Nacional, el clima frio y con llovizna no las hace abandonar el lugar. Piden por la aplicación efectiva y nacional de la «Ley Brisa» en todo el país. Esta iniciativa que solo rige por ahora en CABA tiene como objetivo amparar a las víctimas colaterales de los femicidios con un aporte económico, equivalente al monto de un haber jubilatorio mínimo, hasta los 18 años de edad.

“Mi hermana, Jésica Olivera fue asesinada a golpes y apuñalada por su pareja, estamos acá pidiendo que nos escuchen y concientizando para que esta ley se extienda a todas las provincias” dice emocionada María Olivera, mientras otra mujer firma un petitorio que se inició en Rosario, provincia de Santa Fe. A su reclamo se suma el de la familia de Adriana Zambrano, asesinada en Palpalá, provincia de Jujuy, su hermana Mercedes y su hija Alejandra viajaron especialmente para para el «Ni Una Menos», casi 26 horas en colectivo para pedir justicia y también difundir el drama que representan los femicidios en el interior del país.

“Vamos chicas que tenemos que pelear todas juntas” exclama una mujer de aproximadamente 70 años mientras vende pañuelos verdes con las consignas de “Aborto legal, seguro y gratuito”.  Al mismo tiempo, un grupo de adolescentes llenas de brillantinas y pañuelos verdes se acercan a ese mismo punto cantando consignas en contra de la violencia.

Miles de historias se congregaron nuevamente en un abrazo colectivo y solidario lleno de sororidad en contra de la violencia machista y patriarcal. El grito de “Ni Una Menos” volvió a hacerse escuchar en diferentes puntos del país por cuarto año consecutivo.

Este año, y a días de llevarse adelante el tratamiento del proyecto por la ley de aborto en el Congreso de la Nación, los pañuelos verdes inundaron las calles de todo el país. Los reclamos y las consignas se hicieron eco también de la difícil coyuntura económica y social: la crisis económica, el desempleo y la represión en las protestas sociales también fueron denunciadas en la manifestación.

[blockquote author=»» pull=»normal»]“Vamos chicas que tenemos que pelear todas juntas” exclama una mujer de aproximadamente 70 años mientras vende pañuelos verdes con las consignas de “Aborto legal, seguro y gratuito”.[/blockquote]

“Este año es muy especial, ya que estamos a días de tener un debate histórico, donde el aborto por primera vez va a llegar a discutirse en el Congreso” dijo Marta Alanis, miembro histórica de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

“Somos un grupo del oeste de Buenos Aires y tenemos entre 16 y 18 años, estamos contentas de poder venir a reclamar por nuestros derechos y venimos a exigir el aborto legal, seguro y gratuito para todos los cuerpos gestantes, las mujeres ya no pueden morir por eso”, explica Carolina Vargas, estudiante secundaria.

La masiva manifestación se inició a las 17 horas y llevó adelante la concentración en Plaza de Mayo para luego marchar hacia la Plaza de los dos Congresos.  Después de la movilización, se procedió a leer el documento central, elaborado colectivamente en las asambleas preparatorias.

En primera instancia, el documento reclamó la aprobación del proyecto de ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en rechazo de aquellos “que buscan confundir proponiendo sólo la “despenalización”; y de manera contundente se expresó: “no a la objeción de conciencia como excusa para obstaculizar nuestros derechos”. Además de solicitar la separación de la Iglesia del Estado.

El mismo, además incluyó una denuncia contra los crímenes de odio y reclamo de justicia por el travesticidio de la activista Diana Sacayán y otras víctimas.

Frente a miles de presentes que alentaban a las oradoras, el documento fue leído por la periodista feminista, Liliana Daunes, Paula Arraigada del colectivo travesti/trans, Sandra Chagas de Afrodescendientes, Mariana Britos por Migrantes y Mónica Berrutti conductora del subte linea H, agredida en la última represión. El cierre estuvo a cargo de la Presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas.

Además del pedido del aborto, legal seguro y gratuito, el documento leído tuvo una fuerte impronta política centrada en las críticas al gobierno de Mauricio Macri por su política económica, pero también realizó una crítica al Poder Judicial y al sistema de salud, entre otras cuestiones.

EL DOCUMENTO COMPLETO

En 2015 la fuerza de nuestros pasos y nuestra voz corrió la tierra de su eje. Pusimos en marcha una revolución. En Argentina fuimos 1 millón de personas las que soltamos un solo grito: BASTA DE MATARNOS. NI UNA MENOS. VIVAS NOS QUEREMOS. El terremoto no se detuvo ahí. Hoy, por cuarta vez, las mujeres cis y trans, lesbianas, bisexuales y travestis estamos acá, y en todas las provincias de Argentina, para volver a gritar Ni Una Menos. Somos un movimiento potente, diverso, heterogéneo, que supo demostrar que cada violencia ejercida contra nosotras nace de la violencia que ejercen los Estados y gobiernos cada vez que nos someten a la explotación de nuestros cuerpos, cada vez que dejan nuestros derechos humanos sin cumplimiento, cada vez que repiten fórmulas económicas neoliberales y capitalistas que producen más hambre y violencia. Somos las que nos plantamos contra todos los gobiernos que quisieron y quieren imponernos un régimen de explotación, saqueo y hambre, en el que las más perjudicadas somos las trabajadoras, desocupadas y excluidas: las más pobres entre los pobres.

No somos víctimas, crecemos en la potencia de nuestra danza colectiva, Nuestros feminismos de lucha son latinoamericanos e internacionales como el puño en alto de las irlandesas que conquistaron el derecho al aborto. Una deuda de los Estados y los gobiernos que venimos a cobrar, por aquellas que en todos los rincones del planeta se rebelan y se organizan. Somos mucho más que las que estamos acá, somos las herederas de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, somos las luchadoras populares, somos las mujeres, trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, travestis, indígenas, afrodescendientes, migrantes, villeras y mujeres con VIH. Somos cada una de las activistas que iniciaron en 2005 esa lucha junto a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Somos quienes al tiempo que decimos que dejen de victimizarnos afirmamos nuestro derecho al placer, a decidir nuestros destinos, a disponer de nuestro tiempo, a no ser explotadas ni obligadas a cumplir los deseos que no son nuestros.

Nos plantamos contra el gobierno de Macri, alianza Cambiemos y los gobernadores, los empresarios y la justicia hegemónica, patronal, blanca, misógina, heteronormativa, racista, machista, patriarcal, neoliberal y capitalista de los ricos y los poderosos. Hoy venimos a esta Plaza frente al Congreso a decir que no nos van a disciplinar más, que no aceptamos que el Estado y sus poderes se crean dueños de nuestros cuerpos, que no aceptamos que nos digan cómo, cuándo, dónde y con quién vivir, parir, tener sexo. ¡Y les decimos que estamos haciendo historia! Nosotras vivimos y asumimos una responsabilidad con las que ya no viven. Nosotras nos organizamos para demostrarnos y mostrar a las que se sumarán mañana que juntas podemos tirar abajo el patriarcado y el capitalismo, y decir no al pacto ilegítimo que nos encierra en deudas que no vamos a pagar con nuestras vidas, y decir sí, una y otra vez, a la autonomía de nuestros cuerpos, sí al aborto legal, seguro y gratuito.

[blockquote author=»» ]»¡SIN ABORTO LEGAL NO HAY NI UNA MENOS! ¡NO al pacto de Macri con el FMI! ¡Ni Una Menos! ¡Vivas Nos Queremos! ¡El Estado es responsable!».[/blockquote]

¡SIN ABORTO LEGAL NO HAY NI UNA MENOS! ¡NO al pacto de Macri con el FMI! ¡Ni Una Menos! ¡Vivas Nos Queremos! ¡El Estado es responsable!

Eje 1. Sin #AbortoLegal No hay #NiUnaMenos. Que se apruebe el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, ¡no otro!

¡Queremos aborto legal ya! Con nuestra fuerza y movilización impusimos que se discuta en el Congreso nacional el derecho al aborto legal seguro y gratuito. Y con nuestros pañuelos verdes en alto exigimos que el Congreso apruebe el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo redactado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Rechazamos los proyectos de ley que buscan confundir proponiendo sólo la “despenalización”, ¡exigimos la legalización!

No queremos a las Iglesias metidas en nuestros cuerpos. Decimos no a la objeción de conciencia como excusa para obstaculizar nuestros derechos. Exigimos la separación de la Iglesia del Estado y el cese de subsidios a la Iglesia Católica y a la educación religiosa, que este año asciende a $32.000 millones. Nuestra demanda es integral: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

Exigimos que la legalización del aborto garantice su realización y cobertura en el plan medico obligatorio en Hospitales públicos y privados. Que incluya la producción pública del Misoprostol de calidad y autorizado para uso gineco-obstétrico para terminar con el monopolio que hace que hoy alcance precios exorbitantes, que nos garantice el acceso y distribución gratuita en el sistema público de salud y garantice su venta a precios populares en las farmacias.

¡Basta de obligar a parir a víctimas de violación! Aplicación inmediata del Protocolo Nacional Para la Atención Integral de Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo en todo el país. Presupuesto para garantizar los abortos no punibles en todos los hospitales del país.

Exigimos el sostenimiento de los Programas de Educación Sexual y de Salud Sexual y Procreación Responsable. Exigimos la reglamentación e implementación de la ley de Educación Sexual Integral. Queremos una educación sexual integral, laica y con perspectiva de género en todos los niveles y en todas las provincias del país. FUERA la Iglesia de la educación!

Denunciamos al Estado hipócrita que nos obliga a abortar en la clandestinidad muchas veces llevadas a arriesgar nuestras vidas por las mismas condiciones de vida de miseria y precariedad a las que somos obligadas a vivir en este régimen social. Exigimos el derecho a acceder a las condiciones materiales económicas y de salud para poder decidir si queremos o no ser madres.

Repudiamos a los gobiernos que mantienen prohibido el aborto en Latinoamérica y en particular a los gobiernos de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Haití, Surinam y República Dominicana que mantienen penalizado el derecho al aborto.Exigimos que se cumpla en esos países, y en el mundo entero, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo. La maternidad es una opción y un derecho de la mujer, no una imposición. Queremos que la aprobación del aborto legal en Argentina sea la punta de lanza de un movimiento que atraviese toda América latina ¡Ni una muerta más por abortos inseguros! ¡Respeten nuestras decisiones si no queremos parir!

¡Basta de obligar a parir a víctimas de violación! Aplicación inmediata del Protocolo Nacional Para la Atención Integral de Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo en todo el país. Presupuesto para garantizar los abortos no punibles en todos los hospitales del país.

Exigimos el sostenimiento de los Programas de Educación Sexual y de Salud Sexual y Procreación Responsable. Exigimos la reglamentación e implementación de la ley de Educación Sexual Integral. Queremos una educación sexual integral, laica y con perspectiva de género en todos los niveles y en todas las provincias del país. FUERA la Iglesia de la educación!

[blockquote author=»» pull=»normal»]»Denunciamos al Estado hipócrita que nos obliga a abortar en la clandestinidad muchas veces llevadas a arriesgar nuestras vidas por las mismas condiciones de vida de miseria y precariedad a las que somos obligadas a vivir en este régimen social. Exigimos el derecho a acceder a las condiciones materiales económicas y de salud para poder decidir si queremos o no ser madres».[/blockquote]

Eje 2. No al Pacto de Macri con el FMI. No al pago de la deuda externa. Abajo el ajuste de Macri y los gobernadores. Basta de despidos, suspensiones y represión.

Repudiamos la decisión del Gobierno de Mauricio Macri, de llevar adelante un acuerdo con el FMI que significa HAMBRE. Un pacto que significa ajuste, despidos, pobreza y precarización para el conjunto de la clase trabajadora y sobre todo para las mujeres, trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, travestis, indígenas, afrodescendientes, migrantes, villeras y mujeres con VIH. Denunciamos las exigencias que ese organismo, como el recorte del ya escaso presupuesto para salud y educación, áreas históricamente feminizadas y el quite de los regímenes especiales de jubilación. ¡Abajo la reforma jubilatoria!

Abajo la CUS y el proyecto hospitalario Sur, que pretenden la privatización de la salud pública. Decimos NO a la UNICABA y junto a los y las estudiantes terciarios.

Exigimos el no pago de la deuda externa y en su lugar mayor presupuesto para la implementación de políticas de género que contribuyan al cumplimiento de nuestros derechos. La deuda es con nosotras.

Estamos acá contra el ajuste del neoliberalismo magro que implementan Macri y los gobiernos provinciales. El ajuste nos recorta, nos precariza, nos quiere debilitar pero estamos juntas y nos sumamos a las luchas de lxs trabajadrxs del Estado, del Subte, de Telam, de Radio Del Plata, las docentes, del INTI, del posadas, de la línea 144, etc. Y apoyamos todaslasluchascontraeltechosalarialquepretendeimponerelgobiernoconel silencio cómplice de la burocracia sindical. Exigimos la apertura de las paritarias y rechazamos el techo salarial que nos quiere imponer un aumento muy por debajo de una inflación que en lo que va del año ya lo supera en un 10%. Rechazamos también los ítems de presentismo y productividad que resultan una quita salarial, sobre todo, para las trabajadoras, y rechazamos la persecución del activismo combativo por la burocracia sindical y los gobiernos nacionales y provinciales. Abajo el pacto fiscal. No a la modificación de los convenios colectivos ¡Decimos no a la reforma laboral que precariza nuestras vidas!

¡Desde esta plaza exigimos PARO GENERAL YA! Como dijimos en cada Paro, cada 8 de marzo, ¡NOSOTRAS PARAMOS, NOS PARAMOS! ¡aprendan del ejemplo del movimiento feminista que sale a la calle en forma unitaria para poner un freno a estas políticas que buscan la miseria económica y afectiva de las mayorías!

Rechazamos todas las formas de violencia laboral contra las mujeres, trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, travestis, indígenas, afrodescendientes, migrantes, villeras y mujeres con VIH. Porque las trabajadoras están expuestas al recorte de sus derechos, de sus salarios y sometidas a la amenaza del desempleo y al disciplinamiento de la productividad. Porque la desocupación crece dos puntos cuando se habla de mujeres, porque la brecha salarial es, en promedio, de un 27% y en el mercado informal se eleva a un 40%. Reclamamoselaccesoatodaslascategoríasenigualdaddecondicionesquelos varones. Basta de discriminación laboral, exigimos todos los derechos para las trabajadoras.

Vinimos para volver a decir que ¡Migrar no es un delito! ¡Ni una migrante menos! Exigimos la anulación del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2017 y la eliminación del Centro de Detención Migrante. Repudiamos el despojo violento de tierras de comunidades indígenas y campesinas, contra el extractivismo, contra la intoxicación por agrotóxicos que nos envenena y nos mata. Contra el racismo, la discriminación y xenofobia hacia las mujeres negras afrodescendientes, afroindígenas y afroargentinas a las cuales la trata esclavista obligó a participar del crecimiento del sistema capitalista que hoy enfrentamos. Exigimos la reparación histórica que se nos adeuda según la ley 26.856 “María Remedios del Valle Capitana de la Matria que gracias a su coraje contribuyó a la independencia de este país.”

Las mujeres con vih exigimos la promulgación de la nueva ley de VIH, ITS, y Hepatitis virales.Basta de reducción de presupuesto que nos garantiza prevención, profilaxis, medicación, adherencia al tratamiento y reactivos.Basta de violencia contra la libertad reproductiva.Basta de violencia ginecológica y obstétrica contra nosotras.

Somos más de 40.000!! El VIH no mata, el estigma y discriminación Sí. NO HAY MÁS TIEMPO!!

Basta de represión. Exigimos el desprocesamiento y la libertad de todxs lxs presxs politicxs. Libertad a Milagro Sala y todas las compañeras de la Tupac presas.

No queremos que las Fuerzas Armadas puedan tomar asuntos de Seguridad Interior, buscan allanarse el camino para reprimir la protesta social ¡Santiago Maldonado y Rafael Nahuel: presentes! Rechazamos el intento de Macri de reformar el Código Penal para encarcelar a las y los luchadores. Acompañamos a las y los trabajadores del subte que fueron duramente reprimidos por defender su salario. Nos plantamos contra los despidos a los metrodelegados y la violencia sufrida por todas las compañeras reprimidas, golpeadas y encarceladas por la Policía de la Ciudad. Exigimos el desprocesamiento de todos los detenidos de las jornadas del 14 y 18 de diciembre. Basta de Gatillo fácil en los barrios populares. No queremos más represión en las villas, ni allanamientos ilegales, golpizas y detenciones como las de Iván y Ezequiel, compañeros de La Poderosa.

Derogación de la ley antiterrorista, de los protocolos y todas las leyes represivas.

Desmantelamiento de las redes de trata y las fuerzas represoras del Estado y sus cómplices. Condena efectiva a los proxenetas. Creación de políticas públicas que acompañen a la ley de trata así como todos los instrumentos tendientes al acompañamiento jurídico y de protección integral a las víctimas y a sus familias. Denunciamos el cierre de los refugios para las víctimas. Basta de represión, persecución, abuso y extorsión policial a las trabajadoras sexuales y a las personas en situación de prostitución. Exigimos la derogación de los artículos contravencionales que permiten mantener detenidas sin orden judicial a cualquier persona y que criminalizan el ejercicio de la prostitución en 18 provincias. En especial el artículo 68 del código contravencional de la provincia de Buenos Aires.

Denunciamos la invasión del Estado genocida en territorios indígenas, basta de criminalizarnos y judicializarnos por la recuperación de territorio ancestral, basta de violencia institucional contra luchadoras y luchadores indígenas, basta de racismo y xenofobia. Repudiamos el modelo extractivista que sólo trae beneficios a las multinacionales y los Gobiernos cómplices del despojo. Basta de feminicidios y femicidios territoriales. ¡Nos queremos plurinacionales!

Eje 3. #Ni Una Menos. Basta de femicidios y travesticidios: el odio hacia las mujeres, las lesbianas, las travestis, las bisexuales y las trans es asesino. El machismo es fascismo.

Vinimos a esta plaza para pronunciarnos contra todas las formas de violencia machista. Una mujer es asesinada cada 30 hs y el gobierno de Macri y Fabiana Túñez congelan el presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres y asignan tan sólo $8 para la atención de cada mujer. Exigimos presupuesto para la aplicación de la ley 26.485 de erradicación de las violencias hacia las mujeres. Refugios seguros para las víctimas de violencia con atención psicológica y legal adecuada. Trabajo genuino y vivienda para las víctimas de violencia y sus hijxs.

Exigimos la reapertura y financiamiento de los espacios de atención por violencia de género en las municipalidades, en las Universidades y en cada espacio común donde la ley 26.485 prevé que se atienda a las víctimas. ¡Hay una ley, queremos que la cumplan!

Denunciamos al Poder Judicial de la República Argentina como uno de los brazos ejecutores del patriarcado. El Poder judicial es machista, misógino, racista, lesboodiante transodiante y nos invisibiliza, nos discrimina, nos revictimiza. Exigimos al Estado que se activen en forma inmediata los procedimientos de remoción y destitución de todos los jueces, fiscales y funcionarios judiciales que ejercen violencia de género institucional e incumplen sistemáticamente la ley 26.485 a casi 10 años de su sanción.

Frente a la violencia, el endurecimiento de las penas no disuade los crímenes contra la vida. Es demagogia punitiva ante la indignación social. No la invoquen en nuestro nombre. El grito de más cárcel no sirve para solucionar el problema de fondo. Pedimos políticas de prevención contra la violencia machista, educación con perspectiva de género, la capacitación de la justicia y respuesta estatal eficaz ante las denuncias. Nos solidarizamos con las compañeras presas entendiendo que el sistema las oprime doblemente: las estigmatiza por presas y por mujeres. Decimos no a la infantilización de las mujeres en las cárceles y no a la tortura psicológica.

[blockquote author=»» pull=»normal»]»Vinimos a esta plaza a declarar que nos queremos vivas, que tenemos derecho al placer, a vivir la noche con libertad y sin miedo, a gozar de nuestras sexualidades sin represiones, sin mandatos, sin acosos, sin jerarquías».[/blockquote]

Basta de represión, persecución, abuso y extorsión policial a las personas en situación de prostitución. Por el desmantelamiento de las redes de trata. Aparición de las pibas secuestradas. Cárcel a los proxenetas, policías y políticos involucrados. Reparación de los daños físicos, psicológicos y económicos ocasionados a las víctimas y a sus familiares.

Vinimos a gritar que ¡la hetero-cis-sexualidad obligatoria es violencia! Basta de crímenes de homo-lesbo-bi-transodio. Pedimos la implementación de la ley de identidad de género: acceso real al derecho a la salud integral, a las rectificaciones registrales expeditas, al respeto a la propia identidad. Exigimos el cupo laboral trans como ley nacional y una especial protección a sus infancias y a la vejez. Reparación histórica y reconocimiento al genocidio travesti trans, el Estado es responsable. Por la integridad, el respeto y la autonomía de los cuerpos gordos e intersex estigmatizados y patologización.

Exigimos que se tengan en cuenta en las políticas públicas a las mujeres con discapacidad.

Denunciamos la precarización que sufren las lesbianas mayores que llegan a la adultez sin vivienda y sin familia.

Basta de violencia ginecológica.

Vinimos a esta plaza a declarar que nos queremos vivas, que tenemos derecho al placer, a vivir la noche con libertad y sin miedo, a gozar de nuestras sexualidades sin represiones, sin mandatos, sin acosos, sin jerarquías. ¡Tenemos derecho a la fiesta y al amor, tenemos derecho al tiempo libre y a decir sí cada vez que queramos decir sí, así como decimos no cuando nos rebelamos ante lo que se impone!

¡Vinimos a esta plaza porque estamos hartas y estamos organizadas! Y ahora que estamos juntas exigimos justicia por el travesticidio de Diana Sacayán y de todas las compañeras asesinadas por crímenes de odio! Vinimos a gritar que no hay Ni Una Menos sin exigir absolución para Higui, para Mariana Gómez, para Yanina Faríaz, acusada por la justicia misógina estigmatizándola como mala madre y para Joe Lemonge, chico trans preso por defenderse del transodio patriarcal. No hay Ni Una Menos sin la exigencia de justicia para Marielle Franco, acribillada por las fuerzas de seguridad en Brasil bajo el gobierno de Temer. Para gritar fuerte Libertad para la adolescente palestina Ahed Tamimi.

No vamos a permitir que este régimen social capitalistas blanco, misógino, heteronormativo, racista y machista se lleve puesto nuestro derecho a habitar el mundo siendo quien queremos ser. Contra toda forma de explotación y opresión, llamamos a nuestras hermanas de todo el mundo a seguir luchando por nuestras vidas. Nuestro movimiento seguirá defendiendo su carácter anticlerical anticapitalista antipatriarcal e independiente del Estado y los gobiernos. Nosotras fuimos las primeras que le hicimos un paro nacional a este gobierno ajustador y ahora le Decimos NO al pacto de Macri con el FMI y exigimos a las centrales sindicales que convoquen a un paro nacional y plan de lucha para la derrotarlo. Vamos a conquistar nuestro derecho al aborto legal seguro y gratuito. Separación ya de la Iglesia y el Estado. Que este 13 de junio movilicemos todas al Congreso y que se pinte de verde toda América Latina. Sin #AbortoLegal no hay #NiUnaMenos.

La distopía ideológica

La distopía ideológica

Finalmente sucedió, hemos perdido la razón. Argentina desde hace años, entró en una etapa de mezcla en sus formas de pensar y entender la realidad y la política. Lo material se fue deteriorando delante nuestros ojos y elegimos verlo, pero solo por momentos. Prestamos atención a ciertas cosas en determinadas circunstancias, en otras, «finjamos demencia».

Hicimos del mundo que nos circunda un modelo para armar. Como aquellos libros que leíamos de niños de la saga «elije tu propia aventura», tomamos ideas políticas y sus significados y las amoldamos a nuestra conveniencia. No importa lo que digan los manuales, más importa lo que elijamos creer. Con las redes sociales y los dispositivos de conectividad esta realidad plana es casi total. Como nunca antes en nuestra historia, hay versiones de los hechos que no se tocan entre sí.

El costo que elegimos pagar para vivir conectados es desconectarnos de una parte de la realidad que nos rodea, la que menos nos interesa. En la era de la comunicación y cuando nunca fue más fácil hablar con alguien, nos sentimos solos. Es el fin de las ideas y las ideologías como se conocían, aquellos discursos esquemáticos y espesos, para muchos, atrasan. Hoy se busca una versión simplificada del mundo, sobre todo del mundo de las ideas. Hay izquierdas y derechas, pero de una forma distinta, menos precisa, un tanto livianas. No es necesario buscar especificidad en los conceptos. Lo que creemos tiene más peso relativo que lo que es.

«Hicimos del mundo que nos circunda un modelo para armar. Como aquellos libros que leíamos de niños de la saga ‘elije tu propia aventura’, tomamos ideas políticas y sus significados y las amoldamos a nuestra conveniencia. No importa lo que digan los manuales, más importa lo que elijamos creer.»

LAS VERSIONES DEL RELATO ARGENTINO

Hay tres versiones que se eligen para explicar lo que nos pasa. Dos que son de vieja data y una que se sumó recientemente. Un storytelling elegido para explicar los pesares económicos y sociales que tenemos es que la Argentina era justa y soberana y lo derrocan a Juan Domingo Perón, luego vienen 18 años de resistencia. El líder mítico vuelve y fallece en funciones. Al tiempo emerge la peor dictadura de todas. El plan económico de Martínez de Hoz y su deuda externa son el principio del fin, hay un Alfonsín que tuvo buenas intenciones, pero no pudo con la economía y reconoció una deuda fraudulenta. Finalmente, Menem y sus reformas neoliberales terminan de sellar el destino de la decadencia nacional.

Otra versión, cuenta sobre una Argentina de principios del siglo XX opulenta, pero injusta, que se democratiza y encuentra representación y prosperidad en eso. Luego la crisis de 1929 pone todo patas para arriba, se inician los golpes de Estado, años después aparece el peronismo como «hecho maldito» que tuerce el rumbo de la historia. En el medio hay dos grandes estadistas que son tardíamente reconocidos, también alcanzados por golpes de Estado hasta que se llega a la peor dictadura de todas. Desde 1983 a la fecha, se quiso cambiar todo, pero el peronismo siempre lo impidió, para luego cambiar todo para mal.

La nueva versión es más simple. La argentina de fines del siglo XIX y principios del XX era potencia hasta que se crea el Banco Central. Todo lo que vino seguidamente fue socialismo con la excepción de la experiencia Menem-Cavallo. De la parte económica de la dictadura no se habla demasiado, pero si se hace hincapié en que hubo una guerra y no fueron 30.000 los desaparecidos, utilizando el termino de «memoria completa». A las tres historias se les agregan otras cosas, pero son del tipo coyuntural, espasmódicas. No es casual que la última versión sea la más simplista, corta y rala. Cada una tiene su propio huevo de la serpiente.

En las dos primeras versiones del porque estamos como estamos, hay argumentos significativos que se pueden tomar para explicar el origen de algunos de los problemas que nos aquejan, eso no reviste discusión. La tercera surge en el marco de la irracionalidad ya consolidada, no tiene una trazabilidad histórica consistente.

Nadie podrá negar el impacto negativo de los golpes de Estado. Lo difícil que fue todo el proceso de democratización del país. Que las políticas económicas elegidas por la dictadura, sus crímenes seguidos de desaparición de personas, robo de bebes y haber llevado al país a una guerra sin sentido, fueron acontecimientos decisorios en nuestra historia. Tampoco se puede negar que las reformas llevadas a cabo por el Partido Justicialista, liderado entonces por Carlos Menem, tuvieron un impacto mayoritariamente negativo en la sociedad argentina. Innegable es también que el constante crecimiento de la deuda externa, desde 1975 a la fecha, es un limitante para el desarrollo. No voy a perder tiempo en analizar que todo empezó porque se creó el Banco Central y que todo lo que vino después fue socialismo, menos Menem-Cavallo. Lo único que puedo afirmar es que efectivamente ni Menem, ni Cavallo fueron socialistas.

No quiero irme tan atrás en el análisis, no creo que sea útil, al menos en este caso. Considero interesante tomar el periodo que va desde 1976 a la actualidad. Porque mas allá de algunos años, es mi propio tiempo histórico. En total desde el inicio de la dictadura a nuestros días, transcurrieron 48 años. Cada uno desagrega el tiempo a placer. El gobierno actual se apropia de 10 de esos 49 años reivindicando a Carlos Menem, el kirchnerismo hace lo propio con 12 años, pese a haber estado 16 en el gobierno y muchos de los aliados del gobierno actual tienen un desglose también particular, algunos reconocen como propios 8 de esos años, otros 12 y otros solamente 6.

EL PASADO FRAGMENTADO

En esta sociedad nadie se hace cargo del pasado completo, solo de los fragmentos que sirven a su propia narrativa. Tampoco ningún grupo se hace cargo de su influencia en el presente si las cosas no salen de la forma esperada. Todos comparten otra gran característica, pese a cualquier responsabilidad, se auto perciben como el futuro.

Lo concreto es que más allá de algunos años aceptables, todas las aventuras de los distintos gobiernos terminaron mal. Salvo Cristina Fernández de Kirchner, el resto recibió un país con más problemas que soluciones. El plan Austral de Alfonsín, la Convertibilidad de Menem o la salida de la convertibilidad de Duhalde y Néstor Kirchner, no duraron como algo «exitoso», más que un puñado de años. Ninguno de esos planes económicos sobrevivió a sus creadores.

«En esta sociedad nadie se hace cargo del pasado completo, solo de los fragmentos que sirven a su propia narrativa. Tampoco ningún grupo se hace cargo de su influencia en el presente si las cosas no salen de la forma esperada. Todos comparten otra gran característica, pese a cualquier responsabilidad, se auto perciben como el futuro.»

Los problemas actuales son de toda índole, se podría decir que la realidad complejizada nos desborda. La Argentina del siglo XXI reviste problemas culturales que no son debidamente atendidos. Desde aquel 2001 a nuestros días entramos en una etapa de confrontación incesante. Donde prácticamente todo fue puesto en tensión. Desde lo que se denominó la crisis del campo hasta el caché de Lali Esposito, todo fue llevado al plano de discusiones “decisivas”. Las diferencias son expresadas con beligerancia intensa, tan intensa que todo termina banalizado. Las cosas se transformaron en un blanco o negro, en amigo-enemigo y la idea del consenso o la moderación, es visto como tibieza política. En paralelo se consolido un formato de informativo para doña Rosa 2.0. Charly García rezaba en una famosa canción suya, «cerca de la revolución, el pueblo pide sangre». Una versión ajironada a nuestro tiempo seria, «cerca de la notificación el pueblo pide sangre».

Cuando se inició el nuevo milenio, el país estaba sumido en una crisis económica de envergadura. La convertibilidad había naufragado del todo y el sistema político de representación estaba estallado. Saqueos, Estado de sitio, varios presidentes en una semana y un anuncio de cesación de pagos de deuda externa salido de un guion de cine surrealista. El malestar social era percibido incluso por el más optimista, no se podía disimular. Hoy en día todas las variables económicas y sociales son peores que en el 2001. Lo eran también antes del 10 de diciembre del 2022. Muchas lo fueron en el 2018 y también lo fueron antes de Mauricio Macri. Con más pobreza, menos poder adquisitivo de trabajadores y jubilados, peor sistema educativo, peor sistema de salud, más personas que no poseen casa propia, más personas viviendo en asentamientos irregulares, menos acceso a la infraestructura de cloacas, red de agua o gas natural, con narcotráfico instalado y más inseguridad, sólo por nombrar algunos. Con todo ese coctel, el malestar social hace años es parcial y fluctuante. En casi todo lo que se mida, el país de hoy es significativamente peor que el del 2001. Sin embargo, como sociedad, aguantamos y creemos. Hay protestas, piquetes y manifestaciones, pero todo dentro de lo previsible y manejable. A fin de cuentas, todo termina siendo una discusión de caja.

20 AÑOS COCIDOS A RETAZOS

Cuando el kirchnerismo irrumpió en la escena política se presentó como algo nuevo, pese a ser los herederos del «milagro» de la recuperación de Eduardo Duhalde. Nobleza obliga, el ABC de la política así lo indica. Kirchner era alguien que venía de la Patagonia y apodaban el pingüino. En ese entonces se paseaba por todos los medios de comunicación con su traje cruzado desarreglado, un discurso de austeridad y cuentas públicas ordenadas. Aquella elección, donde el partido justicialista pactó una interna abierta, se proclamó presidente de la Nación a Néstor Kirchner.

Así se iniciaría este ciclo de 20 años, una nueva forma de entender la política, en sus formas y sus categorías. Los cambios iniciados en los años 90 seguían vigentes (y siguen) y con el avance de las nuevas tecnologías se condensa un caldo deformante. Acompañados por años de bonanza económica, el kirchnerismo inició lo que coloquialmente llama, su batalla cultural. A cuentagotas comenzó una tensión con los medios de comunicación y la puja por el manejo de los mismos. Periodistas fueron sacados de sus puestos, medios se convirtieron en adictos y otros en feroces opositores. La situación comenzó a vislumbrarse, pero termina de cristalizarse a partir de la crisis del campo. Fue su corolario la sanción de la ley de medios, consolidándose en los tiempos posteriores al deceso de Néstor Kirchner. Estos tiempos coinciden con la aparición, al menos en nuestro país, de las redes sociales a gran escala.

En marzo del 2009, salió al aire el recordado programa 6-7-8. Su nombre en números tenía una razón, el 6 era por la cantidad de panelistas, el 7 por el canal en que salía al aire (la TV pública) y el 8 porque se emitía a las 20 horas. Recordado por vanagloriarse de hacer periodismo de periodistas, sus innumerables informes fake news y por montar operaciones de prensa contra los disonantes del gobierno, aquella producción de contenidos audiovisuales sirve como botón de muestra de lo que luego haría el gobierno a gran escala. Tomando de forma parcial el concepto de hegemonía y bloque hegemónico de Antonio Gramsci, inicia su cruzada contra los medios de comunicación. Lo que buscó en un principio fue limitar las posiciones monopólicas de los medios más concentrados. Sancionó la mencionada ley de medios, que nunca se aplicó y luego genera medios «alternativos» con financiamiento del Estado. Como había cosas que la «corpo» no nos quería contar, le pagaban a alguien para que nos las cuente. Comenzó a ser habitual escuchar peronistas emocionales hablar de medios hegemónicos y de lo hegemónico en general. Doña Rosa, no me deje twitteando solo.

En paralelo que se puso en discusión a los medios informativos se introdujo otra controversia. Comenzó a discutirse sobre la verdad y sus formas. En base a ciertos preceptos filosóficos se difundió la idea de que la verdad a fin de cuentas es de quien más poder tiene para imponerla, para resumirlo muy livianamente. No es casual que en estos tiempos se escuchara tanto la frase, «esta es mi opinión y tenés que respetarla» o alguna variante parecida. Una versión simplificada de lo contra hegemónico.

EL PERIODO LÍQUIDO

Desde los años 80 estamos transitando lo que algunos pensadores han denominado la posmodernidad. Periodo que tiene varias características pero que vamos a sintetizar en palabras de Zygmunt Bauman como un periodo líquido. La modernidad era sólida, este periodo esta signado por lo opuesto, al menos en apariencia. Todo cambia y está en constante movimiento. Por eso tanta alegoría a que el movimiento es vida y a que debemos adaptarnos o reinventarnos. Son todas formas de decirnos que lo estático ya no es posible, por ende, las cosas se vuelven «impredecibles» en apariencia. En esos constantes cambios, la verdad esta alcanzada. Y en un uso excesivo de la interpretación, las cosas terminan siendo interpretadas a conveniencia. Si a eso le sumamos la idea de una autopercepción de amplio espectro, tenemos nuestra propia versión de «Un mundo feliz».

En estos tiempos la comunicación tiene más peso que nunca, ya no en la variante de la radio o la televisión como central, ni hablar de los diarios que prácticamente ya nadie lee. Los influencers del streaming han reemplazado en buena medida al periodismo. Generar tendencia en Twitter es fundamental y las historias de Instagram hasta explican libros. Se sigue necesitando que doña Rosa no los deje solos.

En esto de poner en duda lo que es verdad o mentira, apareció un término muy utilizado, la posverdad, algo así como una verdad emocional. Su fuerza radica en la cantidad de personas que la crean. Pero no como la resultante de un consenso en base a hechos, sino como una creencia contra cualquier hecho fáctico. Las categorías políticas también fueron tomadas por este método. El partido justicialista, de tradición católica conservadora se reconvirtió y sumó una versión liberal en los años 90. Luego y habiéndose negado a participar de la CoNaDeP y no colaborando en los primeros juicios a la junta, decidió sumar a su stock una versión de «izquierda» defensora de los derechos humanos. Autopercibiéndose contrahegemónico y progresista. Categoría esta última, que ya había sido adoptada por buena parte de la izquierda en el mundo occidental. Principalmente por culpa ante el fracaso del comunismo en lo referido a las libertades individuales. Tomando como propio ese paraguas, el peronismo deviene en esta versión que conocemos hoy. Para algunos una versión distinta del peronismo tradicional, para otros (entre los que me incluyo), como una cepa más con la misma denominación de origen.

«En estos tiempos la comunicación tiene más peso que nunca, ya no en la variante de la radio o la televisión como central, ni hablar de los diarios que prácticamente ya nadie lee. Los influencers del streaming han reemplazado en buena medida al periodismo. Generar tendencia en Twitter es fundamental y las historias de Instagram hasta explican libros. Se sigue necesitando que doña Rosa no los deje solos.»

Pero más allá de estas consideraciones, esta reversión de las cosas nos trajo hasta esta distopia ideológica que estamos viviendo. La ideología fue reemplazada por la moral y la política toma para si emociones en detrimento de la razón. De ahí que haya quienes hablen de ideología de género desconociendo al feminismo y otros que crean que el idioma inclusivo también tiene un correlato ideológico, o quienes crean que la posición sobre el matrimonio igualitario o el aborto sea una cuestión de ideologías. A eso le podemos sumar la eutanasia o la legalización de las drogas. Todos temas del orden moral, cuya posición es transversal y no necesariamente monolítico en una ideología, ni hablar dentro de un partido político. Eso que en otra época se hubiese entendido así, hoy ni siquiera es considerado. Se dejo de ubicar lo ideológico en lo material, para depositarlo en lo moral. Las verdades son emocionales dejando de lado a la razón. Por eso suele haber una melancolizarían de las personas ante los resultados electorales.

Los libertarios representan lo contra hegemónico de todo lo construido por el peronismo del siglo XXI. Se constituyeron en el alter ego de aquellos, dándole continuidad y profundidad a la distopia. El espacio autodenominado libertario reversiona la ideología liberal tradicional. Religiosos que están en contra del aborto y hablan de moral, se auto perciben paladines de la libertad, contraponiéndose a absolutamente todo (lo moral) que defendía la cepa kirchnerista del peronismo.

Se presentan como defensores del liberalismo y portadores de esa verdad como la única. Confían en las fuerzas del cielo como garantes del éxito a obtener y defienden la libertad de mercado incluso contra la razón. La generación de un mercado de venta de órganos o de niños, es llevar a un paroxismo adolescente cualquier concepción de libertad económica. El límite o la contradicción no son concebidos en este tipo de esquemas. El convencimiento performativo del lenguaje es tal, que decir en voz alta, esta libertad no, se ve como una herejía. En la misma línea van la sola idea de la crítica a la señora septuagenaria.

POPULISMO ENLATADO

Estas ideologías son de formato enlatado, se acepta todo sin critica. Ofrecen las justificaciones necesarias para hacer tolerable, lo que ayer era un pesar. Siempre hay algo peor que nos facilita justificarnos. Se constituyen en una cosmovisión que todo lo explica, que tiene las respuestas a todo. Aquello que no pueda resolverse, es por responsabilidad de otro. En esta distopia la característica neoliberal más presente es la de la tercerización. Así como las empresas o el Estado, tercerizan en otra empresa a su personal, el ciudadano de a pie hace lo propio con sus responsabilidades. Ya nadie quiere hacerse cargo, no parece ser necesario. Nadie lo exige.

El andamiaje de todo se basa en una necesidad fundamental, una otredad completamente equivocada. Un tercero responsable de todas las frustraciones y/o problemas que aquejan. Hay un adversario al que se lo percibe como enemigo y al que no es justo ni moral, darle la razón ni en una parte, por más mínima que esta sea. En esta Argentina distópica, la mirada del otro es inválida, no suma nada, incluso se la considera toxica. No hay lugar a los matices, salvo que convenga y al que está enfrente es mejor ni escucharlo. No se confronta con un otro, se confronta con una idea pre armada que se tiene de él. Ya sabemos lo que nos van a decir, para que vamos a perder tiempo en la escucha. Por eso es cada vez más común que uno se encuentre atrapado en conversaciones donde las personas te completan la frase o ya te responden antes de terminar. La mayoría de las veces ese completar esta cargado de distorsión. Escuchamos lo que necesitamos escuchar. «Ya sé lo que me vas a decir», es algo que se repite mucho. Estamos rodeados de telépatas.

Ambas facciones tienen la soberbia suficiente para considerarse el todo. Para unos lo no propio es la derecha y para los otros, los demás son la casta. Algunos nazis o comunistas, dependiendo del auditorio. No hay grises ni divergencia entre los que piensan distinto. O fuiste funcional a la derecha o lo sos a la casta. En esta alienación emocional que vivimos todo pasa, en buena medida, por las redes sociales. Millones de caracteres para discutir cosas que en realidad no les importan ni les cambian la vida. Al menos no de la manera en que se cree. Festejamos que el PAMI pueda hacer sus recetas en idioma inclusivo o que el ejército deje de usar dicho emergente. Lo que percibimos como la realidad no es más que una superficialidad cargada de emociones que de fondo no modifican absolutamente nada. Ni lo uno mejora el servicio de salud ni lo otro hace lo propio con las fuerzas armadas.

DOÑA ROSA 2.0

Es común en esta ruina escuchar la defensa de este tipo de gestos. Se utiliza la argumentación, en este caso positiva, de considerar esas cosas como «microcambios», como parte de la «micropolítica» o la «micromilitancia», una especie de idea de que en lo mínimo ocurren grandes cosas. Agregarle la palabra micro a las cosas confiando que eso oficia como una especie de «transporte» hacia una cosa mayor. Una lupa que busca la aguja en el pajar, pequeños grandes cambios. La idea de que un estado de WhatsApp o una historia de Instagram son actos militantes y/o denunciantes. La superficialidad teñida de una sofisticación que no se encuentra.

Todo esto no es más que una generación de contenidos para doña Rosa 2.0 que no descansa. Una usina que es necesario esté funcionando 24-7. «Los chinos van a poner 20.000 millones de dólares en inversiones», «campo vs. gobierno», el «#7D», «Fibertel dejo de existir», «a Nisman lo mataron», «Nisman se suicidio porque era corrupto», «el Papa fue cómplice de la dictadura», «el Papa es peronista», «el Papa es maligno», «el Papa cree en el ministerio de capital humano», «los fondos buitres y el juez Griesa», «pañuelo verde», «pañuelo celeste», «pañuelo naranja», «cuarentena si», «cuarentena no», «el surfer y su tabla», «la expropiación de Vicentin con su soberanía alimentaria», «la vacuna Sptutnik», «la de Pfizer», «el pacto de San José de Flores», «Lali depósito», «Lali Espósito», «las fuerzas armadas no pueden usar mas barba», y son sólo algunos que me vienen a la cabeza. Hay muchísimos más, todas cosas sin demasiado sentido ni resultados materiales, pero que cumplen su función.

Habilitan la posibilidad de discutir con un otro demente, que no solo piensa mal, sino que además quiere el mal para mí. Imperan las emociones y estas dictan las claves de la ideología. Las discusiones son impersonales y no requieren acción. La distancia nunca pierde su espesor.

Antes de esta era, el orden era visible. El marco conceptual era claro y las cosas se organizaban con solución de continuidad y en consecuencia con la exploración. Primaba la concepción del método científico y la famosa frase pienso (dudo), luego existo, era la que motorizaba la búsqueda y el análisis. Hoy en buena medida todo aquello cayó en desuso. La frase fue reemplazada por una versión más cómoda. Un método hecho a medida. Un modo que no requiere contrastación ni dudas. Uno simple, más take away. Creo, luego existo. Una sociedad donde los ateos ven conspiraciones, creen en un universo proveedor, constelan, hacen biodecodificación o ven en Leda o algún otro fenómeno parecido, que algo hay. Elijen creer.

En esta ruina en que habitamos, nadie quiere hacerse responsable de lo que pasa. Maniqueamente se transita el devenir sin culpas. Se encargan, mediante los medios que tienen a su alcance, de introyectar el odio y la división, es un todos contra todos. En esta distopia no hay lugar para causas transversales. No hay nada que pueda hacer mella suficiente para hacer comunidad. No parece posible tender puentes de entendimiento.

Como esta distopia es una alienación moral y emocional, no hay nada que indigne por igual, tampoco hay algo que alegre de la misma manera. Salvo un mundial o una cosa así, exógena de la cosa pública. Se ven cosas en el otro, que se omiten en el propio. O lo que es peor, se justifica con algo que hizo el que me cae mal, para defender al que me cae bien.

En esta distopia ideológica no importa lo que se hace, importa quien lo hace. Unos y otros creen ser superiores moralmente. Cada uno con su propia policía del pensamiento y su batalla cultural a cuestas. Transitan esto como una cruzada religiosa donde imponerse es lo único que queda. El otro siempre va a ser peor a cualquier costo. El mal, en nombre del bien. A través de la historia se han justificado las peores cosas siguiendo esa línea de pensamiento que en estas latitudes es la única elegida.

«En esta ruina en que habitamos, nadie quiere hacerse responsable de lo que pasa. Maniqueamente se transita el devenir sin culpas. Se encargan, mediante los medios que tienen a su alcance, de introyectar el odio y la división, es un todos contra todos. En esta distopia no hay lugar para causas transversales. No hay nada que pueda hacer mella suficiente para hacer comunidad. No parece posible tender puentes de entendimiento.»

Esto lejos de estar llegando a su fin esta en su fase superior de consolidación. La manipulación ideológica y las construcciones de verdades «alternativas» son necesarias para las fuerzas políticas en general, pero más todavía para las grandes estructuras que tensionan entre sí. Sus narrativas, aunque sesgadas y construidas en base a repetición les son útiles a ambos. El dislate propio suele ser el combustible que motoriza el sentido común del ajeno. Esta contraposición de «ideas» de forma viscerales es condición necesaria y suficiente para el funcionamiento de esta posdemocracia.

Es necesario reiniciar las cosas. No pretender volver a un pasado romantizado creyendo que fue mejor. Si volver sobre nuestros pasos y de camino ir desandando toda esta maraña emocional. Es necesario abrirle paso a la razón y despojarse de la debilitante idea de la moral como vector del pensamiento político. No es fácil, pero si necesario. Debemos cada uno de nosotros hacer un trabajo introspectivo a fin de poder identificar hasta donde está metida esta forma de entender. Aceptar nuestras contradicciones y dilemas. Asumir que por más atractivos que nos resulten los formatos ideológicos «enlatados», lo duro es la lata, lo que esta adentro nunca lo es.

Por más lindo y tentador que parezca, no se puede explicar la realidad como en un cuento con ilustraciones. Debemos retomar el camino de la formación y amplitud del pensamiento en sus formas tradicionales y probadas. Tenemos que hacernos cargo.

Referéndum en Chile: nueva encrucijada

Referéndum en Chile: nueva encrucijada

Este domingo 17 de diciembre Chile irá nuevamente a las urnas. El pueblo trasandino decidirá si aprueba o no una nueva Constitución. Cabe preguntarse: ¿Cómo se llegó hasta aquí? ¿Que está en juego en esta elección?

El plebiscito constitucional forma parte del cronograma del “Acuerdo por Chile.” Luego de la finalización de trabajo de la Constituyente chilena electa llamada Consejo Constitucional se decidió esta fecha para que los ciudadanos aprueben o rechacen la nueva Constitución.

DEL BOLETO DEL TRANSPORTE A UNA NUEVA CONSTITUCIÓN,

El estallido político y social de 2019 fue el puntapié inicial de este proceso. Lo que comenzó como una simple protesta por el aumento de un boleto de subte terminó en una rebelión contra el modelo económico, político y social vigente desde 1980.

Esta rebelión llevó a que el presidente de entonces, Sebastián Piñera, llamase a un proceso constituyente en vez de una mera reforma legislativa. La idea de modificar la Constitución de Chile se basaba en una suerte de saldo de deudas de el sesgo de esta, sancionada en 1980 durante la dictadura de Pinochet y tuvo pocas enmiendas desde entonces.

La consulta sobre la nueva Constitución finalmente se terminó haciendo en octubre de 2020 debido a la pandemia del Covid-19. El resultado fue que el 78% de los votantes quería que se redactase una nueva Constitución y el 79% quería que esa Constitución fuese hecha por una convención constituyente totalmente integrada por representantes electos por voto popular y no por una comisión mixta entre el Parlamento y representantes constituyentes. En esta consulta votó solamente el 50% de los habilitados, con una fuerte abstención por parte del electorado tradicional de derecha.

«El estallido político y social de 2019 fue el puntapié inicial de este proceso. Lo que comenzó como una simple protesta por el aumento de un boleto de subte terminó en una rebelión contra el modelo económico, político y social vigente desde 1980.»

En mayo de 2021 se llevó a cabo la elección de convencionales y el oficialismo, de derecha, fue duramente derrotado, obteniendo solamente un 20%, el resto de los representantes electos fueron por listas independientes, partidos de izquierda y representantes de pueblos originarios. La centroizquierda tradicional también sufrió una dura derrota, la ex Concertación solamente obtuvo un 15%. En esta elección la participación también fue baja, con un 43% de asistencia a las urnas.

NUEVO GOBIERNO, PROMESA DE CAMBIO

Fue el turno de las elecciones presidenciales, el descrédito y la baja popularidad de la política tradicional se hizo evidente. En la primera vuelta celebrada el 21 de noviembre de 2021 José Antonio Kast, del Partido Republicano, espacio ultraconservador fundado como una escisión por derecha del “piñerismo” quedó en primer lugar con el 27,9%. Lo secundó Gabriel Boric de la fuerza Apruebo Dignidad, una alianza de partidos relativamente nuevos, de corte progresista y partidos históricos como el Comunista y sectores del Partido Socialista, que obtuvo el 26%. Franco Parisi quedó tercero, un outsider sin planes muy claros en términos ideológicos; cuarto Sichel, de la Alianza de la derecha tradicional, llamada Chile Vamos, y quinto Provoste, de la Democracia Cristiana y un sector del Partido Socialista.

Se confirmó el panorama de ruptura del sistema de partidos tal como se conocía hasta entonces. En la segunda vuelta Boric logró ganarle a Kast con el 55% de los votos y parecía que Chile había dado una vuelta de página, buscando un nuevo destino de corte progresista y con más derechos sociales. Quedaba por delante la aprobación de la nueva Constitución por votación popular.

Una vez terminado el debate constituyente, la redacción y sanción de la nueva Constitución se convocó a elecciones para su ratificación. El texto redefinía a Chile como un estado social y democrático de derecho plurinacional, regional y ecológico; otorgaba acceso irrestricto a la salud y educación, protegía derechos de la población LGBT y consagraba la igualdad de género. Otorgaba además derechos a la población originaria, un 13% de la población nacional, con el reconocimiento de autonomías territoriales indígenas, lo que finalmente se colocó en el centro de la polémica.

CAMPAÑA DE RECHAZO.

Las encuestas mostraban que la población tenía un amplio rechazo a esa idea. Sectores conservadores lanzaron una campaña mediática mostrando que esta ley daba rienda suelta a expropiaciones de establecimientos rurales, yacimientos mineros y parques nacionales para crear zonas especiales a para los pueblos originarios.

Se puso foco además en que la nueva constitución generaba lagunas legales en términos de seguridad y el rechazaba el rol de la policía tal cual existía.

La campaña negativa funcionó, se instaló la percepción de que era una Constitución con falta de acuerdos, con improvisación y lagunas legales. El 62% de los votantes rechazó la nueva Constitución. Sectores progresistas reconocieron con el diario del lunes que no era la Constitución adecuada para el Chile del momento. La mala situación económica también influyó en el resultado.

«La campaña negativa funcionó, se instaló la percepción de que era una Constitución con falta de acuerdos, con improvisación y lagunas legales.»

NUEVO PROCESO CON ASCENSO DE LA DERECHA.

El gobierno de Gabriel Boric tiene baja aprobación. La alta inflación del año de 2022 pegó de lleno en Chile, de un 3% anual, escaló al 12,6%. Siguiendo la tendencia mundial y también a través de ciertas mínimas restricciones presupuestarias respecto a 2022 en 2023 cerraría el año con 5,8%, una disminución notable. Sin embargo, los salarios reales no lograron ganarle a la inflación y esta disminución no se sintió en el bolsillo de las personas.

A nivel global el PBI en 2023 creció solamente 0,5%, luego de un 2,4% de crecimiento en 2022. Es por esto que la aprobación de Boric, que había bajado a 20%, subió a solamente a 30%. Es decir, mantiene la base social que lo apoyó en 2021 durante la primera vuelta, pero lejos están esos días de más del 50% de aprobación.

Tras los resultados adversos el presidente Boric convocó una reunión con los distintos partidos, oficialistas y opositores y se decidió desde el Parlamento llamar a la continuidad del proceso, buscando que directamente se eligiera una Constitución más representativa, quitando la figura de los independientes y retsringiendo la cuota de representantes de los pueblos originarios.

Este año se llamó a elecciones para decidir la nueva Constitución. Se eligieron 50 miembros con el sistema D’Hont por cada región de Chile, el Partido Republicano de Kast, obtuvo el 35% de los votos, Apruebo Dignidad (apoyada por el oficialismo) 26% y la derecha tradicional bajo la sigla Chile Seguro el 21%, sin convencionales quedó la histórica Democracia Cristiana con apenas el 6%. De los 50 miembros, 33 representan a la derecha. Con esta conformación, la asamblea constituyente adquirió un claro tinte conservador y neoliberal.

¿DE QUÉ TRATA LA NUEVA CONSTITUCIÓN?

Se podría decir que esta propuesta de constitución tiene avances y retrocesos respecto a la constitución vigente. El derecho a la salud se incorpora en esta nueva propuesta dado que proclama que el Estado protegerá el acceso de la población a la salud, sin embargo, el bloque del centro a la izquierda había querido que dijera que lo garantizaba, lo cual cambia la cuestión.

Un artículo polémico es el del derecho a la vida desde la concepción, lo que haría que las tres causales por aborto que fueron aprobadas en 2017 pudieran llegar a quedar truncas bajo esta nueva Constitución. Esta interpretación también podría restringir la libre venta de la pastilla del día después.

Por otra parte, se pone a las AFP (Fondos de previsión privadas) como parte del derecho a la propiedad, lo que restringe la posibilidad de lograr cambios en el sistema previsional, impidiendo ir a un sistema estatal o mixto.

«Se pone a las AFP (Fondos de previsión privadas) como parte del derecho a la propiedad, lo que restringe la posibilidad de lograr cambios en el sistema previsional, impidiendo ir a un sistema estatal o mixto.»

Dificulta la creación de empresas del Estado, requiriendo dos tercios del Parlamento para una estatización o creación de empresa.

La nueva propuesta tiene una connotación xenófoba respecto al migrante ilegal, dando la posibilidad de deportar a todo aquella persona que haya entrado a Chile de manera ilegal por pasos fronterizos, afectando principalmente a los migrantes venezolanos que llegan caminando desde Perú. Dará poder a la Fueras Armadas para hacer tarea de gendarmería en fronteras y tareas contra el narcotráfico.

Este proyecto por otra parte dice que el estado se hará cargo de asesorías gratuitas jurídicas y psicológicas para las víctimas de delitos y de violencia doméstica.

Uno de los casos que genero más debate es la cuestión del derecho al agua. La Constitución de 1980 daba lugar a la privatización total del agua. Esta nueva dice que el agua es un bien público, pero sigue sosteniendo el derecho de propiedad. Por lo cual el Estado solo podría intervenir hasta cierto punto. Hay algo todavía peor el texto nuevo, dice “el agua en todos sus estados”, por ende, un glaciar dentro de una propiedad rural podría estar bajo el derecho de propiedad.

NADIE ES NEUTRAL.

Los partidos se concentran en favor y en contra. A diferencia del plebiscito de 2022 no hay partidos importantes que se mantengan neutrales, en aquella ocasión esa fue la posición de la histórica Democracia Cristiana como del Partido Radical, partido laicista y el Partido por la Democracia, partido fundado por Ricardo Lagos.

Es así como todos los ex partidos de la alianza Concertación por la Democracia que gobernó Chile de 1989 a 2010 están en la campaña del rechazo de la Constituyente. Los ex presidentes han expresados sus intenciones de voto sobre el plebiscito. Michelle Bachelet ha jugado un rol en este sentido, reuniéndose y participando en actos feministas y con mujeres trabajadoras, explicando lo negativo de esta nueva Constitución.

Lagos de manera más cauta se manifestó por el rechazo. Piñera decidió apoyar fervientemente esta nueva Constitución, aunque tuvo críticas en algunas cuestiones sociales durante el proceso de debate. Eduardo Frei rompió con la Democracia Cristiana y decidió expresar su apoyo, sorprendiendo a muchos.

Esta campaña del plebiscito es mucho más apagada en términos de emoción tanto a favor y en contra a diferencia de la 2022. Si bien la discusión se ha polarizado, existe una leve ventaja del rechazo de unos 8 o 9 puntos, pero que se ha ido reduciendo de los 20 puntos iniciales.

«Esta campaña del plebiscito es mucho más apagada en términos de emoción tanto a favor y en contra a diferencia de la 2022. Si bien la discusión se ha polarizado, existe una leve ventaja del rechazo de unos 8 o 9 puntos, pero que se ha ido reduciendo de los 20 puntos iniciales.»

A nivel regional las encuestas muestran que el rechazo se alzaría con más diferencia en Santiago y Valparaíso, mientras que en las regiones patagónicas (con excepción de Punta Arenas, lugar más favorable históricamente a las fuerzas de centroizquierda e izquierda y lugar natal de Boric) estarían a favor, por otra parte, una región donde habría un empate técnico seria la región de Atacama y Antofagasta. Es importante tener en cuenta que las encuestas chilenas han tenido ya problemas para medir al electorado frente a la elección constituyente, cometiendo severos errores en 2022. Por lo cual podría decirse que hay un escenario de incertidumbre.

En caso de rechazarse la nueva Constitución seguirá vigente la antigua, dejando trunco el proceso constituyente iniciado en 2019. Esto sería un fin de ciclo de un largo camino.